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lunes, 16 de febrero de 2015

Orgullo y alegría Ante la vida de Manuel Flores Mora





Escribe Juan José Pereyra Twitter @juano500



El mismo día que se instalaba hace treinta años el Parlamento democrático luego de once años de dictadura, irónicamente,moría Maneco Flores Mora uno de los más temidos intelectuales para los que se alzaron contra la democracia.
El poder de Maneco era la palabra, fundamentalmente la escrita, a través de las contratapas que escribía cada viernes en el semanario Jaque, que fundó su hijo Manuel.
Vengo de una familia colorada y batllista y pude conocerlo desde que tenía 14 años.Acompañaba a mi padre, dirigente partidario en Rocha a los actos y a esas reuniones posteriores en las que con el pretexto de una cena se hablaba de todos los temas del país. Fui una especie de privilegiado testigo de aquella época en la que conocí también a señores de la política como Amilcar Vasconcellos,Alberto Abdala y un muy joven debutante diputado,el luego dos veces presidente Julio María Sanguinetti.
Maneco fue siempre parte del ala de izquierda del Partido Colorado Batllista, fue diputado, senador, ministro, escritor, periodista de Marcha,un luchador que las circunstancias le fueron dejando con no muchos votos pero con su autoridad moral intacta.
Recurro a un artículo publicado por su amigo,el escritor Carlos Maggi para recordar el rol que jugó Maneco en la vida de nuestro país.
En un trabajo escrito en 2010 titulado :Maneco, la guerra ha terminado, Carlos Maggi escribe:

“Cada tanto tiempo, conviene repetir la frase de Vaz Ferreira: Los hombres de pensamiento son también hombres de acción, solo que de mucha más acción.
 
Mi manera de entender el mundo me lleva al recuerdo emocional de una hazaña épica, que fue "más acción."
Hacia fines de 1984, Manuel Flores Mora se propuso ir contra el régimen de fuerza y dijo tales cosas de la dictadura, fue tan inteligente y avasallante, estaba tan bien preparado para esa lucha, escribió tan admirablemente, se arriesgó de tal modo, que el gobierno autoritario no pudo con él.
En buena medida, la dictadura se avergonzaba de sí misma; y resultó vencida por convencida.
El escritor ganó una guerra invisible. Semana a semana dio batallas que no sucedían en parte alguna, salvo en el fuero íntimo de sus adversarios.
Se diría que Maneco se había preparado durante toda la vida para ese final glorioso, en el cual gastó íntegramente el tiempo que le quedaba y sus dos virtudes: la valentía personal y el genio para producir literatura de la mejor.
Está presente en cada una de las líneas de sus textos, la urgencia, el jadeo de quien está apremiado por su propia brevedad. Escribía sin descanso y sin aflojadas, ansioso. Tal vez fue esa seriedad existencial la que impuso el respeto que tuvieron con él; y con ningún otro.
-"Cualquiera se da cuenta que estoy intentando escribir esta nota con los huesos. No para nadie, ni para mí siquiera, sino para lo que justifica que a veces pasemos por la tierra. Vallejo hablaba de hombres de huesos fidedignos.
El 9 de abril del año último (de la dictadura), un convencional de la CBI pidió la amnistía total en la Convención del Batllismo. Era un día que yo no tenía voz y no pensaba hablar. Lo hice para apoyar aquella idea. Digo: yo no soy dueño del fondo de mi alma. En el fondo de mi alma, algo no reposará en paz hasta que no haya salido a la calle el último preso político o como se le quiera decir.

Hace algunos días, cuando soltaron a Seregni, el país recibió por la boca de Seregni las más eficaces palabras de distensión y de paz. Las precisaba. La libertad de Massera no ha traído problemas al Uruguay. Al revés. Muchos presos han salido a la libertad. Cada uno de ellos, de algún modo, fue una herida que se cerraba, en todo o en parte.
No sé como decirlo, pero yo no estoy pidiendo por Sendic. Estoy pidiendo por las ánimas del purgatorio y por las ánimas del infierno. Por las del penal de Libertad y Punta Rieles y donde sea. Pido por la Amnistía porque la precisa la República, dueña de entrar sin rémoras en el futuro que reclama. Y claro que sí. También estoy pidiendo por Sendic.", escribe Carlos Maggi citando al escritor,intelectual y dirigente.
Ganó la partida, Maneco; y murió, precisamente, el 15 de febrero de 1985, el día en el cual se instalaron las nuevas Cámaras, en un país nuevo, otra vez democrático; cuando Manuel Flores Silva, su hijo, pasó a integrar el senado de la República. Misión cumplida.
En la madrugada del velorio de Maneco, sus hijos y yo hablamos con el jefe militar, a propósito de los homenajes que el ejército debía tributar a Manuel Flores Mora, en el acto de su sepelio.
Pude percibir en cada una de las palabras y en cada una de las inflexiones de la voz de ese hombre, una consideración que no era fingida y pensé: en esta actitud está presente la prédica que mi amigo impuso”. Hasta acá, el fragmento que seleccioné de lo escrito por Carlos Maggi.

La vida de Manuel Flores Mora, como la de muchos otros grandes referentes, debe ser recordada, traída una y otra vez a la memoria de los uruguayos. Maneco es una de esas personalidades enormes de quienes debemos seguir aprendiendo, más aún en tiempos de desvalorización de la vida política.

Elijo entre las muchas Contratapas, la que escribió el 8 de febrero de 1985 al fallecer su amigo “del alma”, el escritor comunista Mario arregui, por esas cosas de la vida,mi tío, porque estuvo casado con la escritora Gladys Castelvechi.Los hijos de Mario son mis primos.
Esta  contratapa fue la última.Maneco murió siete días después que su amigo.

Orgullo y alegría

Ante la vida de Mario Arregui

Fue el título de aquella legendaria contratapa que escribió Maneco. El título de este artículo es Orgullo y alegría ante la vida de Manuel Flores Mora porque quiero mantener el espíritu con el que él se refirió a su amigo.
Hablamos hoy de la vida de Maneco.De la vida, siempre.Un canto a la amistad y la tolerancia política tan necesitada en te tiempo que nos toca vivir.


Esta es la columna de Manuel Flores Mora ante la muerte-vida de Mario Arregui.


Hace ahora siete días, cuando "JAQUE" entraba en la prensa se murió Mario Arregui. Por más de cuarenta años -que empiezan en las mesitas y sillones esterillados del viejo Café Metro- mantuve con él una amistad de hermanos. (Lo consigno para que nadie equivoque el sentido de estos recuerdos que quiero depositar junto a su sombra, y que es preciso hilvanar en un lenguaje sin lágrimas, para que lo mortuorio o lo lloroso no empañen el debido homenaje a la personalidad tan pura como extraña que fue Arregui. Borges observaba que el gran Quevedo no se permitió en su vida una concesión al sentimentalismo. Hablemos así de Mario, entre otras por una causa muy simple: es el único modo como podríamos hablar de él).

Hay una anécdota marxista-leninista de Arregui que yo solía contar delante de Arregui y que sirve para empezar por una punta cualquiera su retrato. Durante años aparecía en su conversación la cita de uruguayos, naturalmente comunistas, que él adoraba pero que yo no conocía ni de nombre. Arregui me describía con entusiasmo sus virtudes; "gran amigo, tipo extraordinario, marxista-leninista. . ." Seis meses, dos años, una década después, hablaba de dos, de tres, de veinte personajes parecidos con descripciones sicológicas encomiásticas siempre terminadas igual: "extraordinario, gran amigo, tipo culto, marxista-leninista".

Un día, empieza a hablarme de alguien con afecto y entusiasmo. Como la referencia política no llegaba, lo interrumpo a mi vez:

-¿ Marxista-leninista?

Veo todavía los ojos de Mario alzarse con asombro.

-¿Cómo sabés?

¡Bendito Mario! Muchas veces conté el cuento delante de él a interlocutores que se reían, sin que jamás el semblante impasible de Mario -superficie de un agua muy honda en cuyo barro de fondo se estremecía una humanidad sin resentimientos-, perdiese la placidez ni admitiese tampoco, lo que hubiera sido mucho, la veracidad de mi burla.

En el fondo, el marxismo-leninismo de ese amigo Mario cuyo nombre no recuerdo era para mí fundamental. Había una hebra de temor en mí sobre que no fuese yo, dentro de su corazón, la única debilidad no contaminada por Marx o por Lenin, ni además lavandera, mozo de café o peón rural de Flores, en el alma de Mario.)

Durante años de campañas políticas, cuando faltaban uno o dos meses para las elecciones, caía yo por las mías a aquel Porongos natal de Mario, culo del mundo según decía mi padre, donde nació mi raza Flores. A partir de la muerte de Luis Batlle fui a buscar votos para listas improvisadas con amigos de pocos recursos que me apoyaban, según suele pasar, a última hora. El primero que aparecía a mi lado era Mario, impasible: "Che, ese equipo de amplificación de tus amigos, acopla. Es una mierda. Ya te hice instalar el del Partido en la plaza". Se refería claro al Partido Comunista. Al rato estaba yo clamando los verbos de Batlle por equipos comprados para Stalin o Kruschov, mientras de los ojos de mis correligionarios colorados huían juntos preguntas y reproches ante aquel contubernio no explicado. Así como cada elección mi voz estaba más cascada, así el micrófono resultaba cada vez más espléndido. No negué, como Pedro, tres ni una ni ninguna vez mi amistad con Mario Arregui ni nunca sentí por esa amistad, ante mis simples y extrañados colorados en alpargatas de Porongos, "respeto humano" por esa, para ellos no muy cristalina, fraternidad bolche-batllista de dos fanáticos, como a los ojos de todos, ambos éramos. ("Respeto humano" llaman los católicos a ese pudor por la fe que siente ante aquéllos que no la comparten. Sólo que los católicos se refieren a la fe y la fe, con serlo todo, es menos que la amistad: La fe no es retribuíble; la amistad, sí.)

Vida y vida

Obviamente yo no estoy escribiendo de la muerte de Mario (¿cómo hacerlo?) Estoy escribiendo de su vida.

Mario era absolutamente el ser humano más cercano de la perfección en algunos órdenes que yo haya conocido. Desde mi punto de vista batllista era un comunista fanático; yo, sin duda, un carcamán para él. Todo eso terminaba sin embargo en la frontera de la política. Después empezaba el reino verdadero de la literatura, donde sólo la literatura manda. Mario debió ser el más viejo e intenso admirador de Jorge Luis Borges en el Uruguay. No es inoportuno citar a su propósito aquel "Vida y muerte le han faltado a mi vida" con que Borges confiesa sus vacíos en el prólogo de "Discusión", de 1932.

En la vida de Mario no faltaron ni vida ni muerte, aunque no hablará ahora aquí del injusto y tristísimo final del menor de sus hijos. Cuando Mario ponderaba a un escritor, o lo negaba, erraba y acertaba como cualquiera. Acertaba más. Erraba, por ejemplo, con Proust, de quien me dijo un día, indignado, que era un "acomplejado trepador", "estudioso de mundos para a ellos ingresar". Lo digo para ilustrar su ingenua capacidad de equivocarse pero asimismo su dirigirse directo hacia la humana naturaleza del escritor, fuese quien fuese, que hubiere detrás de los libros y dentro de aquella, la parte que en los libros aparecía.

Su relación con la literatura era así la de más justa y personal autenticidad que en nadie he visto. Pero, como en el resto de su vida la viril autenticidad, estaba ésta despojada de toda defensa: directa hasta lo candoroso, expresada hasta la brutalidad y olímpica porque salía de la condición moral más desasida de egolatría ensuciadora. De Mario cabe decir que sólo tuvo, si tuvo, los defectos que no advirtió. Su condición moral era en él la base de todo y lo único, además del amor y del arte, que le otorgaba sentido. Fue el hombre bobo a quien le escuché las cosas más geniales. No era un genio. Pero como decía Vaz Ferreira, "el genio le amagaba". Fue así el genio al que le escuché las mayores ingenuidades. Nacido para despreciar todas las formas de lo adquisitivo, escribía por una sola razón: le gustaba. Podía de este modo escribir, sin plagiar, cosas que le habían gustado al leerlas escritas ya por otros.

Le encantaron los cuentos de caballos de Horacio Quiroga. Los escribió a su vez. Formalmente parecen robados, "Los saqué de Horacio Quiroga" decía. Sólo que los caballos eran de Mario. (Eran otros caballos).

Esto era asimismo el secreto. Mario escribía porque había vivido. Sus prostitutas son en su obra porque frecuentó de joven "La espuma" de Flores[1]. Cosas que no había vivido pero que eran vida -seres, casos- a los que había asistido. Sus pobres mujeres de orilla, sus chiquilines, sus peones del campo, tenía que escribirlos como otros ante paisajes que los conmueven a sacar fotografías. Sólo, me consta, fue cruel a propósito de sus obras y con ellas.

(Daniel Gil me comunica esta anécdota brillante. Mario había escrito "Las cuevas de Nápoles", cuento que corresponde a "La escoba de la bruja". Entusiasmado con el cuento Daniel Gil hizo un estudio para la sección Psicoanálisis Aplicado de la revista "Programa" (*).

Mario naturalmente, sensible a todo ello, telefonea a Daniel.

Lo que dice escapa a toda previsión:

-Leí tu comentario, che, pero el cuento es malo. Bueno: tu comentario no sé si está bien o está mal. De eso no entiendo. Pero además no me importa.

Escritas para gente que no conoció a Mario estas palabras parecen grosería. Ocurre que no eran dirigidas a Daniel. Eran comentarios en voz alta que Mario hacía para sí mismo. Intercalando pausas, poniendo tono dubitativo y derivándolos enseguida hacia la firmeza de posibles conclusiones. Últimamente le había dado por decir que en todo lo que él, Arregui, había escrito, "bueno sólo había tres cuentos". "En realidad, bueno uno solo", otro sobre el que decía no sé qué y un tercero "que arrimaba"[2]

Cuando murió Román, Mario lloró por años. Hijo al que perdió todavía niño, entre las llamas, me decía: "
¿Te das cuenta? Se le negaron los derechos primeros de todo hombre: la noche de bodas, engendrar un hijo, asistir al entierro del propio padre".

Es terriblemente difícil escribir sobre Mario. Al hacerlo uno parece revivirlo dentro de uno; al mismo tiempo, comprende que quien no lo conoció está imaginando un ser distinto, un hombre diferente a éste que fue decencia pura, severo de la propia vida, tanto o más de lo que fuera de la propia obra literaria. La paz consigo mismo, hecha de su inocencia respecto de culpas que parecen en otros identificadas con la condición humana, está por ejemplo instalada en esa respuesta sobrecogedora que entrega a Martín Arregui, otro de sus hijos. Martín se resistía a que Mario permaneciese semanas en la absoluta soledad del campo, solo entre las paredes de aquella estancia que, como todo él, desde los pensamientos a la ropa, estaba hecha de despojada severidad, de rechazo de todo lo superfluo.

Viejo ¡no podés vivir así, días completamente solo!

-Tengo espejos.

Espejos y vivos fantasmas interiores cuya independencia toleró y cuya verdad humana respetó desde un extremo a otro de la vida.

Tal el caso de Líber Falco, cuyo semblante describió magistralmente diciendo que tenía cara de "gárgola buena". Tal el caso de Malraux o Neruda, para Buñuel algunos de sus autores favoritos. Tal el de Luis Buñuel, cuyas memoria, "Mi último suspiro", fue creo lo último que Mario leyó y que confesó a su otro hijo, Alejandro, que era el libro que le hubiera gustado escribir, tan bueno lo encontraba.


Colmillos del perro

En el año 77 lo llevaron las Conjuntas y durante meses pasó las de Caín. Cayó así: estaban presos todos. Estaban presos, por ejemplo, Tola, la mujer de Tola, los dos hijos de Tola. Un día Mario sale a la calle, en Flores en la puerta de Onda, fuerte y para que lo escuche todo el mundo, dice: "Hacen bien en aprovechar estos hijos de... porque les queda poco". Un viejito que estaba cerca le dijo: "No hable así". "Que no voy a hablar si son unos hijo de tal y cual y si además les queda poco" (Les quedaban todavía años. Tanto, que Mario ha cerrado los ojos para siempre una semana antes de que se fueran). Tanto, que uno desearía para él aquel privilegio con que Buñuel cierra su libro y que traduce la simplicidad pública del póstumo deseo: Permiso para salir cada tanto del sepulcro, comprar los diarios y, con ellos al brazo, retornar al "refugio tranquilizador de la tumba". Mario merecería leer los diarios de este viernes y los de las próximas semanas, siquiera sea para compensar la historia de colmillazo en el cuartel.

El viejito con quien discutió era un coronel retirado que se mandó mudar. Al rato una patrulla detuvo a Arregui. Y otra después en San José a Luis Pedrito. Cuando uno le preguntaba por la experiencia padecida, Mario la contaba con la misma naturalidad con que pudiera contar una anécdota de café o el argumento de una película. Como quitándole importancia a todo pero sin alterar jamás, en la dignidad de su hombría, la milésima parte de un detalle.

En uno de los cuarteles donde estuvo había perros. Pedía para ir al baño, y lo llevaban encapuchado, un soldado del brazo, otro con la correa, tirante en la mano, a cuyo extremo un perro jadeante abría las dentelladas a un centímetro del muslo.

También había perro en los interrogatorios. Al interrogarlo le largaron los perros. Parece que, como en el Tancredo de la corrida de toros, si te quedás absolutamente quieto, la fiera nada te hace. Luis Pedrito se mantuvo sin movimiento y sólo sintió terror y aliento húmedo ("Después se le reventó el corazón, nos dice Daniel, pero esa es otra historia"). Mario no lo logró. Como prueba le quedó la marca profunda y larga del colmillo del perro en el muslo.

Para contarlo, Mario no se hacía problemas. Tampoco para probarlo. Con mis ojos he visto cómo en mitad de una reunión, se ponía de pie y delante de amigos y señoras se desprendía los pantalones y los bajaba hasta abajo de la rodilla. Muchos en realidad no llegaban a distinguir la cicatriz del colmillazo, distraídos por una originalidad previa: Mario no usaba calzoncillos. En su lugar un short parecido a un pantalón de fútbol, de una tela basta como lona y un color azul apagado y añoso. ¡Mario!

La tortura solo le arrancó puteadas. El submarino ("una tabla ¿sabés? como un sube y baja que metían una punta y tu cabeza adentro del tacho") tampoco pudo con él. Contaba con algún orgullo el final:
Sintió una voz que decía: "Paren con ese viejo de mierda. Se les va a quedar sin que le saquen nada".

Aquel Mario tenía otras cosas de encanto. Al final de esta nota es como si no 'hubiera empezado a hablar de él. He omitido referir la encantadora amistad, hombre hacia hombre, que cultivó con sus hijos. He omitido la delicadeza con que hablaba, casi como un novio, de su preciosa y única hija Vanina. He omitido decir que en cuarenta y cuatro años de amistad no tuve un solo encuentro con él en el que no cumpliera su deber de ciudadano del mundo: enjaretarme argumentos a favor de Marx o de Lenin. Jamás sin embargo, en cuarenta y cuatro años, salió de su boca una sola palabra que pudiera molestarme o romper la delicadeza del respeto sin el cual no concebía la relación del hombre hacía el hombre. Hay gente que cree que ser fino consiste en tener un BMW, en un traje atildado, en un modo construido de hablar y sonreír. Lo contrario de eso, Mario era un viviente espejo de una milenaria hidalguía de raza, de una antigua sangre cantábrica, fundadora de milenios. De joven, la aplomada varonilidad de su belleza, de su perfil alargado lo hacía parecer un personaje del Greco.

Conservaba orgullos inocentes. Hacer el amor, por ejemplo, como en ya idos días. Se negaba a que su quebrantada salud con marcapaso le quitara también otros placeres. En su última noche fuera del hospital cenó tres platos de guiso y combinó los 15 cigarros del día con medio o un litro de vino. Más lo que ustedes imaginan. ¡Mario!

A su respecto he estado dos veces heroico. Las veces que lo visité en Impasa no se me movió un músculo. Sólo después de salir de la sala, fuera ya de su vista, lloré sin consuelo.

La segunda vez es nota. Mira, lector, la casi liviandad con que está escrita. Después de mi firma, sin embargo, viene mi libertad. Deja que me vaya con mi dolor, con el recuerdo de Mario y con el llanto.

[1] PROGRAMA Nº 1 Página 29. El estudio de Daniel está dedicado a Mario en recuerdo de Luis Pedro Bonavita Espínola. Luis Pedrito, amigo íntimo de ambos, también mío, primo de Daniel y ex socio de Mario en cría de ganado lechero.

[2] De esto se conserva prueba. Poco después de decírmelo en casa, vi que, entre otros comentarios, lo había repetido en un tape que ahora hay que salir a buscar y en cuya filmación intervino entre otros Diego de Amézaga.

Manuel Flores Mora
Parlamentario, Periodista, Escritor, Historiador, Critico Literario
Tomo III
Homenaje de la Cámara de Representantes, mandado publicar por Resolución del 20 de febrero de 1985
Montevideo, 1986



domingo, 15 de febrero de 2015

El ‘caso Nisman’ agrava la fuerte polarización política en Argentina


El Poder Judicial se fractura ante la manifestación silenciosa convocada para el miércoles por la muerte del fiscal

El País de España 

Carteles en Buenos Aires que refieren al 'caso Nisman'. / R. A. (AP)


El cadáver del fiscal Alberto Nisman ha dibujado un retrato demasiado fiel de la Argentina actual: una sociedad tan habituada a los crímenes y operaciones criminales de los servicios secretos al servicio de la Casa Rosada que casi nadie cree que Nisman se haya suicidado; una presidenta que primero habla en Facebook de suicidio o de ¿suicidio? entre interrogantes y tres días después sostiene la tesis del asesinato; una presidenta que utiliza el poder de su cargo para escrachar a un diario, a la jueza que investiga la muerte de Nisman, al informático que le prestó la pistola, al espía que colaboraba con él…
Una presidenta, decíamos, que se presenta como víctima de una operación donde la muerte de Nisman solo fue un medio para desestabilizar a su Gobierno y que nunca expresa sus condolencias a la familia del hombre que la denunció; un Gobierno tan enfrentado al grupo Clarín que el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, rompe ante las cámaras un ejemplar del diario; un Poder Ejecutivo tan agresivo con un sector del Poder Judicial que tacha de “golpistas” a los cinco fiscales que convocaron una marcha en silencio para homenajear a Nisman el próximo miércoles, cuando se cumple un mes de su muerte.
En ese contexto, el fiscal Gerardo Pollicita, en quien recayó la denuncia de Nisman tras su muerte, recogió el guante de su antecesor y acusó el viernes a la presidenta, a su ministro de Exteriores, Héctor Timerman, y a otros cargos y dirigentes oficialistas del mismo delito que ya les había incriminado Nisman: encubrimiento de supuestos terroristas iraníes, sobre los que pesaba una orden de busca de Interpol por la supuesta participación en el atentado de la AMIA, que en 1994 terminó con la vida de 85 personas en Buenos Aires. Ahora, será el juez Daniel Rafecas quien decida si ha de darle curso a la investigación que solicita el fiscal. Rafecas acortará sus vacaciones de verano austral para regresar el próximo miércoles.
Rafecas habrá tenido tiempo estos días de leer la denuncia de Nisman. Tras la muerte del fiscal, el Gobierno decidió levantar el secreto del sumario y publicar en Internet las 290 páginas del escrito. Desde el Gobierno se tachó a la denuncia de inconsistente y delirante, como si no hubiese sido escrita por un fiscal. Varios juristas reconocieron al diario La Nación que a la acusación de Nisman le costaría probar el delito de encubrimiento. Algunos de los periodistas más críticos con el Gobierno reconocían en público que la denuncia era más floja de lo que habían pensado, que aportaba pruebas no muy contundentes y se basaba demasiado en recortes de diarios. Pero Gerardo Pollicita ha estimado que hay suficientes indicios para sospechar que Cristina Fernández y los otros cometieron un delito. La mayoría de los dirigentes de la oposición hablaron de la “gravedad institucional” del momento y apelaron a que la justicia continúe su trabajo.
La muerte de Nisman está dibujando el retrato de una clase política y judicial dividida casi por una raya
Desde la Casa Rosada se vinculó al fiscal Pollicita con el dirigente opositor Mauricio Macri, porque tuvo cargos en el club de fútbol Boca cuando Macri fue presidente de la entidad. Por su parte, el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, advirtió que la imputación de Pollicita forma parte de “una estrategia de golpismo judicial activo”. El Gobierno es consciente de que el próximo 25 de octubre se celebran elecciones presidenciales, que Fernández no puede concurrir a ellas en un tercer mandato consecutivo y que solo le quedan diez meses en la Casa Rosada. Pero la mandataria y sus ministros insisten en la teoría del golpe de Estado y la desestabilización, a pesar del escaso tiempo que les queda para entregar el mando.
La muerte está dibujando el retrato de una clase política y judicial dividida casi por una raya. La raya parece marcarla la manifestación silenciosa del próximo miércoles. La oposición se ha sumado a ella. La presidenta, el pasado miércoles, habló por todos los canales de televisión rodeada de ministros y militantes que la animaban con sus cánticos. No mencionó a Nisman y al final del discurso dijo: “¿Saben qué? Y nos quedamos con el canto, nos quedamos con la alegría, nos quedamos con ese grito de ‘viva la Patria’. Y a ellos, a ellos les dejamos el silencio”.
Dos días después Fernández fue imputada por el fiscal Pollicita. Y su respuesta llegó por Facebook el sábado por la mañana: “¿Saben qué? El odio, el agravio, la infamia, la calumnia se los dejamos a ellos”. El mensaje, una vez más, pintaba una raya entre “ellos” y “nosotros”.
La jueza y exesposa del fiscal Nisman, Sandra Arroyo Salgado, aclaró esta semana en una audiencia abierta en el Senado que no es oficialista ni opositora y pidió “no seguir politizando” la investigación de la muerte de Nisman. Pero su petición parece casi utópica en el ambiente electoral que se respira ante las presidenciales de octubre. Cualquier gesto estará cargado de contenido político. Ni siquiera Arroyo Salgado podrá evitarlo. Ella no ha dicho si acudirá a la marcha del próximo miércoles. Pero haga lo que haga la raya está marcada. A un lado, los del “silencio”, “el odio, el agravio, la infamia”. Y al otro lado, los del canto y la alegría. Malos tiempos para matices.

Comienza hoy nuevo período parlamentario con “pesos pesados”

Mayoría del FA, más mujeres, y figuras de fuste en todos los partidos

La República



Marcelo Márquez
Se inicia en esta jornada en el Parlamento la XLVIII Legislatura con el hecho político más gravitante: nuevamente el Frente Amplio, el partido de gobierno, tendrá mayorías en ambas Cámaras.
Pero como todo nuevo escenario, también presenta algunas particularidades respecto a la anterior Legislatura, a lo emanado por las urnas el pasado 26 de octubre, y en las nuevas definiciones políticas de cara al gobierno nacional del 1º de marzo, y también, al nuevo mapa político municipal que emergerá desde el 10 de mayo próximo.
El nuevo Parlamento es fruto del resultado electoral de octubre.
Los votos emitidos habían sido 2.348.833, de los cuales en un recuento del 99,6% de los circuitos se dio cuenta que en blanco se expidieron 42.969 y 33.933 anulados.
A nivel de los partidos políticos el Frente Amplio con la fórmula Tabaré Vázquez-Raúl Sendic fue netamente el más votado con 1.134.187 votos (47,81%). Fue seguido por el Partido Nacional de Lacalle Pou y Jorge Larrañaga con 732.601 votos (30,88%), y más atrás el binomio Pedro Bordaberry-Germán Coutinho del Partido Colorado con 305.699 votos (12,89%).
En el caso del Partido Independiente obtuvo 73.379 votos (3,09%), seguido por la Unidad Popular con 26.869 votos (1,0%), el PERI con 17.835 votos (0,7%) y el PT con 3.218 votos (0,2%).
Ello determinó que por primera vez Unidad Popular obtuviese una banca en Diputados: Eduardo Rubio (26 de Marzo).
Características
El ámbito parlamentario 2015-2020 en sus inicios contará con algunas características propias:
En lo estrictamente político contará con varios dirigentes de peso político en las actuales estructuras partidarias y sectoriales: José Mujica, Lucía Topolansky que hoy presidirá el Senado y la Asamblea General, Raúl Sendic y Danilo Astori, en el Frente Amplio; Luis Lacalle Pou y Jorge Larrañaga en el Partido Nacional; Pedro Bordaberry en el Partido Colorado; y Pablo Mieres del Partido Independiente.
Asimismo, tendrá mayor cantidad de mujeres en función de la aplicación de la cuota política (habrá que evaluar si realmente se cumplió con el objetivo trazado). En esta ocasión ocuparán sus bancas 25 mujeres (17 en Diputados y 8 en el Senado), un 30% más en líneas generales respecto a la anterior legislatura.
Uno de los aspectos polémicos es la eventual renuncia de Bianchi a su banca en el Senado para permitir el ingreso de Álvaro Delgado, y quedarse la ex directora del Bauzá con su escaño en Duputados.
Antes de comenzarse con el período ya hubo dos renuncias al Cuerpo: la de los electos diputados Fernando Lorenzo y José de Enríquez.
Distinto será el caso de los legisladores que renunciarán para aceptar nuevos desafíos en el ámbito del gobierno o en responsabilidad a nivel internacional.
Un hecho curioso es el que protagonizan dos legisladores que son los hermanos Mier: salieron diputados por el departamento de Treinta y Tres pero por distintos partidos, uno por el Frente Amplio y otro por el Partido Nacional.
Por otra parte, según consignó ayer el semanario Búsqueda, el nuevo Parlamento también tendrá más docentes y dirigentes sindicales, y menos abogados.
No es un dato menor contar entre los senadores con José Mujica, quien ejerce actualmente la Presidencia de la República, y con varios senadores y diputados que se postularán en las elecciones departamentales y serán los nuevos Intendentes a partir del mes de julio.
La ceremonia del Senado estará encabezada por Lucía Topolansky, y a partir del 1º de marzo, la conducción estará a cargo de Raúl Sendic, hijo del caudillo revolucionario Raúl “Bebe” Sendic.
En la Cámara de Representantes, Alejandro Sánchez del MPP será el designado para presidir el cuerpo durante el 2015.
Están varios “pesos pesados” de sus partidos: José Mujica (FA), Lacalle Pou (PN), Pedro Bordaberry (PC), y Pablo Mieres (PI).
Cambios
Como suele suceder en los diferentes períodos legislativos, varios parlamentarios renunciarán para tomar otras responsabilidades en el ámbito de organismos de gobierno o internacionales.
Es el caso de Danilo Astori que nuevamente volverá a conducir los destinos del Ministerio de Economía y Finanzas.
En el caso de Eduardo Bonomi el planteo de la administración Vázquez es que continúe al frente de la cartera del Ministerio del Interior.
Luis Almagro cuenta con el respaldo internacional para constituirse en el próximo secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA). Lo suplantaría Ruben Martínez Huelmo.
Otra legisladora que está involucrada en esta situación es Cristina Lustemberg, quien asumirá como subsecretaria de Salud Pública. Quedará en su lugar José Querejeta.
Eventuales intendentes. Hay muchos parlamentarios que se presentarán como candidatos en sus departamentos.
En el Frente Amplio, Lucía Topolansky (Montevideo), Daniel Martínez (Montevideo), José Carlos Mahía (Canelones), Martín Tierno (Durazno), Patricia Ayala (Artigas), Aníbal Pereyra (Rocha), Alfredo Fratti (Cerro Largo), Darío Pérez (Maldonado), y Pablo Pérez (Maldonado). Además, Andrés Lima (Salto), y Edgardo Rodríguez (Tacuarembó).
En el Partido Nacional, José Carlos Cardoso (Rocha), Mario Silveira (Treinta y Tres), Sergio Botana (Cerro Largo), Gerardo Amarilla (Rivera), Carmelo Vidalín (Durazno), Carlos Moreira (Colonia), Carlos Enciso (Florida), y Enrique Antía (Maldonado).
En filas coloradas, Germán Coutinho (Salto) y Walter Verri (Paysandú), recorrerán dicho camino.
Por su parte, el Partido Independiente, promueve a Iván Posada en Montevideo mientras que en Canelones hace lo propio con Daniel Radío.
Ausencias
Importantes ausencias tendrá el nuevo Parlamento. El ex presidente y ex senador nacionalista Luis Alberto Lacalle Herrera no ocupará una banca.
También se notará la ausencia como titular de Carlos Baráibar en el Frente Amplio, aunque habrá una peculiaridad: ocupará la banca entre el 15 de febrero y el 1º de marzo como suplente de Danilo Astori. Cuando Astori pase a desempeñarse en el MEF le suplantará Enrique Pintado.
En la incipiente Legislatura tampoco estarán presentes los senadores del FA, Alberto Couriel, Luis Gallo Imperiale, Héctor Tajam, Enrique Rubio, y Eduardo Lorier, entre otros.
En los partidos tradicionales faltarán a la cita del nuevo Parlamento, Sergio Abreu, Francisco Gallinal, Gustavo Borsari, Juan Chiruchi, Jorge Saravia, Ricardo Berois, y Ana Lía Piñeyrúa en el Partido Nacional, así como Alfredo Solari, Fitzgerald Cantero, y Gustavo Espinosa en el Partido Colorado.
En la Cámara de Representantes tampoco estarán los experientes legisladores del Frente Amplio, Doreen Ibarra, Roque Arregui, José Bayardi, Felipe Michelini, Daisy Tourné, y Jorge Orrico, entre otros.
Lorenzo
Quien fue electo diputado pero anunció que no asumirá su banca es el ex ministro de Economía y Finanzas, Fernando Lorenzo.
“No sólo he sido sometido a un proceso que considero injusto sino que, con la aprobación del nuevo Código Penal, podría verme impedido como ciudadano del derecho a escuchar el dictamen de la Justicia en la que siempre he expresado mi confianza”, sostiene Lorenzo en su carta de renuncia.
Y concluye: “En estas circunstancias, he tomado la resolución de no acceder a mi banca. No se puede ser representante nacional bajo la eterna sospecha sobre mi persona y mi accionar”.
El pase
A un mes de haber sido electo por Vamos Uruguay, el diputado Fernando Amado se desvinculó del sector, pero permaneció en el Partido Colorado.
“Éste es uno de los días más dolorosos de mi vida política. Hoy doy por cerrada la etapa de mi pertenencia a VU. En las últimas semanas se me ha acusado de ser desleal, traidor, oportunista o cobarde. Han existido adjetivos para todo gusto y todo ello ha ocurrido bajo la pasividad o beneplácito, por decir lo menos, del Dr. Bordaberry”, escribió Amado en parte de su carta.

JÓVENES ANCIANOS. Por Julio Dornel.






                                              Escritor y periodista Julio Dornel
Uno de los síntomas más evidentes de que los años han pasado demasiado rápido, está relacionado con los regalos que recibimos en los aniversarios y otras festividades. Si el día de su cumpleaños, navidad, año nuevo, reyes o el día de los padres le regalan medias o pijamas (de tartán o franela) no tenga ninguna duda de que ha llegado a una edad que necesita de una atención especial de sus familiares. En el balance de otros aniversarios quedaron para el recuerdo las corbatas, los perfumes o alguna botella que por lo general había que vaciar el mismo día para que la felicidad se prolongara.
A partir de los 60 las medias se repetirán hasta el último aniversario con un razonamiento lógico de sus familiares “el abuelo necesita mantener los pies calientes, no sea cuestión que... Recién ahora nos dimos cuenta que los años que deseábamos tener en la infancia se fueron demasiado rápido y ni siquiera sabíamos de la existencia de las medias. Pero medias al margen y muy bien que sirven para abrigarnos el cuerpo hay otras situaciones que nos dejan el alma a la intemperie. Un elevado número de personas con más de 60 años está viviendo en una sociedad que los discrimina permanentemente valorizando solamente a los jóvenes. Jubilados, pensionistas y viejos abandonados representan en la actualidad un porcentaje expresivo que debería preocupar a la sociedad uruguaya.
Las comodidades de la vida actual no llegan a la mayoría de los ancianos, dando la sensación de que los más jóvenes están discriminando a quienes ya no están en condiciones de producir. En algunos asilos y “hogares” existentes en nuestro país, muchos internados aguardan ansiosos la única visita que recibirán en muchos años: la muerte. Pobres, enfermos y abandonados por amigos y familiares, cansados de dormir sobre colchones malolientes, vestir ropas contaminadas y comer muy poco los ancianos se van cansando lentamente de vivir. Se trata de un tema reiterado que lejos de mejorar ha empeorado en los últimos años, basta visitar algunos de estos establecimientos para comprobar una situación de abandono que en algunos casos se desea la muerte como única salida.
Al margen de los sufrimientos naturales que provocan las enfermedades, cuando se superan los 80 años algunos ancianos padecen de un mal incurable que es la soledad. De esta manera y en estas circunstancias comienzan las crisis de depresión, encerrándose en sus problemas y sintiéndose inútiles después de haber trabajado durante toda la vida. Se habla mucho de proteger a la familia mediante programas de asistencia a la maternidad, a la infancia, al menor y a los incapacitados pero muy poco se habla de los ancianos. Las Naciones Unidas calculan que en el año 2020, solamente en Brasil habrá más de 30 millones de personas con más de 60 años. Esta realidad nos está demostrando también que muchos valores tienden a desaparecer y cada día se respeta menos a los padres, maestros, profesores, abuelos y vecinos con una falta de consideración nunca imaginable.
Antiguamente los jóvenes confiaban en los adultos del barrio con la seguridad de que llegado el momento encontrarían una mano amiga y solidaria. Hoy todo ha cambiado. Rejas en puertas y ventanas, ancianos que sobreviven entre el frío y la soledad del asilo, mochilas con celulares junto a los pañales y una realidad que golpea cada vez más fuerte a la tercera edad. En todas las etapas de la vida el hombre necesita del apoyo y del afecto de sus familiares, amigos o vecinos. Sin embargo nunca se necesita tanto como en la vejez o en la tercera edad como se dice ahora. También debemos señalar que el promedio de vida aumentó considerablemente, mientras en 1900 apenas llegábamos a los 47 años en la actualidad ha sobrepasado los 70 y se encamina a vivir mucho más que todas las especies que habitan el planeta. Pero mientras aguardamos la eternidad de nuestros sucesores debemos recordar a célebres “viejos” que se metieron en la mejor historia de la humanidad; León Tolstoi murió a los 84 años de neumonía; Goethe murió a los 83 años cuando recién había terminado la segunda parte de Fausto; Víctor Hugo también murió a los 83 y Tiziano de cólera a los 99, cinco años después de terminar su famoso cuadro “Cristo Coronado de Espinas”. Miguel Ángel murió a los 89, Verdi a los 88 tras haber creado Othelo con mas de 80. Stradivarius a los 93 y Bertrand Russell en plena vejez preside en Estados Unidos los tribunales de Crímenes de Vietnam. La historia uruguaya ha recogido el nombre de Anacleto Medina que murió a los 83 años atravesado por una lanza en la batalla de Manantiales mientras luchaba junto a Timoteo Aparicio en 1871. Con muchos años y casi ciego confundió una partida enemiga por sus compañeros y fue ejecutado sin piedad en el campo de batalla. Ilustres ancianos que sin embargo nunca los vimos encasillados en la Tercera Edad.

sábado, 14 de febrero de 2015

Causa Lola: citarán a declarar a cinco personas de su entorno

LA MAÑANA de Córdoba

A partir del miércoles próximo, y a pedido de la fiscal del caso, la jueza Silvia Urioste, que investiga el crimen de Lola Chomnalez, tomará la declaración de cinco personas más. El asesinato continúa sin pistas claras.

El diario El País de Uruguay informó que a partir del miércoles próximo la jueza que investiga el crimen de Lola Chomnalez, Silvia Urioste, y a pedido de la fiscal del caso, Gabriela Sierra, se tomará declaración a cinco personas. La idea es reconstruir los últimos días de la joven, cuyo caso sigue sin un rumbo claro.
La sospecha principal de los investigadores es que el asesino de Lola Luna Chomnalez sea extranjero y se haya ido de Uruguay luego de matar a la menor.
La lupa está puesta en el entorno de la madrina de la adolescente. Mientras tanto, este viernes, la jueza dejó en libertad a otro hombre que había sido detenido para que declarara por el hecho.