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domingo, 18 de enero de 2015

LOLA La niña en la arena Por Eliana Gilet BRECHA




El huracán que desató el crimen de Lola se aleja de las costas de Valizas, le da aire. Tras dos semanas de vivir como sospechosos, los locales están cansados, pero tomándose su tiempo, hablan. Esta nota se escribió permitiéndoles ese respiro, que tal vez con el hallazgo de la mochila ahora se extinga.



Valizas. Foto: Fernando Carballo

“No vas a encontrar nada”, sentenció uno sentado en el piso de la terminal Tres Cruces. Cinco horas y varios pueblos más tarde, una veintena de somnolientos que no superan los 30 años desembarcan sin mucha gracia en la madrugada de Valizas. Aún es de noche. La mayoría se pierde en la oscuridad de las calles. Las preguntas cruzan la mente mientras el viento agita las hojas gruesas de una planta y las ranas intervienen a su vez. ¿Por qué se habría ido sola, sin amigos? ¿Por qué una adolescente argentina de 14 años llevaba 2.500 pesos en la mochila? ¿Por qué no los llevaba en el bolsillo? Las respuestas no vendrán a buscarte a la terminal, entonces los pasos, solos, se ponen en marcha.
El murmullo que se oye viene del centro. El rumor llega del mar y enmarca ese puñado de casas y ranchos que es Valizas. Un perro duerme profundamente sobre el pedregullo, en medio del camino, hasta que lo despiertan los pasos. Un giro a la derecha y aparece la plaza del centro, flanqueada por dos medios tanques que humean la salida de los bailarines resistentes al amanecer. Hay un éxodo hacia la playa, a pocos metros. Las sandalias son la última molestia que se abandona para sentir la arena fresca entre los dedos. Y las preguntas resuenan en el clamor del cielo rosado y el agua plateada que lo refleja. El rosado le da entrada a un color amarillo. El verde no tardará en aparecer. Cuando la pelota roja que todo lo ilumina se deje ver entre las siluetas que permanecen en la playa, éstas le retribuirán con un aplauso. Una luna partida exactamente al medio atiende desde su rincón todo el proceso. Y de repente, amanece.
SEGUIR EL CUERPO. A Lola la mataron más cerca de Aguas Dulces que de Valizas. Dos semanas después, el miércoles 13, apareció la mochila con la que había salido. Estaba enterrada en la arena, apenas a diez metros de donde se encontró su cuerpo. En el pueblo el viento dice que estaba todo. La plata, el libro que Lola llevó consigo cuando salió a caminar, a las dos de la tarde del domingo 28 de diciembre. Las autoridades sin embargo confirmaron que la plata no estaba. Una gurisa de 14 años, esbelta, floreciendo, con el pelo al viento y la niñez en la cara encaró, después de comer, el trecho de playa (unos seis quilómetros) que permanecen vírgenes entre las dos localidades rochenses.
Hace tiempo que esas tierras –esas arenas– son motivo de conversación y preocupación entre los pobladores, y vuelven a ello, una y otra vez, abriendo un paréntesis a la preocupación por Lola. Esa manta de costa fue traspasada al Instituto Nacional de Colonización, cedida a éste por el Ministerio de Ganadería. Sobre ella pesa una denuncia de reclamo por su propiedad, que lleva adelante la familia Olivera, ganaderos de la zona. Los vecinos apuntan que el propósito del Estado respecto de esos terrenos es parcelarlos en chacras marítimas de una hectárea cada una. El espacio promedio ocupado por los ranchos valizeros es de 500 metros. Cada nuevo predio sobre la playa equivaldría a 20 terrenos de los hoy existentes, pero en manos de un solo dueño. El desembarco de ese poder económico es el verdadero cimbronazo que está en la mente de la gente. Valizas es un asentamiento, un terreno ocupado, construido y diseñado por quienes lo hicieron. Su vínculo con los servicios estatales está reducido al mínimo, gracias a un manojo de comisiones vecinales que se encargan de los asuntos comunes. Los valizeros hicieron Valizas. Y todas las imágenes que de su pueblo se difundieron les terminaron por dar un poco de asco.
La conversación se reencauza. Lola, su cuerpo muerto y vejado por cortes de cuchillo de una mano sin fuerza que se doblegó ante la carne joven, fue encontrada el 30 de diciembre por un vecino y sus hijos. Fue esa misma mano la que, al no poder cortar, empujó la cabeza contra la arena hasta dejar el cuerpo inerte. Los pobladores resumen estas dos semanas con una máxima simple y crucial: hay una gurisa muerta y un asesino impune. Nadie cree que haya sido alguien del pueblo. Al llegar, podía pensarse que era una negación, un mecanismo de protección, como ese miedo urbano que se exorciza asegurando que el otro siempre está afuera. No parece ser este el caso. La certeza de que se comieron este garrón de costado es firme entre la gente del lugar, y parece sostenerse en esa malla de contención que es la comunidad valicera, en donde la vida comunitaria y autónoma son parte del sentir común cotidiano. Trescientas personas que durante dos meses y medio son el colchón que atiende a otras 10 mil que les caen por día: con 2 mil casas en la localidad y con cinco personas por casa se resuelve ese cálculo a vuelo de pájaro, que debe redondearse con los acampantes todos.
Fueron esas 300 personas las que respondieron al instante ante la desaparición de la adolescente, encabezando la búsqueda: a caballo por el monte, trillando el trecho. Como consigna La Diaria en su edición del martes 13, también hicieron una marcha.
En uno de esos malones del verano llegó Lola. De familia adinerada, vino a visitar a sus padrinos, que ya conocían estas arenas y estaban en Valizas desde el 15 de diciembre. La foto que la muestra en la terminal de Rutas del Sol es la evidencia de su llegada. El entorno familiar es crucial en este caso, pero ha permanecido en una actitud que sorprende un poco. La familia se movió por su lado, no se apoyó en el pueblo y se retiró a Argentina en cuanto pudo. Pronto la investigación quedó en manos de la Policía rochense.
Durante un par de días la batuta estuvo en la localidad de Castillos. Ubicada en una esquina, sobre la calle Pedro Ferrer al 1500, está la comisaría a donde fueron trasladados los más de veinte vecinos que fueron detenidos por la Policía durante las últimas dos semanas.

Una especie de razia. Brecha intentó una entrevista con el comisario Ricardo González, encargado de la Seccional 4ª de Castillos, pero él amablemente se excusó diciendo que para hablar necesitaría permiso del jefe de Policía del departamento. No contestó preguntas pero confirmó la aparición de la mochila y desmintió que persona alguna hubiese confesado. No lo mencionó, pero se refería a un hombre apodado “Conejo”, que los medios y la Policía marcaron como sospechoso. Esa información fue publicada por el diario El País y motivó un comunicado del Ministerio del Interior desmintiéndola. Por cosas como esas los vecinos hablan del combo Policía-medios.
La gente no quiere saber de nada con la prensa, pero no es una resistencia violenta, sino más bien una saturación. Los tiene hartos. Explican cómo ese combo necesitó un chivo expiatorio. Lo dijo uno de esos vecinos detenidos, frente a las cámaras que filmaban a los pobladores llevados a la seccional. Ninguno de ellos estaba acusado de nada. No hubo órdenes ni explicaciones. Varios agentes interrogaban al detenido sin motivo, tiraban nombres al ruedo, los mareaban. Les preguntaban por gente que ellos no habían nombrado. “Necesitaban encausar a alguien.”
Un vecino explica que el argumento que se usó para ese abuso fue que el cuerpo se encontró a 700 metros de Valizas, cuando en realidad fue a cuatro quilómetros. Fueron detenidos incluso aquellos a los que se requería en calidad de testigos, no respetando trabajos que se perdían ni horas de tiempo vital. El súmmun fue un detenido durante 50 horas. En su primera detención algunos no fueron llevados a juez. Cuando se sumaron los dos peritos de la Policía Técnica el interrogatorio se hizo más acuciante.
Se especula con que el motivo de ese acelere es la posición de la familia pudiente, con capacidad de influencia. Se dice que logró, incluso, un contacto con el presidente de la República. Inverosímil: un conflicto binacional con la hermana Argentina explotando en Valizas.
En el pueblo insisten: estuvieron 15 días siguiendo una pista equivocada. Llegan 10 mil personas por día a Valizas, pero la investigación se concentró en los locales. “No fue nadie de acá, y lo digo a quien quiera oír”, irrumpió la voz de un pescador que debe superar los 70 años, que también fue detenido. “¿Cómo van a pensar que uno de nosotros se va a llevar a una niña?” El hombre carga en los ojos una vida de trabajo entre el mar y el alcohol. “Se lo digo a quien quiera oír, se lo digo a todo el mundo”, insiste. El hombre tiene un tic particular, se ríe de repente, como si la risa fuera el aire que necesita para sostener el hilo de un relato coherente. La niña, la niña, repite. Y ofrece una lectura interesante: la atacaron, con poca fuerza, la cortaron muerta, los celos, la envidia de su juventud en flor. No fue un hombre, uno no corta lo que le gusta, lo que le atrae. No lo destruye. Y Lola era linda. “Era linda, así como vos.”
SEGUIR EL TERRENO. No fue violada, no tenía signos de haber luchado. Lola conocía a quien iba con ella, probablemente. Las huellas en el lugar ya son parte del pasado, las físicas al menos. La Policía espera que la aparición de la mochila agregue ahora elementos algo más fiables a la investigación. Busca algún resto de Adn y se mueve con más cautela.
Las huellas en la gente son otras. La desconfianza surgió, pero no es la que podría preverse. Nadie anda perseguido por estas costas, ni ha dejado de ir al Cabo Polonio o a Aguas Dulces acortando el camino por la playa. Las adolescentes, iguales a Lola, siguen paseando de malla y juventud por donde se las quiera ver. No hay paranoia en Valizas, la paranoia está en otra parte. La desconfianza se la guardan para los medios. Y la falta de avances y el abuso reafirmaron la desconfianza en la Policía y comenzaron a extenderse hacia la justicia.
Sí, se preocuparon, pero como sus palabras no fueron escuchadas, simplemente dejaron de hablar. La muerte de Lola los azotó como un huracán que pega de costado, pero los valiceros resisten la entrada de ese crimen en sus vidas. Lo resisten alejándose del embrollo de los medios, apagan la tele, no leen el diario. Sus palabras se empeñan en defender el lugar que han construido, que aman, que les permite vivir como desean. Van rearmando el ambiente paradisíaco de su costa y anhelan que el misterio de la muerte de la niña se resuelva de una vez por todas.

sábado, 17 de enero de 2015

Astori dijo que la suba en las tarifas en UTE es “una disminución real”

Subrayado

Esto porque las tarifas energía eléctrica “han evolucionado por debajo de la inflación”, dijo el vicepresidente y futuro ministro de Economía.




 


Danilo Astori se refirió este viernes al aumento de las tarifas de UTE, del 6,9%, por encima del 3,9% que había propuesto la empresa de electricidad del Estado.
El actual vicepresidente de la República y futuro ministro de Economía desde marzo, en el nuevo gobierno de Tabaré Vázquez, defendió el aumento y dijo que se tuvo en cuenta el equilibrio entre un conjunto de variables. Además, aseguró que en verdad se trata de una “disminución real”.
“Las tarifas que se han fijado significan una disminución real porque han evolucionado por debajo de la inflación, han tenido en cuenta la situación financiera de la empresa, han tenido en cuenta el equilibrio que siempre hay que buscar entre la evolución del tipo de cambio, la competitividad y el combate a las presiones inflacionarias, y por eso estoy totalmente de acuerdo con la decisión que se tomó”, dijo Astori.
Este viernes el presidente José Mujica también habló del incremento de las tarifas, y reconoció que aumentaron más de lo previsto para abatir, en parte, el déficit fiscal del gobierno al cierre del período, que ronda el 3%.
A su vez, este viernes y a través de redes sociales, se convoca a un caceroleo en protesta por el incremento de las tarifas de UTE y OSE (9%) y por la rebaja de los combustibles, inferior a lo que se preveía en función de la caída del precio del petróleo.

Sorpresa: Frente Amplo tendrá tres candidatos en Montevideo "Desconformes con Constanza"

PVP presentará tercera candidatura

No hay dos sin tres

El Partido por la Victoria del Pueblo presentará a Virginia Cardozo como candidata a la Intendencia de Montevideo por el Frente Amplio. Luis Puig dijo a Montevideo Portal que se trata de una apuesta "a las mujeres y a los jóvenes".

Montevideo Portal

La médica de 30 años Virginia Cardozo será la tercera candidata a la Intendencia de Montevideo por el Frente Amplio.
La decisión fue tomada por el Partido por la Victoria del Pueblo, luego que el sublema Casa Grande no alcanzara una definición conjunta.
La senadora Constanza Moreira, que lidera Casa Grande, votará al socialista Daniel Martínez.
En conversación con Montevideo Portal el integrante del PVP Luis Puig manifestó que luego de una ronda de consultas el sector entendió que era necesario darle a los frenteamplistas de Montevideo una multiplicidad de opciones en donde puedan sentirse representados.
Puig destacó que se trata de una mujer joven. Además de esas características, el dirigente habló de aspectos que hacen a la idoneidad de la candidata como su experiencia y compromiso como médica comunitaria en Montevideo con un "amplio conocimiento del territorio".
En ese sentido, detacó que Cardozo vine trabajando en contacto con "una situación social que todavía subsiste en Montevideo, pese a los grandes avances".
Consultado sobre Pablo Anzalone, que había sido una de las opciones por su experiencia en la IMM, Puig explicó que se trató de elegir una mujer joven y hacer "una apuesta muy fuerte a la renovación".


Muere a los 83 años la actriz Anita Ekberg, icono erótico de Fellini

http://humbral.blogspot.com




Fotograma de 'La dolce vita' con Marcello Mastroianni y Anita Ekberg en La Fontana de Trevi. / AFP

Ante la noticia de la muerte de Anita Ekberg, ocurrida en una clínica a 30 kilómetros al sur de Roma, a los 83 años, ha sido inevitable que todos recordemos la escena de La dolce vita de Fellini en la que se bañaba en la Fontana de Trevi invitando a Marcello Mastroianni a que se uniera a ella. Con sus hombros y espalda desnudos y un vaporoso vestido negro, se convirtió en la imagen del erotismo y la libertad sexual y no sólo en la Italia de 1959. Dos años más tarde Fellini volvería a lucir su espléndido busto y no menos hermosas piernas en Las tentaciones del doctor Antonio, fragmento de la película Bocaccio 70, en la que el reprimido Peppino de Filippo enloquecía de amor ante una provocadora imagen de la actriz, "con todos sus atributos maternos expuestos al sol, las piernas desnudas, enormes, y en su rostro una expresión salvaje", que habían colocado frente a su casa. Jerry Lewis también se había vuelto Loco por Anita(1956) en la película del mismo nombre. La Ekberg fascinaba a todos.
Desde muy joven llamó la atención por su físico. Fue Miss Suecia en 1950, donde había nacido 19 años atrás. Gracias a ese premio y por haber sido candidata al de Miss Universo viajó a Estados Unidos, donde fue rápidamente contratada por Howard Hughes, multimillonario conocido también por su afición a las estrellas de cine que en varias ocasiones él mismo ayudó a formar. Martin Scorsese recreó parte de su vida en El aviador, en 2004. Así hizo Howard Hughes también con la Ekberg aconsejándole operaciones que mejoraran su aspecto u obligándole a clases de distintas especialidades, aunque las de arte dramático no fueron nunca del agrado de la joven.
Tras intervenir en algunas películas de poca monta o en cometidos secundarios – Abbot y Costello van a Marte, La espada de DamascoCallejón sangriento, Guerra y paz… –Anita Ekberg (nacida Kerstin Anita Marianne Ekberg) fue carne frecuente en las portadas de las revistas. Su popularidad no crecía tanto por sus dotes para la interpretación, siempre dudosas aunque en ocasiones estuviesen salpicadas por un notable sentido del humor, sino por su incuestionable belleza y la ligereza en su comportamiento sexual que sorprendía en sociedades timoratas.
Recibió un Globo de Oro como estrella emergente en 1956, año en que consiguió su primer papel protagonista en Regreso de la eternidad, junto a Robert Ryan. Pero no fue suficiente para convertirla en actriz, carrera en la que seguía dando tumbos… hasta que en su camino se cruzó Federico Fellini con La dolce vita. El éxito internacional de esta película la confirmó como sex symbol y aunque fue desde entonces solicitada por numerosos cineastas, su trabajo se centró casi exclusivamente en el cine italiano: El gran amante, Los mongoles, Los tres etcéteras del coronel, La esfinge de cristal…
Desgraciadamente no volvió a intervenir en grandes películas al margen de las de Fellini –Entrevista (1987), en la que hacía de sí misma, fue la última de ellas–. Su gloria se fue apagando con el tiempo pero el recuerdo de su baño nocturno en La dolce vita se mantiene vivo en nuestra memoria y en la historia del cine.

Extraído de: http://cultura.elpais.com/

LA CABEZA DE GUMERSINDO SARAVIA. Por Julio Dornel.




                                             Escritor y periodista Julio Dornel

Mientras la arqueología pretende estudiar los restos físicos de las antiguas construcciones y artefactos, la historia se dedica a la investigación estudiando documentos escritos y recogiendo comentarios orales que se fueron trasmitiendo de generación en generación. Lamentablemente en este enclave fronterizo no existen muchos documentos que nos permitan preservar el recuerdo de algunos acontecimientos registrados en el pasado, pero que tuvieron amplia repercusión en el plano internacional. Sin embargo es justo destacar que existen trabajos meritorios que demuestran el interés de historiadores y periodistas que han incursionado en el tema, dejando nombres, circunstancias y vivencias que sirven hoy para interpretar de alguna manera la cultura de aquellos años y el origen de algunos enfrenamientos.
En este sentido queremos destacar el trabajo realizado por los periodistas brasileños Tabajaras Ruas y Elmar Bons sobre la vida del caudillo Gumersindo Saravia, que se transformó en leyenda durante la Revolución Federalista de 1893. Se trata de un excelente trabajo escrito tras una paciente investigación realizada en 1997 visitando bibliotecas y reporteando viejos moradores de la frontera uruguaya y brasileña. Señalan al comenzar la obra titulada LA CABEZA DE GUMERCINDO que muchas contradicciones y ambigüedades marcan la historia de Gumersindo, comenzando por su nombre. Nacido en el Uruguay y presentado en el Brasil, es Gumersindo para sus parientes uruguayos y Gumercindo para los brasileños, mientras él firmaba como Gumersindo.

Agradecen además a decenas de personas que “nos auxiliaron con informaciones, material e ideas en Montevideo, Melo, Treinta y Tres, Rivera, Aceguá, Porto Alegre, Santa Vitoria do Palmar, Santiago, Caroví, Livramento, Bagé, Santa María, Florianópolis, Curitiba, Lapa y Río de Janeiro.”
El prologo del libro pertenece al Dr. Julio María Sanguinetti señalando en una parte del mismo que “como sombras del pasado los caudillos rurales aparecen aún hoy, invariablemente, envueltos en brumas de polémica. A veces se nos describe sus trágicos finales, su coraje, su desprendimiento material, su profundo enraizamiento popular y a partir de allí una visión envuelta de romanticismo. En ocasiones, a través de los horrores de las guerras, las truculentas descripciones de degüellos que las partes en conflicto siempre se atribuyeron recíprocamente, o mostrando la incompatibilidad entre cualquier orden institucional y el personalismo del espontáneo mando individual, se nos explica que la dicotomía civilización y barbarie de la literatura sarmientina tiene mucho de sentido. Esta cuestión se complica aún más cuando a las dicotomías ideológicas y sociológicas le añadimos los particularismos nacionales que, como es natural impregnaron nuestros textos históricos. Más allá de la diferencia de tradición, la sensibilidad, el modo de concebir el país, su relacionamiento con la gente, son análogos y bien distintos de aquellos señores de los campos, cuyo escenario eran las vastas cuchillas patrias, su transporte, el caballo y no el coche, su instrumento la espada y no la pluma.
Los riograndenses federales reclamaban más autonomía estadual, un sistema más parlamentarizado y subyacía detrás de esta idea una visión más tradicional del estado y la sociedad. Por un lado entonces, el medio rural, con Gumersindo Saravia como Jefe Militar, por otro la tendencia civil marina de base carioca. Es así que en 1893 llegan los revolucionarios a dominar no sólo Río Grande sino Florianópolis y hasta Curitiba. La guerra fue tremenda, sangrienta –dice Sanguinetti- llena de excesos y represalias, de actos heroicos y de combates singulares. El supremo desborde de pasión es la mutilación de los cadáveres de Gumersindo y de Almirante Saldaña de Gama cuando caen muertos. En el correr de ese dramático enfrentamiento, Gumersindo termina siendo leyenda. Y a su lado Aparicio hace su aprendizaje militar y forma ya su condición de caudillo, que se proyectará más tarde en Uruguay. Por alguna causa, cuando cae Gumersindo, este mismo lo designa su sucesor y le da el mando, que de inmediato reconocen los demás jefes brasileños y en formalmente ratificado con la firma de Gaspar Silveira Martins y Luis Saldaña de Gama. De esa confrontación emergen los últimos caudillos de aquel tiempo que terminaba.” En las primeras páginas del libro los periodistas brasileños establecen que “la entrada del cementerio de Santa Vitoria do Palmar es guardada por un pórtico, con arcada y portón de hierro envejecido y herrumbrado. Erocildo Pereira es el sepulturero hace 9 años y no recuerda haberlo visto cerrado en alguna oportunidad. El mayor movimiento pertenece a los que recuerdan la memoria de Gumersindo Saravia. En el panteón de mármol están guardados los ochenta huesos que quedaron de su cadáver. El panteón no es imponente. No se destaca sobre los otros del pequeño cementerio. La placa de bronce dice simplemente: panteón perpetuo de las familias de Gumersindo Saraiva y Amelia Rodríguez Saraiva ( 2/ 11/ 1919) Es la fecha en que el cuerpo de Gumersindo vino de Santa Clara del Olimar en el Uruguay, para este cementerio en la Región de los Campos Neutrales. En otra pequeña placa las fechas del nacimiento y de la muerte: 1852- 1894. Gumersindo vivió solamente 42 años. La mujer de Gumersindo , doña Amelia, también está enterrada allí. Hay una pequeña fotografía de cada uno. Gumersindo está sin sombrero, usando un traje apretado, cuello alto abotonado. Ella parece medio distraída. Los que la conocieron destacan el coraje y la alegría que siempre la acompañaban. “Esta bajita es más guerrera que yo” decía Gumersindo a sus amigos. Todos los días alguien llega al cementerio de Santa Vitoria a depositar alguna flor en el sepulcro de Gumersindo, sobre todo en el aniversario de su muerte. Sin embargo también el odio de los enemigos pasa por el cementerio; la foto de Gumersindo, incrustada en mármol , está arañada, como si alguien quisiera borrar el esmalte que la cubre y condenar al olvido el nombre del caudillo oriental. Todo el pueblo de Santa Vitoria sabe que el sepulcro guarda un cuerpo sin cabeza, mientras que la historia inventada por los lugareños asegura que durante las noches de luna llena el caudillo abandona el cementerio montado en su caballo negro. Sin embargo el sepulturero manifestó a los periodistas brasileños que “por ese portón nunca lo vi salir... “
Con material bien documentado los escritores brasileños nos ofrecen algunas páginas de la historia riograndense por donde debió transitar Gumersindo para entrar en la inmortalidad. El surgimiento de estos caudillos no obedecía solamente al heroísmo sin límite, sino que tenían raíces más profundas, relacionadas siempre con las diferencias sociales de la población y la situación que vivía por aquellos años la campaña riograndense. Por este motivo la figura legendaria de Gumersindo enarbolando la bandera de la justicia social continua galopando por los campos brasileños que un día regara con su propia sangre.