Por Alfredo Rexach (para La Vanguardia y Clarín 28 / 09 / 10)
Recién
llegado a Barcelona, después de un vuelo de 17 horas procedente de
México DF, Juan Gelman presenta el aspecto envidiable de un hombre de 80
años que aparenta sólo 60 -“que se joda el viaje”- aunque ha paseado ya
por medio mundo y, encima, lo ha vivido, y sufrido, casi todo.
Dispuesto a no anclarse en el pasado, este poeta colosal, delgado y
fibroso que sigue bailando tango y milonga corrida, prosigue una pelea
interminable que dura ya casi treinta y cinco años, desde que “aquellos
asesinos” de la Junta Militar que dieron el golpe de Estado del 24 de
marzo de 1976 le robaron para siempre a su hijo y a su nuera para
torturarlos y desaparecerlos.
Mientras
sigue derribando muros de silencio y de burocracias que ocultan
complicidades, Juan Gelman dará un recotal poético en Barcelona,
acompañado con el bandoneón de su gran amigo y no menos gran músico
Rodolfo Mederos. “Es un viejo proyecto que nunca conseguíamos llevar a
cabo, hasta que la Casa América Caralunya lo ha hecho posible”. Será, en
cualquier caso, un acontecimiento insólito (L’Auditori de Barcelona,
sala Oriol Martorell, mañana, día 28, a las nueve de la noche) en el que
Gelman y Mederos, dirigidos por Cristina Banegas, hablarán Del amor.
El
tema, la "obsesión", le viene a Gelman de antiguo, de cuando a los
nueve años no se le ocurrió otra cosa que escribirle un poema de amor a
una niña -ella tenía once y se llamaba Ana- que ni así le hizo ningún
caso, quizá porque "era insensible a la poesía", aunque "ella se fue y a
mí me quedó la poesía". Un regalo de la vida si pensamos que Juan
Gelman está considerado hoy "el mayor poeta vivo de habla hispana", una
valoración seguramente compartida por sus lectores en todo el mundo,
además de haber sido honrado en el 2007 con el premio Cervantes y antes,
en el 2000, con el Juan Rulfo.
Tiene
Gelman otras "obsesiones", que no son otra cosa que el motor de su
escritura poética, además de la amorosa, aunque, y a su edad, "todavía
estoy averiguando qué es el amor”.
"La
niñez, el paisaje, el otoño, la muerte" forman parte también de su
particular, y universal, repertorio de obsesiones, aunque la muerte,
"que a mi edad ya se ve de cerca", no le asusta lo más mínimo y si le da
bronca es sólo "porque no podré seguir amando a las personas que amo", y
lo dice con voz triste, con ese tono oscuro de callejón y con voz de
pena de bandoneón, como la de Malena (uno de sus tangos preferidos), la que cantaba el tango como ninguna.
"Para
ser sincero, a mí me habría gustado que el recital de mañana fuera sólo
con el bandoneón de Rodolfo Mederos, como en Villa Crespo en los años
cuarenta, en las bodas y en las fiestas de la gente que no tenía plata
para contratar orquestas pero tenían siempre en la familia o en el
barrio un bandonenista".
Aunque
al músico le ardió la cabeza cuando le pidieron que musicara los poemas
de su amigo y decidió elaborar más de cincuenta composiciones,
adecuadas a cada letra y a cada verso, que podrán escucharse mañana, en
rigurosa primicia mundial, en L´Auditori barcelonés.
Desde
aquel poema infantil y primerizo, que el autor no quiere recordar,
Gelman ha ido elaborando una densa obra en verso y en prosa que le ha
merecido la consideración universal. "La lengua es ahora mi obsesión,
espero que la última: explorar sus límites desde el fundamento, sólido
como una piedra, del español".
"Hubo
comunidades indígenas en Centroamérica que se negaban a aprender
español, porque era la lengua de los conquistadores, pero a partir de
los cincuenta, cuando comenzaron los movimientos sociales, el idioma de
san Juan de la Cruz fue emergiendo tomando incluso extraños giros,
llenos de matices y significados, que lo enriquecieron todavía más".
Es
sobre esta lengua que Juan Gelman ha construido su obra poética,
siempre que la inspiración ha llegado, "porque uno no escribe cuando
quiere, sino cuando la poesía quiere y te avisa". Y para completarlo,
junto a la actividad política de montonero que ya fue, prosa
periodística del mejor calibre.
En busca de justicia
En
pocos días Gelman declarará por primera vez ante la Corte Internacional
de Derechos Humanos, en Quito (Ecuador), para proseguir un proceso
judicial siempre aplazado. También su nieta, Macarena Gelman,
testificará para relatar su temible experiencia de bebé arrancada de los
brazos de su madre para ser entregada en adopción a un militar
uruguayo.
En
agosto de 1976 los hijos de Juan Gelman, Nora Eva (19 años) y Marcelo
Ariel (20), junto con su nuera, Claudia Iruretahoyena (19) embarazada de
7 meses, fueron secuestrados por esbirros de la Junta Militar. Claudia
fue mantenida con vida hasta que dio a luz. Sus restos aun no han sido
hallados. En 1990 el Equipo Argentino de Antropología Forense identificó
los restos de Marcelo en el fondo de un río. Gelman recuperó a su nieta
en el 2000 “para darte tu historia”.
Final
(último poema de Gotán / 1962)
Ha muerto un hombre y están juntando su sangre
en cucharitas,
querido juan, has muerto finalmente.
De nada te valieron tus pedazos
mojados de ternura.
Cómo ha sido posible
que te fugases por un agujerito
y nadie haya puesto
el dedo para que te quedaras.
Se habrá comido toda la rabia del mundo
por antes de morir
y después se quedaba triste triste
apoyado en sus huesos.
Ya te abajaron, hermanito,
la tierra está temblando de ti.
Vigilemos a ver dónde brotan sus manos
empujadas por su rabia inmortal.
Astor Piazzolla y Alvaro Pierri Concerto for guitar, bandoneon and orchestra - (de la serie LA CONTRACONQUISTA).
Posted: 15 Jan 2014 05:38 AM PST