Escritor y periodista Julio Dornel
Con los atractivos naturales que suelen ofrecer las localidades pequeñas, podemos destacar a 18 de Julio, por el orgullo que sienten sus habitantes, al disponer de varios lugares de indescriptible belleza. Entre varios, podemos destacar el Fuerte de San Miguel, Cerro Picudo y El Vigía, donde se pueden observar las bellezas naturales que circundan la zona, lejos del torbellino urbano. A pocos metros de la ruta 19 el Museo Criollo queriendo esconder valiosas piezas de nuestro pasado histórico,
Ubicado a 350 kilómetros de Montevideo el histórico Fuerte de San Miguel se ha convertido en una de las mayores atracciones del turismo rochense, ofreciendo dentro de sus petrificadas murallas verdaderas reliquias de nuestro pasado histórico. Cabe señalar además que las 865 hectáreas integradas al Parque le confieren una característica especial que conjuntamente con El Potrerillo representan la mayor reserva de especies autóctonas de nuestro país. Debemos agregar que los “cerritos de indios” existentes en el área próxima le confieren una riqueza arqueológica de estimable valor. Por este motivo los técnicos que han visitado la zona (DINAMA, Programa de Conservación de la Biodiversidad y Desarrollo Sustentable de los Humedales del Este (Probides)y el Servicio de Parques del Ejército) coinciden en señalar que se trata de una belleza agreste que se debe preservar. Este parque existe desde el año 1937 cuando se procedió a la expropiación de algunas áreas particulares que pasaron a ser administradas por la Comisión de Conservación y Restauración pasando luego al Ejército Nacional.
Corría el año 1737 cuando la expedición del Brigadier Silva Paes decide levantar un fuerte en las Sierras de San Miguel consistente en un cuadrado con cuatro baluartes, con foso y puente levadizo ajustándose a las reglas de la escuela de fortificación de la época. Su construcción fue de menor resistencia al de Santa Teresa teniendo en cuenta que estaría destinado fundamentalmente a observar los movimientos de los españoles. Con el paso de los años el Fuerte fue perdiendo su importancia inicial hasta que en la tercera década del 900 se dispuso su reconstrucción y la reproducción de los principales aspectos de la época. Es fácil observar en la actualidad porcelanas del siglo XVIII, colección de premios y condecoraciones, habitación del capellán, alojamiento para oficiales, uniformes militares, cañones, réplicas de fusiles, barriles de pólvora y una impecable ornamentación de la Capilla dedicada a San Miguel.
Desde las petrificadas troneras los cañones siguen apuntando hacia el enemigo imaginario que avanza desde Brasil, como sucediera hace más de 200 años.
La antigua capilla del Fuerte sigue siendo uno de los lugares más visitados por el turismo que llega diariamente al Fuerte. En las notas gráficas podemos observar troneras y cañones que se mantienen amenazantes, ante la presencia imaginaria de nuevos invasores. El Fuerte con sus museos representa en la actualidad la máxima atracción turística de la zona fronteriza y uno de los mojones más importantes de la arquitectura militar del siglo XVIII.
Baño de realidad
Valenti sostuvo que la campaña del FA en la interna “fracasó” en atraer votantes y necesita una “revisión crítica”
El
dirigente del Frente Liber Seregni (FLS) Esteban Valenti afirmó que la
campaña del Frente Amplio (FA) en las elecciones internas necesita una
“revisión crítica”. Según dijo, en la interna oficialista existían dos
objetivos específicos: elegir el candidato de la fuerza política a las
elecciones nacionales y “llevar a votar a la mayor cantidad de gente
posible”. “Ése es un objetivo siempre: mide la temperatura de la gente y
muestra el grado de compromiso y de relación con el proyecto político”,
afirmó. Según dijo, en ese aspecto el FA “fracasó con gran calidad”.
“A mi gusto, la campaña que se hizo necesita una revisión crítica muy profunda”, dijo el dirigente, en el marco de una mesa redonda entre analistas de campaña realizada ayer en la Escuela de Comunicación y Diseño de la Universidad ORT. Valenti alertó que en la sociedad uruguaya “no se gana una elección sin mucha gente reproduciendo un mensaje, y mucho menos en una situación como la actual, en la que el humor social no se determina por la pasividad de una persona frente al televisor”.
Luego dijo que sería un “error radical” creer que “montados en la ola vamos a llegar a las elecciones y ganar”. “No demostramos en las elecciones internas que estemos en una revisión crítica”, aseguró, para luego profundizar en las preguntas que implica esto: “¿Qué temas logramos colocar en el debate y hacer que la gente reproduzca? Sobre el miedo a que vuelva el pasado, por sí solo, quedó demostrado, entre otras cosas por los resultados de la campaña en el Partido Nacional [PN], que el pasado no existe y todo empezó en marzo de 2005”.
Valenti aseguró que el FA necesita “refrescar y responder las grandes y nuevas preguntas que tiene la sociedad uruguaya” y convencer “de la idea de una nueva etapa y sus formas”. Advirtió que “cuando uno tiene un piso de 43% de votación corre el riesgo de mirarse el ombligo”, y sostuvo que “el problema es ese 8% que falta”. Para conseguirlo, dijo, “se necesita una visión crítica de lo que se hizo hasta ahora, no sólo en la campaña electoral, sino de lo que se hizo en la sociedad y lo que se va a proponer, con sus formas y sus lenguajes”. “Si nosotros creemos que explicando todo lo bueno que hemos hecho vamos a ganar, estamos en el horno”, resumió.
Eskibel definió el target de la campaña de Lacalle Pou como algo “casi psicológico: modos de sentir, de actuar y de relacionarse, y una sensibilidad relativamente nueva que buscaba cosas novedosas, distintas y diferenciales”. Sostuvo que el candidato se dirigió a “gente que se siente rebelde, en el sentido de no estar conforme con su vida o con algunas cosas que pasan en su entorno o en el país, y que quiere modificaciones no extraordinariamente confrontativas, sino ver a su entorno mejorar; gente que se siente sensible, abierta, libre e independiente”. “No es una definición clásica y típica de lo que puede ser el electorado del PN, y creo que la audacia estuvo ahí”, señaló.
Dijo que Lacalle Pou propuso a los uruguayos “un marco para pensar la política nacional”: “Lo nuevo frente a lo viejo, lo novedoso frente a lo antiguo”. “Busca que la gente piense en función de esos criterios”, explicó. En ese aspecto advirtió que en las críticas que realizó Tabaré Vázquez (comparando a un eventual gobierno de Lacalle Pou con la posibilidad de jugar un Mundial de fútbol con la sub 20) se vislumbra que “parece haber aceptado el marco mental” del diputado, lo que “puede ser una estrategia riesgosa”, dado que una de las claves puede ser la definición de “quién logra instalar su marco mental para proponer a los ciudadanos”.
Con respecto a la campaña de Vázquez, dijo que su eslogan “vamos bien” también se dirigió a un target específico: “Un sector importante de la sociedad que considera, no que todo está bien, pero que la dirección de los últimos diez años es la correcta”, con un marco mental que implica que “se logró revertir un proceso en el que, muchos años atrás, en el pasado, no íbamos bien”. Apuntó que se trató de una estrategia más conservadora que la de Lacalle Pou y que “posiblemente no alcanza para entusiasmar, menos aun sabiendo de antemano que Vázquez iba a ser el candidato”.
Eskibel sostuvo que el FA también puede proponer un marco mental propio, dado que “está ejerciendo el gobierno desde hace diez años”. “También tendría la posibilidad, como líder del mercado electoral que es, de apropiarse de elementos de creación y originalidad que pueden intentar traer otros, y bloquear el ascenso de Lacalle Pou a partir de sus propias innovaciones”, aseguró.
Por su parte, Daniel Supervielle, periodista, consultor estratégico e integrante del comando de campaña de Lacalle Pou, sostuvo que una de las grandes virtudes de la campaña fue elaborar una propuesta que fuera muy compatible con Lacalle Pou “como persona”. “Siempre tuvo muy claro que es una persona en la vida real que se trasladaba a la política, y no dejó que su imagen fuera tratada desde un punto de vista marketinero porque no tiene nada que ocultar”, aseguró.
Según Eskibel, la estrategia “por la positiva” de Lacalle Pou será más difícil de sostener en la campaña para las elecciones nacionales. “El tema va a estar cuando lo confronten fuertemente, porque si no respeta la pauta de su campaña puede pegarse un tiro en el pie”, sostuvo. Según dijo, la elección de Larrañaga como candidato a la vicepresidencia puede darle una ventaja en cuanto a su figura como hombre político articulador, pero no forma parte de la “vía renovadora” que mostró Lacalle Pou en las internas. “Es muy tradicional y no tiene nada que ver con la frescura que plantea”, alertó.
“A mi gusto, la campaña que se hizo necesita una revisión crítica muy profunda”, dijo el dirigente, en el marco de una mesa redonda entre analistas de campaña realizada ayer en la Escuela de Comunicación y Diseño de la Universidad ORT. Valenti alertó que en la sociedad uruguaya “no se gana una elección sin mucha gente reproduciendo un mensaje, y mucho menos en una situación como la actual, en la que el humor social no se determina por la pasividad de una persona frente al televisor”.
Luego dijo que sería un “error radical” creer que “montados en la ola vamos a llegar a las elecciones y ganar”. “No demostramos en las elecciones internas que estemos en una revisión crítica”, aseguró, para luego profundizar en las preguntas que implica esto: “¿Qué temas logramos colocar en el debate y hacer que la gente reproduzca? Sobre el miedo a que vuelva el pasado, por sí solo, quedó demostrado, entre otras cosas por los resultados de la campaña en el Partido Nacional [PN], que el pasado no existe y todo empezó en marzo de 2005”.
Valenti aseguró que el FA necesita “refrescar y responder las grandes y nuevas preguntas que tiene la sociedad uruguaya” y convencer “de la idea de una nueva etapa y sus formas”. Advirtió que “cuando uno tiene un piso de 43% de votación corre el riesgo de mirarse el ombligo”, y sostuvo que “el problema es ese 8% que falta”. Para conseguirlo, dijo, “se necesita una visión crítica de lo que se hizo hasta ahora, no sólo en la campaña electoral, sino de lo que se hizo en la sociedad y lo que se va a proponer, con sus formas y sus lenguajes”. “Si nosotros creemos que explicando todo lo bueno que hemos hecho vamos a ganar, estamos en el horno”, resumió.
Un poco de análisis
Otro de los expositores fue Daniel Eskibel, experto en psicología política y marketing político. El analista hizo un rápido repaso de algunas campañas de los principales precandidatos, y sostuvo que el colorado Pedro Bordaberry “no llegó a acertar todavía en cuanto a su target ni respecto del marco mental que propuso”: “No termina de definir cuál es su público ni el marco que le propone a la gente”. Ésa fue una diferencia con Luis Lacalle Pou (PN), que “definió un target, y eso fue un primer acierto estratégico” que “lo distanció de su competidor”, el senador Jorge Larrañga, y le dio “cierta ola en favor de su precandidatura”.Eskibel definió el target de la campaña de Lacalle Pou como algo “casi psicológico: modos de sentir, de actuar y de relacionarse, y una sensibilidad relativamente nueva que buscaba cosas novedosas, distintas y diferenciales”. Sostuvo que el candidato se dirigió a “gente que se siente rebelde, en el sentido de no estar conforme con su vida o con algunas cosas que pasan en su entorno o en el país, y que quiere modificaciones no extraordinariamente confrontativas, sino ver a su entorno mejorar; gente que se siente sensible, abierta, libre e independiente”. “No es una definición clásica y típica de lo que puede ser el electorado del PN, y creo que la audacia estuvo ahí”, señaló.
Dijo que Lacalle Pou propuso a los uruguayos “un marco para pensar la política nacional”: “Lo nuevo frente a lo viejo, lo novedoso frente a lo antiguo”. “Busca que la gente piense en función de esos criterios”, explicó. En ese aspecto advirtió que en las críticas que realizó Tabaré Vázquez (comparando a un eventual gobierno de Lacalle Pou con la posibilidad de jugar un Mundial de fútbol con la sub 20) se vislumbra que “parece haber aceptado el marco mental” del diputado, lo que “puede ser una estrategia riesgosa”, dado que una de las claves puede ser la definición de “quién logra instalar su marco mental para proponer a los ciudadanos”.
Con respecto a la campaña de Vázquez, dijo que su eslogan “vamos bien” también se dirigió a un target específico: “Un sector importante de la sociedad que considera, no que todo está bien, pero que la dirección de los últimos diez años es la correcta”, con un marco mental que implica que “se logró revertir un proceso en el que, muchos años atrás, en el pasado, no íbamos bien”. Apuntó que se trató de una estrategia más conservadora que la de Lacalle Pou y que “posiblemente no alcanza para entusiasmar, menos aun sabiendo de antemano que Vázquez iba a ser el candidato”.
Eskibel sostuvo que el FA también puede proponer un marco mental propio, dado que “está ejerciendo el gobierno desde hace diez años”. “También tendría la posibilidad, como líder del mercado electoral que es, de apropiarse de elementos de creación y originalidad que pueden intentar traer otros, y bloquear el ascenso de Lacalle Pou a partir de sus propias innovaciones”, aseguró.
Por su parte, Daniel Supervielle, periodista, consultor estratégico e integrante del comando de campaña de Lacalle Pou, sostuvo que una de las grandes virtudes de la campaña fue elaborar una propuesta que fuera muy compatible con Lacalle Pou “como persona”. “Siempre tuvo muy claro que es una persona en la vida real que se trasladaba a la política, y no dejó que su imagen fuera tratada desde un punto de vista marketinero porque no tiene nada que ocultar”, aseguró.
Según Eskibel, la estrategia “por la positiva” de Lacalle Pou será más difícil de sostener en la campaña para las elecciones nacionales. “El tema va a estar cuando lo confronten fuertemente, porque si no respeta la pauta de su campaña puede pegarse un tiro en el pie”, sostuvo. Según dijo, la elección de Larrañaga como candidato a la vicepresidencia puede darle una ventaja en cuanto a su figura como hombre político articulador, pero no forma parte de la “vía renovadora” que mostró Lacalle Pou en las internas. “Es muy tradicional y no tiene nada que ver con la frescura que plantea”, alertó.