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domingo, 7 de julio de 2013

ARGENTINA El precio del trigo uruguayo jaquea al granero del mundo

ARGENTINA

El precio del trigo uruguayo jaquea al granero del mundo

El Observador

Es inocultable el mal resultado del intervencionismo en varios rubros


En Argentina a nadie le llamó la atención la terminante negativa de Guillermo Moreno a autorizar una eventual importación de trigo desde Uruguay. Y la falta de sorpresa no refiere solo al tono y a la expresiva frase que utilizó para desanimar a un empresario que quería hacer ese negocio.
Sobre todo, lo que se daba por sentado era la motivación de fondo del polémico secretario de Comercio Interior para desautorizar la operación comercial.

Es que para un país que históricamente se ha enorgullecido de ser “el granero del mundo” (y que se jacta de tener una capacidad productiva lo suficientemente grande como para poder alimentar a una población 10 veces mayor a la de sus 40 millones de habitantes), la mera idea de importar trigo es sencillamente vergonzosa.Para la castigada autoestima nacional, sería un duro golpe. Algo así como que Arabia Saudita tuviese que importar petróleo.

Y concretamente para el gobierno de Cristina Fernández, implicaría una pésima publicidad justo en plena campaña electoral. Supondría darle pie a los opositores para que la acusaran de una gestión tan mala en el plano agropecuario que debe comprar lo que supuestamente al país debería sobrarle.

Por eso, cuando se supo que había una disparada con el precio del pan y que los productores la atribuían a la brusca disminución en la cosecha de trigo, comenzaron a correr todo tipo de versiones respecto de cómo el gobierno solucionaría la situación. Y ninguna de ellas incluía la importación.
O, al menos, no una importación reconocida como tal. Llegó a especularse en el ámbito agrícola hasta de la posibilidad de que las autoridades hicieran la “vista gorda” ante la entrada no registrada de trigo al país. Es decir, técnicamente, un contrabando.
Es que si algo no falta es el incentivo económico para esa operación comercial. “Hoy en Argentina el trigo vale cerca de US$ 500 la tonelada, el doble que en Uruguay. Ya se habla de que hay gente que va a comprar allí para venderlo acá”, advirtió el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Luis Miguel Etchevehere.

Mientras tanto, en el plano oficial, el gobierno se apresuró a firmar un acuerdo de precio para garantizar el suministro de algunas variedades de pan a precios populares, algo que inmediatamente fue puesto en duda por el mercado, dados los antecedentes históricos de desabastecimiento que siempre han seguido a estos acuerdos.
Y Moreno calificó la crisis como una creación mediática destinada a perjudicar la imagen del gobierno. “Esto es una manija de Héctor Magnetto para hacer quilombo”, afirmó el funcionario, aludiendo al CEO del multimedios Clarín. Al mismo tiempo, destacó la actitud de los exportadores, quienes ante la “invitación” del gobierno, aceptaron suspender partidas de exportación ya comprometidas, de manera de engrosar la oferta del mercado interno en unas 370.000 toneladas.
Claro que, finalmente, la realidad se terminó imponiendo. Y fue allí cuando abandonó los buenos modales y aplicó la ley de desabastecimiento, que habilita al gobierno a intervenir una industria y aplicar duras sanciones cuando los empresarios son sospechados de desabastecer adrede el mercado con la finalidad de generar desestabilización social o para especular con las alzas de precios.
Intervencionismo
El gobierno no ha logrado bajar el precio del pan al nivel prometido, pero parecería que, tras este acuerdo, no habría un problema de desabastecimiento agudo en las panaderías. De todas formas, la población se sorprendió por una campaña mediática en la cual se alienta a la producción de pan casero, como forma de no convalidar los altos precios y combatir la escasez. Lo cual ha llevado a los analistas políticos a observar que, a pesar de su esfuerzo por atenuar el daño ante la opinión pública, el kirchnerismo terminará pagando un costo político por el problema del pan.

“Hay que dedicar el tiempo que antes era libre para peregrinar al Mercado Central a comprar lo que se adquiría en el propio barrio. Y hay que dejar de descansar o de trabajar para hacer en casa el pan que se compraba al panadero. ¿Eso no es ajuste?”, plantea Jorge Oviedo, uno de los principales comentaristas políticos del diario La Nación. Por otra parte, entre los productores no hay dudas sobre quién tiene la culpa de esta escasez.
Domingo Capeloni, presidente de la Asociación Argentina Pro Trigo, lo expresó de manera contundente: “Lo que sucede con el trigo es sencillo, las intervenciones del Estado llevaron a todo esto. Al tener los mercados intervenidos o cerrados, los productores dejaron de producir porque no podían venderlo. Eso fue lo que pasó y por eso tenemos la menor superficie sembrada de los últimos 110 años”.
En un argumento tendiente a deslindar cualquier responsabilidad por parte de los productores, este dirigente destacó que las inversiones en tecnología han llevado a que los rendimientos aumentaran un 20% en los últimos cinco años. “No es que falte superficie, ni genética, ni tecnología, falta trigo porque hay malas políticas”, afirmó.
En el mismo tono, Sebastián Olivero, de la consultora Agro Tecei, acusa: “Argentina tiene el trigo más caro del mundo; Moreno lo hizo”. Y agrega que, ni siquiera bajando los requerimientos sobre peso y calidad y mejorando sus ofertas, los molinos nacionales consiguen abastecerse.
También el presidente de la Sociedad Rural Argentina apuntó contra el gobierno, por su política restrictiva hacia las exportaciones: “Mientras que no se intervinieron los mercados, y no hubo retenciones, se produjeron entre 16 y 18 millones de toneladas por año. El consumo es de 6 millones por año. Es decir, producíamos el triple de lo que necesitábamos. El gobierno intervino el mercado, le quitó rentabilidad al productor. El año pasado tuvimos la peor cosecha de 111 años con 9 millones de toneladas”, detalló.
El origen de esta criticada política intervencionista data de 2006, todavía durante la Presidencia de Néstor Kirchner, cuando Moreno inició una serie de intervenciones en varios mercados, especialmente los de la carne, la leche y el trigo. Pero la cosa no termina con que se haya llegado este año a la tercera peor producción de la historia. Ocurre que, además, en el período que va desde el comienzo de la intervención, la industria molinera recibió subsidios por unos US$ 1.000 millones, al tiempo que los productores recibieron US$ 100 millones por compensación. Estos pagos fueron suspendidos hace dos años, lo cual agravó la situación del sector molinero.
Buscando el culpable
Lo cierto es que, pese al intento de Moreno por atenuar el impacto de la mala noticia, la autoestima del “granero del mundo” está afectada. Una prueba de ello es que las recientes noticias sobre el insólito desabastecimiento de papel higiénico en Venezuela ni siquiera dio lugar a chistes: los símiles entre las políticas de los dos países empiezan a ser preocupantes, al punto que muchos creen que habrá que esperar nuevos rubros de escasez.

Todavía está fresco en los consumidores los períodos de faltante de carne, aceite y de yerba mate, que afectaron al país hace dos años. Por no hablar, claro, de los cíclicos desabastecimientos de combustibles que, al menos una vez al año, provocan largas filas de automovilistas en las estaciones.
Y en todos los casos, el ciclo es el mismo: un mercado fuertemente intervenido, que se ve afectado en su capacidad productiva como consecuencia de una caída en la inversión. La prueba de los problemas también es que el “relato” oficial ya cada vez se concentra menos en negar la existencia de estos desabastecimientos y empieza a focalizarse en teorías conspirativas, como las que atribuyen la culpa de la escasez y los aumentos de precios a los “poderes concentrados”. Un síntoma de que el “affaire trigo” puede ser apenas el emergente de un problema más grande.

Vacas flacas: consumo de carne en mínimo

Aun con la gravedad y con el peso simbólico que tiene el problema del trigo y el pan, es posible que no sea el peor ejemplo sobre malos resultados de la política intervencionista. El sector de la carne, otro que está íntimamente ligado al orgullo nacional, también ha sido víctima de estos problemas. Tanto que el consumo per cápita de carne vacuna llegó a marcar hace dos año su mínimo histórico, con unos 55 kilos anuales por habitante. Era un número que se ubicaba incluso por debajo del mínimo registrado durante la recesión de 2002, cuando el país se encontraba en la peor crisis económica y social de su historia. También en ese caso, el detonante fue el cierre de las exportaciones, una “solución” que le permitió al gobierno inducir a una caída de los precios en el corto plazo, pero que generó una continua caída en el stock bovino. De los 60 millones de cabezas que había siete años atrás, hoy quedan 48 millones, como consecuencia de las “faenas de vientres” decididas por ganaderos que prefirieron cambiarse de rubro ante la caída de la rentabilidad. En ese período, han cerrado más de 120 plantas frigoríficas, y el sector perdió unos 12.000 empleos. Y lo más irónico del caso: los precios siguen subiendo. “El congelamiento generó una caída en el stock ganadero que posteriormente pagamos todos los argentinos con precios de la carne que no sólo se duplicaron a partir de 2010, sino que además hoy se ubican incluso algo por encima de los precios internacionales”, argumenta el economista.
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Uruguayos felices en familia

VIDAS

Uruguayos felices en familia

El País

Ocho de cada diez personas en el país están muy satisfechas en el hogar, incluso más que en el trabajo. Y los más alegres son los adultos mayores, los casados y las mujeres.
Nunca mejor dicho: "Hogar, dulce hogar". Es que los uruguayos son más felices con su familia que en el trabajo. De hecho, ocho de cada diez (79%) califica sus relaciones familiares como muy satisfactorias, mientras que uno de cada dos (55%) es feliz con la labor remunerada que desempeña, según el último estudio sobre la percepción de felicidad en Uruguay, realizado por Opción Consultores.
Los uruguayos "encontramos más sencillo tener una mejor calidad emocional que material", explica la psicóloga Mariana Álvez. ¿Por qué? "No tenemos acceso a trabajos tan bien remunerados" y que le permitan a uno sentirse "valorado". En el exterior, sin embargo, varias "empresas tienen una cultura de cuidado de sus empleados que en nuestro país no está tan desarrollada".
Pero, ¿no es que el dinero no hace a la felicidad? La investigación desmitifica el concepto. Aún más: quienes manifiestan mayores niveles de percepción de felicidad global (en una escala del uno al diez) son las personas con mayor nivel educativo y, por tanto, quienes gozan de mayores posibilidades de ingresos. El 65% de los encuestados que alcanzaron estudios de alto nivel calificaron su felicidad general con un valor entre ocho y diez puntos. Pero, dentro de los de menor nivel educativo el 56% consideró su felicidad en menos de ocho puntos.
"Eso de que el dinero no compra la felicidad es un mito", dice la psicóloga. Precisamos cubrir necesidades básicas que solamente pueden ser satisfechas con dinero (alquileres, comida, ocio) y, "más allá de que es cierto que no compra a la felicidad en sí misma, sí tiene la capacidad de generarnos bienestar y situaciones de placer: el problema, en todo caso, está en cómo lo gastamos".
Por fuera del dinero, este segundo estudio sobre percepción de la felicidad, realizado en junio y que publica Domingo, se centra en las relaciones familiares. Y, en este sentido, apenas el 9% de los consultados manifiesta insatisfacción en este ámbito.
La investigación indica que el ámbito privado de las relaciones familiares representa un espacio en el cual la población, en término medio, experimenta mayor nivel de satisfacción respecto a otras áreas de su experiencia. Y en buena medida la explicación parece estar vinculada al estado civil.
Los casados y los que están en unión libre se consideran muy felices en un 58%, mientras que los solteros, separados, divorciados o viudos lo están en un 43%. Es que en la pareja formal se asocia, según expertos, a la obtención de compañía y amor, así como mayor capacidad para afrontar shocks sociales, económicos o de salud.
"Los casados son quienes padecen menos depresión, sienten que tienen a quien recurrir para buscar consuelo en los momentos difíciles, tienen a alguien que los acepta y ayuda", señala Álvez. Esas condiciones se obtienen en un vínculo sano de pareja. "Cuando las relaciones son tóxicas (maltrato físico o psicológico, infidelidades y falta de respeto) ya no podríamos sentirnos seguros ni protegidos y por ende perderíamos los beneficios y el bienestar de estar en pareja".
Tal es así que el propio estudio de Opción Consultores indica: "Investigaciones demuestran que aquellas personas que rompen un vínculo matrimonial o de unión libre de mala calidad mejoran su felicidad en relación a la obtenida en los últimos tres años de matrimonio".
Las que más se ven afectadas por estas relaciones afectivas, tanto de pareja como de familia, son las mujeres. "El género femenino encuentra más satisfacción en lo que concierne a lo emocional y los vínculos, mientras que el hombre se siente más realizado y competente a través de su trabajo".
En números: ellas, en un 82%, están muy felices con sus relaciones familiares, en una puntuación superior a ocho. Ellos lo están en un 75%. A la inversa, en las puntuaciones de insatisfacción, los hombres registran 11% y las mujeres apenas 8%.
Si se es mujer y adulta mayor mucho mejor. El 84% de los encuestados mayores de 60 años manifestó niveles de percepción de felicidad en relación a su familia superior a ocho.
"Estudios en Psicología Positiva dicen que la etapa de la madurez es el momento donde podemos alcanzar un gran nivel de felicidad. Esto se debe básicamente a que las personas mayores se muestran más felices y satisfechas con respecto a su vida. Pueden experimentar un número mayor de emociones positivas y su experiencia emocional tiende a ser más estable ante las contrariedades de la rutina. Con los años nos vamos quedando con lo bueno, los lindos recuerdos, las anécdotas, hemos tenido tiempo de cultivar relaciones más significativas", explica la psicóloga.
La particularidad a nivel de la edad es que los más jóvenes (entre 17 y 34 años) tienen una leve percepción de felicidad mayor que el grupo de entre 35 y 59 años. Las posibles explicaciones se relacionan con el aumento de responsabilidades, la crianza de los hijos y los problemas de salud.
En la otra cara del mostrador están quienes no gozan de vínculos en el hogar que lo hagan feliz. Los conflictos interpersonales se posicionan como el principal motivo de insatisfacción con el 41% de las respuestas. Refiere a diferencias de valores, problemas intergeneracionales y conflictos en general.
Le siguen las dificultades económicas (21%), la soledad (10%), los problemas de salud (6%), divorcios y separaciones (5%), los problemas en la educación con hijos (3%) y la falta de tiempo para la familia (1%). Un 12% de los 600 encuestados de todo el país prefirió no expresar los motivos de infelicidad respecto a las relaciones familiares.
Como era de esperar, según los expertos, el estar en una relación de pareja estable, con una familia que lo contenga, el tener un alto nivel educativo que le permita acceder a un trabajo y, por tanto, a una mejor remuneración en la etapa activa o el ser adulto mayor sin preocupaciones sobre crianza e ingresos del hogar, y ser mujer, son el mejor combo para percibir la vida de un modo feliz. Pero hay más motivos que hacen a la satisfacción personal, que se profundizarán en próximas entregas del estudio.

FICHA TÉCNICA

Esta es la segunda entrega del Monitor sobre la Felicidad Uruguaya que presenta Revista Domingo. Se trata de una herramienta para comprender la percepción de felicidad subjetiva de los uruguayos y su vínculo con las dimensiones sociales y personales; en este caso, la familia. Los datos tienen un alcance nacional y se obtuvieron mediante una encuesta telefónica realizada durante junio a 600 personas mayores de 17 años. Se desarrolló con un muestreo aleatorio estratificado y proporcional, con mantenimiento de cuotas de sexo y edad. El margen de error: +-4% y 95% de confianza.

CLIMA

El ánimo no no cambia por época

A diferencia de lo que suele creerse, la felicidad no cambia según la estación. De hecho, según la psicóloga Mariana Álvez, no existe una influencia que asocie a las relaciones afectivas y las distintas épocas del año. "El ser humano es sociable por naturaleza y siempre está buscando generar vínculos" que le den una sensación de bienestar. Claro está que es una "sensación" y, por tanto, tiene un alto componente subjetivo y cambiante. "Una persona puede ser evaluada por un test de satisfacción en un momento vulnerable de su vida y puntuar muy bajo, y otra persona en el mismo momento puede puntuar muy alto". En todo caso, la percepción de felicidad está en estrecha relación a lo que nos está sucediendo en el momento, en lo inmediato. A la inversa, algunos estudios internacionales relacionan la felicidad a épocas del año, o más bien a estados del tiempo. De ahí la percepción de Bahía, en Brasil, como una ciudad "alegre" y Londres, en Gran Bretaña, como un poblado "gris". De hecho, hay quienes sostienen que dependiendo de la época del año se incrementan las relaciones sexuales y las gestaciones. Sin embargo, según datos del Ministerio de Salud Pública, las tasas de nacimiento en Uruguay son "estables" todo el año.

LAS CIFRAS

82%

De las mujeres uruguayas está muy feliz con sus relaciones familiares, mientras que en los hombres lo está un 75%, según el Monitor de Felicidad Uruguaya de junio.

41%

De los motivos de insatisfacción con las relaciones familiares se relaciona a conflictos interpersonales (problemas generacionales, de valores y peleas en general).

Los docentes apuestan a presionar diputados para quebrar al Frente Amplio


RENDICIÓN: "TÁCTICA" PARA ANULAR PLAN DEL GOBIERNO

El País

Los docentes apuestan a presionar diputados para quebrar al Frente Amplio
"Una cosa es lo que dicen los diputados en el Parlamento y otra cosa es cuando van a su pueblo y la gente los embreta", dijo a El País Jose Olivera, dirigente del sindicato de profesores de Secundaria, para quien el conflicto en la enseñanza parece lejos de haber terminado.
 

JOSÉ OLIVERA

"La presión puede hacer cambiar al Parlamento"

Es el líder de la Coordinadora de Sindicatos de la Enseñanza (CSEU), secretario general de la Federación Nacional de Profesores de Enseñanza Secundaria (Fenapes) e integra la mesa representativa del Pit-Cnt desde 2003. En entrevista con El País, José Olivera dijo que los docentes trabajan en una "táctica" de presión hacia los diputados para que haya aumentos en la Rendición de Cuentas.

José Olivera. Agustín Martínez
Andrés Roizen
 
-El Ejecutivo adelantó un año el aumento de 3% para la educación y el Parlamento parecería que va a votar eso y nada más. ¿Hasta cuándo seguirán con las medidas?
-Una de las cuestiones que nosotros estamos resumiendo es que una cosa es lo que dicen los diputados en el Parlamento y otra cosa es cuando van a su pueblo y la gente los embreta. El jueves lo pudimos percibir con un diputado del Frente Amplio en Paysandú, que si bien no adelantó posición, tuvo mucho cuidado en hablar de los 50 votos que se dan como seguros. La movilización social y la presión social generan condiciones para que en el Parlamento pueda haber algún cambio. Esto es en un año preelectoral y en una táctica que nosotros estamos aplicando que es agarrar a los diputados por localidad y convocarlos con la prensa, con padres, con trabajadores y decirles: "Hay ciertos mensajes, ustedes qué van a hacer". Entonces ahí, cuidado.
-¿Pueden no estar todos los votos del oficialismo?
-Creo que la situación concreta es que habría condiciones para generar movimientos que permitan realizar una serie de cambios quirúrgicos, por llamarlos de alguna manera, que permitan construir algo distinto a lo que ha planteado el Ejecutivo. Esa posibilidad el Parlamento la tiene y estamos apostando a que haya voluntad política por parte de los legisladores.
-De 2005 a la fecha los salarios docentes han tenido importantes aumentos. ¿Cómo explicaría la exigencia por aumentos en este momento, si en realidad parece existir todo un proceso de subas?
-Lo explicaría en estos términos, nosotros cuando asumió la primera administración frenteamplista en el 2005 acumulábamos al 1° de enero de ese año en el entorno del 17% o 18% de pérdida salarial real. Entre 2005 y 2010 hubo en promedio un 35% de aumento real, del cual un 16% era recuperar lo perdido. Esto se logró recién en 2008, quiere decir que en ese momento volvimos a tener el mismo nivel salarial que en el 2000. El crecimiento real de la administración del Frente Amplio es de 16%. Los aumentos pueden sonar importantes en términos porcentuales, pero en términos concretos no han tenido un cambio sustancial, por eso aún nos queda más de un 40% para llegar a esa media canasta que se ha planteado.
-¿Qué pasa si tras esta movilización no se aumenta más que ese 3%, sería una derrota?
-Cualquier lucha no se plantea en términos de cuenta de almacenero. Cuando nosotros encaramos una lucha política, porque en definitiva es de lo que estamos hablando, hay muchas formas de medir conquistas. Si mañana el gobierno dice te voy a dar 20%, pero vos no creaste conciencia, no creaste organización, y detrás de eso te dice te voy a privatizar la educación, ¿cómo enfrentás eso? Entonces el saldo político que hoy estamos haciendo, objetivo, es que incluso sabiendo que en algunos sectores del gobierno se juega a partir los sindicatos, y particularmente los de la educación y dentro de estos el nuestro, la primera conquista política es que hemos crecido en organización. No solo hemos crecido en la cantidad de afiliados, sino en organización. Se ocuparon más de 120 liceos en la última quincena de junio. Hemos tenido asambleas que han ido creciendo en participación. Entonces, con estos porcentajes de 3%, 6%, no se modifica sustancialmente el problema. Mi lucha va a ser en 2015 por el presupuesto quinquenal y creemos que tenemos condiciones objetivas que no las tuvimos ni en 2005 ni en 2010 para dar la lucha a fondo en ese presupuesto.
-¿Qué responde sobre la preocupación que se expresa por la "radicalización" de los sindicatos de la educación?
-Somos radicales porque estamos en la raíz del problema. Algunos podrán decir que estamos radicalizados porque hace años que no pisan una institución educativa y están sentados detrás de un escritorio. No se le puede pedir a la gente voluntariado porque sí, o que sean los apóstoles de la transformación social. Lo que me preocupa es que el concepto de radicalización que se está utilizando es peyorativo, o mejor dicho deslegitimante ante la sociedad. Y algunos de los que hablan de radicalización del conflicto fueron los que promovieron las huelgas del 89 y del 93, y qué más radical que esas huelgas. Los que ayer promovieron la huelga en estos escenarios, hoy la critican y hablan de radicalización en términos deslegitimantes. Ellos tienen que explicar por qué se movieron de determinadas concepciones y planteos, no nosotros. Nosotros somos coherentes, nos movilizamos en todos los gobiernos.
-Un dirigente del Pit-Cnt tachó de "patotas" a los gremios de la educación, ¿qué opina?
-Tengo la percepción de que en el movimiento sindical pasan cosas que pasan en el conjunto de la sociedad. No somos inmunes a la mediatización de algunos debates. Hay códigos que están en entredicho, cuestionados, que están siendo muy endebles.
-Fenapes fue muy duro con los liceos Jubilar e Impulso. ¿A qué se debe su ataque en medio del conflicto educativo?
-No es un ataque a las instituciones ni a las personas que trabajan allí. Lo que decimos es porque en esos días el presidente Mujica salió a hablar loas de estas instituciones.
-¿Molesta que Mujica destaque estos liceos?
-Por qué no destaca otros liceos de la esfera pública, vengo de estar en Paysandú y nos decían de estudiantes que egresan del liceo departamental y son becados en Inglaterra o Nueva Zelanda, que tienen premios internacionales. Eso también hay que publicitarlo. Claro que molesta. Vamos a no engañarnos, acá se habla poco de educación, aunque parece que la educación es la vedette de todos los debates. El trasfondo detrás de esto es que hay distintas visiones de qué hacer con el mercado educativo; hay quienes buscan fórmulas alternativas para apoderarse de ese botín de guerra. Con Germán Rama se puso la educación en manos de los expertos y los técnicos, que no tienen partido, sino intereses. Hoy la puja más grande es entre los expertos y los partidos políticos. Hay nombres que se repiten en contratos multimillonarios de asesoramiento, de izquierda y de derecha. Tenemos un archivo que tiene guardados contratos con nombres de expertos que se repiten hace años; contratos para asesoramientos y proyectos. Es gente que tiene intereses. Hay una corporación de técnicos y expertos que a través de contratos viven del sistema educativo.
-¿Pero por qué las críticas?
-No se puede comparar zapallo con sandía, son parecidos pero no lo mismo. Explicar los resultados sin explicar las condiciones es mentirle a la gente. El Jubilar tiene la posibilidad de entrevistar a 450 profesores y quedarse con 15, y el sector público a veces no tiene los docentes para cubrir todas las horas de clase. El Jubilar puede establecer una especie de contrato con la familia, pero el sector público no tiene a veces las condiciones para exigir que los padres manden a los hijos al liceo. Molesta que actores políticos como el presidente Mujica, que sabe de lo que hablamos, salga a elogiar esto en desmedro de la educación pública.
-¿Ustedes no reconocen los resultados del Jubilar trabajando con población crítica?
-Sí, pero con condiciones que no las tenemos en el sistema público. Incluso sin esas condiciones tenemos liceos públicos que obtienen los mismos indicadores.
-¿En Casavalle?
-No, pero andá a Mercedes a dar clase, a Rivera; es peor que Casavalle. Pasa que acá la gente no sabe de lo que está hablando, en Rivera hay prostitución, violencia, tráfico de drogas. Los contextos críticos no son cuestiones geográficas. Puedo asegurar que si la educación secundaria tuviera el apoyo político que no tiene, habría más de dos liceos en los medios diciendo los buenos resultados que tienen.
-¿Qué responsabilidad asume el sindicato de docentes en la crisis educativa?
-La crisis la discuto, hay que definir qué es una crisis. Parece que es de ahora, pero estos guarismos en nivel secundario vienen de mucho antes.
-¿Cree que es necesario evaluar más a los profesores?
-La evaluación es punitiva, la concepción que se maneja a nivel mundial es en ese sentido. La educación no funciona así, que si digo diez cosas vos vas a aprender diez cosas. No funciona así, quien diga esto o es un economista o es un estúpido. No abrió nunca un manual de pedagogía. Los docentes en Uruguay tienen un riguroso sistema de evaluación anual, están evaluados por el director del centro educativo y por los inspectores.
-¿Hay problemas en la formación de los docentes?
-Ahí sí tenemos un problema crítico, seguimos aferrados a la concepción de fuerte tradición normalista, donde en cierta medida se busca que el docente que se forma haga lo mismo que el que lo forma.

Rechazo a recuperar clases con más días

Respecto a la recuperación de los días de clase perdidos, José Olivera dijo que "hay condiciones para reformular el tiempo pedagógico. No hay un correlato entre tiempo cronológico y tiempo pedagógico. En la educación media puede ser hasta perjudicial aumentar los días", expresó. Luego, afirmó que "hay que pensar qué espacios se pueden utilizar" para que la solución "no sea necesariamente agregar días". Olivera entendió que si se agregan días de clase se los tendrán que pagar a los docentes.
Al ser consultado si estarían dispuestos a trabajar hasta fin de año si fuese necesario para recuperar los días perdidos, Olivera expresó que no y que "eso no funciona así". Según el dirigente sindical, en educación media se debería trabajar hasta los primeros días de noviembre, mientras que en ciclo básico hasta fines de noviembre o principios del mes de diciembre "como mucho".
Olivera también se refirió al ausentismo docente, algo que se señala como un problema en el sistema educativo. "Es un invento y un planteo deshonesto desde lo intelectual. Ausentismo docente, cuando alguien dice hoy no voy a trabajar, pasa en un 8% o 9%", expresó.
 

sábado, 6 de julio de 2013

Trasplantes: En Uruguay se realizan un promedio de mil al año mientras 1.200 esperan


Trasplantes: En Uruguay se realizan un promedio de mil al año mientras 1.200 esperan

El Instituto Nacional de Donación y Trasplante (INDT) tiene registradas 479 mil personas con voluntad positiva de donación, menores de 85 años. Se realizan un promedio de 1.000 trasplantes por año; 20 % de órganos; 20 % de células (trasplante de médula) y un 60 % de tejidos. En el momento hay unos 1.200 pacientes en lista de espera. Desde setiembre se amplía el número de donantes por nueva ley.

 
El INDT tiene previsto para el segundo semestre de este año, una descentralización operativa a fin de facilitar el contacto del instituto con los ciudadanos de todo el país y dar cumplimiento a las nuevas pautas que establecen que desde el mes de setiembre los uruguayos serán donantes de órganos y tejidos, salvo indiquen lo contrario.

La directora del instituto Inés Alvarez, confirmó que esta ley se hará efectiva a partir del 12 de setiembre próximo. Hasta ahora se considera donante aquel que es donante tácito especial o quien no haya expresado su voluntad y que su muerte amerite pericias forenses.

Alvarez confirmó que el INDT ya tiene diseñado un sistema en conjunto con la Dirección Departamental de Salud de cada departamento y que serán estos los lugares de referencia donde los uruguayos podrán manifestar su voluntad contraria a ser donantes.

La descentralización operativa que refiere Alvarez requiere personal calificado e infraestructura física, por lo tanto se hará en forma progresiva. “La Unidad de Donación y Transplante deberá estar en todos los centros de salud públicos y privados. Esa unidad necesita personal calificado que lo proporcionarán los proveedores de salud en el sistema, y ese personal va a estar capacitado para hacer la promoción de la donación, hacer la visita pertinenete en el CTI, estar más cercano de los pacientes”.

Montevideo, Uruguay
UNoticias
Fuente MSP

Rousseff afirmó que no cambiará su gabinete porque lo exija el pueblo

Rousseff afirmó que no cambiará su gabinete porque lo exija el pueblo

La presidente de Brasil comunicó que "no proceden" los rumores sobre una reforma ministerial bajo presión de las movilizaciones populares en todo el país. Pidió "determinación" a los gobernantes para mantener al país "en la senda del crecimiento y la inclusión social"


Crédito foto: AFP



Dilma Rousseff, presidente de Brasil, descartó este sábado que vaya a realizar una reforma ministerial por presión de las protestas populares iniciadas hace casi un mes y que se extendieron por todo el país.

La dirigente del Partido de los Trabajadores publicó una nota oficial remarcando que “no proceden” los rumores sobre una hipotética reforma del Ejecutivo, como sugerían varios partidos aliados para responder a las quejas de la población por el elevado gasto en la maquinaria burocrática del Estado.

En cambio, Rousseff demandó “determinación” a sus ministros para “mantener al país en la senda del crecimiento, de la inclusión social, de la generación de empleo y renta y de la estabilidad económica”.

Asimismo les pidió “empeño” para que se celebre el plebiscito que ha propuesto con miras de acometer una reforma política, así como les demandó que trabajen en otros proyectos orientados a mejorar los servicios públicos, otro de los principales blancos de las protestas.

El principal socio de Rousseff en el Gobierno, el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), ha sugerido una reducción del número de ministerios como medida de “austeridad”.

En Brasil existen 24 ministerios, así como diez secretarías y cinco organismos que tienen ese mismo estatus, lo que da un total de 39 carteras.