Las
denuncias por rapiña aumentaron 8% en el primer semestre de 2013, según
datos del Observatorio de Violencia y Criminalidad del Ministerio del
Interior.
Las conclusiones divulgadas hoy indica que la tendencia interrumpió la desaceleración de las denuncias por esta modalidad delictiva (el robo con violencia). Se entiende como desaceleración un incremento de delitos a la baja en comparación con períodos anteriores.
Sobre las causas del incremento de las rapiñas, el Ministerio del Interior explica que los rapiñeros podrían haber abandonado objetivos con más dispositivos de seguridad (comercios) por objetivos más vulnerables (transeúntes). Así, al menos, lo indican las cifras, según el informe. Como se trata de delitos menos cuantiosos, eso habría obligado a los rapiñeros a dar más golpes para comprensar “el menor ingreso”.
“En particular, cabe pensar que, al menos en parte, el incremento podría responder a un efecto de desplazamiento derivado de cambios en la composición de la masa de denuncias de rapiña. Así, si bien el total general de denuncias de este tipo aumentó, el aumento no ha sido uniforme a través de las distintas categorías y modalidades de rapiña. En particular, las rapiñas más lucrativas (las que tienen como víctimas a establecimientos comerciales y unidades del transporte público) han disminuido respecto de igual período durante el año pasado. Esto podría estar indicando que, como consecuencia de la creciente adopción de medidas de seguridad por este tipo de víctimas (cámaras, alarmas, guardias de seguridad, etc.), su vulnerabilidad a este tipo de delito está disminuyendo (en forma análoga a lo ocurrido en el pasado con las instituciones financieras). Como consecuencia, las rapiñas dirigidas contra este tipo de “blancos” podrían haberse desplazado hacia víctimas más vulnerables (transeúntes, menores de edad), pero también menos redituables”.
HURTOS. Las denuncias de Hurto muestran un comportamiento muy similar al del año pasado, y levemente por debajo de los valores correspondientes a los años 2011 y 2010, según el informe.
Esta permanencia general a lo largo de cuatro años en el nivel de las denuncias de hurto (más allá de fluctuaciones menores), sugiere que esta modalidad delictiva ha entrado en una fase de estabilización, siendo poco probable que se registren aumentos bruscos de la misma en el futuro cercano, de acuerdo a las proyecciones del Observatorio.
HOMICIDIOS. Las cifras indican que el anuncio del incremento de los ajustes de cuenta están dominando el panorama de los homicidios en Uruguay.
Con una ligera disminución de los homicidios se cerraron los datos del primer semestre del año, manteniendo los guarismos (respecto a igual período del año inmediato anterior), en cuanto a que los asesinatos entre personas con antecedentes penales sigue liderando la escala de homicidios ocurridos en nuestro país.
De las 136 víctimas, 43 tenían antecedentes penales, manteniendo el alto grado de participación de la delincuencia en este registro. La lucha por territorios y una respuesta policial cada vez más eficaz, hacen del delito una oferta en retroceso que genera -en parte- pujas de poder con resultadoa que incrementan el número de homicidios.
Las conclusiones divulgadas hoy indica que la tendencia interrumpió la desaceleración de las denuncias por esta modalidad delictiva (el robo con violencia). Se entiende como desaceleración un incremento de delitos a la baja en comparación con períodos anteriores.
Sobre las causas del incremento de las rapiñas, el Ministerio del Interior explica que los rapiñeros podrían haber abandonado objetivos con más dispositivos de seguridad (comercios) por objetivos más vulnerables (transeúntes). Así, al menos, lo indican las cifras, según el informe. Como se trata de delitos menos cuantiosos, eso habría obligado a los rapiñeros a dar más golpes para comprensar “el menor ingreso”.
“En particular, cabe pensar que, al menos en parte, el incremento podría responder a un efecto de desplazamiento derivado de cambios en la composición de la masa de denuncias de rapiña. Así, si bien el total general de denuncias de este tipo aumentó, el aumento no ha sido uniforme a través de las distintas categorías y modalidades de rapiña. En particular, las rapiñas más lucrativas (las que tienen como víctimas a establecimientos comerciales y unidades del transporte público) han disminuido respecto de igual período durante el año pasado. Esto podría estar indicando que, como consecuencia de la creciente adopción de medidas de seguridad por este tipo de víctimas (cámaras, alarmas, guardias de seguridad, etc.), su vulnerabilidad a este tipo de delito está disminuyendo (en forma análoga a lo ocurrido en el pasado con las instituciones financieras). Como consecuencia, las rapiñas dirigidas contra este tipo de “blancos” podrían haberse desplazado hacia víctimas más vulnerables (transeúntes, menores de edad), pero también menos redituables”.
HURTOS. Las denuncias de Hurto muestran un comportamiento muy similar al del año pasado, y levemente por debajo de los valores correspondientes a los años 2011 y 2010, según el informe.
Esta permanencia general a lo largo de cuatro años en el nivel de las denuncias de hurto (más allá de fluctuaciones menores), sugiere que esta modalidad delictiva ha entrado en una fase de estabilización, siendo poco probable que se registren aumentos bruscos de la misma en el futuro cercano, de acuerdo a las proyecciones del Observatorio.
HOMICIDIOS. Las cifras indican que el anuncio del incremento de los ajustes de cuenta están dominando el panorama de los homicidios en Uruguay.
Con una ligera disminución de los homicidios se cerraron los datos del primer semestre del año, manteniendo los guarismos (respecto a igual período del año inmediato anterior), en cuanto a que los asesinatos entre personas con antecedentes penales sigue liderando la escala de homicidios ocurridos en nuestro país.
De las 136 víctimas, 43 tenían antecedentes penales, manteniendo el alto grado de participación de la delincuencia en este registro. La lucha por territorios y una respuesta policial cada vez más eficaz, hacen del delito una oferta en retroceso que genera -en parte- pujas de poder con resultadoa que incrementan el número de homicidios.
