Un investigador reunió las calificaciones de un
millón de personas para analizar la broma más divertida, y encontraron
además que el animal más gracioso es el pato.
El investigador británico Richard Wiseman
intentó responder a la pregunta: ¿existe el chiste perfecto? Su libro
"The Science of when we laugh and why" ("La ciencia de cuándo nos reímos
y por qué"), concluye que existen varios factores que nos causan gracia
y que todo es relativo.
Por ejemplo, los estadounidenses prefieren los chistes directos, mientras que los británicos tienen un humor más absurdo.
El trabajo de Wiseman incluyó a su vez, la búsqueda del chiste perfecto, el más divertido del mundo. Para esto consultó a un millón de personas que votaron por su broma predilecta, dando como resultado un ganador:
"Dos cazadores están en el bosque cuando uno de ellos se desmaya. Se encuentra sin respiración y sus ojos brillan, por lo que su amigo decide llamar al 911.
"¡Mi amigo está muerto! ¿Qué debo hacer?". El operador le responde: "Cálmese señor. Primero, asegúrese de que está muerto".
Hay un silencio y se escucha una fuerte explosión.
De vuelta en el teléfono, el tipo dice: "Bueno, ¿y ahora qué?".
El humor además, explica el investigador a Huffington Post, implica factores como la predisposición, contexto, ánimo de la persona, la hora del día y si en verdad el chiste es gracioso, lo que puede ser subjetivo, o en este caso, cuestionable.
Por ejemplo, los estadounidenses prefieren los chistes directos, mientras que los británicos tienen un humor más absurdo.
El trabajo de Wiseman incluyó a su vez, la búsqueda del chiste perfecto, el más divertido del mundo. Para esto consultó a un millón de personas que votaron por su broma predilecta, dando como resultado un ganador:
"Dos cazadores están en el bosque cuando uno de ellos se desmaya. Se encuentra sin respiración y sus ojos brillan, por lo que su amigo decide llamar al 911.
"¡Mi amigo está muerto! ¿Qué debo hacer?". El operador le responde: "Cálmese señor. Primero, asegúrese de que está muerto".
Hay un silencio y se escucha una fuerte explosión.
De vuelta en el teléfono, el tipo dice: "Bueno, ¿y ahora qué?".
El humor además, explica el investigador a Huffington Post, implica factores como la predisposición, contexto, ánimo de la persona, la hora del día y si en verdad el chiste es gracioso, lo que puede ser subjetivo, o en este caso, cuestionable.