“Izquierda sin cultura no es izquierda” (Mariano Arana)
Diseñar un Proyecto de Gestión Cultural comprometido con el desarrollo comunitario del departamento de Rocha es un imperativo que, en las condiciones vigentes, únicamente puede ser planteado como la más efectiva herramienta para el desarrollo y vía de superación colectiva, factible de satisfacer de manera coherente, dinámica y progresiva los intereses de la ciudadanía; provocando modificaciones trascendentes en la disposición y comportamiento ante la creación y consumo de valores culturales reales. Mediante éstos, los individuos acaban insertándose y ejecutando cambios coyunturales en función de mejorar sus propias condiciones de vida y satisfacer sus “necesidades o inquietudes expresivas”; promoviendo la participación y la creatividad colectiva mediante acciones planificadas estratégicamente, derivadas de un diagnóstico comunitario acorde con cada contexto abordado, (o evaluado), y que posicione a los rochenses como verdaderos protagonistas del quehacer cultural.
Se trata, en definitiva, de gestionar de manera decisiva la coparticipación ciudadana, ya que será ella misma, (la comunidad), la beneficiaria de sus propias iniciativas, propuestas y aportes para las mejoras de sus condiciones de vida. A su vez, ello redundará en la promoción de valores como la cooperación, la solidaridad, la apuesta, (y puesta), colectiva, la defensa de los intereses comunes, así como la preservación y fomento de nuestra identidad local-nacional; sin relegar, además, la inclusión de aquellos sujetos portadores de una diversidad cultural,(mayoritaria o minoritaria), y la búsqueda de alternativas por incorporar a todos aquellos “comunitarios”, desde las “infancias” hasta la “tercera edad”, incluida la “diversidad sexogenérica”.
Un requisito imprescindible para la formación y promoción de una cultura participativa que, entre otros rubros lleve a cabo una labor congruente con la equidad y la justicia social, es sin duda la elección oportuna y consensuada de auténticos representantes, (llámese gestor cultural o director de cultura), cuyo conocimiento, experticia y sentido común aboguen por el crecimiento y avance de la comunidad que él mismo conforma; coordinando esfuerzos con cuánta institución, fundación u organismo, (público o privado), propicie aquellas acciones o intervenciones en pro del comunitario cultural.
El impacto de estos Proyectos Culturales se efectivizará en la integración de recursos humanos y materiales, elaborando con objetividad las acciones constitutivas de cada evento, derivadas de un estudio certero de aquellas necesidades e intereses comunitarios, (puesto que un proyecto pensado sin la consulta, al menos, de sus beneficiarios y la revisión de las singularidades de su entorno sólo tenderá a fracasar). En dependencia con el grado de compromiso de los ciudadanos, como del interés por modificar-medrar las condiciones de su contexto, puede hacerse factible elevar las condiciones de vida, como también satisfacer las necesidades culturales existentes, metas y objetivos propuestos, tendientes a alcanzar el mayor desarrollo cultural, cuyo objetivo fundamental incluye la movilización de recursos humanos e instituciones, mediante la participación activa y democrática de la población.
(DARÍO AMARAL-ESPACIO 609-MPP ROCHA)
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