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viernes, 7 de agosto de 2015

La regla número uno para perder peso es un gran mito

 El Observador

Si recorta 3.500 calorías de su dieta, ¿perderá medio kilo? 

 Existe una regla muy popular sobre la que probablemente haya escuchado cuando se dispuso a perder peso: por cada 3.500 calorías que se eliminan de la dieta se pierde aproximadamente medio kilo. Pero el hecho de que todo el mundo, incluyendo a nutricionistas graduados, repita esta regla no la hace real. La ciencia demuestra que es un gran mito.

"Veo que los dietistas mencionan esta regla todo el tiempo, incluso hacen recomendaciones basadas en ella", dijo Kevin hall, un investigador en el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Renales y Digestivas. "Lamentablemente, es errónea".
La supuesta regla comenzó a utilizarse en la década del 50, cuando el investigador médico Max Wishnofsky midió cuánta energía representa medio kilo de tejido graso y descubrió que equivale a 3.500 kilocalorías. Teóricamente descubrió entonces cuántas calorías debía quemar una persona –o "dejar ir"- para poder perder medio kilo de grasa. Pero Wishnofsky se basó en una serie de supuestos eróneos.
En primer lugar supuso que cuando se pierde peso solo se pierde tejido graso. "Eso no es verdad", explicó Hall. "Es un error relativamente menor, porque es correcto que lo que más se pierde es tejido graso, pero no es totalmente correcto".
Pero el principal error en el que incurrió fue cómo malinterpretó la forma en que el cuerpo reacciona ante la pérdida de peso. Tan pronto como se reduce la cantidad de calorías que se consumen también se reduce la cantidad de calorías que el cuerpo quema. "Esto sucede desde el primer día", dijo Hall. "Y cada vez se queman menos calorías a medida que uno pierde peso".
La razón por la cual Wishnofsky y tantos otros le han errado a este hecho biológico básico es que es totalmente contra intuitivo. Tendemos a asumir que a medida que se pierde peso, esa restricción calórica que hacemos debería ser cada vez más efectiva y, por lo tanto, el organismo debería necesitar menos comida. Por lo menos el cuerpo debería reaccionar de la misma manera que lo hacía cuando uno pesaba más. Por lo tanto, si se reducen 500 calorías por día de la dieta y se mantiene esa reducción durante una semana, entonces usted debería pesar medio kilo menos, aproximadamente.
Pero la realidad es mucho más dura para quienes intentan perder peso. De hecho, cuando más progreso se hace, más cuesta seguir bajando. "Cuanto más peso se pierde más baja la tasa metabólica del organismo", explicó John Peters, uno de los investigadores que lidera el centro de Salud y Bienestar Anschutz, en la Universidad de Colorado. "Para poder seguir bajando de peso al mismo ritmo que cuando comenzó ese proceso de dieta, entonces usted debería comer aún menos calorías. Cada mes, por ejemplo, debería comer 100 calorías menos que el anterior".
Hall ha impulsado algo así como un movimiento para que el mundo de la nutrición se deshaga de la regla de las 3.500 calorías. En 2011 creó un modelo al que llamó "Planeador de Peso Corporal", que directamente contradice la supuesta regla de oro.
La triste realidad que deben enfrentar quienes hacen dieta es que sus cuerpos trabajan incansablemente para defender el peso que tienen, incluso si ese peso no es el ideal. Los cambios metabólicos son solo uno de tres tipos de ajustes biológicos que se producen cuando se reducen calorías de forma drástica; también se dan cambios neurológicos y hormonales que hacen que perder peso y lograr sostener esa pérdida se vuelva un gran desafío. Es por eso que a veces parece imposible perder kilos definitivamente. Y por la misma razón muchos investigadores están convencidos de que las dietas no funcionan .
Hall prefiere decir que es difícil perder peso. La mayoría de las personas que tratan de hacerlo, sostiene, terminan donde empezaron en menos de un año en materia de kilos perdidos y ganados. "Las personas no tienen ni el tiempo ni la energía ni el conocimiento adecuado para filtrar mitos como el de las 3.500 calorías. Entonces creen en ellos y acomodan su conducta a lo que esos mitos sostienen".
En el mundo de la nutrición es muy complicado poder apartar la realidad de la ficción, sobre todo porque es un ámbito en el que las modas suelen pasar por encima de la ciencia. Claro que se hace todavía más complicado cuando una "regla" errónea se incluye en casi todos los libros de texto sobre nutrición.

Fuente: Roberto A. Ferdman/Washington Post

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