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viernes, 7 de agosto de 2015

SERGIO SANCHEZ MORENO: RECORDANDO A OSIRIS. Julio Dornel

                                                Sergio Sánchez


                                                   Julio Dornel


   
   

Apreciado Julio Dornel, y en ti a todos los HERMANOS que están recordando a Osiris Rodríguez Castillos,
apenas comienza este día de agosto aquí en Melo, la ciudad de Tabaré y Molina. Mientras un monte de benteveos , horneros, pájaros carpinteros, chingolos y torcacitas , nos enmarcan mientras tiramos recuerdos , pa’acompañarlos, arroyo Conventos mediante .

“Hay un camino en mi tierra
del pobre que va por pan
camino de los quileros
por las sierras de Acegua”

La canción se extiende por el paisaje, nube mañanera y perezosa que pinta de blanco los verdes valles entre las serranas fronteras con el Brasil. Parado del lado donde se inventa el sol, en la espalda de la sierra, el comienzo del camino de los quileros es apenas piedras y arbustos.
Miro la naturaleza con ojos de Osiris, hace muchos años viviendo tiempos por aquí, muchacho asombrado por este paisaje espléndido, y con el veo pasar asombrado, los cargueros.
En silencio, apenas bufidos de algún caballo mal cargado ,como si ellos hubieran aprendido que llamar la atención no es buena cosa.
Barriles de caña, yerba y azúcar, y cuantas cosas mas se venían hasta nuestros pueblos , haciendo muchas leguas a lomo de caballo , a campo y monte , a noche y silencio.
Los quileros venían en cargueros, un caballo y otro y unos cuantos más...rendía más el viaje y había mas revólveres para mantener lejos a los fusiles de los milicos.
Ahí, al pie de la sierra y donde nace la senda de los contrabandistas, Osiris fue con ellos, letra adentro de su canción y los pintó de manera extraordinaria... canción que escucha mi alma, clarita, cadenciosa, cantada por un turco, Cafrune, que supo grabar una de las mejores versiones del Camino de los quileros.

“No pregunten d’ande soy
Vengo del tiempo aparcero
Y ni los mesmos senderos
Comprenden pa’ donde voy”

Cantaba Omar, y la noche, junto al río Olimar, se hacía dulce abrazo . Cantores, recitadores y payadores de todos los pueblos, fogones con olor a tortas fritas y a guisos carreros, gente del pueblo, y muchísimos paisanos de los pagos de la región ...con algún gurí que disparaba sus primeras presentaciones en público. El festival del Olimar estaba naciendo y Omar Matéu, cantaba con voz inolvidable las “décimas a Jacinto Luna”, para que la milonga de Osiris nos amparara, reafirmando la patria en esos fuegos nuestros y en versos de tranco lerdo que van dejando luces encendidas.

“No venga a tasarme el campo
con ojos de forastero
no es como lo usted lo ve
sino como yo lo siento”

En este tiempo hermosos, con tantísima gente que lucha con amor por hacer de este un tiempo de Dios, entre los muchos desafíos a que nos someten la superficialidad y el consumismo, están los y las opinantes. Osiris nos acompaña día a día , cuando nos enfrentamos a que nuestra vida o trabajo sean tasados de afuera, sin caminar por los campos de nuestro esfuerzo, sin conocer de adentro nuestros sueños y desvelos. Es muy difícil pararse en los zapatos de los demás pero es la única de forma de construirnos como familia humana.


Hace mas de 30 años que tengo la suerte de que me invitan a presentar los artistas en el festival “ A orillas del Olimar”, y allí donde se reúnen cada noche 30 mil personas de todas partes , gente joven y gente ya más grande que conviven para abrevar y nutrir el alma de nuestras canciones de la patria grande... y mientras el Serrano Abella, festival tras festival me recita de memoria todas las poesías de Osiris que cantan o recitan en el escenario...
soy testigo de uno de los sagrados rituales del encuentro...

guitarra en milonga rotunda, tierra ella misma...
y voz del Pepe Guerra para que todos canten y bailen y se abracen y se quieran
entonando con don Osiris ,
con su creación intacta,
con su país de canto renaciendo cada día.. .
“me llaman la galponera
y es milonga de fogón”.

Gracias Sergio, AQUEL ABRAZO.

Los 90 años de Osiris Rodríguez Castillos



 El Este

90°Aniversario del nacimiento de Osiris Rodríguez Castillos (21 de julio de 1925)
60° Aniversario de su libro fundamental: Grillo nochero (1955)
“A la orilla del silencio: Vida y obra de Osiris Rodríguez Castillos” es el primer trabajo que rescata, de manera integral, estos y todos los hechos importantes en la trayectoria de este creador único de la cultura popular uruguaya. Un libro exhaustivo y riguroso para recordar a un artista irrepetible.
A la orilla del silencio: Vida y obra de Osiris Rodríguez Castillos
 
            A mediados de los años cincuenta, cuando el cancionero de raíz folclórica en Uruguay era poco más que una ilusión, surgió un nombre -y un hombre- que pronto lo transportaría al terreno de las realidades: Osiris Rodríguez Castillos. Artista polifacético y de gran autocrítica, se construyó a sí mismo como un creador único, culto y popular a la vez. Laborioso, obsesivo, tan genial en el rapto de inspiración como coherente y constante en su ética de trabajo posterior. Respetado y admirado en forma unánime como poeta y compositor; casi desconocido como dibujante, tallista y talabartero; apenas entrevisto como lutier; larga y a veces injustamente criticado como cantor.
       Inquieto y aventurero de principio a fin, recorrió todo el Uruguay y varias partes del mundo a pie, a caballo, en tren y en avión. Trabajó en tantos oficios como se reflejan en su poesía. En el campo y en la ciudad. Dentro de la ley o fuera de ella. A lo largo de los años, su experiencia como contrabandista fue apenas una nota de color en muchas narraciones orales y escritas sobre él. Pero en estas páginas, aquel mito desnuda sus pormenores ocultos hasta hoy: la cárcel y el riesgo cierto de muerte, para un joven poeta que casi pasa al olvido antes de dar motivos para el recuerdo.
       También fue un hombre complejo, de trato difícil en ocasiones, cuyo carácter conquistó amistades inmortales y rencores sin fecha de vencimiento. Solidario y noble con las primeras y duro hasta la crueldad con los segundos. Reservado e introspectivo la mayor parte del tiempo, supo sin embargo mostrarse risueño y bromista; pero sólo ante los más íntimos y cuando la oportunidad lo exigía. Hijo y padre de conductas poco comunes, tuvo además varios amores, ninguno con final feliz. Y de un par de ellos salió con profundos tajos en el alma; que sangraron en verso.
       Sobre la base de una prolongada y minuciosa investigación -que abarcó cuatro años, dos continentes, casi un centenar de entrevistas, un exhaustivo rastreo de material fotográfico e incontables referencias bibliográficas y periodísticas-, Jorge Basilago y Guillermo Pellegrino componen en este libro un relato vibrante sobre la vida de Osiris. Todo está aquí. Sus orígenes. Su fama. El exilio interno y externo. La soledad y la pobreza de sus últimos días. Y también el olvido, que amagó con alcanzarlo pero nunca pudo del todo.
(Nota: El texto anterior proviene de la contratapa del libro)

“GOLEROS” DE OSCAR BRUNO. FIESTA DEL DEPORTE Y LA SOLIDARIDAD.







Escribe Juan José Pereyra   Twitter@juano500

El escritor y periodista Oscar Bruno, “la memoria viva de Rocha”, presentó este jueves 6 en Casa Rotaria su libro Goleros de Rocha. El autor donó a GRADA todo lo que produzca la venta del ejemplar. Grada es una institución que realiza una tarea enorme en Rocha con su apoyo el deporte adaptado para personas con discapacidad.
Muchos protagonistas del fútbol de varias generaciones estuvieron en la presentación.
 El prólogo es del escritor Nelson Rodriguez Benitez de amplia trayectoria en el periodismo  y el deporte rochense. Los integrantes de GRADA agradecieron a Bruno por su solidaridad y le regalaron una camiseta y un gorrito de la institución.
 Cerró el acto el cantor popular Fermín Acosta.
El periodista Alejandro Romillo de activa participación en la organización de este evento contó en su perfil de Facebook : “Gran lanzamiento del libro Goleros de Rocha escrito por el amigo Oscar Bruno. Con 33 historias para emocionarse con excelente prólogo de la pluma del Bayano Rodríguez Benítez. Todo lo recaudado por el libro va destinado a las arcas de Grada Rocha.
Desde el Ñato Demicheli al Loco Victor Guala Sandra Sencion. Del Nito Vera al Palillo Cesar Anibal Olivera Angelini. De Fernando Aleman a Riverita Carrero pasando por el unico arquero rochense que defendio a la seleccion uruguaya como Daniel Olid. Linda fiesta con las canciones de Fermin Acosta. Algunas imagenes de quienes recibieron su homenaje”.
Agradezco a Aleandro por este aporte y por las fotos que publicó.Sus fotos y otras tomadas por el Blog quedan a disposición de ustedes. Estén donde estén, pueden apreciar que en Rocha la gente sigue apostando al deporte, al trabajo, la solidaridad y la esperanza.El ejemplar tiene un costo de $200 y es bueno recordar que el dinero que se recaude va para ayudar a mejorar la calidad de vida de muchísimos jóvenes y también adultos de Rocha.










Por qué hoy se puede vivir en Hiroshima, pero no en Chernóbil

                                      Chernobil, arrasada hoy. Foto: Archivo

http://www.lanacion.com.ar

La bomba de Hiroshima mató instantáneamente a 70.000 personas y dejó heridas a otras tantas de gravedad, pero en la explosión en la central nuclear afirman que murieron sólo 31

 Hoy se cumplen 70 años de la primera bomba nuclear que explotó no como una prueba militar, sino como un acto de guerra. El seis de agosto de 1945 un bombardero B-29 estadounidense llamado Enola Gay dejó caer la primera bomba nuclear sobre la ciudad japonesa de Hiroshima.
Otro incidente muy recordado en temas nucleares fue el 26 de abril de 1986, cuando el reactor 4 de la central atómica de Chernóbil, en Rusia, explotó. Entre ambos desastres hay décadas de diferencia, sin embargo, hoy se puede vivir en Hiroshima, pero no en Chernóbil.
¿Cómo es posible? Los muertos de uno y otro incidente contradicen los datos actuales.
La bomba de Hiroshima mató instantáneamente a 70.000 personas y dejó heridas a otras tantas de gravedad. Todo lo que se encontraba a una distancia de 1,6 kilómetros fue arrasado por los incendios y la lluvia radiactiva. Pero hoy es un recuerdo doloroso, en una ciudad pujante de Japón. La vida continúa desarrollándose allí.


 La bomba Little boy explota a 600 metros del suelo hace 70 años. Foto: Archivo

Pero en Chernobil, la historia es otra. Según publica la Agencia para la Energía Nuclear, la explosión del reactor solo produjo la muerte de dos empleados de la planta. Otros 29 murieron en los tres meses siguientes.
Sin embargo, el número de muertes provocadas por la radiación posiblemente nunca se sepa con seguridad. El reactor es hoy el epicentro de una zona de exclusión de 30 kilómetros de radio. 160.000 personas fueron evacuadas y los niveles de radiación cercanos superan cientos de veces el máximo permitido en algunos puntos.


         Efectos radiactivos en la naturaleza cercana a Chernobil. Foto: Archivo

La página Gizmodo relevó tres razones por las que un lugar es habitable y el otro no.

Diferentes cantidades de combustible nuclear

La bomba de Hiroshima llevaba en su interior 6,3 kilogramos de plutonio. En el reactor 4 de Chernóbil había 180 toneladas de combustible nuclear del que el 2% (3600 kilos) era uranio puro. Cuando el reactor explotó y voló la cubierta que lo protegía, se estima que se liberaron siete toneladas de ese combustible (200 de uranio). Solo esta diferencia ya explica muchas cosas.

A diferente altura y con diferente eficiencia

Las consecuencias destructivas de la bomba de Hiroshima hubieran sido mucho peores si hubiera detonado al nivel del suelo, pero lo hizo a unos 600 metros de altura. Según la Fundación para la Investigación de los Efectos de la Radiación (RERF), solo aproximadamente el 10% del plutonio de la bomba entró en fisión. La propia explosión evaporó el 90% restante y lo catapultó hasta la estratosfera. Los vientos se encargaron de dispersar la peor parte.
En Chernóbil, por contra, la explosión se produjo al nivel del suelo y, aunque fue mucho menos potente, fue mucho más efectiva a la hora de diseminar isótopos radioactivos. La deflagración y el incendio posteriores evaporaron los materiales del reactor y los repartieron alrededor de la planta en dosis masivas.

Neutrones y rayos gamma

La bomba de Hiroshima generó una fuerza equivalente a 21 kilotones (un kilotón equivale, en masa, a 1000 toneladas de explosivo TNT). La bomba elevó la temperatura instantáneamente hasta un millón de grados, creando una esfera de fuego de 256 metros de diámetro antes de que pasara un segundo.
Pese a ese poder destructivo, solo el 10% de la radiación liberada por la bomba era radiación de neutrones, que es la que impregna la materia no radioactiva haciéndola radioactiva. El resto eran rayos gamma, que son letales en el momento, pero no dejan la misma impronta en el terreno o los objetos. Los isótopos de Chernobyl, altamente radioactivos, muchos de ellos gases, lo impregnaron todo.
A resultas de todo ello, las dosis de radioactividad en el área de Chernobyl siguen siendo, en muchos casos, letal en un plazo de días o semanas. La radiación ambiental que emite nuestro propio planeta oscila entre 0,1 y 0,2 microsieverts o µSv por hora (un microsievert es la millonésima parte de un Sievert o 1/1.000.000 Sv). El lugar sobre el que explotó la primera bomba nuclear en Hiroshima ronda los 0,3 µSv. Hay zonas del mundo que reciben más radiación de forma natural.
En Chernóbil, la radiación depende mucho del lugar. En algunos sitios los niveles son normales. En otros son de 20, 30 y hasta 300 µSv. Las personas que trabajan en el nuevo sarcófago de la central solo pueden hacerlo en turnos de unas pocas horas muy separados entre sí. Lo peor del asunto es que, aunque hemos logrado no volver a arrojar artefactos nucleares sobre ninguna ciudad desde Hiroshima y Nagasaki, los accidentes en centrales siguen sucediendo, y Fukushima es el más triste y reciente ejemplo..

La regla número uno para perder peso es un gran mito

 El Observador

Si recorta 3.500 calorías de su dieta, ¿perderá medio kilo? 

 Existe una regla muy popular sobre la que probablemente haya escuchado cuando se dispuso a perder peso: por cada 3.500 calorías que se eliminan de la dieta se pierde aproximadamente medio kilo. Pero el hecho de que todo el mundo, incluyendo a nutricionistas graduados, repita esta regla no la hace real. La ciencia demuestra que es un gran mito.

"Veo que los dietistas mencionan esta regla todo el tiempo, incluso hacen recomendaciones basadas en ella", dijo Kevin hall, un investigador en el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Renales y Digestivas. "Lamentablemente, es errónea".
La supuesta regla comenzó a utilizarse en la década del 50, cuando el investigador médico Max Wishnofsky midió cuánta energía representa medio kilo de tejido graso y descubrió que equivale a 3.500 kilocalorías. Teóricamente descubrió entonces cuántas calorías debía quemar una persona –o "dejar ir"- para poder perder medio kilo de grasa. Pero Wishnofsky se basó en una serie de supuestos eróneos.
En primer lugar supuso que cuando se pierde peso solo se pierde tejido graso. "Eso no es verdad", explicó Hall. "Es un error relativamente menor, porque es correcto que lo que más se pierde es tejido graso, pero no es totalmente correcto".
Pero el principal error en el que incurrió fue cómo malinterpretó la forma en que el cuerpo reacciona ante la pérdida de peso. Tan pronto como se reduce la cantidad de calorías que se consumen también se reduce la cantidad de calorías que el cuerpo quema. "Esto sucede desde el primer día", dijo Hall. "Y cada vez se queman menos calorías a medida que uno pierde peso".
La razón por la cual Wishnofsky y tantos otros le han errado a este hecho biológico básico es que es totalmente contra intuitivo. Tendemos a asumir que a medida que se pierde peso, esa restricción calórica que hacemos debería ser cada vez más efectiva y, por lo tanto, el organismo debería necesitar menos comida. Por lo menos el cuerpo debería reaccionar de la misma manera que lo hacía cuando uno pesaba más. Por lo tanto, si se reducen 500 calorías por día de la dieta y se mantiene esa reducción durante una semana, entonces usted debería pesar medio kilo menos, aproximadamente.
Pero la realidad es mucho más dura para quienes intentan perder peso. De hecho, cuando más progreso se hace, más cuesta seguir bajando. "Cuanto más peso se pierde más baja la tasa metabólica del organismo", explicó John Peters, uno de los investigadores que lidera el centro de Salud y Bienestar Anschutz, en la Universidad de Colorado. "Para poder seguir bajando de peso al mismo ritmo que cuando comenzó ese proceso de dieta, entonces usted debería comer aún menos calorías. Cada mes, por ejemplo, debería comer 100 calorías menos que el anterior".
Hall ha impulsado algo así como un movimiento para que el mundo de la nutrición se deshaga de la regla de las 3.500 calorías. En 2011 creó un modelo al que llamó "Planeador de Peso Corporal", que directamente contradice la supuesta regla de oro.
La triste realidad que deben enfrentar quienes hacen dieta es que sus cuerpos trabajan incansablemente para defender el peso que tienen, incluso si ese peso no es el ideal. Los cambios metabólicos son solo uno de tres tipos de ajustes biológicos que se producen cuando se reducen calorías de forma drástica; también se dan cambios neurológicos y hormonales que hacen que perder peso y lograr sostener esa pérdida se vuelva un gran desafío. Es por eso que a veces parece imposible perder kilos definitivamente. Y por la misma razón muchos investigadores están convencidos de que las dietas no funcionan .
Hall prefiere decir que es difícil perder peso. La mayoría de las personas que tratan de hacerlo, sostiene, terminan donde empezaron en menos de un año en materia de kilos perdidos y ganados. "Las personas no tienen ni el tiempo ni la energía ni el conocimiento adecuado para filtrar mitos como el de las 3.500 calorías. Entonces creen en ellos y acomodan su conducta a lo que esos mitos sostienen".
En el mundo de la nutrición es muy complicado poder apartar la realidad de la ficción, sobre todo porque es un ámbito en el que las modas suelen pasar por encima de la ciencia. Claro que se hace todavía más complicado cuando una "regla" errónea se incluye en casi todos los libros de texto sobre nutrición.

Fuente: Roberto A. Ferdman/Washington Post