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lunes, 19 de junio de 2023

Un soplo de reparación en el Salón de los Pasos Perdidos. Un perdido COLUMNA DE MILTON ROMANI

 

No se perdió. Peor: optó por no estar y estar en otro lado.

A pesar de esas ominosas ausencias, fue un acto reparatorio.


El Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo vibró con las palabras firmes, sentidas, inundadas de verdad y de ansias de justicia de Karina Tassino.


No solo trasmitió ideas justas. Nos afectó nos contagió con su llanto contenido, con su angustia y su relato personal que es de alguna manera el de muchos y muchas.

Hace ya 50 años de llanto contenido, de rabia y bronca. De generaciones que han pasado y siguen, seguirán reclamando. Allí estuvimos, compartiendo indignación. Seguiremos


Lo sentimos todos y todas los que allí estuvimos presentes. Salvo uno. El Presidente. Tampoco los comandantes en jefe de las tres armas. También algunos legisladores que lo hicieron a texto expreso como una provocación.


Contra la sensibilidad ciudadana, en particular de los familiares. Pero no solo de ellos.

En clara rebeldía a la Corte Interamericana de DDHH. Reiteramos: Uruguay forma parte del Sistema Interamericano de DDHH. Firmó, ratificó y depositó en la OEA los tratados que nos obligan. La Convención Americana de DDHH, la Convención contra la Desaparición Forzosa de Personas, Convención Interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer (Convención de Belem do Para). Uruguay fue de los primeros en firmar la ¨competencia contenciosa de la Corte Interamericana¨



Los tratados internacionales se cumplen. Si o si. Siempre significan ceder una porción de soberanía. Así que es una guarangada y una burrada afirmar que es una intromisión extranjera. Solo quienes se sienten culpables y sentenciados han elegido ese argumento, ademas de aferrarse a sus fueros parlamentarios para no comparecer ante la justicia ordinaria. Que es nacional y competente.


La sentencia de la Corte así como el proceso penal sobre el ametrallamiento y asesinato de Diana Maidanik, Sylvia Reyes y Laura Raggio es contundente con pruebas que no se trató de un tiroteo. Las declaraciones del senador Gandini, vecino de la calle Mariano Soler, que en realidad no vio nada pero dice haber sentido, coloca la duda sobre este hecho. Dice que luego del operativo fue notorio que había metralla que habría salido de parte de las chicas. No es difícil imaginar que en un operativo que pretendía demostrar la eliminación de un resurgimiento del MLN, los ardides de un supuesto tiroteo hayan sido posible. Tan así fue, que fue herido de muerte un soldado. Con balas militares. Igual modalidad habían hecho en el asalto a la Seccional 20 del Partido Comunista. Lo mismo hicieron con el supuesta invasión del PVP y toda la siniestra parodia del Chalet Susy. Pero esto ya no es especulación. Hubo juicio, prueba, testigos y sentencia.



El que quedó solo por decisión propia, el Sr. Presidente Luis Lacalle Pou, no pudo dar, no quiso, no se animó a dar una explicación de su falta de comparecencia como Jefe de Estado. Trascendió que en ese momento estaba inaugurando una empresa de elaboración de comida para perros y gatos. Una bofetada canallesca.

La presencia de él era no solo simbólica. Es un error cuando se afirma que es el Comandante supremo de las FFAA. Es el mando superior. Está por encima de los comandantes, que son tales porque comandan tropas. Y saben. Tienen posibilidad de buscar y encontrar los cuerpos enterrados y negados a la civilización


La sentencia de la Corte obliga a la presencia de Altas autoridades del Poder Ejecutivo. La vicepresidente no es parte del Ejecutivo. Obligaba también a la presencia de Altos Mandos Militares. Ellos tampoco estuvieron presentes. Como si lo hicieron en el Acto publico de reparación en el Caso Gelman en el que estuvo el presidente Jose Mujica.

En buen romance eso se llama estar en rebeldía.


Solo a 48 horas del Acto, apareció la noticia de la publicación de Archivos del Terror en una web. 1608 rollos. Algunos ya conocidos pero negados. Otros no. También es evidente que hay otros archivos que siguen sin ser conocidos. Solo una constatación: las fichas del FUSNA no están acá, existen, y en mi caso me fueron entregados por el mecanismos de acceso a la información.


Antonio Ladra ha publicado una notable nota en el periódico Helvecia: La vida de nosotros


¨Hasta el año 2004 todos los uruguayos, el que más el que menos fue espiado. No se salva nadie. Parece la película alemana La vida de los otros, que era sobre el control ejercido a la gente por parte del régimen en la Alemania Oriental.

En la dictadura uruguaya los servicios de inteligencia por orden de las autoridades de la época nos espiaron y luego, ya en democracia, por lo menos 20 años después de recuperada lo siguieron haciendo con la complicidad del sistema político. Durante los gobiernos de Julio Sanguinetti, en dos oportunidades, Luis Lacalle de Herrera y Jorge Batlle, nuestras vidas estuvieron bajo la mirada de los servicios de inteligencia. ¿Cuántos agentes vigilaron y espiaron cada día la vida de los uruguayos? ¿Por orden de quién? ¿O fue por la suya? ¿Quiénes fueron esos agentes? (…)

¨Todos estuvimos bajo la mirada escrutadora de los espías, hasta en lo más mínimo. Ahí está lo escrito, las cartas enviadas a los medios, los discursos, las actividades políticas y hasta las deportivas, lo que dijeron cuando fueron detenidos, lo que hicieron los que no fueron detenidos. Todos estuvieron bajo los ojos de estos espías. Si fuimos a un cumpleaños ellos lo supieron.Ellos supieron si apagamos las velitas, si cantamos el happy birthday, si fuimos a pie o en ómnibus, desde lo macro a lo micro.

Si fuimos al cine, al teatro, al fútbol, al estadio Centenario o al parque Roberto, a bailar o a escuchar música, si compramos un libro o si fuimos la feria, si compramos verdura y queso, si tomamos una cerveza o una coca cola, si comimos pizza o fainá.



Esta nota me motivó a pensar que todos eramos, ¿somos?, peligrosos o sediciosos hasta demostración de lo contrario.

¿Estaremos libres algún día, hablando de libertad? ¿Hoy? ¿O seguiremos siendo rehenes de aquellos que según su doctrina de seguridad están por encima de nuestra soberanía y se arrogan por fuerza de las armas o de su prepotencia a fijar los destinos de nuestra nación? ¿Seguiremos presos del terror, con nuestras vidas que sabemos fueron controladas con miles de víctimas? Ahora con el destino desconocido de quienes siguen enterrados en los cuarteles y no dicen dónde.

Porque ¿que otra cosa es sino la continuidad de su guerra no entregar los cuerpos? Hasta la Convención de Ginebra y el honor militar de toda guerra impone que el enemigo tiene el derecho a recoger sus muertos y darle la sepultura que toda civilización tiene como cultura ancestral. Se lo digo a UD. Gral Manini y a todos sus secuaces, ladrones, asesinos, torturadores de hombres, mujeres y niños que desde su banca y sus fueros siguen diciendo que fue una guerra. Acá no hubo ni uno ni dos demonios. No es de demonios lo que pasó. Es desgraciadamente muy humano. Ha ocurrido acá y en la región. También lo hubo en otras épocas y generó el grito de Nunca Mas y los juicios de Nuremberg. También la firma de la Declaración Universa de DDHH de la ONU. Acá esto fue obra de un grupo de civiles y militares que asaltaron el poder y usaron TODO el aparato del estado para imponer su ideología, su concepto de orden y su modelo económico neoliberal. La subversión y la sedición no han sido otra cosa que una débil y vil coartada para llevar a cabo la mayor obra destructiva de la época contemporánea. Tendrán la bendición de algún Cardenal que niega su fe y su compromiso. Pero nunca tendrán ni el reconocimiento, ni la adhesión del pueblo de la nación. La justicia histórica, pero también la otra ya los está condenando. Será justicia. Y como dijo Karina Tassino no bajaremos los brazos hasta encontrarlos a todos y todas. A todos y todas. Nunca MÁS



Licenciado en Psicología. Docente de Psicopatologia y Comunitaria. Ex Secretario General de la JND. Embajador ante organismos internacionales. Ex Representante Permanente de Uruguay ante OEA.









domingo, 18 de junio de 2023

EL BUKELE QUE LLEVAMOS ADENTRO /COLUMNA DE MARCEL LHERMITTE



Hace más de 60 años Stanley Milgram, de la Universidad de Yale, realizó un experimento que buscaba comprobar un comportamiento humano: si éramos capaces de acatar órdenes de una autoridad, aunque ellas contravengan nuestras creencias.
El hecho acontecía de la siguiente forma: una autoridad le pedía a un voluntario que castigara con descargas eléctricas a una persona –se trataba de un actor, lógicamente– cuando esta dijera respuestas incorrectas. A medida que los errores se sucedían las descargas aumentaban su voltaje, llegando a convertirse la acción en un acto de tortura, que de haber sido real seguramente habrían ocasionado la muerte de la víctima.
Lo grave del experimento es que ninguno de los voluntarios que participó se negó a aplicar las descargas y más de la mitad administraron 450 voltios, a pesar de los gritos desesperados de las presuntas víctimas. Una de las enseñanzas que dejó este estudio fue la teoría de la cosificación, a través de la cual un individuo se ve a sí mismo como un instrumento que está cumpliendo con los deseos de otra persona, por lo tanto, no es responsable de sus actos.
Ejemplos hay de sobra en nuestra América Latina, fundamentalmente vinculados a las violaciones de los derechos humanos que se dieron en el continente en las dictaduras cívico-militares de antaño, y también en varios abusos que al día de hoy siguen dándose, como, por ejemplo, la reciente matanza realizada por efectivos del ejército mexicano en Nuevo Laredo, Tamaulipas, entre otros tantos desbordes que acontecen.
Estos actos son una atrocidad que vive nuestro continente, pero hay otras de las que no somos del todo conscientes, y es cómo nos convertimos en cómplices del efecto Milgram, cuando ante los problemas de seguridad que tenemos en América Latina invocamos una y otra vez soluciones que deberían cruzar por mucho las líneas rojas de nuestra consciencia.
Hace pocos días tuve el inmenso honor de intercambiar con estudiantes mexicanos sobre el rol que tuvieron los movimientos sociales uruguayos en la década del 80 en la defensa de las instituciones democráticas, y sobre cómo actualmente muchos de los ciudadanos de nuestro continente claman por acciones que son violatorias a los derechos humanos.
No importa el país, siempre hay alguien que ante los problemas de inseguridad nos afirma: acá lo que nos hace falta es un Bukele, posiblemente sin conocer en profundidad las violaciones a los derechos humanos que practica un día sí y otro también el gobierno de El Salvador; así como también estos desprevenidos opinadores resultan ser víctimas inconscientes de las estrategias de comunicación de gobierno del país centroamericano.
Nadie puede negar que El Salvador tenía –y tiene– graves problemas de seguridad pública producto de las maras, pero la solución encontrada por la actual administración fue encerrar a todos aquellos que parezcan sospechosos, ante la evidencia del porte de cara, porte de tatuajes o porte de pobreza. Todos van a parar a megacárceles, en donde los vemos rapados, corriendo descalzos, sin otra prenda que un pantalón corto y llevándose golpes de sus carceleros; también nos enteramos de boca del presidente que la comida para los privados de libertad será insuficiente, que las visitas casi inexistentes, que la defensa jurídica brillará por su ausencia y otras tantas perlas para ese collar de atropellos. Culpables e inocentes, todos juntos al paredón.  
Es que la gente está cansada, argumentan quienes reclaman Bukeles propios. Es que ya no se puede salir, es que te roban, te matan, te secuestran, te asaltan, etc.
No se puede tapar el sol con la mano. La región vive grandes problemas de inseguridad, algunos países más que otros, sin dudas, pero es casi una regla general. América Latina es insegura. Y ante la incapacidad de nuestros gobernantes de solucionar este gran tema surgen iniciativas extremas que no miden las consecuencias.
Pero también surgen los Bukeles de ocasión, que ante la popularidad alcanzada por el presidente salvadoreño que prometió terminar con las maras –colectivos criminales que según investigaciones periodísticas contribuyeron en la financiación de su misma campaña electoral–, imitan la fórmula y proponen sangre y plomo para paliar los males. Prácticamente la eliminación de un sistema judicial que dé garantías y la llegada de un régimen de gatillo fácil.
Recientemente el presidente de El Salvador afirmó que terminaría también con la corrupción política de los gobiernos anteriores, en una nueva cruzada mesiánica y mediática de las que nos tiene acostumbrado en sus shows de comunicación de gobierno. Pocas garantías parecen existir para los que señale el dedo acusador del mandatario.
Pero, ¿realmente se acaba así la inseguridad y la corrupción de un país? ¿Es un modelo a seguir? Quizás encerrando a todos aquellos que según la arbitrariedad policial porten cara de delincuentes, tatuajes o signos de pobreza y violando sus derechos humanos, se termine con una parte del delito –claramente no con los delitos de cuello blanco, ni con los que el mismo gobierno está cometiendo con estas acciones–, pero la inseguridad la vivirán las potenciales víctimas de preconcebidas creencias de gendarmes de ocasión.
La insatisfacción ciudadana ante la inseguridad, sumadas a las carencias económicas que se viven en la región, posiblemente sean uno de los elementos que han llevado a los latinoamericanos a creer cada vez menos en la democracia y en las instituciones, según las investigaciones de los últimos años del Latinobarómetro. Esta situación ha generado un espacio para el surgimiento de nefastos personajes políticos, que aprovechan la oportunidad para ganar poder, ofreciendo soluciones que prometen terminar con una inseguridad para comenzar con otra, la del nuevo régimen del terror del Estado.

Marcel Lhermitte es periodista, licenciado en Ciencias de la Comunicación y magíster en Comunicación Política y Gestión de Campañas Electorales. Ha asesorado a candidatos y colectivos progresistas en varios países de América Latina, el Caribe y Europa. Director de la revista latinoamericana de comunicación política Relato. Coordinador del Diplomado en Comunicación Política de la Universidad Claeh.

LA HISTORIA Y EL ÁGUILA/ COLUMNA DE JULIO MANUEL PEREYRA




La II Guerra Mundial (II WW) dejó episodios histórico, socio- culturales y políticos que marcaron y determinaron procesos artísticos, migratorios, productivos y económicos.
El negacionismo, a partir de una obra, un símbolo, no del Nazismo, sino de la Historia de la Humanidad.
La Batalla del Río de la Plata ⚓ que tendrían por protagonista al crucero alemán  Admiral Graff Spee enfrentando a al 'Ajax', al 'Achilles'  y al 'Exeter', y la bahía de Montevideo (Uruguay) en un acto de honor que llevaría al Capitán Langsdorff a hundir su propio barco, pedir la atención médica de sus tripulantes (evitando más muertes), y por tradición Naval y Militar, suicidarse.
Representa ese escultura, la entrega de la vida en nombre de una bandera, algo que todos los militares del mundo juran, y pese al repudio en ideales y valores al Nazismo y con él, a la figura del Hitler, el Holocausto, los Campos de Concentración y las implicancias de conceptos como 'Raza Aria', no deja de ser una reliquia para ser testigo y prueba de nuestra Historia Universal.
Nadie pensaría en transformar las Pirámides de Egipto pese a representar esclavitud, dinastias y 'monarquías', solo porque estas no coinciden anacrónicamente con ideales de Libertad, Democracia y DDHH; es/suena tan ridículo transformar el Águila en Paloma, como transformar en salas de parto ruinas que albergaban espacios de sacrificios (indígenas), en cuchillos de cocina espadas/sables que han luchado y quitado vidas, o re-versionar otros escritores obras como 'Mi Lucha' solo porque lo que allí está escrito causa indignación y rechazo.
Si vamos a modificar el arte, la arquitectura, o la literatura por haber sido símbolos que representan/ron regímenes, la Cruz del Cristianismo Católico representa la Inquisición, los símbolos arábigos se los asocia con terrorismo y fundamentalismo, y la lista es larga.
Destruir la Historia es una aberración, y solo un ignorante o un negacionista es capaz de destrozar una obra de arte que puede servir de Memoria a futuras generaciones de los Juicios de Neuremberg, las aberraciones dd Mengele, los genocidios de/en Auschwitz, mientras que en 10 (diez) años nadie que no se acerque a leer una placa podrá saber con que material se hizo esa Paloma/Obra.
Arqueólogos, Historiadores, Biógrafos, Conservacionistas, deben estar espantados de esta decisión rídicula y estúpida de intervenir un testimonio físico del Siglo XX, en nombre de vaya a saber qué fundamento.
Recordar lo que representa la barbarie y lo inhumano, es tener presente aquello que no debe repetirse ni permitirse; disfrazarlo con un símbolo emanado de lo religioso (y que puede para quien no lea una placa o conozco la obra ser el Espíritu Santo) es burdo.
Para los amantes de la Historia, su mejor resguardo es un Museo, o el regreso a 'casa' donde recuerde a quienes osen pensar que la Guerra es una forma de imposición de una ideología o un régimen, su destino será el fondo del mar, derrotado, hundido.

Julio Manuel Pereyra
'Huevo'
Educador Comunitario/Fundador de la única propuesta itinerante Educativa de América
Palomense
Activista por los Derechos del Niño y de los Pueblos Indígenas
Radicado en Misiones (Argentina) 

martes, 13 de junio de 2023

DOCTOR EN MATEMÁTICA GONZALO PERERA INTELIGENCIA ARTIFICIAL Ni ÁNGEL NI DEMONIO. TEXTO Y AUDIO

 

Escribe Juan José Pereyra Twitter@juano500

Fue Director Regional del CURE, se formó, trabajó y estudió en Francia y otros países. Es "maestro de estadísticos" y entre sus varias especialidades está la inteligencia artificial.

En una charla distendida explica el fenómeno desde sus orígenes, después de la Segunda Guerra Mundial y las aplicaciones y desafíos que implica para sociedades y gobiernos. No cree que la inteligencia artificial pueda autoprogrmarse

"El problema es quién la maneja, con qué fines y qué controles tiene el Estado para proteger a la población", dijo.


martes, 6 de junio de 2023

DELITOS CONTRA EL AMBIENTE «Este problema es una cadena, y el Estado está ausente de esta cadena» COLUMNA DE RICHAR ENRY

 



Si observamos el escenario regional, atentar contra el medio ambiente o la naturaleza propia de la nación es considerado un delito ambiental en gran parte de los países. Los delitos ambientales suponen una serie de actos que son ilegales, dañan el ecosistema y por ende provocan el desmejoramiento del medio o del ambiente natural en que viven las personas, lesionando así sus derechos.


NACIONES UNIDAS

El 28 de julio de 2022 pasado, la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas -como ya lo viene haciendo desde 1972- ha reconocido “que todas las personas del mundo tienen derecho a un medio ambiente saludable” y que por lo tanto el ambiente es un derecho humano con las mismas características que los demás: universales, inalienables, imprescriptibles, irrenunciables e indivisibles. Pero claro, su solo reconocimiento, e incluso la propia ratificación de una Declaración Universal no es suficiente, ya que en algunos países el sistema jurídico exige una norma nacional, particular y especifica que lo caracterice como delito; y aún así, de nada sirven las normas si no hay un poder que esté dispuesto a hacerlas cumplir.

En tal sentido, Brasil ha sido pionero desde hace ya bastantes años, con una amplia legislación destinada a preservar el medio ambiente, la cual proviene de una evolución ambiental brasileña iniciada con el Código Forestal de 1965 y consolidada definitivamente con la Constitución Federal en 1988; posteriormente surgieron las formas que fueron publicadas en la Ley de Fauna, o en el Código de Pesca y en la Política Nacional Ambiental. Allí existen normas de carácter punitivo, conocidas como Leyes de Delitos Ambientales que establecen sanciones penales y administrativas para quienes incurran en conductas y actividades nocivas para el ambiente; y también existe la Política Nacional de Residuos Sólidos, que establece los principios, objetivos, instrumentos y lineamientos relacionados con la gestión integral y manejo de residuos sólidos.

Es importante resaltar que las leyes ambientales brasileñas aludidas se refieren al ámbito federal (ya que la Unión legisla sobre materias generales); luego cada Estado determina las reglas regionales, y a su vez los Municipios tienen reglas locales. No obstante, algunos argumentan que Brasil tiene una legislación ambiental muy restrictiva y que ello provoca un retraso en el desarrollo económico brasileño.


En Argentina por su parte, el sistema jurídico vigente sanciona tales delitos mediante diversas leyes particulares -de contaminación y otros daños al ambiente, maltrato y crueldad contra los animales, contra la fauna silvestre u otros animales y de patrimonio genético nacional-, que se han ido incorporando en la práctica al Sistema Penal. Sin embargo, en el ámbito del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos se creó por decreto la Comisión para la reforma del Código Penal de la Nación, que tendrá a su cargo la presentación al Poder Ejecutivo Nacional de un anteproyecto de ley de actualización integral del Código Penal, que concentre toda la legislación penal en un único cuerpo normativo.

Con referencia a nuestro país, desde comienzos del siglo XXI legisladores de distintos partidos políticos han presentado algunos proyectos de ley en este sentido: en 2003, el proyecto de ley sobre daño ecológico y ambiental de los diputados frenteamplistas Carlos Pita, Ramón Legnani y Ramón Fonticiella; en 2005, el proyecto de ley sobre delitos medioambientales del nacionalista Gustavo Penadés. Mientras tanto en 2017, la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama) y la Fiscalía General de la Nación elaboraron el proyecto de ley sobre delitos contra el ambiente. Este proyecto al igual que los anteriores estuvo a consideración de los parlamentarios, sin llegar a concretarse durante el período. Finalmente el 11 de agosto de 2020 un grupo de Diputados presentó un Proyecto de Ley (el “Proyecto”) que introduce modificaciones en el Titulo XIV Libro II del Código Penal, creando los delitos contra el ambiente.


Los legisladores actuantes fueron: Gerardo Amarilla, Mario Colman, Diego Echeverría Casanova, Eduardo Lust Hitta, Christian Morel, Francisco Ortíz, Iván Posada, Juan Martín Rodríguez Da Costa y Alejo Umpiérrez

El Proyecto” califica como delito la contaminación de suelos, de aire y de aguas, delitos que no admiten forma culposa. Además, crea otros delitos relativos a la destrucción, depredación o sustracción de especies animales o vegetales, cuando estén bajo protección especial, así como actos de contaminación o degradación en Áreas Naturales Protegidas y en zonas adyacentes, que admitirán también la forma culposa. En todos los casos los delitos se castigan con penas privativas de libertad que oscilan entre los 3 (tres) meses de prisión a 6 (seis) años de penitenciaría. También se establece la responsabilidad personal de los propietarios, representantes legales de personas jurídicas o de quienes ejerzan efectivamente el poder de dirección en la empresa, y de quienes con su participación hayan contribuido, de manera determinante, a la concreción de esos delitos.

Asimismo, el Proyecto determina la responsabilidad de todos aquellos que suscriban o realicen estudios, evaluaciones, auditorías ambientales, planes de manejo u otro documento de gestión ambiental, en los que se incorpore o se avale información falsa con conocimiento de este extremo. El delito se agravará cuando se haya cometido en desarrollo de actividades, construcciones u obras que requieren autorizaciones de la autoridad pública, sin que las mismas se hayan obtenido, o se hayan obtenido en forma fraudulenta o con engaño.

El pasado 31 de mayo se aprobó “el Proyecto” en la Comisión del Senado y se espera que en breve el Sistema Penal uruguayo pueda contar con un mecanismo legal más para conservar y preservar el ambiente castigando a los infractores.

https://parlamento.gub.uy/camarasycomisiones/senadores/comisiones/354/comision-actuacion

En tal sentido, la Dra. Blanca Rieiro, docente del Instituto de Derecho Penal de la Facultad de Derecho de la Udelar y Juez Letrado Penal de Montevideo de 34° turno, manifestó que en la actualidad: «existen vacíos legales para atender los temas medioambientales en la legislación uruguaya». Sostiene que si se hace una ley de protección al medioambiente, ésta debe contemplar dos tipos de sanciones (penales y administrativas, entre las que se encuentran la prisión, multa o cierre de la empresa) y asimismo deben instrumentarse controles que garanticen que se cumpla la reglamentación, además de recursos para monitorizar y sancionar.

El único caso que se recuerda, en que se hubiera ganado un juicio por temas ambientales en Uruguay fue en el departamento de Paysandú donde el ex fiscal Dr. Enrique Viana -actualmente fallecido-, presentó una acción de amparo en 2004 impulsada por un grupo de productores, vecinos del paraje Kilómetro 444, donde la empresa Paycueros SA construía en ese entonces su nuevo vertedero industrial. A partir de esta acción, el vertido en las aguas del Río Uruguay fue prohibido y se comenzó a controlar.

Para la Dra. Rieiro «Este problema es una cadena, y el Estado está ausente de esta cadena», y añade que «cuando Uruguay permite que ingresen empresas internacionales a instalarse al país, se entiende que estas sean bienvenidas, pero que ese ingreso no sea una carta abierta para que vengan a verter cualquier cosa al aire, al suelo o al agua». Un elemento a tener en cuenta es que hoy las personas jurídicas no son responsables penalmente; por tanto, en caso de daño ambiental la única forma de sancionar a una empresa es una multa, y eso debe cambiar.

Tal como lo expresan Daniel Panario y Ofelia Gutiérrez: “La responsabilidad con las generaciones futuras no se trata sólo de guardar algo de lo existente, sino de crear las condiciones para la creatividad futura y la libre elección. Esto implica no destruir información, ni permitir que eso ocurra sin siquiera conocerla, sea ésta cultural, biológica, ecosistémica o geosistémica”.


Richar Enry Ferreira


Fuentes:


https://news.un.org/es/story/2022/07/1512242

https://ambito.com.br/blog-espanol/principales-leyes-ambientales-brasilenas/

https://www.argentina.gob.ar/justicia/nuevocodigopenal/temas/delitos-contra-el-ambiente

https://udelar.edu.uy/portal/2023/03/blanca-rieiro-existen-vacios-legales-para-atender-los-temas-medioambientales-en-la-legislacion-uruguaya-2/







RICHAR ENRY FERREIRA - Productor y documentalista, investigador, escritor, Periodista y amigo de la naturaleza.