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miércoles, 14 de febrero de 2024

DE LA CABEZA…/ COLUMNA DE CARLOS CASTILLOS

 

¿Será cierto que el ser humano es el animal superior de la escala zoológica?. No parece. Actualmente esta afirmación, tan arraigada, se parece más a un cuento que a la realidad. Miremos el entorno planetario. Es evidente que atravesamos una etapa de decadencia de la humanidad. En casi todos los terrenos. Si fuéramos “el animal superior” no pasarían las cosas que han pasado antes y que siguen pasando. Un ser humano, que se caracterizaría por una inteligencia superior, no sería capaz de tantas atrocidades, siempre en perjuicio del prójimo. A nivel mundial, gobernantes y aventureros de todo tipo se lanzan a provocar guerras en las que mueren miles de personas, en su mayoría, civiles que nada tienen que ver con los intereses que impulsan esos “guerreristas”.

Hay otro tipo de “guerras”, como las que están limitadas al comercio (aunque las otras también están relacionadas). Pero lo que quiero señalar es que también se pelean los seres humanos por cuestiones de precios y mercados. Fíjese nomás las manifestaciones en Francia, en Alemania y otros países europeos donde los agricultores se han lanzado a las calles para exigir ajustar lo que algunos llaman “globalización”. Parece que sus intereses se ven afectados si se sigue con esas políticas de “libre comercio”. Libre comercio pero no tan libre. Allá en Europa no quieren que entren productos agrícolas a sus países. Dicen que lo que se produce en los otros continentes no tiene las garantías que a ellos les imponen. En fin…lo cierto es que en Francia, por ejemplo, llegaron a rociar con bosta edificios públicos, incendiaron cubiertas de auto y amenazaron con cercar París. Una imagen que se repite en otros países de Europa, aunque los grandes medios traten de minimizarlo o ignorarlo.

A nivel más cercano, en el país, el departamento o en su barrio, se suceden también las atrocidades. Una persona es descuartizada. Literalmente se le corta la cabeza, los brazos y las piernas y sus restos son arrojados a un baldío. Acribillan a adultos y niños, ejecutan a otros, golpean por cualquier cosa, roban, agreden física y verbalmente. Se llega a vandalizar escuelas. Roban lo que pueden y lo que no lo destrozan. Todo eso no parece propio de un animal superior. Estas barbaridades, propias de mentalidades “bárbaras”, precisamente, no son un patrimonio de estos tiempos. Si miramos la historia, casi siempre ha sido así. El ser humano “luchando” por imponerse sobre el prójimo, sin importar cómo. Generalmente con violencia.

Entonces, si el ser humano “está de la cabeza”, habrá que explorar por ahí. Cambiar la mentalidad no parece una tarea sencilla. Quienes tienen alguna posibilidad de incidir en este problema apuntan para otro lado. El multimillonario Elon Musk, dueño, entre otras empresas, de la ex Twiter, anunció estos días que otra de sus empresas, acaba de implantar un chip en el cerebro humano. Algunas personas evaluaron que ese chip servirá para revolucionar la relación entre los seres humanos y las máquinas. Pero parece que el eje de ese nuevo invento es “mejorar la capacidad de controlar, con la mente, dispositivos celulares, tablets y computadoras”. Hasta ahora no aparece nadie en el área de la tecnología y la ciencia que se le ocurra inventar algún dispositivo para arreglar la cabeza de los seres humanos. Porque, en definitiva, es lo que hace más falta.


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