Escritor y periodista Julio Dornel
La década del 60 y primeros años del 70, quedarán registrados en la mejor historia del kart fronterizo, con triunfos locales, departamentales y del este, como sucediera con la escuadra del Club San Vicente en 1975. Entre los aficionados al kart en aquellos años recordamos a los hermanos Fosatti Armando y Alem, Pablo Herrera y su hijo, Eismendi, Becerra y Arrarte. Las competencias se realizaban por lo general en el último tramo de la avenida Internacional (Frente a la Escuela 28) con la presencia multitudinaria de una población que alentaba con entusiasmo a los competidores. En estas evocaciones queremos recordar a Pablo Herrera (mecánico y competidor) que supo registrar su nombre en varias competencias, demostrando siempre una cuota de coraje y destreza, elementos necesarios en la definición de una prueba. Cabe señalar que Pablo Herrera había nacido en Juan Lacase el 15 de enero de 1928, falleciendo en Gramado (Brasil) el 11 de marzo de 1996.
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martes, 20 de mayo de 2014
El FA y la baja Columna de opinión Marcelo Pereira
ladiaria
Todas las encuestas conocidas sobre la propuesta de disminución de la edad de imputabilidad penal,* desde que comenzó la campaña de recolección de firmas para llevarla a plebiscito, indican que una parte muy considerable de quienes declaran su intención de votar al Frente Amplio (FA) también están de acuerdo con esa iniciativa. Los porcentajes han variado en los sondeos de distintas empresas, y en los más recientes parece registrarse una leve tendencia a su disminución, pero en todos los casos han sido elevados, de por lo menos 40%.
El FA es un partido "de centroizquierda", dijo Tabaré Vázquez el 23 de abril, entrevistado por el programa "Código País" de Teledoce. Esto puede ser aceptado sin mucha discusión, tanto por la diversidad interna de esa fuerza política como por el perfil de su común denominador programático y por su desempeño en el ejercicio del gobierno. Pero también es bastante obvio que la propuesta de reforma constitucional que se votará el último domingo de octubre no es "de centroizquierda", ni propia de orientaciones políticas pertenecientes a un sector de centroizquierda. Se trata de una típica iniciativa de derecha, que es y ha sido impulsada por sectores de derecha en muchos países, incluyendo al nuestro (más allá de que los derechistas uruguayos, por lo general, dicen que no lo son). Por lo tanto, es claro que el FA tiene un problema importante de coherencia entre su identidad política y las opiniones de quienes están dispuestos a votarlo.
¿Se trata sólo o principalmente de un problema de comunicación? ¿Es que la oposición del FA a esta iniciativa no ha sido transmitida con eficacia por los dirigentes frenteamplistas a sus simpatizantes? La respuesta es negativa: tanto Vázquez como su rival en las internas, Constanza Moreira, manifiestan con frecuencia su "no a la baja", al igual que el resto de la plana mayor de los referentes del oficialismo, incluyendo al presidente José Mujica. Este factor explica muy probablemente parte de la mencionada tendencia a la disminución de los apoyos a la reforma entre votantes del FA, pero no ha sido suficiente para reducirlos en forma drástica.
¿Qué es lo que pasa, entonces? Quizás estén a la vista efectos de otra baja, que se ha producido de hecho y en forma sistemática durante décadas: la disminución de los requisitos básicos para que alguien se identifique con el Frente Amplio. En otras palabras, hace tiempo que los esfuerzos dedicados a la acumulación electoral superan con holgura a los de formación política. La conquista de expresiones de confianza en los candidatos del FA mediante el voto, le lleva mucha ventaja al cultivo de valores ideológicos que sustenten esa confianza.
Una de las consecuencias de ese desarrollo desigual de las dos tareas es que muchas personas apoyan listas frenteamplistas, pero no sienten, entre elección y elección, la responsabilidad de hacer algo para que se avance hacia los objetivos del FA, que no siempre conocen por completo y que no fueron necesariamente la causa de que optaran por sus candidatos. Otra consecuencia es que no perciben que exista una contradicción grave entre su voto frenteamplista y su respaldo, en algunas cuestiones nada menores, a propuestas de derecha como la de bajar la edad de imputabilidad penal (que no se ubica, por cierto, en el terreno de los gustos y creencias individuales de cada quien, ni puede considerarse independiente del modo en que se considera mejor regular, con criterios políticos, la convivencia social).
Una cosa es que se considere, en tiempos electorales, que cualquier motivo aislado para votar al FA es mejor que una opción por otros partidos, que no hay que hacerle ascos a ninguno de esos motivos, y que no se trata de tomarle un examen eliminatorio de frenteamplismo a cada ciudadano antes de aceptar su apoyo. Otra cosa muy distinta es que, contando con la confianza del mayor contingente de votantes del país, se desatienda o se relegue la labor de convertir a la mayor cantidad posible de esos votantes en personas más consustanciadas y comprometidas con las ideas que son la razón de ser del FA. Con independencia de lo que ocurra cuando se vote la propuesta de reforma constitucional, el problema seguirá presente y no podrá resolverse rápido ni con sencillez. Pero de resolverlo dependen la consolidación y el avance de los cambios que varias generaciones de frenteamplistas han procurado y procuran.
* Se emplea esta denominación abreviada por comodidad. La propuesta de reforma constitucional establece la posibilidad de castigar a personas con edades de 16 a 18 años aplicando disposiciones del Código Penal que actualmente sólo pueden corresponder a mayores de 18.
Todas las encuestas conocidas sobre la propuesta de disminución de la edad de imputabilidad penal,* desde que comenzó la campaña de recolección de firmas para llevarla a plebiscito, indican que una parte muy considerable de quienes declaran su intención de votar al Frente Amplio (FA) también están de acuerdo con esa iniciativa. Los porcentajes han variado en los sondeos de distintas empresas, y en los más recientes parece registrarse una leve tendencia a su disminución, pero en todos los casos han sido elevados, de por lo menos 40%.
El FA es un partido "de centroizquierda", dijo Tabaré Vázquez el 23 de abril, entrevistado por el programa "Código País" de Teledoce. Esto puede ser aceptado sin mucha discusión, tanto por la diversidad interna de esa fuerza política como por el perfil de su común denominador programático y por su desempeño en el ejercicio del gobierno. Pero también es bastante obvio que la propuesta de reforma constitucional que se votará el último domingo de octubre no es "de centroizquierda", ni propia de orientaciones políticas pertenecientes a un sector de centroizquierda. Se trata de una típica iniciativa de derecha, que es y ha sido impulsada por sectores de derecha en muchos países, incluyendo al nuestro (más allá de que los derechistas uruguayos, por lo general, dicen que no lo son). Por lo tanto, es claro que el FA tiene un problema importante de coherencia entre su identidad política y las opiniones de quienes están dispuestos a votarlo.
¿Se trata sólo o principalmente de un problema de comunicación? ¿Es que la oposición del FA a esta iniciativa no ha sido transmitida con eficacia por los dirigentes frenteamplistas a sus simpatizantes? La respuesta es negativa: tanto Vázquez como su rival en las internas, Constanza Moreira, manifiestan con frecuencia su "no a la baja", al igual que el resto de la plana mayor de los referentes del oficialismo, incluyendo al presidente José Mujica. Este factor explica muy probablemente parte de la mencionada tendencia a la disminución de los apoyos a la reforma entre votantes del FA, pero no ha sido suficiente para reducirlos en forma drástica.
¿Qué es lo que pasa, entonces? Quizás estén a la vista efectos de otra baja, que se ha producido de hecho y en forma sistemática durante décadas: la disminución de los requisitos básicos para que alguien se identifique con el Frente Amplio. En otras palabras, hace tiempo que los esfuerzos dedicados a la acumulación electoral superan con holgura a los de formación política. La conquista de expresiones de confianza en los candidatos del FA mediante el voto, le lleva mucha ventaja al cultivo de valores ideológicos que sustenten esa confianza.
Una de las consecuencias de ese desarrollo desigual de las dos tareas es que muchas personas apoyan listas frenteamplistas, pero no sienten, entre elección y elección, la responsabilidad de hacer algo para que se avance hacia los objetivos del FA, que no siempre conocen por completo y que no fueron necesariamente la causa de que optaran por sus candidatos. Otra consecuencia es que no perciben que exista una contradicción grave entre su voto frenteamplista y su respaldo, en algunas cuestiones nada menores, a propuestas de derecha como la de bajar la edad de imputabilidad penal (que no se ubica, por cierto, en el terreno de los gustos y creencias individuales de cada quien, ni puede considerarse independiente del modo en que se considera mejor regular, con criterios políticos, la convivencia social).
Una cosa es que se considere, en tiempos electorales, que cualquier motivo aislado para votar al FA es mejor que una opción por otros partidos, que no hay que hacerle ascos a ninguno de esos motivos, y que no se trata de tomarle un examen eliminatorio de frenteamplismo a cada ciudadano antes de aceptar su apoyo. Otra cosa muy distinta es que, contando con la confianza del mayor contingente de votantes del país, se desatienda o se relegue la labor de convertir a la mayor cantidad posible de esos votantes en personas más consustanciadas y comprometidas con las ideas que son la razón de ser del FA. Con independencia de lo que ocurra cuando se vote la propuesta de reforma constitucional, el problema seguirá presente y no podrá resolverse rápido ni con sencillez. Pero de resolverlo dependen la consolidación y el avance de los cambios que varias generaciones de frenteamplistas han procurado y procuran.
* Se emplea esta denominación abreviada por comodidad. La propuesta de reforma constitucional establece la posibilidad de castigar a personas con edades de 16 a 18 años aplicando disposiciones del Código Penal que actualmente sólo pueden corresponder a mayores de 18.
Presidencia acusa a Bordaberry de participar de maniobra “burda y mentirosa”
El precandidato colorado había asegurado que Mujica se reunió con la fundación de George Soros para pedirle dinero para financiar la campaña de “No a la baja”
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© A. SartorottiFachada de la Torre Ejecutiva
Presidencia de la República emitió un comunicado en el que desmiente que el presidente José Mujica haya mantenido una reunión con el financista George Soros en su visita a EEUU la semana pasada. Asimismo, negaron enfáticamente que representantes de la Comisión Nacional “No a la baja”, que rechaza la baja de la edad de imputabilidad penal, hayan formado parte de la delegación oficial uruguaya.
El comunicado asegura que “sorprende y llama la atención que un precandidato presidencial que aspira a disputar la mayoría en su partido y luego competir por la Presidencia de la República muestre un nivel de desinformación tan grande, o peor aún, que se preste a participar de una maniobra política tan burda y mentirosa”.
El comunicado aclara que Mujica no mantuvo ninguna entrevista con el millonario Soros ni con ningún integrante de la Open Society Foundation que preside el húngaro.
Asimismo, señala que los periodistas de los 13 medios de comunicación que viajaron junto al mandatario conocieron los detalles de la agenda y que en ningún momento se llevó a cabo dicha reunión que el precandidato Pedro Bordaberry, del Partido Colorado, asegura que existió.
Larrañaga, Bordaberry y Lacalle pueden "pelearle la presidencia" a Vázquez
Larrañaga es el rival “más peligroso”, dijo el polítólogo Luis Eduardo González. Agregó de todas formas que el escenario más probable es que triunfe el expresidente
Luis Eduardo González dijo en la mañana de este martes que Jorge Larrañaga es el candidato “más peligroso” para Tabaré Vázquez, y que tanto él como Pedro Bordaberry o Lacalle Pou pueden pelearle la presidencia al expresidente en una segunda vuelta de elecciones nacionales.
En un desayuno organizado por el banco HSBC en Kibón, el director de Cifra alegó que la ventaja de Larrañaga se debe a “razones obvias”, pero advirtió sobre un posible efecto positivo de la “juventud extrema” de Lacalle Pou y señaló que Bordaberry tiene a su favor una “gestión conocida en el Ministerio de Turismo”. Además, recordó que “salvó” al Partido Colorado “cuando muchos lo daban por muerto”.
Si bien la “oposición sumada” (Partido Nacional, Partido Colorado y Partido Independiente) hoy le sacan 6 puntos porcentuales de ventaja al Frente Amplio en intención de votos, esa situación “no necesariamente es firme, estable”. El escenario “más probable”, consideró, es que Vázquez resulte electo presidente en el balotaje y sin mayorías parlamentarias propias.
LUIS EDUARDO GONZÁLEZ "No hace falta ningún cataclismo para que gane Lacalle Pou”
El politólogo Luis Eduardo González
aseguró esta mañana en un desayuno en Kibón que la ventaja de diez
puntos de Larrañaga "es casi una no ventaja" y que lo importante es que
todas las encuestas lo den ganador.
El director de la encuestadora Cifra, Luis
Eduardo González explicó que si bien Jorge Larrañaga tiene diez puntos
de ventaja sobre Luis Lacalle Pou, según la última encuesta de Cifra,
“es casi una no ventaja”. En su opinión, el dato más importante que
marca la diferencia a favor de Larrañaga es que todas las encuestas lo
den como ganador y no los diez puntos de diferencia.
González dijo que tanto en el Frente Amplio como en
el Partido Colorado se necesita un "cataclismo" para que gane Constanza
Moreira y José Amorín, respectivamente. Sin embargo, en el caso del
Partido Nacional, advirtió: “no hace falta ningún cataclismo para que
gane Lacalle Pou”.
En un desayuno organizado por el Banco HSBC en Kibón,
el politólogo habló también de por qué Vázquez sería el próximo
presidente. “Para la mayoría del electorado ofrece seguridad. Ofrece lo
que el doctor Jorge Batlle representaba en 1999. Eso eso de 'si ya lo
hizo puede volver a hacerlo'”, explicó.
Previamente el contador Alfonso Capurro de la
consultora CPA Ferrere habló del escenario macroeconómico del país y
aseguró que si bien no ha cambiado sí se registraron tres mejoras. En
primer lugar destacó que Argentina logró estabilizarse y eso repercute
inevitablemente en Uruguay.
“Nosotros sentimos que se encareció, que dejó de ser
un destino para ir de compras porque la brecha en la diferencia de
precios se achicó. Si esto sigue así la próxima temporada no sería tan
mala”, aventuró.
Capurro también mencionó como positivo una mejora en
la falta de competitividad y en el mercado laboral. “En seis meses se
recuperaron los empleos perdidos en dos años. La situación es mejor de
lo pensábamos”, afirmó.
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