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lunes, 7 de julio de 2014
Cantante chilena Carolina Leporati: “La música es también una forma de terapia”. Entrevista exclusiva del blog.
Escribe
Juan José Pereyra Twitter @juano500
Tiene
22 años, vive en Santiago de Chile,canta desde los seis. Es la
segunda de seis hermanos y la conocí a través de Twitter. Se dedica
en forma profesional, tiene una productora que creó con su padre
publicista que es también su manager.
Estamos
ante una artista que va a dar mucho que hablar y pronto será ,estoy
seguro, muy conocida en esta parte del sur de América. Carolina está
en carrera y las redes sociales permiten que llegue con su música a
miles de personas.
Comparto
esta charla exclusiva para el blog.
La
primera pregunta luego de saber tu edad es obvia: ¿Cómo y cuándo
apareció en ti esto de ser cantante?
Mis
primeros pasos en público los realicé cantando a dúo con mi papá
en el colegio y otras reuniones sociales.
Ingresé
a una academia de canto y actuación en forma paralela al colegio,
donde después de un tiempo me retiré para seguir con clases
particulares de canto.
¿
Cómo surgió el trabajo profesional?
La
decisión de dedicarme profesionalmente al canto,la tomé a mediados
del año pasado (2013).Mi manager es mi papá,que es publicista, con
el cual formamos una productora para canalizar mi carrera.
Soy
intérprete y al tomar la decisión de profesionalizar mi carrera
empecé a trabajar con el destacado músico chileno, Francisco
(Pancho) Valenzuela, quien es mi compositor y Director Musical.
Fruto
de este trabajo, es mi primer single SUÉLTAME,
que ha tenido muy buena recepción en redes sociales.
Hay
artistas que se quejan de Internet porque la gente puede descargar la
música en vez de comprar el disco. Otros dicen que a quienes más
preocupa es a las compañías discográficas.
Mi
música está disponible en mi canal de youtube.com/carolinaleporati,
y ha tenido una amplia difusión a través de mi Twitter
@CaroLepOficial.
Las
redes sociales son muy importantes para mi, me han permitido en pocos
meses tener varios miles de seguidores y visitas.
Supongo
que tienes también presentaciones. ¿Qué expectativa vas teniendo
con tu carrera?
He
realizado varios conciertos sí en Santiago y los proyectos este año
son cantar en Regiones en Chile, y en lo posible realizar
presentaciones en países cercanos, Argentina,Uruguay,Perú para
luego abordar más países latinoamericanos.
Creo
fuertemente en que la música es un lenguaje común,que une a las
personas de diferentes nacionalidades,razas,credos, culturas. Es por
eso que al incursionar en Twitter, se me ocurrió usar un hachtag,
#musicaune, que utilizo en todos mis mensajes, y que ha sido muy bien
acogido y valorado por mis seguidores. Siempre trato de apoyar a
otros artistas a través de mis redes sociales, creo en la
integración sobre todo de los músicos que mucha veces realizan un
trabajo muy solitario.
En
enero estuve en estudio grabando dos nuevos singles,que pronto
presentaré.
¿Quiénes
son tus preferidos? Y por lo que veo, tienes tu propia banda.
Musicalmente,
me interesa fundamentalmente la calidad vocal, tengo coaching vocal
permanente y siempre me han atraído los cantantes que se destacan
por su trabajo vocal. En Chile,me ha gustado el trabajo de Myriam
Hernández, me gusta mucho como canta Laura Pausini ,son mis
ancestros italianos!!! ,bromea y también me gustan muchas voces de
cantantes afroamericanas.
En
mis presentaciones en vivo lo hago con músicos de mi banda con los
cuales trabajo musicalmente hace más de un año, y tengo un
afiatamiento importante.
Vuelvo
al tema de la difusión, supongo que para el artista es un dilema si
“estar atado” o no a una gran empresa.
La
industria musical y discográfica es muy compleja sí. Creo que las
redes sociales nos dan a los artistas una tremenda oportunidad de dar
a conocer nuestro trabajo, no es fácil, hay que trabajar y
dedicarles muchas horas, pero tienen una capacidad de difusión
realmente importante, como te comenté antes de mi cuenta de Twitter
y mi canal de YouTube.
Además
de tu carrera musical ¿a qué otras cosas dedicas tu tiempo?
Paralelamente
a la música, curso cuarto año en la universidad, en la carrera de
Terapia Ocupacional, tengo un especial interés por atender niños
de capacidades diferentes, y durante algunos años he sido voluntaria
de la Teletón Chilena.
La
música es también una forma de terapia.
Tengo
un especial interés por realizar presentaciones y cantar en otros
países latinoamericanos.
He
conocido mucha gente a través de las redes sociales, que me motivan
a viajar a sus países, y que gustan de mi música. Eso es muy
motivante para mi.
domingo, 6 de julio de 2014
IMPORTANTE SABER:¿QUE ES UN STALKER?
tectamazunchale.edu.m
Si
tienes un a cuenta en Twitter y sigues a algún famoso, habrás leído el
termino stalker o stalkear y no tienes claro qué quiere decir, aquí te
decimos. Un stalker es una persona que vigila o espía,
mediante Internet, sobre todo utilizando las redes sociales. Algunos
académicos los llaman los observadores silenciosos o fantasmas. La
acción de stalkear, implica una práctica común. Cuando checas las
fotos que publica tu exnovia, mediante una cuanta del amigo para que
no sepa que eres tú o cuando no dejas de apretar F5 para ver si tu
novio actualiza en Twitter algo que te permita saber qué hace, ambas
acciones son stalkeo.
Pero esos son los menos peligros, también están los que stalkean para otros fines, como generar perfiles falsos para obtener información o provocar reacciones como la desacreditación, robo de identidad o incluso secuestros.
Por supuesto los que más sufren esta actividad son los famosos. Sin embargo, puedes sufrir a los stalkers, por algunas imprudencias que cometemos en la redes, como publicar fotografías, ubicaciones e información que puede volver atractiva la vigilancia hacia ti.
Para evitarlo, puedes seguir estos consejos:
Claro que es difícil ser perseguido en la red, pero más vale poner atención a estos consejos, así si te vigilan sólo tendrán acceso a la información que tu permites ver.
Pero esos son los menos peligros, también están los que stalkean para otros fines, como generar perfiles falsos para obtener información o provocar reacciones como la desacreditación, robo de identidad o incluso secuestros.
Por supuesto los que más sufren esta actividad son los famosos. Sin embargo, puedes sufrir a los stalkers, por algunas imprudencias que cometemos en la redes, como publicar fotografías, ubicaciones e información que puede volver atractiva la vigilancia hacia ti.
Para evitarlo, puedes seguir estos consejos:
- No postear ubicaciones específicas y menos de manera automática
- No publicar datos puntuales como tarjetas de crédito, teléfonos, domicilio, etcétera
- Cuestionar si las imágenes que publicarás contienen elementos que puedan volverte un blanco
- No aceptar a alguien que no conozcas como amigo en Facebook
- Verificar lo que otras personas publican de ti
- Checar los permisos que tienen tus seguidores o amigos para acceder a la información que publiques
- Recordar que en la red, por más mecanismos que se utilicen para proteger la privacidad, toda barrera puede ser superada: piensa bien que subirás a la red
Claro que es difícil ser perseguido en la red, pero más vale poner atención a estos consejos, así si te vigilan sólo tendrán acceso a la información que tu permites ver.
¿Qué significa hacer "sexting"?
Es una práctica común entre jóvenes que se instaló de la mano de las nuevas tecnologías de la información.
Desde mediados de la década pasada los medios de comunicación de habla inglesa adoptaron esta palabra para hablar de una nueva forma de socialización que se da sobre todo entre jóvenes.
Para muchos adolescentes y adultos el sexting es el paso anterior al encuentro real, pero no es un paso obligado ya que la práctica del envío de frases "hot" o fotos de semidesnudos que pueden ser un fin en sí mismo.
“Vivimos en dos mundos paralelos y diferentes: el online y el offline”
¿Qué aspecto de la vida moderna le hace perder el sueño últimamente?
Bueno, trato de simplificar y de encontrar un denominador común en lo que pienso y en lo que digo porque vivimos en un mundo problemático y lo que subyace en común en todas las manifestaciones de los inconvenientes de estos tiempos es la fluidez, la liquidez actual que se refleja en nuestros sentimientos, en el conocimiento de nosotros mismos.
Bauman ya era un sociólogo prestigioso cuando lanzó su concepto líquido -esa idea de inconsistencia que para definir el mundo que nos rodea aplicó a la vida, al amor y a la modernidad- que le valió notoriedad mediática y popular: “Elegí llamar ‘modernidad líquida’ a la creciente convicción de que el cambio es lo único permanente y la incerteza la única certeza –dice él-. La vida moderna puede adquirir diversas formas, pero lo que las une a todas es precisamente esa fragilidad, esa temporalidad, la vulnerabilidad y la inclinación al cambio constante”.
¿Seguimos dominados por la incertidumbre?
La incertidumbre es nuestro estado mental que está regido por ideas como “no sé lo que va a suceder”, “no puedo planificar un futuro”. El segundo sentimiento es el de impotencia, porque aun cuando sepamos qué es lo que debemos hacer, no estamos seguros de que eso vaya a ser efectivo: “no tengo los recursos, los medios”, “no tengo el poder suficiente para encarar el desafío”. El tercer elemento, que es el más dañino psicológicamente, es el que afecta la autoestima. Uno se siente un perdedor: “no puedo mantenerme a flote, me hundo”, “son los demás los exitosos”. En este estado anímico de inestabilidad, maníaco, esquizofrénico, el hombre está desesperado buscando una solución mágica. Uno se vuelve agresivo, brutal en la relación con los demás. Usamos los avances tecnológicos que, teóricamente deberían ayudarnos a extender nuestras fronteras, en sentido contrario. Los utilizamos para volvernos herméticos, para cerrarnos en lo que llamo “echo chambers”, un espacio donde lo único que se escucha son ecos de nuestras voces, o para encerrarnos en un “hall de los espejos” donde sólo se refleja nuestra propia imagen y nada más.
¿Dónde lo pasamos mejor, online u offline?
Hoy vivimos simultáneamente en dos mundos paralelos y diferentes. Uno, creado por la tecnología online, nos permite transcurrir horas frente a una pantalla. Por otro lado tenemos una vida normal. La otra mitad del día consciente la pasamos en el mundo que, en oposición al mundo online, llamo offline. Según las últimas investigaciones estadísticas, en promedio, cada uno de nosotros pasa siete horas y media delante de la pantalla. Y, paradojalmente, el peligro que yace allí es la propensión de la mayor parte de los internautas a hacer del mundo online una zona ausente de conflictos. Cuando uno camina por la calle en Buenos Aires, en Río de Janeiro, en Venecia o en Roma, no se puede evitar encontrarse con la diversidad de las personas. Uno debe negociar la cohabitación con esa gente de distinto color de piel, de diferentes religiones, diferentes idiomas. No se puede evitar. Pero sí se puede esquivar en Internet. Ahí hay una solución mágica a nuestros problemas. Uno oprime el botón “borrar” y las sensaciones desagradables desaparecen. Estamos en proceso de liquidez ayudada por el desarrollo de esta tecnología. Estamos olvidando lentamente, o nunca lo hemos aprendido, el arte del diálogo. Entre los daños más analizados y teóricamente más nocivos de la vida online están la dispersión de la atención, el deterioro de la capacidad de escuchar y de la facultad de comprender, que llevan al empobrecimiento de la capacidad de dialogar, una forma de comunicación de vital importancia en el mundo offline.
Si nos sentimos cómodos conectados, ¿para qué nos haría falta recuperar el diálogo?
El futuro de nuestra cohabitación en la vida moderna se basa en el desarrollo del arte del diálogo. El diálogo implica una intención real de comprendernos mutuamente para vivir juntos en paz, aun gracias a nuestras diferencias y no a pesar de ellas. Hay que transformar esa coexistencia llena de problemas en cooperación, lo que se revelará en un enriquecimiento mutuo. Yo puedo aprovechar su experiencia inaccesible para mí y usted puede tomar algún aspecto de mi conocimiento que le sea útil. En un mundo de diáspora, globalizado, el arte del diálogo es crucial. La diasporización es un hecho. Estoy seguro de que Buenos Aires es una colección de diversas diásporas. En Londres hay 70 diásporas diversas: étnicas, ideológicas, religiosas, que viven una al lado de la otra. Transformar esta coexistencia en cooperación es el desafío más importante de nuestro tiempo. Diálogo significa exponer las propias ideas aun asumiendo el riesgo de que en el transcurso de la conversación se compruebe que uno estaba equivocado y que el otro tenía razón. El mejor ejemplo lo ha dado su Papa, el Papa argentino: apenas asumió, Francisco concedió su primera entrevista a Eugenio Scalfari, decano de los periodistas italianos y ateo confeso, y a un diario anticlerical como es La Repubblica.
¿La vida online es un refugio o un consuelo a esa falta de diálogo?
Hallamos un sustituto a nuestra sociabilidad en Internet y eso hace más fácil no resolver los problemas de la diversidad. Es un modo infantil de esquivar vivir en la diversidad. Hay otra fuerza que actúa en contra y es el cambio de situación en la regulación del mercado del trabajo. Los antiguos lugares de trabajo eran ámbitos que propiciaban la solidaridad entre las personas. Eran estables. Eso cambió hoy con los contratos breves y precarios. Las condiciones inestables, fluctuantes y sin perspectivas de carrera no favorecen la solidaridad sino la competencia. Estos dos factores no incentivan a la gente para el diálogo. Soy una persona ya mayor y creo que me voy a morir sin ver este problema resuelto.
Surgen en distintos lugares del mundo, sin embargo, procesos de autoorganización social desde abajo. Vecinos que se autogestionan para resolver problemas como la inseguridad o para recuperar la sociabilidad perdida. ¿Es una alternativa o un paliativo?
Lo que usted señala es muy importante. Es crucial para la actual situación porque todas las instituciones de acción colectiva que heredamos de nuestros ancestros, aquellos que desarrollaron las bases de la democracia moderna como el poder tripartito, el parlamento en las democracias representativas, las elecciones, la Corte Suprema, ya no funcionan adecuadamente. Todas estas instituciones tenían una única y misma idea en mente: establecer las reglas de la soberanía territorial. Pero vivimos en condiciones de globalización, lo que significa que nadie es territorialmente independiente. Ningún gobierno hoy puede decir que tiene pleno control de la situación porque se vive en un mundo globalizado donde los mercados, las finanzas, el poder, todo está globalizado. Entonces, aquellas instituciones que una vez fueron efectivas en establecer la independencia territorial para un mejor desarrollo del Estado moderno, hoy son inservibles para afrontar el tema de la interdependencia a la que nos enfrenta la globalización.
¿Los gobiernos son ciegos o necios al punto de no admitir la globalización?
Proponen soluciones locales a problemas globales. No se puede pensar con esta lógica. Es preciso desarrollar soluciones que renieguen de las fronteras territoriales del mismo modo que lo han hecho los bancos, los mercados, el capital de inversiones, el conocimiento, el terrorismo, el mercado de armas, el narcotráfico.
¿Y eso daría origen a las nuevas formas de autoorganización?
Surgen proyectos interesantes como Slow Food o Médicos Sin Fronteras. Jeremy Rifkin (economista y teórico social estadounidense) escribió un libro que se publicó el año pasado - The Zero Marginal Cost Society. The Internet of Things, The Collaborative Commons, and the Eclipse of Capitalism (El costo social cero. La Internet de las cosas, los bienes comunes colaborativos y el eclipse del capitalismo)- donde señala que una nueva realidad está emergiendo aún inadvertida por la opinión pública. Los mercados competitivos están siendo reemplazados por lo que él denomina “collaborative commons” , el bien común colaborativo, donde la gente no busca la ganancia personal sino la cooperación, reunir fuerzas y compartir. Compartir conocimiento, recursos. Compartir felicidad, compartir welfare .
¿Usted está de acuerdo?
No sabría decir si Rifkin tiene razón o no. El dice que la tecnología resolverá el problema, que lo hará por nosotros. Para mí eso es una reedición del determinismo tecnológico que no me gusta. Me resulta improbable sugerir que la cuestión esté resuelta y que el éxito de la transformación en curso esté preestablecido. Un hacha se puede usar para cortar leña o para partirle la cabeza a alguien: mientras la tecnología determina la serie de opciones abiertas a los seres humanos, no determina cuál de estas opciones al final será elegida o descartada. Qué puede hacer el hombre es tal vez una pregunta que puede dirigirse a la tecnología. Pero qué hará el hombre debe preguntarse a la política, a la sociología, a la psicología. La gente está buscando alternativas a las instituciones que no están funcionando. Hacen lo que nadie hará por ellos. Eso es innegable.
Copyright Clarín, 2014.
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