Buscar este blog

jueves, 12 de octubre de 2023

LA CACOFONÍA FRONTERIZA / COLUMNA DE RICHAR ENRY

 


Contrabandista” parece ser la cacofonía fronteriza que preocupa al poder;

por eso prefieren ignorarlo como si no existiera.

En base al trabajo investigativo realizado para el audiovisual y el libro, puedo afirmar que la mención a los contrabandistas surge como una cacofonía. Es decir, como un “efecto acústico desagradable que resulta de la combinación de sonidos poco armónicos o de la repetición exagerada de un mismo sonido en una frase”.

Esto ha sido así a pesar de opiniones y voces en contrario, desde la época colonial: la decisión de imponer límites, determinar reglas de convivencia y normas de mercado en nuestras entre-regiones no fue la mejor opción, ni la más sana.

Gracias a los expresado por la profesora Teresita Pirez en el documental “El pobre que va por pan”, llegamos a comprender que era imposible no ir contra los “bandos” españoles que pretendían disponer cómo se gobernaba en determinados asuntos aquí en América, fuera porque cuando finalmente llegaban las órdenes, los temas se habían solucionado, o porque ya eran innecesarios para el problema que venían a tratar; por eso se hablaba de actuar “contra-el-bando del Gobierno de Indias […] que mandaba en América”, y de allí que el lema de las autoridades locales fuera “obedecer pero no cumplir”.

No sólo la realidad práctica demostraba que la prohibición de comercializar con los vecinos portugueses era infructuosa, sino que (según lo recabado del “Archivo Artigas”) el propio delegado de España en el Rio de la Plata, el intelectual Félix de Azara -hombre cuyas obras literarias han sido consideradas de suma importancia y fuente etnohistórica de la región-, ya expresaba su parecer discrepante con la prohibición y represión al comercio transfronterizo. Y cito: "Se debe permitir vender a los portugueses nuestros ponchos, jergas, pampas y todos nuestros géneros, porque tenemos muchos de que ellos carecen, y pagan bien. Igualmente debe ser lícita la extracción libre de caballos, asnos y mulas pagando la alcabala o impuesto. Los portugueses tienen gravísima necesidad de tales animales para surtir al Brasil y sus minas donde no procrean, y faltándoles campos suficientes de buena calidad para su surtimiento, han menester comprarnos más de sesenta mil de aquellos animales, que a cinco pesos nos dejaría trescientos mil. Nos quejamos de sus continuos robos de animales y no advertimos, que es imposible evitarlos mientras no socorramos su absoluta necesidad, que es la que autoriza su proceder."

Ahora bien: si desde hace siglos ya se entendía como inconveniente cerrar las fronteras al libre mercado de bienes básicos, ¿por qué hasta el día de la fecha los fronterizos padecemos con la espada del “cero kilo”, con las fuerzas públicas reprimiendo y el Estado castigando severamente a quienes incurren en la osada y atrevida labor de comprar donde está más barato para poder subsistir, o generarse un ingreso con un mínimo de ganancia por sobre el costo? Eso es lo que no se entiende ni acepta naturalmente por aquí.

Como bien lo subraya el profesor Nelcino Mederos, en el mismo audiovisual citado anteriormente, “el contrabando en Uruguay es triplemente penalizado: tenemos una acción penal, una acción administrativa de multa para quien trae el contrabando y a su vez el decomiso de los vehículos. Es fuertemente sancionado el contrabando, por eso creo que habría que sacarle alguna de esas sanciones”.

Jacques Derrida, en su obra “Fuerza de Ley: el fundamento místico de la autoridad”, señala que la palabra Gewalt, tanto en francés como en inglés, se traduce a menudo como «violencia». El texto de Walter Benjamin del que hablaremos a continuación y que se titula «Zur Kritik der Gewalt», se traduce en francés como «Critique de la violence» y en inglés como «Critique of violence» [… Pero éstas] son interpretaciones muy activas que no hacen justicia al hecho de que Gewalt también significa para los alemanes poder legítimo, autoridad, fuerza pública. Gesetzgebende Gewalt, es el poder legislativo; geistliche Gewalt, es el poder espiritual de la iglesia; Staatsgewalt, es la autoridad o el poder del Estado. Gewalt es, por tanto, a la vez, la violencia y el poder legítimo, la autoridad justificada”.

Ha sido con esa fuerza violenta de la ley, que a los que habitamos en estas entre-regiones se nos ha impuesto el miedo y el terror de estar traicionando a la Patria, quizá por ignorancia deliberada o por avaricia de unos pocos, pero a fin de cuentas en contra del interés general; porque el Uruguay nunca produjo bananas, café o pasta de dientes, y a la hora de importarlos nos volvemos rehenes de comerciantes monopolistas gananciosos que han marcado los precios a su antojo y voluntad.

Y peor aún, esa postura con el interior fronterizo en algunos casos ha llevado a la rotulación social, a la discriminación y caracterización negativa de sus pobladores; por eso, es necesario hacer oír la voz de los que pensamos y vivimos esas realidades en carne propia: porque tenemos voz y no necesitamos de intermediarios para defendernos. Expresándonos a nuestra manera, usando el arte, la literatura, la música y el audiovisual como modos de expresión propia, esperamos algún día ser escuchados.

Es más: a nuestro entender se ha apostado a una destrucción sistemática del sistema de saberes y conocimientos fronterizos por parte del Estado. Por ejemplo, se ha querido imponer el idioma español como único y absoluto, desconociendo las realidades lingüísticas de las entre-regiones, especialmente para asimilar éstas a una cosmovisión europea, colonialista y opuesta a la globalización irrefrenable que la era moderna exige.

Como lo señala James C. Scott en su obra “Los dominados y el arte de la resistencia”, “no cabe duda de que el poder impone a la fuerza las apariencias que los grupos subordinados deben adoptar; pero eso no impide que éstos las usen como un instrumento de resistencia y evasión”. Sólo el día que los representantes del Estado logren comprender esta máxima, los fronterizos comenzaremos a gozar del derecho a comprar donde más nos conviene, aunque mientras tanto siga siendo triplemente penalizado.

Sin duda que este tópico da para más; por eso los invito a conocer las publicaciones anteriores referidas al tema, y a seguirnos en las redes para conocer otra perspectiva de la realidad fronteriza.



CRECIMIENTO Y DECRECIMIENTO/ *COLUMNA DE CARLOS CASTILLOS

 

Cuántas veces escuchó usted el tono alarmante de algunas informaciones de prensa porque “el crecimiento de la economía no alcanzó las expectativas” anunciadas por el gobierno. Si el gobierno de turno (de cualquier país, no solo de Uruguay) en vez de, por ejemplo, un 3 ó 4 por ciento de crecimiento proyectado, llegó solamente al 2 ó 3, se considera un fracaso. Un llamado de atención para la política económica. Esa situación que padecemos todos, aquí y en otras latitudes también, es consecuencia del concepto de “crecimiento sostenido”, aplicado por los “gurúes” de estos tiempos. Pero hay voces que se levantan en el mundo advirtiendo sobre lo catastrófico que eso significa. “La obsesión del crecimiento, para empezar, es un disparate. Porque una elemental ley natural, que todo el mundo conoce, es que todos los sistemas vivos crecen hasta un cierto punto en que dejan de crecer. Tú dejaste de crecer, yo dejé de crecer, el árbol grande deja de crecer, pero no deja de desarrollarse”. Esto sostenía, por ejemplo, Manfred Max Neef un intelectual, economista, político y ambientalista chileno, que nació en 1932 y murió en 2019. Los gobiernos apuestan a “seguir forzando el crecimiento para consumir más y seguir produciendo una infinita cantidad de cosas innecesarias, generando una de las instituciones más poderosas del mundo como lo es la publicidad, cuya función es una y muy clara: hacerte comprar aquello que no necesitas, con plata que no tienes, para impresionar a quienes no conoces. Eso evidentemente no puede ser sustentable”. Una vez más surge la pregunta: entonces ¿qué hacer?. Como en tantas otras cosas que tienen que ver con la vida de nosotros, los seres humanos en este castigado planeta, claro que hay alternativas mejores. Y más “saludables”. La ex Primera Ministra de Nueva Zelanda Jacinda Andern, que gobernó ese país entre el 26 de octubre de 2017 y el 25 de enero de 2023, sugirió en algún momento de su gestión, apostar por el F.I.B. en lugar del P.I.B. O sea que en lugar de medir la economía por el Producto Interno Bruto (PIB), medirlo por la Felicidad Interna Bruta (FIB). Eso significaba, genéricamente, propender a la calidad de vida de la gente de Nueva Zelanda. Destinar recursos a la salud mental que también allá es un problema, a la alimentación adecuada de todos los niños del país y otra serie de medidas. Y también hay quienes se dedican a lo que han llamado la Ecología Política. Uno de ellos, que descubrí hace poco, se llama Kai Heron. Es un académico inglés, profesor de política en una Universidad de Londres y que escribe sobre teoría política contemporánea, políticas аgrarias y ambientales y economía política. “Frente a las alternativas, desde luego para mí la más importante, es la visión de la economía ecológica. Porque a diferencia de la economía tradicional, la economía ecológica es una economía que está al servicio de la vida y tiene características fundamentalmente opuesta a la convencional”, sostenía el chileno Max Neef. Pensadores y educadores de origen indígena, residiendo en países andinos de Sudamérica, también insisten con el concepto de “vivir bien”, que es muy diferente al que nosotros aplicamos. Para la cultura indígena de América Latina (aymaras, quechuas, guaraníes) “vivir bien” implica, entre otras cosas, vivir en armonía con la naturaleza. Dar prioridad a esas relaciones con lo natural y no agrediéndola permanentemente, con lo catastrófico que eso está significando. Priorizar la vida y no los bienes materiales, buscar el consenso y la convivencia pacífica entre los seres humanos, buscar la complementariedad y defender la identidad como seres humanos, respetando las diferencias. En definitiva, la economía debe estar al servicio de los seres humanos y no como ahora, que los humanos estamos al servicio de la economía. Claro que no es sencillo torcer este rumbo que ha tomado la humanidad. Pero algún día tendrá que cambiar, sino seguiremos caminando por la cornisa, con el riesgo de exterminarnos como especie. Y tal vez en lugar de “crecimiento sostenido” podamos hablar de “decrecimiento saludable”, a favor de la vida.

PIÚ AVANTI. Cuento . Columna de Antonio Pippo Pedragozza

 

PIÚ AVANTI es posiblemente el más popular de los poemas escritos por Pedro Bonifacio Palacios, más conocido como Almafuerte, inclasificable vate que también incursionó en el periodismo y fue un maestro rural autodidacta. Nació en Santa Fe, Argentina, en 1854 y murió en La Plata en 1917. Se le considera un poeta romántico tardío, metido en ese amago del modernismo. Extremadamente preocupado por los pobres y por la ceguera de Dios, por las injusticias y la hipocresía, sus poemas fueron apóstrofes resonantes que buscaron, sin éxito, derribar el dominio de los poderosos. En 196 fue separado del magisterio por falta de título habilitante; eso lo sumió en el aislamiento y la depresión hasta su muerte. Su influencia en las generaciones posteriores fue enorme.




Estoy recorriendo su casa, don Pedro.

No, no la de San Justo, donde nació, sino la que ahora es un museo en su honor, en La Plata: la de su muerte. Lo hago con un profundo respeto que se parece a la veneración; y no crea usted que es uno de esos ritos paganos, pura curiosidad pasajera o turística, sino un acto necesario, como si me prosternase ante la admiración que le profeso.

Hay tanta dignidad aquí dentro, dignidad y pasión ante el dolor que no se ha dormido.

-No te des por vencido ni aun vencido,/ no te sientas esclavo ni aun esclavo;/ trémulo de pavor piénsate bravo/ y arremete feroz, ya mal herido.

¡Piu avanti, querido poeta de mi desorientada, lejana adolescencia! ¡Piu avanti, don Pedro!

¿O podría llamarlo Almafuerte, como lo hicieron legiones de desheredados, gente que dudaba de su destino y halló en sus versos enérgicos, duros y compasivos a un tiempo, el campanazo visceral de su despertar?

He llegado a una sala, sobre el oeste de la casona; es una habitación que preside un retrato suyo, muy cercano a su final.

Ahí se sedujo -¿fue apenas un momento?- la ensoñación: que me digan loco, qué importa, pero usted me miró, con una mirada surcada por cicatrices del alma, y yo sentí que me susurraba:

-Quise ser pintor y no pude; la beca que lo hubiera permitido me la negaron. Entonces muy joven, sin título, con la honradez del autodidacta vocacional, me dediqué a la enseñanza, a la poesía y al periodismo. En las escuelas por las que pasé fui feliz y, a la vez, un desesperado: la felicidad provenía del contacto puro con los niños; la desesperación, por la pobreza y el desamparo al que la sociedad los sometía. Nunca quise abandonarlos, nunca, pero…

-Ten el tesón del clavo enmohecido/ que ya viejo y ruin vuelve a ser clavo;/ no la cobarde estupidez del pavo/ que amaina su plumaje al primer ruido.

Sí, Almafuerte, noble sacerdote laico de infancia penosa y abandonos, su prédica feroz contra los gobernantes lo echó de escuelas de Buenos Aires, Mercedes, Salto, Chacabuco, cuando el presidente era Sarmiento, que debió ser su ladero moral. Y el cierre tristísimo de su frustración: aquella tarde en Trenque Lauquen, cuando velaron en el único salón de clases a uno de sus amados alumnos y usted, parado al lado del féretro, no pudo despedirlo porque se quebró en un llanto incontenible.

Oh, el ensueño otra vez me abraza: siento su murmullo tan, tan cercano a mi oído que parece un aliento:

-Quise resistir, combatir. Ningún rezo. Sí mi imprecación. Acaso alzando lo que me quedase de voz para la venganza de los marginados.

-Procede como Dios que nunca llora;/ o como Lucifer que nunca reza;/ o como el robledal, cuya grandeza/ necesita del agua y no la implora

Siéntase tranquilo con su ardiente conciencia, don Pedro, Almafuerte: cerró sus ojos atormentados tras pelear todas las batallas y negar los honores tardíos que quisieron enamorar a su ética para sobornarla. Pocos poetas, si hubo alguno, gritaron con tal fuerza su demanda de justicia mirando al cielo. Ah, sí, dura pelea con Dios y todo en lo que quería creer.

¡Qué pena que no haya sabido que este poema, de lo mejor de su romanticismo a destiempo, en años cínicamente llamados modernistas, aunque su pluma siempre fue piadosa ante el sufrimiento ajeno, haya sido incluido entre los “Siete sonetos reparadores” del Cantar los cantares!

Quizás no le hubiese importado. ¡Si ya había vociferado su anatema contra las “absurdas leyes de tarima”!

Siento el imperativo de decirle: quítese esos lentes redondos de armazón de plata y descanse en paz, aun sabiendo yo que le queda una exhortación a quienes, cariñosamente, llamó “la chusma de mis amores”:

-¡Que muerda y vocifere vengadora,/ ya rodando en el polvo, tu cabeza!



domingo, 8 de octubre de 2023

UNA DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA OLVIDADA: 29 DE OCTUBRE DE 1823 - Segunda parte Columna de Edgardo Ettlin

 




En la primera parte (1) presentamos a la Sociedad u Orden de los Caballeros Orientales, un grupo de logistas constituido en Montevideo por partidarios de Carlos de Alvear hacia 1819 con el propósito de oponerse al gobierno de Buenos Aires encabezado por Juan Martín de Pueyrredón, de preparar esfuerzos de defensa ante los rumores de una expedición que se aprestaba desde España para reconquistar el Río de la Plata, y de promover el bienestar del territorio oriental “contra la anarquía y la barbarie” (léase, contra José Artigas y lo que su sistema para aquéllos significaba). Conocidos embrionariamente como los “Caballeros Racionales” o “Tercera Lautaro” (1818), ya desde 1819 se les había comenzado a denominar “Caballeros Orientales”, aunque estatutariamente se habían constituido como “Sociedad de Amigos del País” (1820). Los acontecimientos que se suscitaron dirigirían con el devenir su acción hacia otros propósitos. Como veremos.



El panorama político en la Provincia Oriental o Cisplatina hacia 1821. Los Caballeros Orientales prosiguen sus “trabajos”, ahora con un nuevo propósito


Hacia el año 1821, en donde dejamos nuestro anterior relato, el escenario político del Río de la Plata había cambiado drásticamente.


La temida expedición reconquistadora española se había frustrado al haberse desarticulado tras el Pronunciamiento del General Rafael del Riego (Las Cabezas de San Juan, cerca de Sevilla, 1º de enero de 1820). España ya no representaría un peligro para la región.


El Directorio de Buenos Aires (en ese momento bajo José Rondeau -Pueyrredón había renunciado el 1º de junio de 1819-) había caído vencido por los caudillos artiguistas argentinos tras la batalla de Cepeda (1º de febrero de 1820), pero el Pacto o Tratado del Pilar que se firma el 23 de febrero de 1820 entre Manuel de Sarratea, Estanislao López (santafesino) y Francisco Ramírez (entrerriano) desmarcó a estos dos últimos de José Artigas, e inauguraría en las Provincias Unidas una época de anarquía e inestabilidad institucional.


Aprovechando todo ese revuelo, y con sus ambiciones puestas en querer obtener el poder en Buenos Aires y las Provincias argentinas, Carlos María de Alvear cruzó desde Montevideo a Buenos el 25 de marzo de 1820. La Sociedad de los Caballeros Orientales de Montevideo pasaría a quedar desde entonces bajo el liderazgo de Santiago Vázquez.


José Artigas, ya inútiles sus esfuerzos contra los invasores portugueses, derrotado por Francisco Ramírez y traicionado por Estanislao López, se retiraría el 5 de setiembre de 1820 al Paraguay. Los portugueses adquieren así el control sobre la Provincia Oriental.


Bajo la dominación portuguesa, en el Congreso Cisplatino, convocado por el Barón de la Laguna Carlos Federico Lecor (Le-Cor) y que sesionó en Montevideo con una camarilla digitada por él mismo entre el 15 al 31 de julio de 1821, el día 18 de julio de ese año se votó la anexión de la Provincia Oriental al imperio portugués, pasando a denominarse “Provincia Cisplatina”.


A pesar de ello, no se ocultaba que entre las clases dirigentes locales había cierto descontento contra las autoridades portuguesas: se consideraba que su dominio no había logrado traer la paz y la estabilidad que se precisaba para el desarrollo. En realidad, los lusitanos no habían logrado consolidar su poder en el territorio oriental. Controlaban las ciudades de Montevideo, Maldonado, Colonia, San José y Guadalupe (ciudad de Canelones), pero no conseguían imponer su voluntad en la campaña, donde solían suscitarse ciertas resistencias provocadas por rebeldes “tupamaros”, como se les denominaba a esos levantiscos orientales. Los propios militares invasores se sentían extraños en el suelo oriental, además de que sufrían atrasos importantes en el pago de sus salarios.


En este contexto histórico tan complejo y caótico, bajo la dirección de Santiago Vázquez los Caballeros Orientales incrementaron sus articulaciones secretas, y sus aspiraciones comienzan a reperfilarse hacia una meta muy particular: la obtención de la independencia nacional o si se prefiere, de la Provincia Oriental, del dominio portugués, y la asociación a las Provincias argentinas a pesar de su efervescente situación.


Es necesario precisar que los “Caballeros Orientales” fueron una sociedad constituida exclusivamente por varones; como era normal en su época y en estas latitudes, especialmente en grupos que se reunían por la noche (propio de las sociedades secretas o discretas). Dicho sea esto, para desmitificar cierta errónea información de que estaba “integrada por hombres, aunque hubo también algunas mujeres” (2). Cierto es que hubo mujeres patriotas que hicieron mucho por la causa independentista, siendo María Josefa Oribe y Viana de Contucci (conocida en esa época como “Pepita la tupamara”) quien más se destacó por esos tiempos; pero ellas actuaron por su cuenta y esfuerzo, con gran valentía por supuesto, ocasionalmente colaborando con otras personas o requiriendo de ellas, pero jamás formando parte de los Caballeros Orientales ninguna de estas mujeres.


Una de sus primeras acciones fue tratar de enquistarse entre las autoridades del Cabildo de Montevideo, hacia 1821 netamente “pro-portugués”. Lo cual lograrían al año siguiente, 1822, “para emprender la obra de su libertad, poniendose de acuerdo…” (3).


Esta “pequeña facción de anarquistas de Montevideo”, “logia de anarquistas de Montevideo” o “una facción… dueña de los destinos de la Republica” logró colocar a sus miembros en el Cabildo de Montevideo, o en su caso captarlos para secundar los propósitos de los Caballeros Orientales. “La sociedad de Vasquez pudo influir en los Sres. Echevarriarza, Gabriel Pereyra, y Aldecoa…” (4). Los capitulares del Cabildo de Montevideo 1822 y del Cabildo de Montevideo de 1823, este último integrado por Manuel Pérez, Pedro Francisco Berro, Pedro Vidal, Luis Eduardo Pérez, Francisco Plá, Román de Acha, Francisco de las Carreras, Silvestre Blanco, José María Platero, Ramón Castriz y Juan Francisco Giró (5), se encontraban en su mayoría vinculados a los Caballeros Orientales.


En el año 1822 los Caballeros Orientales intensificarán desde Montevideo el esfuerzo independentista, intentando llevarlo hacia toda la Provincia y procurando aliados para su causa.


Data de este año de 1822 un manuscrito, que se conserva incompleto, de la “Constitucion Orgánica del Orden de Caballeros Orientales” (6). Evidencia que esta sociedad, sin ser masónica, tenía una organización parecida a las Logias de la Masonería: “era una sociedad secreta estructurada sobre el modelo de las asociaciones masónicas” (7).


El “Orden de Caballeros Orientales” se organizaba en esta “Constitución…” bajo una “Gran Sala” que reunía a todos los miembros que se conocían como “Compañeros”. La Gran Sala tenía como “Oficiales” a un “Presid.te, Vice Presidente, Orador 1º y 2º, Secretarios 1º y 2º; Tesorero y Ayudante, Archivero, Maestro de Ceremonias, y Supernumerarios, que por su merito ó servicios se crean convenientes” (que si bien se elegían por la Gran Sala, se extraían de las Cámaras), y sesionaba entre “Columnas”. A su vez, la Gran Sala se dividía entre “Jóvenes” y “Cámaras”. La más importante de estas Cámaras era la “Cámara de Ancianos”, que con la “Cámara de Consejeros” formaba la “Cámara de Consejo”. Vale decir que la Sociedad u Orden de los Caballeros Orientales funcionaba bajo un sistema de tres grados: “Jóvenes” o “Caballeros”, “Consejeros” y “Ancianos”, siendo este último el de mayor nivel, con leves diferencias del sistema de tres Grados que ya previa el Estatuto de la “Sociedad Secreta de Amigos del País” de 1820 (8), y de dos Cámaras (la Gran Sala que reunía a todos, y la Cámara de Consejo que reunía a los Ancianos y Consejeros) semejante al esquema de la “pequeña Logia” y “gran Logia” con que actuaba la Logia Lautaro en sus diferentes épocas (9). Los integrantes de los grados inferiores desconocían quiénes integraban los grados mayores.



Repercusiones del Grito de Ipiranga y de la creación del Imperio del Brasil como Estado independiente. Un cambio de rumbo para los Caballeros Orientales, y una oportunidad para activar una Declaración de Independencia en nuestras tierras


Un inesperado evento para estos lares traería nuevos rumbos a la acción de los Caballeros Orientales: la proclamación de la Independencia del Brasil tras el Grito de Ipiranga del 7 de setiembre de 1822 y la entronización de Pedro I como Emperador (12 de octubre de 1822; sería coronado como tal más tarde, el 1º de diciembre de ese año). Ese acontecimiento generó partidarios y resistencias, y ello repercutió en la Provincia Oriental o Cisplatina que ahora pasaba a ser una Provincia del Imperio brasileño, inclusive entre los invasores.


Los militares ocupantes se dividieron en dos facciones, que inclusive llegaron a luchar bélicamente entre sí:


a) por un lado, el grupo de pro-portugueses (partidarios de mantenerse bajo Portugal), liderados por el Brigadeiro Álvaro Da Costa, nucleados bajo la “Logia de los 19” o la “Logia de la Constitución” de la División o Cuerpo de Voluntarios de El Rei (creada por marzo de 1821), con base en Montevideo; y


b) los partidarios del Barón de la Laguna Carlos Lecor (quien optó por el Imperio brasileño), que se nuclearon cívico-militarmente como los “Hombres del Lazo Verde”, “Caballeros Comendadores de la Orden del Lazo Verde” o “los Imperiales” (Fructuoso Rivera, que sería ennoblecido por el Imperio brasileño como “Barón de Tacuarembó”, formaría parte de los militares pertenecientes a estos últimos). Durante estos tiempos Lector debió retirarse a San José y luego a Guadalupe (Canelones), desde donde intentó afianzar el dominio del Imperio.


/1822/

Pero mas tarde cuando el brasil se emancipó, ysobrevino la disidencia entre las tropas brasileras y portuguesas que ocupaban el territorio oriental, la sociedad renovó sus patrioticos trabajos y el Cabildo de Montev.o envió su primer comisionado (Iriarte) cerca del Gob.no de B.s Ayres endemanda de auxilio yproteccion.

El Sor. Vasquez emigro -como otros muchos patriotas- á B.s Ayres cuando los Imperiales ocuparon á Montev.o. Sus talentos y patriotismo acreditados en épocas anteriores desde el principio dela revolución, le proporcionaron en la capital Argentina una posición elevada, ytodo el influjo que da el saber; y tanto en el congreso general como en el Ministerio de la guerra, puso constantemente en acción su zelo patriótico, ysu aventajada capacidad en obsequio delos intereses de su país, con todo el entusiasmo de su alma ardiente y bien templada, y con una actividad y contracción asidua que lo hicieron siempre espectable entre los principales atletas de las dos margenes del Plata (10)


Ante tal división de los militares de la ocupación, los “Caballeros Orientales” encontraron una oportunidad para activar su propósito independentista, e intentaron en los años 1822 y 1823 capitalizar estas desavenencias entre Lecor (quien apoyaba la reciente constitución del Imperio de Brasil y de su soberano don Pedro I, trasladándose a San José y luego a la Villa de Guadalupe -actual ciudad de Canelones-) y Da Costa (quien se mantendría fiel a la Corona portuguesa desde el Conselho Militar y desde la “Divisáo dos Voluntarios Reaes d'ElRei em Montevideo”).


Santiago Vázquez convocará a todos los Caballeros Orientales para pronunciarse contra el Imperio (11), levantándose así una gran efervescencia libertadora. Un suelto del 22 de octubre de 1822 promueve la convocatoria a un Cabildo Abierto en Montevideo para “acordar la forma de gobierno, que afiance la seguridad individual, la de la propiedad, y haga poner en vigor los derechos usurpados á los dignos orientales, por una faccion que dirijió la reunion de un congreso nulisimo en todas sus partes” (12).


Desde Buenos Aires, Alvear formula a Santiago Vázquez en noviembre de 1822 algunas recomendaciones, aconsejándoles pedir ayuda en Argentina a través de Tomás de Iriarte, apoyarse en los españoles montevideanos descontentos, en la División de Voluntarios Reales portugueses y en los elementos de la campaña (13). Había una posibilidad de que el gobierno de Buenos Aires pudiera auxiliar en cuanto no comprometiera su tranquilidad, y esto inspiró aliento a los Caballeros Orientales (14).


Los Caballeros Orientales mantuvieron cordiales contactos y relaciones armónicas con el llamado “Club” o “Logia de los Diecinueve”, el grupo de oficiales portugueses liberales y constitucionalistas de la División de Voluntarios de El Rei (15) liderados por Álvaro Da Costa, contando con que éstos no se opondrían a los trabajos de los Caballeros Orientales (16). A su vez, Da Costa se apoyaba en los Caballeros Orientales. De hecho se sostenían mutua y coyunturalmente atendiendo intereses comunes (Manuel Oribe, integrante de los Caballeros Orientales, había obtenido el grado de Sargento Mayor del Brigadeiro o General Álvaro da Costa, integrante eventual del “Club de los Diecinueve”, y peleó bajo sus órdenes durante los diferendos entre Da Costa y Lecor). Nos cuenta Anaya que:


El Gral. D. Albaro [Da Costa], no podía expedirse sin la cooperación de los Patriotas Orientales que encerraba Montev.o, y aprovechando la ambicion del nunca olvidado D. Santiago Vazque [sic] que se hallaba allí desterrado de B.s A.s y otros patriotas amigos, apoyados del Cabildo, levantaron su eco de libertad é independencia á la Sombra dela fuerza de D. Albaro da Costa, uniendose á sus resistencias, y que les brindaba la ocacion de ver fraccionada la fuerza Estrangera. Asi fue que abrazaron la grra. contra Lecor p.a luego sacudirse de ambos dominadores, poniendo á su cabeza al Sargento Mayor, entonces, el muy Valiente D.n Man.l Oribe, que hizo progresos con su Espada.” (17).


Paralelamente, procuraron los Caballeros Orientales contactar el apoyo de las provincias argentinas enviando como emisarios a Tomas de Iriarte y a Ventura Vázquez a Buenos Aires, Entre Ríos y Santa Fe, intentando contactos logiales. Nos enseña De la Sota:


Trascendida la convinacion y aclamación de D. Pedro 1º Emperador y Defensor Perpetuo del Brasil los Caballeros Orientales entraron en correspondencia con el Gob.no de B. Ay.s y en relación con la Lojia Arjentina, tentando los medios de unirse á la Carbonaria á que pertenecía el Consejo Militar, con el objeto de sobreponerse á la influencia de la Brasilera. Fue entonces pronunciada y pública la opinión del Gral. Argentino, que se hallaba emigrado en Montev.o D. Carlos Maria de Alvear…, la de los SS. D.n Santiago y D. Bentura Vazquez, D. Manuel y D. Ignacio Oribe y D. Juan Benito Blanco, Orientales, la de D. Fran.co Aguilar, Canario: la de Ant.o Diaz y de Prudencio Murguiondo Españoles y la de D. Tomas Iriarte: siendo este y D. Bentura Vazquez .con. los que iban y venían de Buenos Ay.s p.a la convinacion delos planes de la sociedad de Orientales.

Ella pudo influir en el Cabildo de Montevideo y hacer que los SS. D. Cristobal de Echevarriarza, D. Gabriel Pereyra y D. Agustin Aldecoa escribiesen un papel contra la conducta del Gral. Lecor que publicado por la prensa fue delatado por alg.os al Intendente D. Juan Jose Durán, como anarquico y capaz de comprometer la seguridad del pueblo. Puesto en conocimiento de Lecor, pidió al Cabildo explicarse el concepto y sentido de sus espresiones. El Cabildo se negó á hacerlo, pues ya se hallaba dispuesto á sacudir la dominacion extranjera”(18).


De este modo, Iriarte se reunió con Bernardino Rivadavia (en aquel momento Ministro de Gobierno y de Relaciones Exteriores), quien tenía vivas simpatías por la causa de la reincorporación oriental; una declaración del gobierno de Buenos Aires de apoyar la independencia oriental había inspirado ánimos al “Club de los Caballeros Orientales” (19). Intentaron también conseguir el apoyo del entonces Gobernador de Entre Ríos Lucio Mansilla (20). Pero Rivadavia ponderaba el riesgo de que apoyar a los orientales era todavía apresurado, y que significaría exponerse a romper con Portugal y el Brasil cuando no estaba aún vencido el poder de los españoles; esta política de prudencia era acompañada por el Ministro de Hacienda Manuel José García y el gobernador de Buenos Aires Manuel Rodríguez.


Rivadavia mostró al coronel Iriarte sus sentimientos personales, le significó que el Gobierno argentino no podía asumir la responsabilidad de un paso como el que se le pedía mientras los orientales no instituyeran una autoridad con poderes bastantes para proponer y acordar la reincorporación, pues el Cabildo actual no los tenía; y, propendiendo á facilitar el resultado, agregó que si el brigadier da Costa entregaba la plaza al Cabildo y éste se unía á los propósitos de los ‘Caballeros Orientales’, en tal caso tropas argentinas pasarían á ocupar la ciudad de Montevideo. Rivadavia autorizó al coronel Iriarte para que propusiera esto mismo al brigadier da Costa y le ofreciera para él y sus tropas buques de transporte hasta Europa, corriendo los gastos de viaje por cuenta del Gobierno de Buenos Aires.”; “La sociedad secreta y el Cabildo recibieron con desaliento la respuesta de Rivadavia, por lo difícil que creían satisfacerla. Pero intentaron allanar las dificultades. Se dirigieron á varios jefes y otras personas influyentes de la campaña incitándoles á que se rebelaran contra Lecor, y se empeñaron con algunos portugueses de la ciudad porque decidieran á la Junta militar presidida por don Alvaro [da Costa], á verificar la entrega de las llaves como término de la ocupación provisional. Fueron ineficaces estos pasos, no obstante haber motivado la sublevación de Juan Antonio Lavalleja y una parte de las fuerzas que mandaba” (21).


En sendas cartas del 18 de noviembre de 1822 y del 25 de noviembre de 1822 de Iriarte y Alvear a Santiago Vázquez, éstos le hacen saber que Buenos Aires no decidió la prestación de ayuda a la Provincia Oriental atendiendo a que “no havia necesidad de atropellarse con riesgo de correr el albur de una espantosa anarquía” y a que se había actuado precipitadamente (22). Por su parte, Lucio Mansilla entendió que si bien Entre Ríos debía coadyuvar, recomendaba a los orientales por el momento “Dejad llenar la medida; aun no es tiempo de sacar todavía la espada” (23). El Consejo Militar de Montevideo filoportugués presidido por Da Costa consideró la proposición, pero contestó que no podría resolverlo sin consultar a Lisboa y que mantendría la ocupación hasta que llegaran las instrucciones (24). En carta del 25 de enero de 1823, Silvestre Blanco reconocerá a “Gerónimo Alcalá” (Bernardino Rivadavia) su apresuramiento (25).


Fogonear los propósitos de independencia no estaba resultando sencillo, porque no se concretaban apoyos concretos, internos y externos, de importancia. Un escrito satírico de quien se identifica como “El Brujo enemigo de indirectas” festejaba el poco éxito de los Caballeros Orientales:


Hermano mio ¿tu sabes lo que has hecho? ¿Sabes en que verenjenal te has metido? ¿Dime, eres loco ó diablo? ¿Es posible que aquel tino que has manifestado siempre con el compas en las manos, en todas nuestras reuniones, haya venido abajo con tu disparatado papelucho? Reflexiona, y verás, que has echado por tierra nuestro plan añejo, y gran secreto. Faltastes á la circunspección exterior, tan encargada en nuestro código, y lo peor es, que han pintado tal cual es el carácter de todo nuestro respetable club. ¡Quien al leer tu maldita conversacion no dirá esta es una obra neta y netisima de los pobretones duendes, que handan buscando donde vestirse? Quien viendo el modo bajo con que alabas á la división, y Vicentinos no, exclamará: sape gato, que estas papas queman; que lo diga el Hervidero, nuestras bolsas, y la cárcel (ya tu sabes lo que hemos hecho.)

¿Dime hermano de dos mil demonios, te parece bien esto para la logia? ¿Podria hacer mas un enemigo? No creas que son cavilaciones de tu amigo el brujo, te lo digo por que lo he oído á muchos, y saben que siempre he sido un hermano de los mas zelosos por nuestro proyecto. No es discreción manisfestar las cosas como tu lo haces pan, pan: ya se acabó ese tiempo, es menester hacerlo piar, pianito, con sigilo, y como quien no quiere la cosa, usar con frecuencia de las seductoras palabras, derechos de la Provincia, patriotas, patriotismo, sino todo, todo se lo llevó el diablo; los que tienen, se quedarán con lo que tienen,y nosotros siempre seremos piojosos.

A que viene aquello de dar cruces á troche y moche, sin tener presente dos circunstancias que hai en el caso; la una es, que muchas de las cruces que das por burla, pueden ser deveras, y tu, yo, y toda la logia nos quedarémos con la boca abierta diciendo, a-ma-laya, y teniendo que sufrir nos las refreguen por nuestros redondos hocicos. Es menester que hablemos en plata, esto es derecho viejo, como dicen los paisanos; para tocar estas materias debemos tener presente que también nosotros hemos sido dados por titulos y cruces; que hai hermanos que la lograron, y sino las hubiéramos perdido en puertas, la logia se hubiera vuelto calvario: acuérdate de nuestro siglo de oro, cuando pensó coronarse el nuestro nunca bien ponderado Maestre del general Orian, que hubo uno de los hermanos, que aspiró á ser duque y por eso le quitaron aquel maldito baston que siempre entraba á vanguardia por las cajas; la segunda parte que siempre es la mas lastimosa, es que estoi viendo que de resultas de tu cruzamiento nos pueden cruzar el cuerpo, y hacernos decir, tio yo no he sido, y nos quitarán las ganas de conversar.

Estos son los sentimientos de un amigo que te estima, que tiene tus mismas ideas, pero que quiere nos las traslusca el público como son, sino como queremos las crea. Todavia me acuerdo que por algunos hermanos como tu de poca espera, y poco seso, tuvimos que salir matando de Buenos Aires: estos malditos manifestaron antes de tiempo nuestro gran secreto cometiendo muchachadas, y aquel pueblo que no aguanta pulgas, y ha amado siempre sus derechos nos echó rodando: ahora que hemos tenido la suerte de llegar á uno que en la tolerancia se asemeja á el marido de la cabra, no debemos abusar, porque también estos animalitos, topan cuando se les hostiga.

El Gran Maestre [Santiago Vázquez] ha recibido noticias de oficio del encargado de negocios, que despachamos á Buenos Aires y parece que nada sacamos, por ella veremos lo que resulta de lo que remitimos por el despacho: Duende, Duende más te vale estar duermes; hai ciertas cosas como tu bien sabes que cuanto más se revuelben, más hieden, ya has visto á el rolliso como nos ha sacado nuestras primeras camisetas á el viento; todo por tu imprudente y frio insulto: hai muchos hermanos que no han podido chupar el tabaco de puro fuerte; toda la lógia está contra ti, y sino todos te lo dicen, es, porque no te aman con la ternura del brujo: este quiere que allá entre tu levita, conoscas, que has hecho mal, y no vuelvas á conversar porque no lo entiendes; mira, para escribir en nuestras cacas, porque hai gente que nos conocen, y al pasar se tapan las narices.

Yo espero, que pesando bien mis razones no me vuelvas á dar el trabajo de otro sermon, pues entonces no me subscribiré como ahora tu hermano y amigo.- El Brujo enemigo de indirectas” (26).


Esto no desanimó a los Caballeros Orientales y al Cabildo de Montevideo (cuyos más influyentes miembros pertenecían a los Caballeros Orientales). Y continuaron con sus articulaciones en pro de lograr la Independencia del suelo oriental.



(Continuará)


1 ETTLIN Edgardo, “Una Declaración de Independencia olvidada: 29 de octubre de 1823 - Primera parte”, en “El Blog de Juanjo Pereyra”, “https://elblogdejuanjopereyra.blogspot.com/2023/09/una-declaracion-de-independencia.html” (consultado el 4.10.2023).

3 DÍAZ Antonio “Memorias”; cit. por CAMPOS THEVENIN DE GARABELLI Martha, “La Revolución Oriental de 1822-1823. Su génesis” Tomo Segundo, Junta de Vecinos de Montevideo - Biblioteca José Artigas, 1978, p. 6.

4 ARCOS FERRAND Luis, “La Cruzada de los Treinta y Tres”, Imprenta Nacional Colorada, Montevideo, ¿1925?, pp. 68-70. Archivo General de la Nación, “Archivo de Lucas José Obes. Correspondencia con Nicolás Herrera 1814-1822”, Caja 16 Carpetas 2 y 3, correspondencias del 19.10.1822, 24.12.1822, 27.12.1822 y 25.12.1823. GARCÍA DE ZÚÑIGA Tomás, “Circulares del Sindico Procurador á los Cabildos”, s/e, Montevideo, 1822.

5La Aurora”, Montevideo - Enero 4 de 1823, p. 13. El Secretario del Cabildo montevideano de 1823, Francisco Solano de Acuña, también habría estado vinculado a los Caballeros Orientales..

6 Constitucion Orgánica del Orden de Caballeros Orientales”, Archivo y Biblioteca Pablo Blanco Acevedo Tomo 132, fs. 78-79 v., Museo Histórico Nacional, Montevideo. El mismo se transcribe completo en MONDINE Jean-Marie, “Bajo la Escuadra y el Compás. Mitos y Verdades sobre la Masonería”, Ediciones de la Plaza, Montevideo 2016, pp. 388-392.

7 CAMPOS THEVENIN DE GARABELLI, “La Revolución Oriental…” Tomo Segundo cit., p. 18.

8 MONDINE, “Bajo la Escuadra…” cit., p. 363. ETTLIN Edgardo, “Una Declaración de Independencia olvidada: 29 de octubre de 1823 - Primera parte”, en “El Blog de Juanjo Pereyra”, “https://elblogdejuanjopereyra.blogspot.com/2023/09/una-declaracion-de-independencia.html” (consultado el 4.10.2023).

9 MONDINE, “Bajo la Escuadra…” cit., pp. 234 y 243-252.

10 Archivo Histórico Museo Mitre (Buenos Aires), “Colección correspondencia hombres públicos argentinos. Noticias sobre la fundación patriótica de Caballeros Orientales y su fundador Santiago Vázquez”, AR MM COHPA / A1 C0 No. 1383 (antes A1 C23 C4 No. 1).

11 DE LA SOTA Juan Manuel, “Cuadros Históricos escritos por Juan Manuel de la Sota”, año 1849, manuscrito inédito existente en el Museo Histórico Nacional, Cuadro XII, p. 571.

12El Argos de Buenos Aires” Num. 81, Sabado 26 Octubre 1822, Tom 1.º, pp. 2-3.

13Documentos para la historia política del Río de la Plata (1820-1824)” en “Revista Histórica” Año LI T. XXVII Montevideo, enero de 1957, Montevideo A. Monteverde y Cia., 1957, pp. 357-360 y 374-376.

14 DE LA SOTA, “Cuadros Históricos…” cit., Cuadro IX, p. 427.

15 Esto queda evidente en las crónicas del periódico “La Aurora”, en que incluso aparecen artículos en portugués del banco antilecorista. En “La Aurora” Num. 2., Montevideo - 28 de diciembre de 1822 p. 7, aparece un elogio del Cuerpo de Voluntarios de El Rei, mostrando las simpatías entre Caballeros Orientales y el bando de Da Costa. También en las cartas de Nicolás Herrera a Lucas Obes del 16 y 19 de octubre de 1822, del 27 de diciembre de 1822 y del 16 de diciembre de 1823 (“Juan Benito, Lorencito Perez, Muñocito, Consejo y facción que los sostiene”), en Archivo General de la Nación, “Archivo de Lucas José Obes. Correspondencia con Nicolás Herrera 1814-1822”, Caja 16 Carpetas 2 y 3.

16 ANÓNIMO (“El Duende de Dia”), “Mas Conversacion”, Montevideo, Imprenta de Torres, 1822.

17 ANAYA Carlos, “Apuntaciones históricas sobre la Revolución Oriental (1811-1851). Publicadas y anotadas por María Julia Ardao (Apartado de la ‘Revista Histórica’ Tomo XX)”, Montevideo, Imprenta Nacional, 1954, pp. 103-104.

18 DE LA SOTA Juan Manuel, “Cuadros Históricos…” cit., Cuadro IX, pp. 411-412. ANÓNIMO (“Un cazador civico”), “Esposicion de los obsequios hechos en Santa Fé a los Señores Diputados del Exmo. Cabildo Representante de la Provincia de Montevideo”, Montevideo, Imprenta de Torres, 1823. ANÓNIMO, “Un oriental á los habitantes de Buenos Aires”, Montevideo, Imprenta de Torres, ¿1822?.

19 DE LA SOTA, “Cuadros Históricos…” cit., Cuadro IX, p. 427. Carta de Silvestre Blanco a Rivadavia de fecha 23 de octubre de 1822. En carta de Alvear a Santiago Vázquez del 5 de noviembre de 1822, aquél aconseja que pidan auxilios por intermedio de Tomas de Iriarte, y le exhorta a que “tenga V. la bondad de saludar en mi nombre atodos los nuevos amigos, ofresiendoles mi persona y sinsera amistad, para lo que quieran ocuparme, desde Buenos Aires”. Al respecto, v. “Documentos para la historia política del Río de la Plata (1820-1824)” en “Revista Histórica” Año LI T. XXVII Montevideo, enero de 1957, Montevideo, A. Monteverde y Cia., 1957, pp. 354, 357-360.

20 DE LA SOTA, “Cuadros Históricos…” cit., Cuadro IX, p. 406.

21 BERRA Francisco A., “Bosquejo histórico de la República Oriental del Uruguay”, Francisco Ybarra, Editor, Montevideo, 1895, pp. 498 y 499.

22Documentos para la historia política del Río de la Plata (1820-1824)” en “Revista Histórica” Año LI T. XXVII Montevideo, enero de 1957, Montevideo A. Monteverde y Cia., 1957, pp. 364-366.

23 MANSILLA Lucio, “El oriental á sus compatriotas. Extracto del Manifiesto del Gobernador de Entre Rios á sus habitantes”, Montevideo, Imprenta de Torres, 1822. Mansilla en dos cartas a Lecor del 1º de diciembre de 1822 dio cuenta que había puesto preso al oriental Ramón Cáceres (quien en Montevideo se había contactado con José María Roo, Pedro Berro, Gabriel Pereira y Francisco Muñoz, “en fin todas las personas mas influyentes de aquella epoca”) por “fomentar la anarquía en un país extraño”, y que había tomado medidas para prevenir las agitaciones de los orientales buscando partidarios en Entre Ríos; inclusive Mansilla y Lector acordaron condiciones para evitar tales problemas (FREGEIRO Clemente, “Documentos referentes á la revolucion verificada en Montevideo el 3 de setiembre de 1816, y á las elecciones capitulares para 1817. Es copia de los originales que existen en poder del doctor don Andrés Lamas. Buenos Aires, Noviembre de 1883. C. L. Fregeiro”, en Archivo General de la Nación, “Colección de documentos Clemente L. Fregeiro. Documentos relativos a la dominación Luso-brasileña, Copias 1816-1824”, Caja 327 Carpeta 6, fs. 15 a 23. También CÁCERES Ramón de, “Memoria Postuma ó acontecimientos en la vida publica del Cor. Dn. Ramon de Caceres”, en “Revista Histórica” Tomo XXIX Año LIII, Nos-85-87, pp. 412-417, y CÁCERES Ramón de “Manifiesto, que hace D. Ramon Caceres á sus amigos y Compatriotas”, s/l, s7e, s/f (1828?), en Archivo General de la Nación (Buenos Aires). Documentos Escritos, “Archivo y Colección Andrés Lamas”, Legajo 46. De acuerdo a Lappas, Lucio Mansilla fue “Iniciado en la Logia del Ejército de los Andes en 1822” (LAPPAS Alcibíades, “La Masonería a través de sus hombres”, Buenos Aires, s/e, 1966, p. 271), dato que no parece ser verosímil porque Mansilla regresó de la Campaña de los Andes a Buenos Aires por 1820 y en 1821 fue electo Gobernador de Entre Ríos, permaneciendo en el cargo hasta 1824. Lappas afirma que Mansilla “propició la fundación de la actual Logia Jorge Washington” (loc. cit., p. 271), que según Salsamendi habría levantado Columnas en el año 1822, y en 1857 es regularizada bajo el Supremo Consejo y Gran Oriente del Uruguay con el número 16, hasta que en 1875 se incorpora a la Gran Oriente de la República Argentina (SALSAMENDI Miguel “Crónicas del Levantamiento de Columnas de las Logias nacidas bajo jurisdicción masónica uruguaya y datos biográficos de sus fundadores, desde el 21 de enero de 1830 al 30 de junio de 2000”, s/e, Montevideo, 2001, p. 111) con el No. 44.

24 BERRA, “Bosquejo…” cit., p. 500.

25Documentos para la historia política del Río de la Plata (1820-1824)” en “Revista Histórica” Año LI T. XXVII Montevideo, enero de 1957, Montevideo, A. Monteverde y Cia., 1957, p. 383.

26

 


ANÓNIMO (“El Brujo enemigo de indirectas”), “El Mas aficionado de los brujos á el Mas amado de los Duendes”, Montevideo, Imprenta de Torres, ¿1822?.


 

EDGARDO ETTLIN. Investigador en Derecho y en Historia. Publicó entre otros libros: “Zonas Francas” (Fundación de Cultura Universitaria, 1989), “Cómo dirigir y desempeñarse en Audiencias” (Amalio Fernández, 1999), “Procesos de Ejecución de Sentencias a pagar Dinero contra el Estado” (Amalio Fernández, 2008), “Violencia Doméstica. Régimen y abordaje jurídico de la mujer maltratada en ocasión de su vida afectiva” (La Ley Uruguay - Thomson Reuters, 2009), “Una Justicia Eficiente” (Forvm Orientalis, 2010), “Normativa sobre la Propiedad Intelectual en el Uruguay” (2012), “Ejecución de Sentencias Judiciales contra el Estado” (La Ley Uruguay - Thomson Reuters, 2014), y “Responsabilidad Patrimonial de los Funcionarios Públicos” (La Ley Uruguay - Thomson Reuters, 2017), “El Derecho de Resistencia en las Constituciones de las Américas” (Fundación de Cultura Universitaria, 2018), “Responsabilidad Civil por Daños en los Espectáculos Deportivos” (La Ley Uruguay, 2019), y “Estudios sobre Justicia y Propiedad Intelectual” (La Ley Uruguay - Thomson Reuters, 2021). Ha escrito más de doscientos artículos y estudios sobre temas de Derecho, principalmente en Derecho Público, Derecho Procesal y Derecho de la Propiedad Intelectual, publicados en Uruguay, Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Perú, Colombia y España, y a través de Internet. Es referencia de citas por numerosos autores uruguayos y extranjeros, y asiduo colaborador de diversas revistas y publicaciones jurídicas de Uruguay y América Latina. Conferencista en diversos eventos de Derecho en América Latina y Europa. Sentencias y contribuciones jurisprudenciales suyas han sido publicadas y comentadas en prestigiosas publicaciones jurídicas. Historiador y ensayista, ha publicado diversos libros y artículos sobre Cultura e Historia, destacándose: “Bajo la Escuadra y el Compás. Mitos y verdades sobre la Masonería” (bajo el seudónimo de Jean-Marie Mondine, Ediciones de la Plaza, 2016), “Judas Iscariote y otrasincursiones pseudoculturales” (Los Caminos, 2020), y “Qué solos se quedan los muertos. Crónicas sobre Juan Idiarte Borda, 13º Presidente constitucional de la República Oriental del Uruguay, y sobre su agresor criminal Avelino Arredondo” (Fundación de Cultura Universitaria, 2021). Ha participado y es usualmente invitado como ponente sobre diversos temas de Historia y Cultura. Ministro de Tribunal de Apelaciones Civil (Poder Judicial - Uruguay).