DOÑA
CHINITA, 106 AÑOS DE HISTORIA EN LA CORONILLA
La
particularidad de lo común hizo de ella una matriarca singular
COLUMNA
DE RICHAR ENRY
Doña
Chinita, como fue conocida Águeda Damas, no era una persona extraña
para muchos melenses; pero fue el 5 de febrero de 2019 cuando se hizo
popularmente conocida, luego de ser presentada como “La última
lavandera de Melo…” en la publicación de un diario de alcance
nacional, el día en que conmemoraba sus 105 años de edad.
Tiempo
después, luego de contactar a algunos de sus familiares, se empezó
a delinear lo que sería el pre-guión del documental audiovisual,
que estará al acceso de todos muy pronto en mi canal, y que ya fue
presentado con éxito en la ciudad de Melo con excelente marco de
público y muy buenas críticas de los asistentes.
Más
allá de los aspectos técnicos y formales de toda producción
audiovisual, se buscó imprimirle una perspectiva humana, no
desvinculada de su trabajo, pero sí más enfocado en su rol
familiar, en el aspecto humano que todos estampamos en lo que hacemos
y muchas veces queda opacado por la función que cumplimos en la
sociedad. Plasmar esa mirada no fue tarea difícil, porque la propia
personalidad de la entrevistada lo permitía: bastó iniciar nuestra
charla y ella empezó a develar esas facetas más personales de su
vida, y aunque con algo de dificultad auditiva, no tuvo empacho en
descubrirnos diversos aspectos de su intimidad. Tal como la situación
lo ameritaba, no podíamos apersonarnos sin un presente digno de tan
grandiosa mujer, así que le obsequiamos una planta de Anturio, que
representa la hospitalidad y la abundancia, y que además de la
belleza natural de su follaje, prodiga unas flores espectaculares; y
a cambio, ella nos regaló generosamente historias inéditas de su
infancia traviesa, de su juventud divertida y de una vida esforzada,
saliendo airosa incluso de la propia muerte.
Manteniendo
la debida distancia con la protagonista, y apegados a la formalidad
necesaria para el trabajo, nos fuimos adentrando en busca de la
verdadera Chinita, con objetividad y seriedad. Un poco lenta en su
caminar, pero muy viva en sus expresiones, pasar algunas horas con
Doña Chinita y su entorno familiar el día en que celebraba sus 106
años de edad fue emocionante, ya que como ella bien recodaba: “de
una familia de … hermanos, sólo yo quedo”.
De
sus travesuras de infancia destaca algunas como la de zambullir con
sus manos patitos en el arroyo, atar a su hermana a un carnero que
castigaba para que la otra pudiera jinetear, hasta cuando siendo ya
adolescente preparó el mate con mío-mío para darle a un
pretendiente que iba a diario a tomar mate en su casa, con la excusa
de conversar con el padre. No es menor decir que todo esto ocasionaba
diversos castigos, que iban desde los muy graves -que le costaban
días de reposo por las lesiones físicas recibidas- a reproches
vehementes de sus progenitores; pero ni así dejaba de ser “bandida”,
como ella misma lo señala.
Casada
a muy joven edad con Francisco Viera, vivió gran parte de su vida
entre el Barrio Cuchilla de las Flores y Estero Bellaco, y fue madre
de cinco criaturas. La hija mayor, Yaisy (que nunca se fue lejos de
su madre), guarda en su memoria difíciles momentos vividos juntas,
cuando siendo ella sólo una niña y viviendo en Santa Clara de
Olimar, iban en charré al paso La Yeguada a lavar ropa con una
vecina y su hija, y cómo luego de un accidente trágico con el
caballo, debieron transitar esos cinco kilómetros y medio a pie con
los atados a cuestas, lo que se les hacía eterno; conserva asimismo,
con gran sentimiento, el juramente que su madre le realizara a su
extinto marido, quien le pidió que cuidara bien de ella cuando él
ya no estuviera en este mundo, y cómo ella cumplió fielmente lo
prometido hasta el último momento.
Adriana
Bracco, nieta de Águeda, vive ahora en La Coronilla, Rocha, y muy
cerca mora también su hija -la bisnieta de Agueda-, Lorena Cabrera;
en oportunidad de entrevistar a ambas, además de percibir un gran
aprecio y respeto por la figura de Doña Chinita y su historia
personal, nos mostraron cómo la sienten presente en cada cosa del
día, en cada prenda que la abuela tejió en croché, en sus
costumbres y hasta en sus versos.
Chinita
fue también madre de “El Pocho” (conocido comerciante del rubro
gomería en el departamento de Cerro Largo), con quien convivió
mucho tiempo, paseó por las termas y visitó la capital, también de
Francisco “Pancho”, José y Amalia, todos siempre cercanos a la
casa de la abuela, donde criaron a sus hijos e hijas, y hasta nietos,
porque sentían que ese era un lugar acogedor donde todos se sentían
seguros.
Sin
enfermedades crónicas, con un apetito equilibrado y un gusto
especial por una copa de vino y un vasito de cerveza, Chinita contaba
su relación con la medicina y la única recomendación de comer y
tomar mucha agua, lo cual para una anciana de su edad era admirable.
Como
aquellas grandes mujeres que hicieron la historia formal, Doña
Chinita, lavando ropa para otros, para nosotros también es grande:
constructora de una historia informal, transmisora de tradiciones,
forjadora de futuros que superaron la adversidad y gracias a su
ejemplo lograron y logran hasta hoy día conformar familias, que
trabajan y producen teniendo en ella el ejemplo de esfuerzo y
perseverancia.
Esperamos
que este audiovisual sea del agrado de todos, y que quienes tuvieron
en su familia una bisabuela, una abuela o tía, alguna mujer que supo
criar hijos, mantener una vida digna y dar esperanza a las nuevas
generaciones, metiendo mano en el agua, pasando el jabón, refregando
la espuma y planchando -muchas veces con almidón-, puedan ver
representadas en ella a esas inolvidables personas, que sin pudor ni
vergüenza pasaban a buscar la ropa sucia para traerla luego limpita
y fragante, contribuyendo a que las personas vistieran de forma
impecable y durmieran apaciblemente en sábanas perfumadas por su
candor.
Morenita
lavandera,
biguacita
de la costa,
enrollate
la pollera,
ponete
a lavar la ropa.
Tu
madre cocina charque, *
tu
padre fue río arriba
y
vos te quedaste sola
lavando
ropa en la orilla.
Río de los pájaros –
ANIBAL SAMPAYO
RICHAR
ENRY FERREIRA - Productor y documentalista, investigador, escritor,
Periodista y amigo de la naturaleza.