M. Montautti / M. Noguez
El País
El ministro expresó que el gobierno apuesta a la Cumbre
del Mercosur en Caracas, prevista para el próximo 17 de enero. "La
táctica la lleva el presidente" José Mujica, aseguró.
Kreimerman se mostró satisfecho respecto al
comportamiento de la industria el año pasado, pese al freno que ha
experimentado la región, y agregó que para este año se espera que el
crecimiento del sector sea en el entorno de 3%.
En relación a la planta regasificadora, dijo que se
sigue el diálogo con Argentina para definir qué mecanismos se emplearan
para vender gas hacia ese país.
Lo que sigue es un resumen de la entrevista que Kreimerman mantuvo con El País.
-¿Qué perspectivas tiene respecto a la situación de la economía y a la evolución de la industria para 2014?
-La economía va a crecer y lo estimamos a partir de
que las inversiones han sido récord en 2013. Los proyectos promovidos de
interés nacional han crecido en monto un 42% y de ellos el 73% son
industriales. Tenemos para el año algunas incertidumbres. El crecimiento
de la economía se espera en el orden del 4%. Hay recuperación de varios
mercados como el de Estados Unidos que está teniendo un crecimiento que
ahora sí se está afirmando. China se espera que se mantenga y ahora
pasó a ser el principal socio comercial al conquistar el primer lugar
en las carnes. También creció fuertemente la industria automotriz.
Por lo pronto vamos a tener el impacto de Argentina
claramente, que ya lo empezamos a tener a partir de octubre. Tengo
expectativas de mantener los acuerdos con Brasil y de mantener un
crecimiento (de la producción industrial) del orden de 3%, pero no
tenemos el dato trazado todavía. Entre febrero y marzo vamos a tener una
estimación para el año.
-¿Se depende demasiado de los socios que han complicado con trabas al comercio?
-Sí, dependemos un poco, aunque ya la dependencia de Argentina es menor por decantación, no por voluntad.
-¿Cómo se sigue la relación con Argentina?
-La idea es negociar y que se recupere el ámbito de
negociación. Nosotros en otros temas con Argentina estamos trabajando
muy bien. Estamos negociando en la parte energética, no solo
suministrando energía que están necesitando, sino viendo cuales son las
vías para venderle gas.
-¿La energía se puede poner como un elemento arriba de la mesa para negociar?
-No, son dos cosas distintas. Nosotros la energía
creo que es un tema de largo plazo para ambos países y lo hemos manejado
siempre con un gran respaldo uno hacia otro. No es un tema de
negociación contra nada.
-¿Se apunta a la reunión del Mercosur en Caracas a mediados de enero?
-Sí. La táctica la lleva el presidente.
-¿Confía en recomponer la relación comercial?
-Sí. Nunca al nivel anterior, eso está claro. Eso es
no solo por lo que Uruguay pueda negociar, sino por la propia Argentina
que está en un momento más complejo. Sí está claro que hay industrias
que están sufriendo y debiéramos poder recuperar el comercio.
Básicamente papel, vestimenta y alimentos que es más difícil porque ahí
hay más competencia interna. No hay demasiados problemas y seguimos
exportando bien en autopartes
-¿Cómo se continúa si Argentina se mantiene en la misma postura de no recomponer el vínculo comercial?
-Nosotros hicimos tiempo atrás el fondo de
diversificación de mercados para que las empresas pudieran estudiar
nuevos mercados. Pero realmente las empresas que hoy quedan exportando a
Argentina ya no tienen demasiadas alternativas. La principal
alternativa para algunas de ellas ha sido Brasil y Brasil ha mejorado
muchísimo. Algunas ventas se han redireccionado con buen resultado.
-¿Se tiene algún relevamiento actualizado sobre la situación?
-Hay US$ 32 millones de Declaraciones Juradas Anticipadas de Importación que están trancadas.
-¿Cómo toma cuando los empresarios reclaman aplicar alguna medida espejo?
-Está claro que la disposición es a negociar desde
una defensa de nuestra posición. Ahora, las medidas espejo son
descartadas creo que por casi todo el mundo porque nosotros tenemos
mucho más para perder, que ganar con ese tipo de medidas.
-A principios de 2013 el presidente José Mujica
planteó hacer un mapeo para ver cuáles eran los sectores más complicados
y buscar medidas paliativas. No se conoció bien si ese mapeo se hizo o
si no estaban tan perjudicadas las industrias porque no hubo medidas...
-Se siguió negociando cada una de las declaraciones
juradas y realmente el comercio con Argentina no cayó mucho. Es a partir
de septiembre que se da un cambio bastante importante. Lo que se hizo
fue tomar algunas medidas con el dólar. Se buscó de qué manera se podía
controlar la entrada de capitales especulativos. Eso cambio (la
tendencia en) el dólar y fue quizás la principal medida.
-¿Qué evaluación hace del sector en el año que pasó?
-Creo que el año cierra bien. Se mantuvo un
crecimiento un poco más bajo, pero sigue siendo un crecimiento que si lo
comparamos en la región es interesante. La región se ha parado un poco y
el último dato que se dio en octubre fue importante. Eso lleva a que el
año termine dentro de las coordenadas que esperábamos. Entre un 2% y un
3% si sacamos dos o tres rendimientos grandes.
-¿Fue algo desparejo?
-De las ramas industriales, han crecido una cierta
cantidad y otras no, pero lo cerramos con una apuesta muy fuerte por la
gran inversión que se ha hecho de las industrias. Por otro lado, hay una
tercera revolución industrial prácticamente que tiene que ver con el
uso de energías. El plan energético ha sido un cambio muy fuerte que
esperamos va a ir dando resultados. Es clave para la población y para
las industrias. En la medida que son más automatizadas, más energía
utilizan.
Exploran tres alternativas para venta de gas hacia el exterior
-¿El proceso de adjudicación de la planta regasificadora fue más complejo de lo que se había previsto al inicio?
-Fue un proceso muy profesional. Utilizamos técnicos
contratados de Gas Sayago con mucha experiencia. Tuvimos la oportunidad
de contratar gente con experiencia en plantas regasificadoras o en
generación, junto con el personal de UTE, Ancap y la Dirección de
Energía. En total trabajaron 51 técnicos. No fue un proceso complejo en
el entendido de que estamos hablando de una obra de una inversión de
US$ 1.200 millones.
Además, nosotros contrastamos los resultados del
equipo interno con la asesoría internacional, que de forma independiente
dio su opinión sobre los proyectos. Así que la contratación fue muy
profesional y cuando tuvimos que informar y explicar en el Parlamento
creo que quedó muy claro todo el tema. No hubo dudas.
-¿Cómo viene la negociación con Argentina para venderle gas una vez esté funcionando la planta?
-Estamos explorando tres vías muy interesantes, pero
todavía no tenemos una definición. Una posibilidad es que Argentina
compre su gas (licuado) y nosotros le vendamos la regasificación. Luego
el gasoducto lo trasladará y le cobrará por eso. La segunda manera es
que le vendamos el excedente. Muchas veces va a haber situaciones en que
UTE o Ancap, pero fundamentalmente UTE pueda estar comprando por
previsión y de repente llueve y no usan la cantidad de gas prevista.
Esto es comprar el gas, usarlo y cuando hay sobrantes se lo vendemos,
como es hoy el intercambio eléctrico. La tercera posibilidad es que
compremos gas, regasifiquemos y lo vendemos a Argentina con un plan ya
programado con anticipación.
-Se va a elegir una de ellas?
-Puede haber una combinación. Está encaminado a que
se llegue a algún tipo de acuerdo. Ellos tienen un déficit de gas
importante y nosotros hemos logrado avanzar en una planta de
regasificado en un tiempo que ha sido muy bajo.