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viernes, 21 de abril de 2017

Causas y consecuencias del golpe en Venezuela Fernando López D’Alesandro



Columna de opinión.

La diaria

Fracasado el golpe tan anunciado, resta explicar las razones de un hecho plagado de contradicciones. Mientras la izquierda ortodoxa latinoamericana pierde el rumbo justificando con leguleyerías un intento de golpe de Estado, las derechas se rasgan las vestiduras en defensa del sistema demoliberal, olvidando sus recientes aplausos a los golpes en Honduras, Paraguay y Brasil. Llama la atención que ni la izquierda dura ni sus antagonistas nombren siquiera las causas estratégicas y económicas del golpe fallido, que fracasó por las divisiones internas del gobierno venezolano y por las presiones internacionales.

El nombre mágico es Arco Minero del Orinoco, una inmensa superficie de 220.000 kilómetros cuadrados que se dio en concesión a empresas chinas y rusas, tal vez a alguna estadounidense y, con certeza, a la canadiense Barrick Corporation para la explotación del coltán y otros minerales. En coordinación con esta operación, el gobierno, con el apoyo de sectores de la oposición, está vendiendo los pasivos de PDVSA para crear empresas de capitales públicos y privados. Y esa es la clave.

La sentencia golpista redactada por los jueces bolivarianos presentaba como justificativo la imposibilidad de crear empresas mixtas para la gestión petrolera y minera. La oposición trancaba la aprobación de una ley al respecto. Algunos legisladores seguramente lo hacían con el objeto de hacerle la situación más difícil al gobierno, otros simplemente no daban con el precio. Tanto en la oposición conservadora como en el gobierno de Nicolás Maduro, todo era una cuestión de porcentajes en la ganancia a repartir. Sin embargo, hay un factor de poder en esta interna que no está dispuesto a perder su tajada: las Fuerzas Armadas.

Desde hace tiempo los militares controlan el Arco Minero del Orinoco y otros yacimientos. Persiguiendo a los pueblos indígenas y desarrollando la represión en zonas geoestratégicas, las Fuerzas Armadas no hacen más que proteger sus intereses. En febrero de 2016 crearon la Compañía Anónima Militar de Industrias Mineras, Petrolíferas y de Gas (Camimpeg), que empezaría a asumir toda actividad extractivista. Son las Fuerzas Armadas y las empresas transnacionales que apuestan al Arco del Orinoco las que se reparten el poder y la capacidad de decisión en el país, pues quien controla los yacimientos controla el Estado. La renta petrolera fue, es y será la base de las decisiones de la política venezolana, y tanto la oposición como el gobierno buscan conservar la parte del león. Y ahora, además, se suman los minerales.

Los militares son el poder detrás del trono que no avaló la aventura golpista. Así, la intervención de la fiscal Luisa Ortega Díaz fue el detonante formal para “desgolpear”. Chavista comprometida, al declarar la inconstitucionalidad de la medida, Ortega Díaz fue la salvación ante el bochorno internacional, al que no estaban dispuestos a exponerse ni el ala democrática del gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela ni los militares. Efectivamente, fueron los uniformados los que salieron a confirmar la elección de 2015 ganada por la oposición con 75%, obligando así al presidente a acatar el resultado. Hoy, controlando el petróleo, la minería y la estrategia de explotación, las Fuerzas Armadas no quieren caer en el desprestigio de la elite madurista, que parece tener los días contados. Son los militares y su ministro de Defensa, el general Vladimir Padrino, los que poco a poco ocuparán el espacio político que el decadente gobierno es incapaz de sostener.

Ahora la realización de las empresas es viable, pues la devolución de las atribuciones al parlamento “desacatado” se hizo a cuenta de que el Poder Ejecutivo y el Tribunal Supremo de Justicia mantienen la facultad de legislar el marco de empresas mixtas. Y quien dice hoy Poder Ejecutivo en Venezuela, dice Fuerzas Armadas. Así, el eje del poder de la revolución bolivariana se puso uniforme y charreteras, tomando el control de los minerales y del petróleo y transformando al presidente en una marioneta a la que obligan a “desgolpear” y a reconocer resultados electorales.

Como corolario del golpe, el Partido Comunista de Venezuela fue el único en denunciar el pacto gobierno-oposición a favor de la liberación de los precios, privatizaciones y entrega de tierras recuperadas. La represión en las calles responde a la crisis económica y social, sin duda, pero el origen de los enfrentamientos reside en la apropiación de la renta minero-petrolera por una elite, en la que juegan gobierno, militares y oposición, que no tiene ningún escrúpulo en liberalizar precios, privatizar y restituir el viejo orden terrateniente. Mientras tanto, las balas y los palos los reciben los que nada tienen en el país con las reservas petroleras más grandes del mundo.

María Urruzola habla de su libro sobre Eleuterio Fernández Huidobro

 

la diaria

Militares y tupamaros fueron procesados en 1998 por el asalto a la sucursal del Banco de Previsión Social del Parque Posadas. Pero esto es sólo una anécdota en la biografía no oficial del polifacético Eleuterio Fernández Huidobro. El libro salió ayer, pero desde el lunes genera revuelo.
Julio Marenales dijo que están queriendo “achicharrar” a José Mujica. El diputado Sebastián Sabini se preguntó cuántas mentiras más tendrán que soportar hasta las elecciones. El Movimiento de Participación Popular (MPP), que orgánicamente no va a decir nada, en tono irónico respondió con tuits. “Pepe y Lucía se compraron una estancia en Lavalleja. Robamos bancos en los 90. Defendemos las jubilaciones de los militares...”.
María Urruzola, la periodista que escribió Eleuterio Fernández Huidobro: sin remordimientos... (Planeta, 2017), está sentada en el bar con cara de circunstancia. Es que lo que más se conoció en estos días es una parte del libro, la que habla de una banda armada que hacía finanzas desde la clandestinidad, para alimentar alguna parte de la organización conocida como Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros (MLN-T). Pero varios militares fueron procesados por ese mismo caso y nadie dijo nada.
El libro recién salió el jueves. “Se armó una polémica que va creciendo y hasta este momento. En El Espectador eligieron titular con algo que les pareció... me parece que escandaloso, llamativo tal vez, no sé qué. No habla tan bien de nosotros como sociedad una polémica con base en algo que nadie leyó. Tenemos demasiados silencios acumulados de historias que por diferentes razones muchos no quieren que se sepan”, se lamenta la autora.
El ensayo periodístico bucea en la vida pública y semipública de un testigo privilegiado de la política uruguaya en los últimos 50 años. Se vale de una investigación periodística original y de otras ya publicadas que hacen al cuerpo de una de las tesis principales del libro: Eleuterio Fernández Huidobro (EFH) siempre fue coherente consigo mismo. Primero fue el revolucionario que contagió desde Bella Unión hasta Montevideo la necesidad de armar al pueblo, de ser vanguardia político-militar, después fue combatiente, luego rehén de la dictadura y al final un militar irregular, un ministro acuartelado en el Ministerio de Defensa Nacional con sus cajas de Nevada desparramadas por el amplio escritorio que hizo montar en la primera sala del primer piso de la sede de la secretaría de Estado. Se movía en silla de ruedas, auxiliado por dos respiradores y contra el peso de la historia, mucha historia. Cuando Fernández Huidobro murió, una parte relevante de la historia política del país también fue sepultada. Urruzola fue tras el silencio, tras los pasos del combatiente obsesionado por conquistar la confianza de sus pares, los revolucionarios, y luego la de los militares.
Al principio del Ñato
EFH quiso vestir el uniforme de la Armada al terminar el liceo. Hizo lo posible para disimular su daltonismo ante los marinos, pero perdió la prueba. Su padre había sido aviador, más que del Ejército franquista, de la leva que lo llevó a Marruecos. A los 19 años, el Ñato se afilió al Movimiento Revolucionario Oriental. En 1962, a los 21, lo expulsaron por “traidor”, por auspiciar la ocupación de tierras y fomentar la organización de los cañeros de la Unión de Trabajadores Azucareros de Artigas. En la noche del 31 de julio de ese mismo año robó el auto de su padre para participar en el asalto al Tiro Suizo, para expropiar las armas que bostezaban y ellos prometían despertar a puro socialismo. Para lograr ese objetivo, pocos meses después, formaron el Coordinador, una agrupación protorrevolucionaria que perdió tres dirigentes en 1964 cuando la Policía los agarró robando un banco. La práctica era una vieja tradición, una línea anarquista. Y los tupamaros, desde Mujica hasta los estudiantes de secundaria, siempre coquetearon con los anarcos.
Todo por la causa
Otra tesis del libro es que a nadie debería llamarle la atención que este tupamaro de la primerísima línea, que escribió la historia oficial de la “exitosa” guerrilla -como él mismo la calificó-, terminara como ministro de Defensa.
Urruzola sí entiende que EFH colaboró con los militares. “La colaboración es por definición un trabajo en conjunto. Él quería desarrollar un trabajo en conjunto”, sostiene la autora. Pero perdió dos grandes batallas: la Guardia Republicana, a la que en los 90 calificó poco menos que de brazo armado local del imperio, hoy vestida de verde y dependiente del ministro del Interior, y la reestructura de las Fuerzas Armadas.
EFH fue un gran polemista. Sabía dónde poner el dedo y cómo hacer la llaga. Fue un agudo escritor, un punzante político y un constructor de la identidad nacional, pese a quien le pese. Tras el calabozo, su trinchera fue la prensa. Los cinco primeros artículos que publicó en el semanario Mate Amargo se titulaban “el militarismo”. Ingeniosa, muy original e informada visión -bien por dentro- de una institución acosada por los vicios del despotismo y el manoseo de un Partido Colorado otrora tan poderoso como temerario. Urruzola se remontó al leninismo, que en 1915 postulaba que una revolución sin militares estaba destinada al fracaso. EFH fue el revolucionario/combatiente dispuesto a hervir el boniato.
Cuando en 2009 José Mujica estaba a punto de ser presidente, la eventual aprobación del plebiscito contra la impunidad (que no se consiguió), la prisión del dictador Gregorio Álvarez y varios juicios por violaciones a los derechos humanos pusieron en alerta a unos cuantos militares. En blogs, aparecieron dos documentos que firmaba el OCOA, el Organismo Coordinador de las Operaciones Antisubversivas, el corazón del aparato represivo, el grupo de tareas sucias dictatorial. Uno fue la declaración, indudablemente bajo tortura, de EFH enumerando las características principales de sus compañeros de lucha; el otro fue de Mauricio Rosencof. Jorge Zabalza tildó aquello de “carne podrida”. “Los únicos que pueden filtrar los documentos militares son los militares. Los periodistas tenemos una práctica en el manejo de la legitimidad de las fuentes, sabemos que 99% de quienes filtran algo no lo hacen por amor a la patria, lo hacen por interés. Es evidente que lo hacen como amenaza, pero también es evidente que son auténticos”, explicó la autora.
Obstrucción corporativa
Siendo ministro, según Urruzola, logró obstruir la investigación de la caída del avión de Air Class en 2012, desoyendo los oficios de la jueza penal Mariana Mota, poco tiempo después trasladada a la esfera civil. La suspicacia de Urruzola lleva a pensar que el forzoso relevo de Mota no sólo se explica por su vocación como jueza defensora de los derechos humanos.
“El paladín de la lucha contra la burocracia, que escribió incluso un libro titulado Burocracia y socialismo (Ediciones de la Banda Oriental, 2008), se parapetó tras las respuestas administrativas cuando tuvo que dar explicaciones políticas como ministro de Defensa, tanto en los casos de violación a los derechos humanos como con respecto al accidente del avión de Air Class”, escribió al final del relato la periodista.
El borrador número cinco de los tupamaros, confiscado en 1971 por la Policía en el penal de Punta Carretas, fue entonces leído ante la prensa por el inspector Víctor Castiglioni. Más de 40 años después, EFH fue celador de su archivo -¿irregular? ¿personal?-, que incluía miles de documentos de inteligencia de Elmar Castiglioni y su séquito de soplones.
El destino de Fernández Huidobro “estaba ineluctablemente entrelazado con quienes habían sido primero sus verdugos, luego se habían vuelto sus amigos y terminarían siendo sus semejantes”, escribió la autora sobre las conversaciones entre tupamaros y militares durante la llamada tregua de 1972 del Batallón Florida, tal vez la piedra angular de esta relación.
Volviendo al escándalo
Un desconocido autor denunciaba en Mate Amargo las torturas a los presos por el asalto a una sucursal del Banco de Previsión Social en el Parque Posadas, en setiembre de 1998. También aportaba información sobre los aparatos de inteligencia y su accionar aquella mañana, cuando cayeron unos cuantos hombres que militaban en el MLN-T, así como sus berretines cargados de armas de todo tipo, pasamontañas, granadas de fragmentación y planos de edificios asaltados. El artículo también versaba sobre tráfico de armas y asaltos anteriores. Entre las armas incautadas por la Policía había unas cuantas que eran de militares, de las tres armas, que no habían sido denunciadas por sus dueños. Se habló de infiltración y sobrevoló el direte de que cayeron porque estaban volando demasiado alto.
Beto es el seudónimo que eligió Urruzola para esconder la identidad de un “anarco tupamaro” preso en el Penal de Libertad durante la dictadura por esa condición, y luego en las cárceles de la democracia tras el incidente del Parque Posadas. Si robó, no tiene nada, vive en la humildad.
“No me siento habilitada para juzgar moralmente a quienes individualmente se juegan el pellejo por una convicción; es lo que hizo Beto y lo que hicieron varios que me lo contaron. Lo que uno puede juzgar es la decisión política de una organización. Pero si una organización de la que formas parte te pide algo y lo haces, no te puedo juzgar”, opina la periodista.
Beto pudo contar la historia. Tony Palomeque apareció torturado y descuartizado: había escapado a la emboscada -la ratonera, habrían dicho en los 70- que la Policía había montado en las inmediaciones del Parque Posadas. Era un gambusa reclutado por los tupas en el Penal de Libertad. Según los testimonios que recogió la periodista, Palomeque (y la banda que integraba, que había cometido otros asaltos) tenía contactos con militares que le entregaban información sobre lugares para robar. La cosa se había desmadrado. Entonces el MLN-T, orgánicamente, no dijo nada. Como ahora.
¿Qué habría dicho EFH de todo esto? Probablemente, alguna descalificación lo más elevada posible. Pero eso es una conjetura. Lo que impera es el silencio, y una investigación periodística que se aproxima a algo de lo que pocos quieren hablar.

EL INTENDENTE DE ROCHA EMPRENDE NUEVA VISITA A CHINA


Aníbal Pereyra confirmó a este periodista que mañana sábado 22 inicia su segunda visita al "gigante asiático". La primera fue como integrante de la delegación que acompañó al presidente Tabaré Vázquez en octubre de 2016. En aquella oportunidad se comenzó a trabajar en el hermanamiento del departamento de Rocha con dos provincias chinas, cuestión en la que seguirá avanzando. Pereyra ha dicho que "estamos en un trabajo de mediano y largo plazo. En este nuevo viaje vamos con proyectos y propuestas de trabajo común en la que seguiremos profundizando con las máximas autoridades chinas". El intendente dijo que "no es responsable generar expectativas de soluciones rápidas que generen cambios profundos. Seguimos trabajando.Al regreso, después de la necesaria evaluación con el equipo de gobierno, brindaremos los detalles a los vecinos".
Aníbal Pereyra permanecerá dos semanas en China.
En su lugar, asume la titularidad del gobierno de Rocha, su primer suplente, Flavia Coelho Lima, Directora de Promoción Social.

Rumbo al circo Hoenir Sarthou:



Semanario Voces



Vivimos un tiempo en que la agenda pública está poblada por temas distractivos, que tienen por fin hacernos discutir y destinar tiempos legislativos e institucionales a asuntos menores e incluso falsos (como la supuesta discriminación en Coffe shop) y a supuestas soluciones legislativas que en realidad nada solucionan (como la creación del femicidio).

Lo grave es que esos temas conllevan la destrucción de principios sustanciales de la convivencia social tal como la conocemos. Estos dos casos lo demuestran. En ellos de ponen en cuestión dos principios fundamentales: la libertad de expresión, y la igualdad ante la ley.
Escribo este artículo sin expectativas, casi desinteresado de sus efectos prácticos, quizá por aquello de que ciertas cosas deben ser dichas sin importar los resultados.

Para un lector desatento, el tema de esta nota serán dos hechos recientes: el episodio de denuncia e intervención de la Intendencia respecto del establecimiento “Coffe shop” por reproducir en un pizarrón cierta frase de un personaje de una película de Tarantino; y la aprobación unánime por el Senado de una reforma al artículo 312 del Código Penal, por la que se incluye al “femicidio” como una variante de homicidio muy especialmente agravado (15 a 30 años de penitenciaría).

Sin embargo, de lo que realmente quiero hablar, lo que en verdad me parece importante considerar, es otra cosa. Un fenómeno cultural que se manifiesta en esos dos hechos pero también en muchos otros, a los que nos hemos ido acostumbrando casi sin notarlo.

El episodio de “Coffe shop” tiene ribetes grotescos, que serían humorísticos si no pusieran en evidencia la cruda mezcla de ignorancia, prejuicio y autoritarismo en personas que ocupan cargos públicos destacados, mezcla que, al parecer, comparte cierta parte de la población.

El decano Rodrigo Arim no tiene obligación de saber de cine y la Directora de Políticas Sociales de la Intendencia de Montevideo tampoco. En rigor, no tienen por qué saber de cine, ni de literatura, ni de filosofía, ni de ciencia política. Tienen derecho a ignorar esas y muchas otras áreas del conocimiento. En cambio, tienen obligación de conocer un poco la Constitución y algunas normas básicas todavía vigentes en nuestro país. Por ejemplo, deberían saber que la expresión del pensamiento es libre y que nadie debería ser sancionado por publicar ideas propias o ajenas, siempre que la publicación no configure por sí misma un delito o instigue a la comisión de delitos. Deberían saber que el derecho castiga actos, no la simple expresión de ideas.

La discriminación en el ingreso a un local comercial, para ser delito, debe materializarse en una política de admisión. Debería demostrarse que el local niega el ingreso a cierta categoría de personas para acusar y sancionar a sus propietarios. En este caso, la frase del personaje de Tarantino (“No se admiten perros ni mexicanos”) no era el anuncio de una política de admisión del establecimiento comercial. En otras palabras: el cartel sería una infracción a la ley si expresara un criterio efectivo de admisión arbitrariamente restrictivo, cosa que en este caso no ocurría. ¡Habría sido tan fácil evitar el incidente tan solo con preguntar en el local qué significaba el cartel y si realmente se prohibía el ingreso de mexicanos! Pero tanto el denunciante como los funcionarios intervinientes prefirieron prejuzgar que existía discriminación y desatar la persecución estatal y el linchamiento virtual del establecimiento y de sus dueños.

Como nota curiosa, el denunciante afirmó en Twitter que el propietario del local era norteamericano (lo que podría considerarse discriminatorio, además de a medias falso). Otra curiosidad es que ciertos locales comerciales, en los que actúan “estripers” masculinos, prohíben efectivamente el ingreso de público masculino, sin que eso haya alterado nunca a las autoridades departamentales o nacionales.

El otro episodio relevante es la aprobación en el Senado, por unanimidad, de la reforma del artículo 312 del Código Penal, para incluir a la figura del femicidio como un homicidio muy especialmente agravado, con pena de 15 a 30 años de penitenciaría, que contrastan con la de 20 meses de prisión a 12 años de penitenciaría para el homicidio común y la de 10 a 24 años de penitenciaría para los homicidios especialmente agravados.

La reforma tiene varios aspectos preocupantes. Uno es que crea una modalidad de homicidio en que la víctima sólo puede ser mujer y el victimario, aunque no se lo dice expresamente, sólo puede ser hombre. El uso de la expresión “el autor”, en lugar de “el autor o autora”, para referirse al victimario, así lo indica, sobre todo porque la misma ley usa expresiones como “hijas o hijos” cuando quiere abarcar a los dos sexos.

Otro aspecto preocupante es que la tipificación del femicidio, definido como causar la muerte de una mujer por motivos de odio o menosprecio a la condición de mujer, se convierte en un verdadero chicle, capaz de convertir en femicido a cualquier cosa. Así, de acuerdo al literal a) del artículo en la redacción propuesta, será prueba del odio o menosprecio a la condición de mujer “Que a la muerte le haya precedido algún incidente de violencia física, psicológica, sexual, económica, o de otro tipo, cometido por el autor contra la mujer, independientemente que (la omisión del “de” debe de ser una licencia legislativa) el hecho haya sido denunciado o no por la víctima”.

Esa definición amplísima de la violencia previa hace que toda muerte de una mujer por alguien que tenga alguna relación con ella (salvo que la mate un desconocido usando mira telescópica) pueda ser tipificada como femicidio.

En los debates previos sobre este proyecto se ha señalado hasta el cansancio que la creación de la figura del femicidio no prevendrá ni disminuirá las muertes por violencia dentro de la pareja. No lo ha hecho en ninguno de los países que la han creado y la aplican. No lo hace ni lo hará porque, como política legislativa, está equivocada. La violencia en la pareja o ex pareja no es una conducta racional ni especulativa. Y es falso que se funde en la idea de propiedad o de odio y menosprecio a la condición de mujer. Por lo tanto, tratándose de una conducta que suele cometerse en estados de alteración emocional y psicológica (por eso va acompañada con tanta frecuencia por el suicidio) de nada servirá ponerle a esa conducta un nuevo nombre ni asignarle una pena mucho mayor. Esto es tan evidente que ya nadie, ni siquiera las organizaciones feministas, defiende el proyecto alegando sus efectos positivos. Simplemente se habla de “emitir una señal” o, peor aun, se excita la reacción de rechazo que a todos nos producen esos asesinatos, para promover una respuesta irracional y a todas luces equivocada.

Además de ser inútil, la nueva figura penal consagra una distinción discriminatoria, por la que matar a una mujer pasa a ser penalmente más grave que matar a un hombre o a un niño. Es decir, se viola el principio de igualdad en un área tan básica como lo es la protección de la vida, sin ni siquiera poder sostener que se lograrán los resultados supuestamente buscados.

¿Por qué se vota por unanimidad en el Senado una disposición discriminatoria que, por añadidura, será ineficaz para lograr los efectos alegados?

Vivimos un tiempo en que la agenda pública está poblada por temas distractivos, que tienen por fin hacernos discutir y destinar tiempos legislativos e institucionales a asuntos menores e incluso falsos (como la supuesta discriminación en Coffe shop) y a supuestas soluciones legislativas que en realidad nada solucionan (como la creación del femicidio).

Lo grave es que esos temas conllevan la destrucción de principios sustanciales de la convivencia social tal como la conocemos. Estos dos casos lo demuestran. En ellos de ponen en cuestión dos principios fundamentales: la libertad de expresión, y la igualdad ante la ley.

Las soluciones buscadas, la intervención represiva de los organismos públicos en el caso de Coffe shop, y la aprobación del femicido por el senado, transgreden alegremente esos dos principios. Sin contar otros, como que los organismos públicos deben actuar dentro de sus competencias y no deben invocar faltas administrativas (por ejemplo, control de autorización de Bomberos) para castigar por razones ideológicas.

¿Cuál es el verdadero fondo del asunto?

Principios jurídicos como la libertad de expresión y la igualdad ante la ley son resultado de luchas centenarias contra el autoritarismo y la caza de brujas ideológicas. Quien crea que esos principios están asegurados se equivoca. Sólo un cuidadoso control sobre las autoridades puede evitar que esos vicios del poder reaparezcan.

Sin embargo, vivimos un tiempo en que los derechos esenciales, y los trabajosos mecanismos establecidos para garantizarlos, son sustituidos por corrientes emotivas que se erigen en leyes, arbitrarias e imprevisibles, como suelen ser las corrientes emotivas. Así, si me indigna la muerte de un caballo en la Rural, propongo prohibir las jineteadas, sin importar si la muerte es accidental ni cuántas personas vivan de esa actividad; si puedo exhibir mi amplitud mental persiguiendo a un imaginario norteamericano discriminador de mexicanos, claro que apoyaré que lo persigan, aunque la discriminación sea falsa; y si me indigna la muerte de mujeres, vale votar una ley aunque haga trizas el principio de igualdad y no sirva para impedir las muertes.

Lo que importa es mi emoción, no los resultados ni los perjuicios que ocasione el satisfacerla.

Resolver los conflictos humanos con soluciones racionales y equitativas es un largo camino. Si, cansados de ese camino dificultoso, decidimos sustituirlo por el libre juego de las emociones, acicateadas por la publicidad y el deseo de satisfacción inmediata, iremos en otra dirección.

Los linchamientos y el circo romano se basaron siempre en la satisfacción de las emociones primarias colectivas.






jueves, 20 de abril de 2017

Diputado Alejo Umpiérrez presnta proyecto de ley para acuñar monedas por el centenario de La Cumparsita





En la iniciativa, el legislador por Rocha recuerda la importancia de la obra y plantea que se autorice ak Banco Central a la acuñación de monedas conmemorativas

Gerardo Hernán Matos Rodríguez, "Becho" (Montevideo, 1897-1948), siendo un joven estudiante de arquitectura, pianista y compositor, creó una marcha musical que haría historia, y que llegó a convertirse en un Himno popular y cultural de la República Oriental del Uruguay (Ley N°16905) , entrando para siempre en la tradición musical de todo el Río de la Plata: La Cumparsita.

Se trata, sin dudas, del tango más difundido a nivel mundial, y seguramente el más representativo del género. No en vano se le ha llamado "el himno de los tangos", y fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO.

Se estima que a comienzos del año 1916, Matos Rodríguez se propuso realizar una obra para estrenarse en el carnaval de aquel año por la comparsa de la Federación de Estudiantes Universitarios del Uruguay. Se afirma incluso que La Cumparsita se escribió en la misma sede de la FEUU.
El estreno público tuvo lugar en las instalaciones del café La Giralda, en 18 de Julio y Andes, en un día como el de hoy hace 100 años.
Ese día, el pianista argentino Roberto Firpo ejecutó la pieza en una nueva versión, con varios arreglos técnicos. Algunos sostienen que Firpo interpretó la obra a pedido del tío de Matos Rodríguez; otros dicen que fue a solicitud de amigos del autor.

El sello discográfico ODEÓN realizó la primera grabación, también por el maestro Roberto Firpo,quien decía que La Cumparsita era el tango universal, y fue quien realizó la difusión en Buenos Aires, integrándola al repertorio que hacía en el café porteño "Iglesias".

Con posterioridad al gran éxito popular que había logrado "La Cumparsita", Firpo le propone a Matos Rodríguez firmar la obra "en colaboración", cosa que Matos no aceptó.

En la década del 20, Francisco Canaro comienza a difundir La Cumparsita desde París hacia toda Europa. Allí, en París, estaba viviendo Matos Rodríguez, quien se enteraría del suceso de su obra en el Río de la Plata.

Luego de una intensa lucha con sellos discográficos, letristas e intérpretes varios, Matos Rodríguez no verá la recuperación de sus derechos autorales, los que fueron reconocidos en 1948, después de su muerte.

La Cumparsita ha tenido diversas variantes, tanto desde el punto de vista musical como en cuanto a la letra. Muchas de esas variantes fueron realizadas por distintos músicos, no solamente por su autor original.

Desde lo instumental, Francisco Canaro destaca que una de las virtudes de La Cumparsita es que admite distintos arreglos y orquestaciones, cambios de melodía y posibilidad de incorporar variados efectos musicales.

En el año 1947 la obra fue llevada al cine, en una película que llevó su nombre, dirigida por Antonio Monplet y con la participación del actor y cantante Hugo del Carril. Posteriormente, a lo largo de los años, tuvo consagración en filmes extranjeros como "Una Eva y Dos Adanes", "El ocaso de una vida", "Alice".

Al cumplirse un centenario de su creación, nuestro país debería conmemorar este significativo hecho también exteriorizando la trascendencia del mismo mediante la acuñación de monedas alusivas; como forma de reivindicar el origen de un símbolo auténtico de nuestra identidad cultural y contribuir a reafirmar la permanencia de La Cumparsita en nuestro acervo nacional.
Montevideo, 19 de abril de 2017.


ALEJO UMPIÉRREZ
Representante Nacional por Rocha










PROYECTO DE LEY
MONEDAS CONMEMORATIVAS  DEL CENTENARIO DE "LA CUMPARSITA"
SE AUTORIZA AL BANCO CENTRAL DEL URUGUAY A PROCEDER A SU ACUÑACIÓN


Artículo 1º. Autorizase al Banco Central del Uruguay a proceder a la acuñación de monedas conmemorativas del Centenario de la creación del tango "La Cumparsita", del autor uruguayo Gerardo Matos Rodríguez, hasta las cantidades y con las características que se determinan en los artículos siguientes.
Artículo 2º.- El Banco Central del Uruguay podrá acuñar hasta cinco mil unidades con las siguientes características. El valor facial de cada unidad será de $ 1.000 (pesos uruguayos mil). La moneda será de plata con un fino de 900 (novecientas) milésimas. Se admitirá una tolerancia por aleación de un 2% (dos por ciento). Tendrá 12,50 (doce y medio) gramos de peso y 33 (treinta y tres) milímetros de diámetro. Se admitirá una tolerancia de peso del 2% (dos por ciento) por cada millar. Su forma será circular y su canto estriado.
Artículo 3º.- El Banco Central del Uruguay determinará los elementos ornamentales de las monedas que aludirán al Centenario de la creación de La Cumparsita.
Artículo 4º.- Facúltase al Banco Central del Uruguay a vender al exterior las monedas cuya acuñación se autoriza por la presente ley, a disponer su desmonetización y la enajenación de las piezas demonetizadas.
Montevideo, 19 de abril de 2017.


ALEJO UMPIÉRREZ
Representante Nacional por Rocha