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sábado, 4 de enero de 2014

Alto apoyo a baja de edad penal abonará la campaña electoral


El 64% apoya la reforma; en el Frente Amplio, 53% votaría

El plebiscito sobre la baja de la edad de imputabilidad de 18 a 16 años se perfila como uno de los principales temas de la campaña electoral de este año.

Los menores de 16 años y mayores de 18 serán juzgados por el Código Penal. Foto: archivo El País
Pablo Meléndez
El País
 
En principio, la medida -que fue impulsada por el Partido Colorado y el Herrerismo en el Partido Nacional-, cuenta con el apoyo del 64% de la población, lo que equivale a decir que casi dos de cada tres uruguayos avalan la iniciativa.
De acuerdo con el último sondeo divulgado la semana pasada por Equipos Mori, entre votantes blancos y colorados la posición a favor de la reforma es muy amplia: ocho de cada diez la apoyan. Y a pesar de que el Frente Amplio ha expresado su rechazo a la propuesta, sus votantes están divididos: 53% a favor y 47% en contra.
El Frente Amplio, el Partido Independiente y los sectores nacionalistas que respaldan la candidatura de Jorge Larrañaga rechazan la reforma, mientras que el Partido Colorado apoya la medida al igual que las agrupaciones que impulsan la candidatura Luis Lacalle Pou en la interna del Partido Nacional.
El diputado frenteamplista Julio Bango dijo a El País que la coalición de izquierda tomará el tema como uno de los ejes de su campaña y con eso se estima que "van a cambiar los guarismos" que arrojan las encuestas.
"Confiamos en que el debate va a jugar a favor de nosotros porque va a clarificar las cosas y ahí la gente tendrá claro cuáles son las propuestas específicas que se plantean", pronosticó Bango.
El legislador dijo que la última encuesta que arroja un alto nivel de apoyo a la reforma muestra una "estabilidad respecto a otras mediciones". "Es un estado de opinión que no ha cambiado en la medida que nosotros (el Frente Amplio) no hemos realizado acciones fuertes. En 2014 vamos a promover el debate público sobre el tema con la derecha", señaló.
Mientras tanto, el Partido Independiente decidió en noviembre de 2012 su posición contraria a la baja de la edad de imputabilidad y su candidato presidencial, Pablo Mieres, adelantó que defenderá esa postura "con optimismo".
Mieres dijo a El País que la reforma "no causará la más mínima mejora en materia de seguridad" y por eso advirtió que si se aprueba quienes la voten se sentirán "estafados porque no va a cambiar nada".
Por su parte, el diputado colorado Germán Cardoso, que fue uno de los responsables de la Comisión Nacional por la Seguridad para Vivir en Paz para recolectar las firmas que habilitaron el plebiscito, dijo que la baja de la edad de imputabilidad "se deberá discutir con seriedad y responsabilidad" en la campaña electoral. Cardoso sostuvo que más allá de que los sondeos de opinión arrojan que la propuesta tiene un "amplísimo apoyo", el tema "no se puede dar por ganado".
El diputado colorado dijo que quienes rechazan la propuesta "apelan al engaño y a la mentira" para "no discutir con seriedad". Y en ese sentido remarcó que "nadie está estigmatizando a la juventud como de manera falsa se ha puesto arriba de la mesa".
En el Partido Colorado, sus dos principales precandidatos, los senadores Pedro Bordaberry (Vamos Uruguay) y José Amorín Batlle (Batllistas de Ley) apoyan la baja de la edad de imputabilidad.
La abogada Fabiana Goyeneche, vocera de la Comisión Nacional No a la Baja, dijo a El País que el nivel de apoyo divulgado en la última encuesta de Equipos está "dentro del nivel que se esperaba".
"No damos el tema por perdido. Queda todo un año de campaña. Es una batalla que tenemos que seguir dando hasta el final", indicó Goyeneche, quien se desempeña como asesora de Políticas Sociales en el Ministerio de Desarrollo Social.

Blancos.

El plebiscito sobre la rebaja de la edad de imputabilidad divide a Jorge Larrañaga y Luis Lacalle Pou, los precandidatos que se encuentran en primer y segundo lugar en las encuestas de intención de voto entre los blancos.
Las posiciones sobre el tema está bien definidas en la interna del Partido Nacional: el movimiento Todos (integrado por Aire Fresco, Herrerismo, Espacio 40, Soplan Vientos y Más País) apoya la candidatura de Lacalle Pou y respalda la reforma; mientras que Futuro Nacional (Alianza Nacional, Correntada Wilsonista, Concordia Nacional y Compromiso Nacional) que impulsa la candidatura de Larrañaga la rechaza.
El diputado Álvaro Delgado, uno de los principales dirigentes de Aire Fresco, dijo que Lacalle Pou planteará "claramente" en la campaña electoral que "entre las medidas a tomar para mejorar la seguridad se encuentra bajar la edad de imputabilidad".
Delgado recordó que todos los sectores que apoyan la precandidatura de Lacalle Pou están a favor de la reforma, pero indicó que la seguridad "no cambia" solamente por esa modificación, sino que hay que apuntar a otras propuestas.
En tanto, el senador Carlos Moreira (Alianza Nacional), indicó que entre los votantes de Larrañaga la posición sobre la baja de la edad de imputabilidad "va a quedar librado a criterio de cada ciudadano". "No vamos a hacer campaña en contra", aclaró.
De todos modos, Moreira dijo a El País que los sectores que apoyan a Larrañaga plantearán los argumentos por los que rechazan la iniciativa. En tal sentido, opinó que lo adecuado es establecer penas más extensas e internación preceptiva en algunos delitos.

Qué dice la reforma

La reforma que se plebiscitará junto a las elecciones de octubre, establece que los mayores de 16 y menores de 18 años serán penalmente responsables y castigados de conformidad al Código Penal, por la comisión intencional de los delitos de homicidio, homicidio especialmente agravado, homicidio muy especialmente agravado, lesiones graves, lesiones gravísimas, rapiña, copamiento, extorsión, secuestro y violación. Los antecedentes no se destruirán y serán considerados en los procesos a los que puedan ser sometidos después de cumplir los 18 años. Se crea un servicio descentralizado para la internación y rehabilitación de los delincuentes menores de 18 años.

A M B U L A N T E S Julio Dornel

                                               Escritor y periodista Julio Dornel


SOBREVIVEN EN LA LINEA DIVISORIA
CON EL CURSO SUPERIOR QUE DA LA VIDA
RECAUDANDO LAS ESCARCHAS DEL INVIERNO
Y EN VERANO LA ESPERANZA PROMETIDA.


VENDEDORES AMBULANTES DE FRONTERA

COMPETENCIA CLANDESTINA EN LA AVENIDA
PROFESIÓN DE ALTERNATIVA EN LA VEREDA
LA RIQUEZA NATURAL MAL REPARTIDA.


DURA LUCHA FRENTE A FRENTE CON LA VIDA

IMPORTANCIA SOCIAL DESCONOCIDA
MARIONETAS DE CARTÓN EN LA AVENIDA
Y UN MENSAJE DE ESPERANZA COMPARTIDA.


FANTASIA Y REALIDAD EN EL CAMINO
VENDEDORES DE ESPERANZAS EN LA VIDA
AMBULANTES DE LA CALLE SIN DESTINO
AFINCADOS PARA SIEMPRE EN LA AVENIDA.


EN LA LINEA DIVISORIA SOBREVIVEN

CON EL CURSO SUPERIOR QUE DA LA VIDA
RECAUDANDO LAS ESCARCHAS DEL INVIERNO
Y EN VERANO LA ESPERANZA PROMETIDA.

Letra Julio Dornel
Música Nelson (Pindingo) Pereyra.

viernes, 3 de enero de 2014

"Nosotros los uruguayos" Por Julio Dornel

                                                     Escritor y periodista Julio Dornel


Existe en términos generales y salvo raras excepciones un panorama sombrío generado por el descreimiento que suele mortificarnos por el solo hecho de pensar que “somos menos” y que todo nos resulta imposible de realizar. Y es ahí en esas oportunidades que no encontramos nada positivo y terminamos recriminando a quienes triunfan en sus actividades, aflorando un rencor solapado ante el éxito ajeno. Surgen las pequeñas cosas que conducen al desgano, al egoísmo y a la envidia. Como será que nos sobresaltamos cuando nos cae algún elogio o recibimos algún reconocimiento por parte de la sociedad. Tenemos la virtud de trasformar todo en una competencia, como si la propia vida fuera un campeonato. Poco importa preservar los valores culturales, la tradición y la sabiduría. Solo importa prepararnos para competir y ganar bajo el nuevo slogan de “Competir es bueno, ganar es mejor.” Estamos en el circo romano con ropas modernas y debemos participar de la mejor manera, tomando partido sin preocuparnos mayormente por venerar a los grandes de nuestra historia o detenernos en las cosas pequeñas. Somos contra o a favor. Amigo o enemigo, Nacional o Peñarol, derecha – izquierda, y blanco o negro en una posición encontrada que figura en las mejores tradiciones de nuestro país. El escritor Marciano Duran ha sintetizado en extenso poema la identidad del pueblo uruguayo agregándole la cuota de humor que siempre complementa sus crónicas:

“es que somos nosotros, se nos ven las hilachas
“es que somos nosotros, los que el lunes que viene
“arrancamos la dieta o tiramos él pucho.
“Los de bajo perfil, los que como bandera levantamos los mates.
“Los de siesta estival, de veredas baldeadas.
“Somos nosotros los orientales.
“Somos el dulce de leche, los chivitos, los chaná
“los churrascos, chinchulines, somos bagayos del Chuy
“choripán, postre chajá.
“ Los que una vez por todas dejemos de esperar la ONDA.
“Seremos los uruguayos o no seremos nada.
“Es que vengo de aquel tiempo bueno
“en que laica era la escuela y laika era la perra.
“cuando ya no quedaban más tranvías
“y la ONDA se estiraba entre los trenes.
“Es que vengo de aquel tiempo mío
“en que se iba desde el sur discepolín,
“y el maracanazo era una gran mochila
“que doblaba nuestra espalda para siempre.
“Acá llegamos casi sin danos cuenta,
“dejamos de fumar a escondidas de nuestros viejos
“y empezamos a fumar a escondidas de nuestros niños.
“Limpiamos ríos y contaminamos arroyos.
“Y nos fuimos transformando en gente punto com,
“y las ovejas nacieron en frasquitos,
“y el ozono empezó a jodernos feo,
“y el Sida nos hizo tan fieles como precavidos
“y los primus se volvieron microondas
“y las madres de mayo siguieron preguntando,
“y window fue mucho más que una ventana
“y el Enzo se vistió de embajador
“y los chorizos se hicieron hamburguesas.....”
Cuanta razón en los versos de Durán para mostrarnos una realidad que olvidamos o no queremos ver porque los uruguayos somos así… POR SUERTE.

La oscura comedia de Pluna por Samuel Blixen

Brecha digital

Bien está lo que bien acaba: hace exactamente siete años, el 4 de enero de 2007, la oscura comedia de Shakespeare, con su trama errática y confusa, parecía haber inspirado al entonces ministro de Economía, Danilo Astori, para impulsar la privatización de Pluna. 
Como se sabe, la aventura no acabó bien, pese a los pronósticos del ministro. Aquel 4 de enero Astori anunciaba la privatización en estos términos: “Quiero decirles que el Ministerio de Economía ha venido trabajando permanentemente en este proceso, y quiero destacar cuatro características sobre las que me parece conviene poner énfasis. En primer lugar la profesionalidad con la que se ha manejado el desarrollo del proceso. El hecho de hacerlo profesionalmente es muy importante, porque asegura la búsqueda y el hallazgo de un buen resultado, a la luz del objetivo que estamos percibiendo. Cuando estas cosas no se hacen de esta manera, generalmente terminan mal, terminan con problemas que surgen, a veces con previsión, a veces imprevistamente, y frustran una experiencia de este tipo. En este caso está sucediendo todo lo contrario: profesionales de primera línea están participando en el desarrollo de esta búsqueda y seguramente este es un proceso que va a culminar con buenos resultados para el país”.
Las palabras del ministro hacían inequívocas referencias a la anterior privatización de Pluna, impulsada por el presidente Luis Alberto Lacalle, aparentemente sin profesionalidad. Como se sabe, en este caso la profesionalidad no aseguró el éxito, de modo que su anuncio como algo inevitable refleja cierta soberbia. El desenlace, siete años después, cuestiona en principio aquella profesionalidad, aunque es más exacto decir que el fracaso ocurrió pese a la profesionalidad de los técnicos que intervinieron. El recurso de las comparaciones es relativo y en todo caso los fracasos se explican, siempre, y antes que nada, por causas internas.
Esos elementos son los que, desde el principio, permanecieron ocultos, inconfesos, y son, precisamente, aquellos que hubieran aconsejado un triunfalismo más prudente. De hecho están presentes en las palabras de Astori al anunciar por primera vez la operación de privatización y sus bondades: “Y finalmente el volumen de la inversión, un volumen importantísimo para, no sólo la compañía Pluna, de modo de asegurar la solidez de sus operaciones en su futuro, sino también para la propia economía uruguaya en su conjunto; una inversión de 177 millones de dólares en dos años, tenga el destino que tenga, es para Uruguay una inversión muy importante; en este caso una garantía de la fortaleza con la que operará la compañía en el futuro”. Preguntado sobre la forma en que se concretaría la inversión, Astori explicó: “Hay una suscripción de capital inmediata de 15 millones, luego otros 10 aportados mediante líneas de créditos ya comprometidas, y el resto –o sea 152 millones– es un financiamiento que está fuera de balance para permitir la incorporación de las 20 aeronaves de las que hablábamos hoy”.
Lo que el ministro no quiso explicar fue que ese “financiamiento fuera de balance” por 152 millones de dólares no era una inversión directa –como había informado el ministro de Transporte Víctor Rossi–, no era una capitalización, no era un aporte para la “fortaleza” de Pluna “y de la economía en su conjunto”, sino una garantía soberana del Estado uruguayo para que los nuevos propietarios pudieran negociar la compra de los aviones. El ministro Astori omitió deliberadamente mencionar esa garantía que –hoy se sabe– fue la piedra angular de la negociación desde el comienzo, porque de haberlo hecho el negocio hubiera sido automáticamente cuestionado, no sólo por la oposición política sino por los eventuales interesados para quienes la gestión de Pluna hubiera sido muy atractiva con la garantía del Estado sustituyendo el grueso de la inversión.
La ficción de aquella inversión por 177 millones de dólares se mantenía el 12 de febrero de 2007 cuando, con la presencia del presidente Tabaré Vázquez, Astori firmó el acuerdo de “due diligence” que concretaría la operación. En la ocasión hizo malabarismos de cifras: el gobierno aportaba el 7 por ciento del capital de la nueva empresa pero se alzaba con el 25 por ciento de las acciones. ¿Cuánto valía aquella garantía por el 100 por ciento de la compra de aviones, que se seguía manteniendo oculta? Astori habló de las salvaguardas y los poderes de la comisión fiscal que otorgaban un control excepcional. Pues bien, las 20 aeronaves –que, según Astori, “van a lograr una transformación total de Pluna, no sólo jerarquizándola como línea fundamental en la región, sino además propulsándola como línea fundamental para constituir puerta de entrada y de salida de pasajeros originados y destinados en Europa y en Estados Unidos”– fueron apenas siete, y por ellas el Estado debió asumir una deuda de 137 millones de dólares con el Scotiabank, es decir, con el principal accionista del cuarto banco en importancia en Uruguay, el Nuevo Banco Comercial. La jerarquización, en los hechos, comenzó por la eliminación de los vuelos a España; y los controles terminaron, como se sabe, en el vaciamiento que condujo al procesamiento con prisión de los principales ejecutivos de Leadgate.
Alguien podría escribir una comedia sobre la historia –la historieta– iniciada en 2007: “Termina mal todo lo que comienza mal”. Una historieta que tiene tres principales responsables: el ministro Astori, que ensayó una especie muy particular de profesionalismo; el ministro Rossi, que puso la cara sin cortar ni pinchar; y el presidente Vázquez, que otorgó expresamente el respaldo político. Resulta sugestivo que la versión de las palabras de Astori del 4 de enero de 2007 en la página web de la Presidencia contenga algunas diferencias significativas con el audio reproducido hace algunos días en los programas periodísticos de radio Sarandí. En la versión oral Astori aparece mucho más enfático en anunciar el éxito del proceso como derivación inevitable de lo bien que se había iniciado; pero también hacía referencias expresas al respaldo que la iniciativa tenía del propio presidente Vázquez. La transcripción escrita omite esas referencias; y, por otro lado, el archivo de audio de esa jornada no está, como sí lo está el archivo de las palabras de Astori del 12 de febrero.
Siete años después, el ahora vicepresidente Astori ensaya una explicación de lo ocurrido: “Las opciones eran: dejar caer por completo a Pluna; que el Estado se hiciera cargo (no nos pareció correcto, porque ya se había gastado mucho dinero); y la tercera, buscar un socio”. Aun ahora, con los resultados a la vista y las resoluciones penales, Astori mantiene una mirada inocente sobre Leadgate y Matías Campiani: “Pusimos todo el empeño en buscar un socio que pudiera llegar a un resultado positivo; la experiencia fracasó. Analizamos todas las posibilidades, Leadgate fue la única que puso 2 millones para comprar el pliego y la única que puso 15 millones de dólares” de capitalización.
Explica de una manera muy peculiar el desastroso desenlace: “La caída a mi juicio fue por tres razones: el desequilibrio entre las (pocas) frecuencias y la flota; la relación entre capital propio y financiamiento, la firma se endeudó exageradamente; el precio del combustible, que era el más alto de toda la región, mucho más alto que el de sus competidores”.
Y elude empeñosamente comprometer su responsabilidad. ¿Se siente responsable?, le preguntan. “Después de haber visto los resultados, la verdad es que la experiencia terminó en fracaso. Fue una experiencia que se hizo con la mayor buena fe por parte de todos, con la mejor intención de parte de todos, y que salió mal.”
“Salió mal” es una pobre explicación para el costo de la aventura (una pérdida de cerca de 300 millones de dólares). Es insuficiente para todos los puntos que continúan oscuros: el otorgamiento de la garantía; la elección de Leadgate a partir de la opinión de un broker; la compra de aviones canadienses (que no son usados en la región); el descarte de un negocio con Brasil, más barato y bajo el paraguas de la integración regional; el endeudamiento con un banco que decidió instalarse en plaza; la incomprensible incapacidad de los representantes estatales para enfrentar y oponerse a los negocios y negociados que terminaron en quiebra y vaciamiento.
La buena fe y la mejor intención rechazan insinuaciones de corrupción, y seguramente es correcto, aceptable. Pero no diluyen las responsabilidades políticas de decisiones que no han sido justificadas y que no se explican por ingenuidad o ineptitud.

En tren de aterrizaje El astorismo en clave pos Pluna

Brecha

El astorismo en clave pos Pluna En el Frente Liber Seregni hay consenso en que el “affaire Pluna” impactará negativamente durante la próxima campaña electoral, aunque existen matices en las lecturas políticas de la crisis. En este sentido, luce novedoso el análisis de uno de los principales líderes del sector, Óscar de los Santos, para quien “formas más eficientes y ágiles de control” en las asociaciones con privados podrían ser parte de un debate sobre una eventual reforma constitucional. Por otro lado, el caso podría tener su repercusión en la confección de las listas de ese grupo de cara a octubre.

La llegada del año electoral magnifica todo. Nadie debería ofenderse demasiado: los aciertos o tropiezos del gobierno se ponen bajo la lupa, máxime cuando el oficialismo prima en la intención de voto. Los distintos partidos de la oposición convergen mínimamente, todos apuestan a la misma baraja: llegar a la segunda vuelta. Hasta ahora parecen encaminarse a las elecciones internas con la aspiración compartida de impedir que el Frente Amplio alcance la mayoría absoluta exigida por la Constitución. Lo que no debería ofender a nadie pero sí sorprender a muchos son los errores que se autoinflige el gobierno, involuntario aportante al clima de euforia de quienes lo corren desde atrás. José Mujica fue el dueño de la agenda pública durante años. Pero desde el momento en que Vázquez confirmó su candidatura, el debate cotidiano se nutre de issues que lo debilitan, surgidos de su propio riñón. El caso Pluna y el pedido de procesamiento a Fernando Lorenzo y Fernando Calloia fueron el principal aporte al acervo discursivo opositor en estos días.
Aunque la crisis de Pluna salpica a todo el gobierno, en este contexto resalta aun más el papel del Frente Liber Seregni (fls), sector al que pertenece Lorenzo y –hasta donde se conoce– es afín el presidente del brou. La acérrima defensa del ex ministro de Economía, que incluyó una caravana hasta el balneario Araminda con la participación de los principales referentes del sector justo cuando el astorismo se encuentra en el ojo de la opinión pública, es una jugada audaz. La intención, entre líneas, parecería ser victimizar a Lorenzo. Políticamente la movida tiene su lógica. Pero la jugada es arriesgada, máxime por el momento en que ocurre. Mucho se ha dicho sobre el acto, orquestado por el director de Casinos, Javier Cha, el mismo que tiempo ha planificó un “brindis de desagravio” en el Hipódromo de Maroñas para el titular de Economía, desactivado a último momento por el propio Lorenzo. Por lo bajo, la movida de Cha es criticada en la interna del fls. “Fue absolutamente innecesario”, ilustra un alto dirigente del sector. Por lo alto, prima la “confianza” en que a la hora de optar, la gente pondrá en el platillo más pesado de su balanza los adelantos alcanzados, la solidez de la situación económica y los logros en materia social. Son buenas credenciales en medio de una temporada calurosa en lo político y en lo específicamente meteorológico. Si con eso alcanza para ganar una elección o impacta más la coyuntura, ya es otro cantar.

ERRORES Y DELITOS. El ex ministro de Economía hizo su aporte al escenario actual. Puesto en un brete difícil de justificar, Lorenzo no lució muy eficiente para explicar su papel en el affaire Pluna. Su autocrítica por haberse salteado el régimen general de concursos como salida a la crisis de la aerolínea de bandera llegó, para colmo, tarde. Sus alegaciones, vertidas en el juzgado y en el semanario Búsqueda de la semana pasada, pueden llegar a tener fuerza ante el juez pero parecen endebles en el ágora política. En la justicia rige la presunción de inocencia, pero las valoraciones políticas suelen ser menos meticulosas. Y la escena pos clausura de Pluna es pródiga en resbalones: desde el precipitado cierre de la aerolínea hasta la reciente declaración de inconstitucionalidad, pasando por un escandaloso remate fallido de los aviones. En general las presunciones tienden a invertirse, lo que determina el desprestigio que en su momento tuvo Juan Carlos Bengoa o, salvando las distancias, el desgaste que ahora aqueja a Lorenzo. Expresar que se cometió un error pero no un delito no absuelve políticamente a un ministro. No delinquir está por debajo del piso de conducta que le es exigible. Los “errores” son la unidad de medida de la utilidad de los ministros. Queda expuesta a debate cuál es la magnitud del asumido por Lorenzo.
El ex ministro denuncia que tiene adversarios de fuste que quieren hacerle morder el polvo para perjudicar al gobierno. Y sugiere, sobre su exposición pública en torno a este tema: “No recuerdo otro episodio de la historia empresarial del país que haya sido objeto de más exposición”. Ambas hipótesis son verosímiles pero no alivian su responsabilidad. La data suele ser operada por personas interesadas, pero el incordio fue autogenerado. Puesto en situación, el astorismo se ve frente a una encrucijada en la que se cruzan dos caminos de cornisa. Sostener la defensa del ex ministro contra viento y marea, o dar vuelta la página. En el astorismo confían en la actuación del ex ministro y en sus explicaciones, pero en el mujiquismo no existe tal consenso con su escaso aporte en las sucesivas interpelaciones. Las explicaciones, evalúan en la Torre Ejecutiva, no fueron eficaces pero –insisten– no hubo mala fe. Para la oposición, en cambio, el episodio es como una bendición que llueve del cielo sobre el desierto.

IMPACTOS MÁS, IMPACTOS MENOS. Palabras más, palabras menos, todos los dirigentes del fls consultados por Brecha coin­ciden en que el caso Pluna impactará negativamente en el año electoral. “Todos estimamos que algún impacto puede llegar a haber. Sería inimaginable que nada pasara, porque se ha transformado en ‘el’ hecho político de fin de año”, explicó el diputado de Asamblea Uruguay (au) Carlos Varela. Para el legislador, ahora se trata de evaluar “si en el largo plazo va a tener un impacto negativo o no”. En concreto: si forma parte de las preocupaciones de la gente. La tendencia, sin embargo, es a relativizar ese punto. Según su compañera de Cámara Daniela Paysée (au), “a nadie se le escapa que el tema Pluna va a estar presente durante la campaña”, pero –asegura la diputada– “no nos morimos los uruguayos porque cierre la aerolínea”. El cierre de la línea de bandera, sostiene Paysée, es comparable al de amdet (la empresa pública de transporte que tenía los troleybuses en Montevideo) o la Onda: “Nadie dejó de viajar y la conectividad está prácticamente solucionada”. “El mundo de los negocios es el mundo de los riesgos”, puntualizó. A juicio de la legisladora “el Estado uruguayo no tiene que seguir asumiendo riesgos en la aviación”.
La óptica de uno de los principales dirigentes de la Alianza Progresista, otro de los sectores que componen el fls, presenta algunos matices. Para el intendente de Maldonado, Óscar de los Santos, “es necesario construir un relato de los hechos que se vienen desencadenando en los últimos 25 años” en torno a Pluna. Esa narración, dice, “ha sido prácticamente inexistente”. La asociación con privados, sostiene, “es necesaria en aquellas áreas donde el Estado no tiene capacidad de gestión”, pero debe ser acompañada por controles más eficaces. “Hay que encontrar formas más eficientes y ágiles de control, y creo que eso puede ser parte de un debate sobre una eventual reforma constitucional. Me pregunto cómo hacen los accionistas de una trasnacional para controlar el buen uso de sus recursos. Acá no se trata de inventar la pólvora, sino de definir qué tipo de mecanismo de control”, explicó De los Santos a Brecha. Para el intendente fernandino, de prosperar la búsqueda de reservas de gas y petróleo emprendida por ancap, este debate se volverá inevitable: “Una de las batallas que dimos fue la de ancap en 2003 mediante el referéndum, pero no hay dudas de que si encontramos gas y petróleo no va a quedar otra alternativa que asociarse, porque el Estado solo no lo va a poder hacer”.
Las secuelas del affaire Pluna tampoco parecen haber disparado una renovación de cuadros en el fls. Esa situación es admitida, incluso, por los líderes del sector. “La renovación lleva tiempo y actitudes. Y yo no creo que se venga la renovación. El liderazgo de Astori no está en tela de juicio, por su formación y por su capacidad”, opina De los Santos. Algunos cuadros jóvenes piden cancha, pero todo indica que difícilmente puedan ocupar los primeros lugares. Contemplado como una posible pieza renovadora en el Nuevo Espacio (ne), el director de Rentas, Pablo Ferreri, prefiere poner la mira en los desafíos colectivos antes que en “los apetitos personales”. “Lo que despertó en el fls todo esto (en relación con los avatares suscitados tras el cierre de la aerolínea) es la necesidad de reanudar esfuerzos y trabajar más unidos que nunca, con mucha cohesión interna. En los momentos difíciles es cuando se saca a relucir la entereza. En eso vamos a estar, combatiendo el proyecto de país de la derecha que tanto mal le ha hecho a los uruguayos”, sostuvo en diálogo con Brecha. La reciente elección del director del inju, Matías Rodríguez, como secretario general del Partido Demócrata Cristiano –uno de los sectores de la ap– lo pone en carrera como “candidateable” por Montevideo. El nombre de Juan Andrés Roballo, inspector general de Trabajo y diputado durante la anterior legislatura, también suena entre los aliancistas. El cuadro de situación, sin embargo, es poco alentador: son demasiados los nenes para pocos trompos.

ARMADOS Y DESARMADOS. De cara al cronograma electoral que se avecina, la crisis de Pluna podría incidir sobre el armado de las listas, evalúan varios dirigentes del fls consultados por Brecha. En ese sentido, el mayor afectado por los coletazos del cierre de la aerolínea podría ser el ministro de Transporte, Enrique Pintado, cuyo nombre actualmente no es tenido en cuenta para los primeros cinco lugares de la plancha común al Senado que compartirán Asamblea Uruguay, la Alianza Progresista y el Nuevo Espacio. Para esas poltronas, que el fls espera revalidar en octubre, se manejan los nombres de Danilo Astori (primero indiscutido), Rafael Michelini, Óscar de los Santos, Liliam Kechichián y Daniela Paysée, aunque el sector aún no ha tomado una decisión. Cualquier definición deberá, además, contemplar el plus de la cuota de género, que obliga a que uno de cada tres lugares sea ocupado por una mujer, tanto en la lista de titulares como en la de suplentes. Este detalle disparó en los últimos meses todo tipo de rumores sobre quién ocuparía el “tercer lugar”, descontando que los dos primeros puestos serán para sendos hombres, un reflejo de la raigambre machista que –justo es reconocerlo– no es patrimonio exclusivo del fls.
Lo conversado hasta ahora, explicaron fuentes del astorismo, es que cada sector marque sus votos de cara a las internas de junio –donde el ne comparecerá junto a la ap en una misma lista– para luego sí proceder al armado de la plancha a la Cámara alta. En la antesala de la brega electoral, los caciques del astorismo trajinan el Interior sondeando a la militancia sobre la posibilidad de emplear este mecanismo. Mientras tanto, exploran acuerdos, buscan información, curten reuniones reducidas. Para el Interior, la idea esbozada en sucesivos encuentros de la “mesa chica” del fls es que los tres sectores –au, ne y ap– comparezcan en octubre en una lista única, aunque con algunas excepciones: Montevideo, Canelones y Maldonado, los tres departamentos con mayor peso. Otra historia será la lista a diputados, donde cada sector deberá resolver sus candidatos. Antes de conocerse el pedido de procesamiento de Lorenzo, en el ne había un “acuerdo tácito” de que el primer lugar lo debía ocupar el ex ministro de Economía, informaron fuentes de ese sector. Esa línea ahora no parece tan nítida.
Hasta octubre se sucederán meses de vértigo, suponen todos. Desde el vazquismo advierten que los “errores” tras el cierre de la aerolínea pueden complicar el partido; desde las tiendas astoristas la tendencia es a bajarles perfil. Con ese cuadro a su alrededor, Tabaré Vázquez comenzará este mes su campaña. Habrá muchos actos pero poca exposición mediática, adelantan sus allegados. ¿Cuánto impactará la crónica de estos días, cuánto la memoria de 2002, cuánto la debilidad de la oposición, cuánto el deterioro del gobierno? La única lectura certera será la del hecho consumado. Se verá cuando voten los uruguayos, ese día en el que todos los ciudadanos tienen la misma cuota de poder.