La minera no quiere la terminal donde el gobierno decidió construir el puerto en Rocha
El Observador
+ Martín Viggiano @martinviggiano
En menos de cuatro meses se cumplirá el plazo establecido por decreto para negociar entre el Poder Ejecutivo y la empresa Zamin Ferrous (Aratirí) la firma de un contrato de extracción de decenas de millones de toneladas de hierro enterrados en el subsuelo en Valentines (Treinta y Tres) y zonas cercanas. En diciembre del año pasado estaba casi todo acordado parar otorgar el permiso, pero distintos desencuentros entre el gobierno y la compañía de origen indio postergaron la rúbrica. Hubo un borrador de contrato con cosas para afinar, e incluso voceros oficiales señalaron al 29 de diciembre de ese año como día para firmarlo. Luego se postergó una, dos, tres y cuatro semanas, hasta que ahora, ocho meses después, se agrega una dificultad que suma dudas al negocio y pone en aprietos al puerto de aguas profundas, uno de los proyectos que obsesionan a José Mujica.
El fundador de Zamin Ferrous Pramod Agarwal, se reunió con el mandatario y le transmitió que la empresa quiere, por motivos económicos, mantener su terminal portuaria para la salida del hierro en La Angostura (Rocha), sitio elegido en un primer momento por el gobierno para montar un puerto multipropósito de aguas profundas. Pero luego la administración decidió cambiarlo unos kilómetros más al oeste en la costa de Rocha para situarlo en El Palenque, lo que terminó de confirmarse con un decreto y una ley aprobada y en vigencia. Ese cambio obligaba a la minera a introducir cambios en su proyecto. Entre otras cosas tenía que realizar un nuevo trazado de su mineroducto, la estructura por la cual se transportaría el concentrado de hierro de Valentines a la costa para ser embarcado y exportado. La tarea implica complicaciones, demoras y nuevas inversiones a la firma, ya que además de realizar un nuevo trabajo y asumir otros costos de construcción, debían entregar a la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) un nuevo plan de impacto de ese mineroducto. Aratirí no había planteado reparos mayores al cambio de lugar del puerto de aguas profundas, hasta que ahora un representante transmitió a Mujica que la ecuación económica cambió, fundamentalmente por un descenso en la cotización del hierro en el mercado mundial.
Aratirí planteó, según contó el presidente en el consejo de ministros del lunes, una autorización para instalar su terminal en La Angostura, y desechar su participación en el puerto de aguas profundas que el gobierno proyecta en El Palenque. Mujica quedó en constestar, pero ya recibió asesoramiento de su personal más cercano.
Pedro Buonomo, presidente de la Corporación Nacional para el Desarrollo (CND), es quien comandó el ambicioso proyecto desde el inicio en una comisión interministerial. Según dijo ayer a El Observador, ya trasladó a Mujica sus comentarios acerca del planteo de Aratirí, y si bien la decisión estará en manos del presidente, los argumentos apuntan a negarle la solicitud. Para Buonomo no son de recibo los argumentos de la empresa para preferir La Angostura en vez de El Palenque. Dijo que el lugar elegido en última instancia para construir el puerto de aguas profundas tiene ventajas comparativas como la profundidad de 20 metros del mar cercano a la costa, lo que ahorra costos de dragado. Aratirí aduce que allí el suelo es mucho más duro y, por lo tanto, complicado y caro de trabajar. Ello no está comprobado, según dijo Buonomo, y en caso de ser cierta la diferencia en la inversión es “marginal”. Todos los estudios encargados por el Poder Ejecutivo destacan las ventajas comparativas del lugar que finalmente se eligió para realizar la obra.
En cuanto a la diferencia en el precio, el jerarca del gobierno entiende que no es significativa para hacer tambalear un proyecto que se acerca a los 3.000 millones de dólares. “La hipótesis del dinero no se corrobora con las cuentas que nosotros hicimos”, aseguró.
Buonomo dijo a El Observador que tendría impactos ambientales negativos habilitar a la minera india la construcción de una terminal en La Angostura, cuando el gobierno piensa construir un puerto multipropósito de aguas profundas a pocos kilómetros también en la costa de Rocha.
La minera Aratirí se perfilaba como un socio estratégico para financiar y generar demanda en el puerto de aguas profundas. Al igual que gobiernos de la región, se le ofreció participar en una terminal privada bajo un contrato a 30 años, con condiciones similares a las que funciona hoy la firma belga Katoen Natie en el Puerto de Montevideo.
A juicio de Buonomo el proyecto puede continuar adelante con o sin Aratirí. La minera, de todos modos, sería clave para el avance del puerto, reconoció el funcionario. “La viabilidad del puerto trasciende a Aratirí”, dijo. Sea como fuere, la última palabra ante la nueva exigencia de Aratirí la tiene Mujica, insistió Buonomo. Por otra parte, una fuente de Presidencia dijo a El Observador que existe otro punto de vista en el gobierno y, por lo tanto, la opinión del mandatario puede ser también nutrida de una visión distinta a la de quien lideró el proyecto del puerto.
Según informó El País, el fundador de Aratirí ratificó su voluntad de invertir en Uruguay en su reunión con Mujica, a pesar del pedido de cambio de la terminal. El gobierno no sabe, de todos modos, hasta dónde está dispuesta a ir la empresa en su aspiración de ubicar su terminal portuaria en La Angostura.
Si no firma con Aratirí, existen por lo menos dos opciones, según dijo meses atrás a El Observador el ministro de Industria, Roberto Kreimerman. Una es licitar los permisos a empresas interesadas. Otra es diseñar una empresa pública para extraer el hierro de Valentines.