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lunes, 24 de febrero de 2014

“CLUB A. VACA AZUL”. EL “RUBIO” MILA: EJEMPLO OLIMAREÑO Por Julio Dornel.

                                             Escritor y periodista Julio Dornel



En una edición especial de “COSAS NUESTRAS” el periodista olimareño Juan Luis Casalla nos ofreció hace algunos años, la conmovedora historia de un cuadro de barrio que supo ganarse en buena ley las preferencias de los deportistas de Treinta y Tres.
Desde la introducción misma de esta publicación de 66 páginas muy bien documentadas, el autor nos lleva directamente al fenómeno social llamado “VACA AZUL” señalando que “El epicentro será la provisión del Rubio Mila... una esquina redondeada del pueblo llena de magia cotidiana, donde se confundían la guitarra, el truco, los asaditos, la cañita blanca, el fútbol, la pelota de mano y una rica y nutrida prosa que abrazaba a todos sin distinción alguna.
Por esta esquina donde se encuentran las calles Celedonio Rojas y Manuel Meléndez , desfilará una larga lista de nombres y vivencias que hacen de la VACA AZUL una experiencia de convivencia única, por su delicado y profundo sentido humano.


Personalmente, escribir sobre la “VACA AZUL” me ha conmovido hasta las entrañas más ocultas revelándome una nueva y mejor conjugación del valor de la amistad.
Conocer a todos los entrevistados vacasuleños ha sido una experiencia enriquecedora e intransferible. Deseo con fervor no defraudar el legado de la VACA AZUL. Debo confesar que además de mis buenas intenciones hubiera querido sumar talento y capacidad literaria, pero no fue posible, así que ofrecí lo que estaba en condiciones de brindar, capacidad de trabajo, voluntad y fidelidad a lo recibido.” Los objetivos trazados por Casalla se cumplieron plenamente y sus lectores podrán disfrutar de un material excelente que pasa por el origen del nombre, su fundación, los amigos, los dirigentes y los jugadores que pasaron por la institución. También en forma magistral va regalando citas de Ernesto Sábato, Eduardo Galeano, Erich Fromm, de su abuela Maruja y sus vivencias en la Barra del Chuy caminando con sus hijos Belén y Juan.
Varias páginas para este embrujo vacazuleño que supo codearse con lo más granado de la cultura olimareña, donde nos encontramos con el maestro Ruben Lena, Julio Macedo, José María Obaldía, Julio C.Da Rosa y el “Laucha” Prieto. Queremos detenernos en algunas notas testimoniales donde afloran los recuerdos de algunos protagonistas de esta historia. Tal el caso del Sapo Piedra, Obaldía, Julio da Rosa, el Chuto Piñero, Julio Ramiro Martínez, los De Castro, Carlos González, Paco Muñiz, el Tito Casalla, Muñeca Barrios, Yamandú Piedra, Cacho Vergara y Fernando Mila, hijo del inolvidable Rubio Mila alma mater del Vaca Azúl.
E L “R U B I O” M I L A
Al extraordinario trabajo de Juan Luis Casalla, debemos agregar que en mayo de 1995 visitamos la ciudad de Treinta y Tres para conocer de primera mano la verdadera historia de esta institución y visitar la vieja casona que hace 70 años acunó su nacimiento. Bajo el título de EL RUBIO MILA: UN EJEMPLO OLIMAREÑO señalamos en aquella oportunidad en el semanario EL FANAL de esta ciudad: “En la esquina de Celedonio Rojas y Manuel Meléndez , a pocos metros del obelisco olimareño, una placa de bronce ha recogido el agradecimiento popular, para que las nuevas generaciones recuerden a este deportista que supo escribir una de las páginas más gloriosas del fútbol de Treinta y Tres. La calidad humana de don Fernando Mila, se mantiene intacta con el paso de los años y ha sido en la fachada de esta vieja casona que fuera durante muchos años su domicilio y sede de su querida VACA AZUL que el pueblo olimareño perpetuara su agradecimiento: CLUB A. VACA AZUL A FERNANDO MILA. VOLUNTAD- DINAMISMO Y TOLERANCIA QUE TRASCIENDEN Y CONSTITUYEN UN EJEMPLO PARA EL DEPARTAMENTO Y EL PUEBLO DE TREINTA Y TRES. 20 DE NOVIEMBRE DE 1993.
En la rueda accidental del “Pelotaris” van surgiendo junto al mostrador los nombres de algunos jugadores que se metieron en la mejor historia del VACA AZUL y distintas versiones sobre el origen de su nombre. Poco importa si la idea fue de Julio Macedo o surgió espontáneamente cuando algunos intelectuales viajaron a Cerro Chato para enfrentarse con el TORO NEGRO de aquella población. Importa sí que un 31 de diciembre de 1931 un grupo de jóvenes olimareños que desparramaban su bohemia en un barrio de aljibes y parrales fundaban una institución con el nombre de VACA AZUL. Treinta y Tres todavía no tenía urgencias y el tiempo sobraba para el infaltable copetín, charlar con los amigos o formar el cuadro para el próximo domingo. La pasión por las letras y el deporte llevó hasta la sede a distintas personalidades del quehacer olimareño, entre los que se recuerdan a Julio C. da Rosa, Ruben Lena, Sánchez Piqueres , los hermanos Nieto y los Vergara, que encontraban en el Rubio Mila al dirigente que llenaba todos los puestos en la directiva“imaginaria” del VACA AZUL y fundamentalmente a un hombre que nunca le importaron los bienes materiales que en forma despiadada suelen alejarnos de las cosas verdaderas.

En esa sede tan característica con su esquina redonda y donde se dan un abrazo para la historia Celedonio Rojas y Manuel Meléndez se fue acumulando una historia de novela, donde fueron desfilando de la mano de Fernando Mila, todos los personajes olimareños de mediados de siglo. Fue dirigente, director técnico, masajista y jugador, con un raro encanto personal para manejar su plantel y matizar el tecnicismo de algunos con el temperamento de otros.
Fue sin ninguna duda un adelantado de la psicología futbolera, comprendiendo como pocos las alegrías o las tristezas de su plantel. Atendía con minuciosidad espiritual los “caprichos” normales de un plantel muy especial, donde se destacaban jugadores habituados a ciertas costumbres irrenunciables. Implantaba una disciplina deportiva muy suya y con pocas alternativas para el cambio, pero con una legitimidad que ganó en la vida sin pedir prestado. El “Rubio” se las ingeniaba para conducir sus muchachos, apoyado siempre por voluntades diferentes que hicieron del VACA AZUL el cuadro que durante varias décadas se ganó la admiración del pueblo olimareño.
Hoy cuando nos detenemos en la misma esquina que acuna todavía viejos recuerdos, vamos anotando con un toque de nostalgia la inscripción que luce la placa de bronce y donde un pueblo agradecido se la dedica al “dueño” del VACA AZUL. Nos introducimos en su interior y vemos que la piqueta ha borrado las huellas del pasado, aunque podemos imaginar la cita obligada de jóvenes y veteranos de todas las condiciones sociales entreverados en un truco o billar con el bullicio característico que durante muchos años alimentó la cordialidad y la bohemia de la sede vaquera. Para finalizar la nota algunos nombres que defendieron la institución en distintas temporadas: Yamandu Piedra, Angel Pagani, Darío Nieto, “Chuto” Piñero, “Cuqui” Lacalle, (el ex presidente) “Toto” Craviotto, “Yiyo” Rado, Ruben Silvera, “Manco” Tonar, el “Gaucho” Saravia, Walter López, el “Turco” Salomón, Jesús Peralta, “Paco” Muñiz, y el “Requemado” entre muchos otros. Hoy todo es recuerdo, el inolvidable Rubio Mila se ha ido con su VACA AZUL, dejando un cacho de nostalgia en una esquina clásica de la ciudad de Treinta y Tres, mientras en los potreros de la imaginación, una hinchada consecuente seguirá alentando a sus jugadores.

domingo, 23 de febrero de 2014

Venezuela: carta de prima de Drexler y respuesta del periodista José Luis Perera

 Una carta escrita por una prima del cantante due publicada por él en Tumblr ha desatado opiniones a favor y en contra en las redes sociales. El periodista José Luis Perera le respondió públicamente en 

http://contratapapopular.blogspot.com 

El blog de Juanjo Pereyra publica ambos documentos que están siendo debatidos en este momento.

 En primer lugar la carta que hizo pública Drexler publicada por El Observador.

Luego, la respuesta de José Luis Perera

"Solos", la carta de la prima venezolana de Jorge Drexler

El cantante publicó la carta de la joven que relata cómo es hoy la vida en Venezuela, en medio del enfrentamiento entre el gobierno de Nicolás Maduro y la oposición


El músico uruguayo Jorge Drexler publicó en su cuenta de Tumblr una carta de su prima, que vive en Venezuela, en la que relata la situación que atraviesa el país. 
"Carta de mi prima venezolana (hija de exiliados políticos de la dictadura uruguaya) en la cual nos explica a la familia la grave situación en Venezuela en estos días. Recomiendo su lectura.

'Solos

Por estos días vi la foto de los presidentes latinoamericanos posando con Raúl Castro en Cuba. Una foto por decir lo menos curiosa, de varios hombres y mujeres que en su mayoría pasaron media vida tratando de convencer a sus conciudadanos de que eran la mejor opción de gobierno en sus países, luchando por sus ideas justas o injustas, ganando con enorme esfuerzo unas elecciones, que sonreían junto al designado heredero de la monarquía cubana.
Como siempre que veo una cosa así, me acordé de Yoani Sánchez, me la imaginé en el piso de un carro recibiendo patadas en la cara, aquella vez que se la llevaron por andar escribeindo un blog, y me pregunté si la lluvia de golpes sería tal vez distinta si ella supiera que quien iba a salir mañana a defenderla y a acusar a los esbirros del régimen no era, digamos, la bestia de George Bush. Yo cuando pienso en los cubanos siempre termino diciéndome lo mismo: solos, los dejamos solos.
Eso de la foto fue antes de que empezaran las protestas en Venezuela. Claro que yo no iba a a protestar, no porque no sobren razones, sino porque me parecía que se estaba llamando a tumbar el gobierno. Entonces fue cuando otra vez, otra muchacha de la universidad en el Táchira fue atacada por unos malandros en pleno día, estuvo a punto de convertirse en otra de las decenas de miles de personas asesinadas por año en Venezuela (las cifras son oficiales), y los muchachos dijeron basta. Y salieron, protestaron, se portaron mal, quemaron cauchos, trancaron calles. Agarraron a unos cuantos, y los mandaron, sin proceso alguno, directamente a la cárcel de Coro a mil kilómetros de distancia. En una de esas demostraciones del surrealismo venezolano a las que nos hemos acostumbrado últimamente, los presos hicieron una protesta violenta y dijeron que esos muchachos no podían entrar en la cárcel, aquí solo hay criminales, dijeron, los estudiantes no deben estar aquí.
Así empezó todo, y aquí en Mérida esa misma tarde estaban protestando los estudiantes. Y salió Leopoldo López a llamar a una marcha. Tampoco iba a ir, no me gusta nada Leopoldo López, aunque tengamos enemigos comunes, y pienso que Henrique Capriles tenía mucha razón y mucho valor en llamar a que no se saliera a descargar la frustación sin ton ni son, arriesgando la vida de los estudiantes. Pero resultó que la noche anterior a la marcha salieron con mas fuerza que nunca los llamados “colectivos”. En Mérida se llaman Tupamaros. Todos los conocemos. Tienen motos, andan de a dos. El de atrás lleva el arma. Se cubren la cara. La mayoría viven en unos edificios que antes eran residencias de estudiantes, y donde ahora la policía no entra. Tienen también un “brazo civil”, digamos, que participa en las elecciones. Esa tarde salieron, rompieron las puertas de un edificio donde viven varios amigos míos, entraron con las motos. Disparando. Así en varios edificios donde viven estudiantes que salen a protestar siempre. Se pasearon por la ciudad, y las “ballenas” anti disturbios de la policía venían detrás de ellos apoyando. El patrón se ha repetido en todos estos días de manifestaciones en todo el país: sueltan a los colectivos adelante, con las motos, armados, y la guardia nacional viene atrás. Lo que pasa es que yo vivo aquí en Mérida y eso no lo vi en una foto de twitter: lo vi.
Por eso yo fui a la marcha, vestida de blanco como todos. No porque hay una conspiración del imperio para tumbar a Maduro en la que yo participo, ni porque me convencieron con un folletito de la CIA de dejar de ser la hija de un exiliado político de la dictadura uruguaya para convertirme en una fascista de la ultraderecha, para usar el término con que me llama nuestro presidente. Salí, con miedo eso sí porque las balas no me gustan, a decirles a los criminales de las motos que la ciudad no es de ellos, es nuestra, que podemos caminar por sus calles cuando queremos, que no pueden decirnos con sus motos y sus pistolas adónde no ir. Salí porque si mi padre estuviera vivo, habría salido conmigo del brazo con los estudiantes. Y fue hermoso, y cantamos, y se nos unió toda la ciudad en la manifestación más grande que se había visto hasta entonces. Y entonces vino la noche, y de nuevo salieron las motos. Me llamó una amiga, atrincherada en su apartamento: vienen los “tupas”, y la policía los proteje, y quién nos defiende a nosotros.
Los tupas. No escogieron el nombre por casualidad. Lo escogieron sabiendo que hay muchos, demasiados, tristes intelectuales de la así llamada izquierda latinoamericana, para quienes el discurso y el nombre lo es todo. Usted dice tupamaro, y ellos piensan en los torturados de la dictadura uruguaya, no en los muchachos que salieron ayer mostrando las heridas que la Guardia Nacional Bolivariana les hizo cuando los detuvo. Son el tipo de gente que si usted le dice guerrillero, ellos piensan en un joven buenmozo de barbita con una boina negra y su estrellita blanca, no en un anciano narcotraficante colombiano sin escrúpulos que es capaz de secuestrar niños para llevarlos a pelear a la selva. Son el tipo de gente que piensa que Chávez nacionalizó el petróleo venezolano y nunca se fijaron en la fecha. Son gente a la que usted les dice que los políticos venezolanos de oposición no salen en ninguna televisión venezolana desde hace meses porque está prohibido, y dicen: ah, pero. Y uno sabe que si mañana en su país prohibieran aparecer a los políticos de oposición, se indignarían. Que no estarían contentos si supieran que la tercera parte de los ministros de su país son militares, que oficialmente no hay separación de poderes, que el jefe del ejército juró que la oposición jamás ganaría una elección en este país, que la presidenta del Consejo Nacional Electoral celebra todos los años el aniversario del golpe de estado que quiso dar Chávez, y me paro porque la lista es larga.
En este momento en las calles de Venezuela está ocurriendo una tragedia. No es que hay disturbios y la policía antimotines dispara bombas lacrimógenas y muere alguno, no es eso, que lamentablemente pasa en todo el mundo a cada rato. Es que hay grupos armados financiados por el estado, disparando y matando. Y hay una censura informativa total.
Debería bastar que se supiera eso, debería bastar saber que en Táchira cortaron internet y sobrevuelan las ciudades aviones de guerra, que cerraron las emisoras de cable que daban noticias, debería bastar saber que están atacando a los periodistas, que hay estudiantes muertos, para que el intelectual de izquierda levante por fin los ojos de su enésima edición de “Las venas abiertas de América Latina” y mire alrededor, descubra que el siglo es el 21, que el muro de Berlín cayó, que los muchachos de la Sierra Maestra envejecieron y ahora no dejan a sus nietos gobernar, ni escribir un periódico nuevo, ni salir de su país, ni fundar un partido político, ni gritar abajo el gobierno. Que si en Venezuela no hay ni pan ni medicinas ni leche no es porque Obama está conspirando día y noche contra nosotros. Que somos perfectamente capaces de hundir económicamente un país sin ayuda de ninguna transnacional imperialista. La gente aqui piensa que los gobiernos latinoamericanos no dicen nada ante las atrocidades de este momento en Venezuela porque tienen intereses económicos. Yo pienso que no, yo pienso que es por la misma razón por la que se sacaron la foto aquella: porque viven en el siglo pasado.
Sí, Maduro dice que yo soy una fascista violenta de la ultraderecha que esta en una conspiración internacional para tumbar su gobierno. Que lo diga. Yo mañana vuelvo a salir con los muchachos, a exigir al gobierno que desarme a los colectivos, a decir que las calles son nuestras, a recordar a la estudiante que murió con una bala en la nuca, a darle fuerza a la otra que perdió un ojo. Y saldré con el mismísimo exacto orgullo, inocencia y alegría con que salen todos los estudiantes de América Latina a gritar viva la U, viva la Universidad, muera la bo, muera la bota militar. Y no, no les voy a explicar a los izquierdistas nostálgicos lo que pasa, ni les voy a mostrar los videos y a jurarles que es verdad, ni me voy a sentar a discutir con ellos cosas tan elementales como el derecho a la libertad de expresión, porque estoy, estamos, hartos. Está a la vista, mírenlo, mírennos. Estoy segura de que habrá (que hay) muchos que entiendan, y que esos no nos dejarán solos'".

A LA PRIMA DE JORGE

No se tu nombre (la carta no lo dice), solo que sos la prima de Jorge Drexler, venezolana, hija de exiliados políticos de la dictadura uruguaya, y que le escribiste una carta a Jorge explicando la grave situación en Venezuela.
 
Ya al comienzo de tu carta uno puede prever lo que vas a decir –y te juro que no soy adivino-, ya que te refieres al presidente Raul Castro como el “designado heredero de la monarquía cubana”. Dejame decirte que si para explicar la situación venezolana tienes que comenzar por hablar mal de Cuba y poner a la bloguera Yoani Sánchez como una mártir (esa que no esconde su simpatía por la dictadura de Fulgencio Batista, en la cual según sus palabras “había una libertad de prensa plural y abierta, programas de radio de toda tendencia política), y al bueno de Bush como quien le tendió una mano a la pobrecita, entonces uno presiente como viene la mano.
Entiendo cuando dices que no ibas a salir a protestar porque estaban llamando a tumbar al gobierno, y que tampoco lo ibas a hacer cuando salió Leopoldo López llamando a manifestar, porque no te gusta aunque tengan enemigos comunes (qué lástima que no aclaras quienes son esos enemigos comunes, me hubiese gustado saberlo).
Pero al parecer lo que te llevó a salir fueron los llamados “colectivos”, esos que en Mérida se llaman Tupamaros. “Todos los conocemos. Tienen motos, andan de a dos. El de atrás lleva el arma. Se cubren la cara. (...) Esa tarde salieron, rompieron las puertas de un edificio donde viven varios amigos míos, entraron con las motos. Disparando. Así en varios edificios donde viven estudiantes que salen a protestar siempre. Se pasearon por la ciudad, y las “ballenas” anti disturbios de la policía venían detrás de ellos apoyando. El patrón se ha repetido en todos estos días de manifestaciones en todo el país: sueltan a los colectivos adelante, con las motos, armados, y la guardia nacional viene atrás. Lo que pasa es que yo vivo aquí en Mérida y eso no lo vi en una foto de twitter: lo vi”.
Eso fue lo que te decidió, y está bien, a nadie le gusta la violencia, y cuando uno ve la violencia desatada tiene que salir a protestar. Por eso supongo que habrás salido a protestar en 2002 cuando la violencia opositora provocó el golpe de estado contra Chávez, y doy por descontado que habrás salido a protestar cuando en abril del año pasado, luego de las elecciones que legítimamente ganó Maduro, cuando la violencia opositora provocó 9 muertos y 78 heridos, entre las vícitmas dos niños de 11 y 12 años (busqué tu carta contándole a Jorge pero se ve que no la recibió o se olvidó de colgarla).
Y por eso te fuiste a la marcha “vestida de blanco como todos”. Me hiciste acordar a “las damas de blanco”, perdóname la digresión. Y fuiste a la marcha “No porque hay una conspiración del imperio para tumbar a Maduro en la que yo participo”....es raro, porque esa es la consigna de las marchas, y la intención declarada de los convocantes (te dejo por acá un artículo de Atilio Borón) , seguir manifestando hasta que caiga el gobierno; un gobierno elegido democráticamente hace menos de un año, y que volvió a ganar en diciembre nuevas elecciones por un margen aún mayor.
Tal vez tengas que informarte un poco más, porque mira que la conspiración existe y el objetivo es ese, y al participar estás siendo parte de eso.


http://www.atilioboron.com.ar/2014/02/la-amenaza-fascista-en-venezuela.html
Dices que saliste con miedo, porque las balas no te gustan (y a quien le gustan ¿no?), “a decirles a los criminales de las motos que la ciudad no es de ellos, es nuestra, que podemos caminar por sus calles cuando queremos, que no pueden decirnos con sus motos y sus pistolas adónde no ir”. Casualmente estaba leyendo que capturaron a una banda fascista que actuaba en motos, y que están identificados; supongo que no serán los que tu mencionas, o si?
Sabes, algo me llama la atención en tu carta. En un momento dices “Son gente a la que usted les dice que los políticos venezolanos de oposición no salen en ninguna televisión venezolana desde hace meses porque está prohibido, y dicen: ah, pero. Y uno sabe que si mañana en su país prohibieran aparecer a los políticos de oposición, se indignarían”.
Eso es realmente raro. Uno lee y escucha por acá el malestar del gobierno venezolano con los medios de la oposición que a diario difunden mentiras y tergiversaciones, pero los venezolanos no las pueden ver. No entiendo por qué se molesta tanto el gobierno entonces, si esos mensajes de la oposición están prohibidos y por lo tanto no se ven ni se oyen ni se leen.
A mi me da la sensación –con todo respeto te lo digo- de que estás viendo las cosas medio como al revés. Yo he leído por ahí que hay grupos armados financiados desde el exterior provocando disturbios y violencia en Venezuela, pero tu dices que “hay grupos armados financiados por el estado, disparando y matando”. ¿Para qué tendría que financiar grupos armados el estado si tiene la policía y el ejército armados hasta los dientes?
Te quejas de que “hay una censura informativa total” de que “cortaron internet”, etc. Sin embargo yo estoy leyendo tu carta ¿la mandaste por correo? Eso habla muy bien de la excelencia del correo venezolano. Yo mandé una carta a Perú por correo y demoró 26 días en llegar. La tuya llegó prácticamente al instante. Pero el corte de internet explica algunas otras cosas. Por ejemplo, explica por qué tanta información falsa y tanta foto trucada; es obvio, como allí no se pueden sacar fotos y los medios están censurados y no hay internet, entonces hay que sacar fotos de otras partes del mundo y publicarlas como si fueran sacadas en Venezuela.
Tu dices que “La gente aquí piensa que los gobiernos latinoamericanos no dicen nada ante las atrocidades de este momento en Venezuela porque tienen intereses económicos. Yo pienso que no, yo pienso que es por la misma razón por la que se sacaron la foto aquella: porque viven en el siglo pasado”. Pero estás equivocada, mira que los gobiernos latinoamericanos han dicho cosas sí. Claro, como no tienes internet y los medios están censurados tal vez por eso no las pudiste leer ni ver ni escuchar. Pero yo te cuento que por ejemplo el gobierno cubano (la monarquía según tu) ha dicho: “El gobierno cubano expresa pleno apoyo a la Revolución Bolivariana y Chavista y convoca a la más amplia solidaridad internacional con la convicción de que el pueblo venezolano sabrá defender sus irreversibles conquistas”; y te digo que el Gobierno de Ecuador condenó los hechos de violencia perpetrados por grupos de derecha en Caracas, capital venezolana, y en diversos estados del país, y se solidarizó con el pueblo y el Gobierno nacional, y te digo que el presidente de Bolivia, Evo Morales reiteró su rechazo a las acusaciones del Gobierno de los Estados Unidos, liderado por Barack Obama, contra los países progresistas y antiimperialistas de la América Latina. Pero también tu gobierno ha recibido el apoyo de los gobiernos de Panamá, de Uruguay, de Brasil, de Argentina, etc...
Dices finalmente: “Sí, Maduro dice que yo soy una fascista violenta de la ultraderecha que está en una conspiración internacional para tumbar su gobierno. Que lo diga (...)Y no, no les voy a explicar a los izquierdistas nostálgicos lo que pasa, ni les voy a mostrar los videos y a jurarles que es verdad, ni me voy a sentar a discutir con ellos cosas tan elementales como el derecho a la libertad de expresión, porque estoy, estamos, hartos. Está a la vista, mírenlo, mírennos"


No creo que seas una fascista violenta de la ultraderecha. Sí es obvio que sos de derecha, y que –tal vez sin proponértelo- estás participando de una conspiración internacional para tumbar al gobierno venezolano, gobierno democráticamete electo por el pueblo venezolano, aunque tu no te hayas enterado, lo cual es comprensible por la "censura informativa total" de la que hablas. Tu carta es parte de eso. Y no sos la única, todos estamos hartos, aunque por razones diferentes. Muchos estamos hartos de que se intente torcer el destino pacíficamente decidido por los pueblos y que haya que luchar todos los días por evitarlo, aunque más no sea desenmascarando las falsedades.
 

sábado, 22 de febrero de 2014

Dos personas habrían sido sepultadas con vida

 Fue denunciado por funcionarios de la necrópolis municipal


Un funcionario municipal, que trabaja en el Cementerio de Carmelo dijo ante la Junta Departamental de Colonia que en el año 2005, dos personas habían sido enterradas vivas. El hecho pasó inadvertido hasta que apareció en un medio local.

COLONIA  PEDRO CLAVIJO 
El País
 
El diario digital El Municipio, de la ciudad de Colonia, fue el que sacó el caso a la luz. Y fue desde ese momento que las autoridades departamentales comenzaron a interesarse por el mismo.
Luego, una agencia internacional de noticias se hizo eco de este hecho que, en la propia junta pasó totalmente inadvertido.
Eduardo Cabral, encargado del Cementerio de Carmelo explicaba ante los ediles acerca de la necesidad de mantener los plazos de reducción de cadáveres en cuatro años.
Días antes, la Junta había votado la necesidad de bajarlo a dos años, junto con el plazo de aviso a la necrópolis de dos horas para que los funcionarios prepararan los sepelios.
Durante su explicación, Cabral contó que en el año 2005 dos personas, una mujer y un hombre habían sido enterrados vivos. Ninguno de los ediles tomó nota de los hechos.
Cabral recordó que encontraron los cuerpos de lado, dentro del cajón en las fosas. "Los dos fueron enterrados vivos", afirma el encargado del cementerio a El País.
Cabral indicó que al momento del entierro, los cadáveres se colocan boca arriba y esto se realiza en presencia de familiares. "Es imposible que se los deje de esa forma", dijo.
El hecho, no fue denunciado en aquel momento, ni se conoció noticia alguna. Es más, la propia Junta Departamental, no reaccionó mayormente ante el hecho, quizá por la forma de cómo fue contado, o incluso hasta en la inseguridad que tal versión pudiera tener.
Según la versión de Cabral, los cuerpos se encontraban enterrados en fosas con cuatro paredes de hormigón y tapa. Señaló que los encontró cuando se debía realizar la reducción de los mismos.
El propio funcionario indicó que "no es preciso identificar a las personas, porque en aquel tiempo no se denunció y se dejó todo quieto. Además, generaría más problemas de lo que realmente puede ocurrir".
"Ha pasado mucho tiempo. Habría que fijarse en los libros y cuadernos", señaló.
Cabral, lamentó tener que decir "semejante cosa" delante de los ediles, porque "no tenía otra forma de evitar que se cometiera el error de una reducción a los dos años y que apenas nos dieran dos horas para preparar los sepelios".
También señaló que en aquel momento, informó a superior inmediato sobre la situación, pero que el tema no trascendió porque, según le dijeron, el hecho hubiera generado demasiado impacto y quedó todo tapado.
Se descartó que se haya realizado algún tipo de cambio en la forma que fueron colocados los cuerpos y también se descartó que las fosas donde fueron enterrados hayan sido víctimas de algún tipo de violación.
"Cuando fuimos a hacer la reducción todo estaba en orden", señaló Cabral, quien sostiene firmemente que "fueron sepultados vivos".
En la Junta departamental, Cabral, dijo que la situación del Cementerio de Carmelo, es de carencias y que hay dificultades al igual que en el resto.
Ediles consultados, indicaron que el hecho no pasó desapercibido, pero algunos no creen siquiera que haya sucedido.
Uno de los ediles presentes, el colorado Gabriel Gabbiani, dijo que su pregunta en ese momento fue si se había hechos las comunicaciones correspondientes, y "me respondió que había utilizado los canales administrativo ante sus autoridades".
"Acá todo es aparente, no hay claridad al respecto", señaló el representante municipal.
Por su parte el edil nacionalista Roberto Calvo, dijo que Cabral, "nunca dijo ante la Junta que habían sido enterradas dos personas vivas".
"Si dijo que habían encontrado dos cuerpos dados vuelta", señaló Calvo quien además indicó que esto puede ser "más un comentario para surta efecto el pedido de los funcionarios que deseaban impedir que se pudiera dar sepultura a los cuerpos a las dos horas y que la reducción se mantuviera en cuatro".
Dijo además, que la Intendencia de Colonia no tiene conocimiento del tema por que nunca se realizó ningún tipo de denuncia.
Mientras tanto el edil William Geymonat del Frente Amplio, recordó que la explicación fue muy sensata, pausada y que fue clara en cuanto a la necesidad de dejar la norma como estaba y no realizar cambios a lo anterior.
El edil frenteamplista recordó además que Cabral había expresado que los cambios a dos horas del sepelio, e incluso a dos años de la reducción, generaba una carga psicológica muy grande.
Además, Geymonat, señaló que "el hecho de haber encontrado dos cuerpos dados vuelta a nivel del cementerio no se quiso dar a conocer hacia afuera". En tanto, desde las empresas de servicio fúnebre, señalan que la normativa varía en los 19 departamentos.

Los abuelos nunca mueren, sólo se hacen invisibles. Dr Enrique Orschanski



El Dr. Orchanski es un pediatra cordobés muy reconocido, y éste es un artículo que publicó en uno de los diarios de Córdoba.
 

 LOS ABUELOS NO SÓLO CUIDAN; SON EL TRONCO DE LA FAMILIA EXTENDIDA, APORTAN ALGO QUE LOS PADRES NO SIEMPRE VISLUMBRAN: PERTENENCIA E IDENTIDAD.

Enrique Orschanski (Médico)·                             

En los últimos 50 años, nuestro estilo de vida familiar cambió drásticamente como consecuencia de un nuevo sistema de producción. La inclusión de la mujer en el circuito laboral llevó a que ambos padres se ausenten del hogar por largos períodos creando como consecuencia el llamado “síndrome de la casa vacía”.
  El nuevo paradigma implicó que muchos niños quedaran a cargo de personas ajenas al hogar o en instituciones. Esta tercerización de la crianza se extendió y naturalizó en muchos hogares.
Algunos afortunados todavía pueden contar con sus abuelos para cubrir muchas tareas: la protección, los traslados, la alimentación, el descanso y hasta las consultas médicas. Estos privilegiados chicos tienen padres de padres, y lo celebran eligiendo todos los apelativos posibles: abu, abuela/o nona/o bobe, zeide, tata, yaya/o opi, oma, baba, abue, lala, babi, o por su nombre, cuando la coquetería lo exige.
 Los abuelos no sólo cuidan, son el tronco de la familia extendida, la que aporta algo que los padres no siempre vislumbran: pertenencia e identidad, factores indispensables en los nuevos brotes.
 La mayoría de los abuelos siente adoración por sus nietos. Es fácil ver que las fotos de los hijos van siendo reemplazadas por las de estos. Con esta señal, los padres descubren dos verdades: que no están solos en la tarea, y que han entrado en su madurez.
  El abuelazgo constituye una forma contundente de comprender el paso del tiempo, de aceptar la edad y la esperable vejez.
Lejos de apenarse, sienten al mismo tiempo otra certeza que supera a las anteriores: los nietos significan que es posible la inmortalidad. Porque al ampliar la familia, ellos prolongan los rasgos, los gestos: extienden la vida. La batalla contra la finitud no está perdida, se ilusionan.
  Los abuelos miran diferente. Como suelen no ver bien, usan los ojos para otras cosas. Para opinar, por ejemplo. O para recordar.
Como siempre están pensando en algo, se les humedece la mirada; a veces tienen miedo de no poder decir todo lo que quieren.
  La mayoría tiene las manos suaves y las mueven con cuidado. Aprendieron que un abrazo enseña más que toda una biblioteca.
 Los abuelos tienen el tiempo que se les perdió a los padres; de alguna manera pudieron recuperarlo. Leen libros sin apuro o cuentan historias de cuando ellos eran chicos. Con cada palabra, las raíces se hacen más profundas; la identidad, más probable.
Los abuelos construyen infancias, en silencio y cada día. Son incomparables cómplices de secretos. Malcrían profesionalmente porque no tienen que dar cuenta a nadie de sus actos. Consideran, con autoridad, que la memoria es la capacidad de olvidar algunas cosas. Por eso no recuerdan que las mismas gracias de sus nietos las hicieron sus hijos. Pero entonces, no las veían, de tan preocupados que estaban por educarlos. Algunos todavía saben jugar a cosas que no se enchufan.
 Son personas expertas en disolver angustias cuando, por una discusión de los padres, el niño siente que el mundo se derrumba. La comida que ellos sirven es la más rica; incluso que la comprada. Los abuelos huelen siempre a abuelo. No es por el perfume que usan, ellos son así. ¿O no recordamos su aroma para siempre?
Los chicos que tienen abuelos están mucho más cerca de la felicidad. Los que los tienen lejos, deberían procurarse uno (siempre hay buena gente disponible).
 Finalmente, y para que sepan los descreídos 
 
Los abuelos nunca mueren, sólo se hacen invisibles.
 

IMÁGENES QUE DUELEN. “La piqueta fatal del progreso, arrancó mil recuerdos queridos….” (Victor Soliño) Por Julio Dornel

                                               Escritor y periodista Julio Dornel



Es posible que la evocación del pueblo que fue creciendo al impulso de los primeros habitantes, pueda traicionar los hechos cronológicos alterando las fechas en algunas oportunidades. Sin embargo el sentido que pretendemos darle a las notas no va más allá del deseo de ir rescatando algunas imágenes del pasado que muchos lectores recordarán como viejas postales de un tiempo feliz. No dudamos que para muchos habitantes de esta frontera que hoy peinan canas, los recuerdos se apilan en forma dramática al tocar elementos personales, con algunas referencias cargadas de emoción.
En algunas oportunidades el progreso con sus cambios ha borrado para siempre algunas imágenes que constituyeron en su tiempo un orgullo familiar y si se quiere hasta ciudadano. Hoy todo ha cambiado, estamos encerrados en nuestros domicilios. Nadie podrá olvidar por ejemplo la fábrica de tabacos, los comercios de Samuel, de doña Elvira, de Coello, de Arím , casa Brasilia, Estrella, estación ESSO del Pocho Fernández, bar OPEL con don Octavio Pereyra, Parrillada PAMPAS con el “canario” Lasso ni el PALENQUE de Fernando Correa. Sin embargo la arrogancia del progreso dolarizado fue destruyendo las casitas bajas de la aldea y levantando sofisticados y cómodos edificios, para ir transformando la economía fronteriza.
No podemos negar que surgió en esa oportunidad una euforia colectiva donde todos aplaudimos los cambios que se aproximaban. Sin embargo y en la medida que pasan los años comenzamos a dudar del beneficio real de estas inversiones y del resultado final de las mismas. Parece que en los últimos años se ha detenido la voracidad inmobiliaria ante la duda del rumbo que tomarán las inversiones, aunque los barrios continúen creciendo porque muchas familias se fueron alejando del centro y porque otras fueron llegando a Chuy en años anteriores, atraídas por las posibilidades de un futuro mejor. Sin embargo muchas cosas le han ido cambiando la cara a la ciudad sin que nos diéramos cuenta. Las calles de tierra se endurecieron con el asfalto y como somos imitadores, también algunas personas se fueron endureciendo en la convivencia diaria.
Cuántos cambios en pocos años, el viejo parral donde se mateaba entre amigos por el fondo con piscina, parrillero y el muro de tres metros para aislarnos un poco más de la realidad ajena. El “boom” de la construcción nos fue acorralando cada vez más y perdimos el eco bullanguero de la calle y el ajetreo de los barrios, desde el SAMUEL PRILIAC hasta el LEON VENTURA. La piqueta fatal fue destruyendo en nombre de la construcción, sin tener en cuenta que nunca podrá borrar definitivamente las huellas de quienes fueron trabajando diariamente por el desarrollo zonal.
De todas maneras quedan en la memoria algunos reductos que serán indestructibles y que van más allá de los edificios. Es el espíritu emprendedor de los primeros comerciantes, de los primeros maestros y de las primeras autoridades aduaneras y policiales que vigilaban con celo, pero sin desprenderse nunca del trato sencillo, amistoso y campechano. No dudamos que el espíritu que alentó a los primeros vecinos está latente y pese a quien pese estará presente en cada hogar fronterizo.