Finalmente la FIFA accedió a darle
una acreditación a Alcides Edgardo Ghiggia para el partido inaugural
después de que el héroe de Maracaná usara el método “Don Giovanni”.
180.com.uy
La protesta del anciano Giovanni Dal
Molin ante el Consulado Italiano del Uruguay, al que le exige que le
pague un pasaje a Italia para “pasar sus últimos años en su tierra”,
tuvo sus ecos en Brasil: Alcides Edgardo Ghigghia, el autor del gol que
los brasileros nunca se van a poder sacar de encima (como él no se puede
sacar de encima a Atilio Garrido, se ve que lo del karma no es joda),
no fue invitado por la FIFA al partido inaugural y decidió protestar
atándose a la puerta del Consulado Italiano de San Pablo.
Cuando el guardia de seguridad llegó para abrir el portón del Consulado se encontró a Ghiggia sentado en una silla playera, con una mantita en los pies y una cuerda que lo ataba al portón. Al lado estaba su joven esposa y su viejo acosador, Atilio Garrido.
La protesta fue breve pero efectiva: Ghiggia tomó tres mates, le vinieron ganas de ir al baño, se desató y fue al baño del consulado; después se quedó hablando con los funcionarios y mientras la noticia se disparaba en las redes sociales le llegó la confirmación de que FIFA había solucionado el error y que iba a tener acreditación para la inauguración, que esperara ahí y Pelé lo levantaba en la camioneta de Santander.
¿Por qué Ghiggia eligió el Consulado Italiano para hacer la protesta? Alguno puede pensar que se debe a que es el único país donde pronuncian bien su apellido (pronúnciese Chdyshityzshia). Sin embargo Don Giovanni tiene otra teoría.
Cuando el guardia de seguridad llegó para abrir el portón del Consulado se encontró a Ghiggia sentado en una silla playera, con una mantita en los pies y una cuerda que lo ataba al portón. Al lado estaba su joven esposa y su viejo acosador, Atilio Garrido.
La protesta fue breve pero efectiva: Ghiggia tomó tres mates, le vinieron ganas de ir al baño, se desató y fue al baño del consulado; después se quedó hablando con los funcionarios y mientras la noticia se disparaba en las redes sociales le llegó la confirmación de que FIFA había solucionado el error y que iba a tener acreditación para la inauguración, que esperara ahí y Pelé lo levantaba en la camioneta de Santander.
¿Por qué Ghiggia eligió el Consulado Italiano para hacer la protesta? Alguno puede pensar que se debe a que es el único país donde pronuncian bien su apellido (pronúnciese Chdyshityzshia). Sin embargo Don Giovanni tiene otra teoría.
“Ghiggia è un opportunisssta. Me robó la idea de protestare frente al Consulato. Io no voy a la puerta de Tenfield a essigire que me den una ragazza de 30 anni como la de él. Sta desviando la atenzione de la mia storia de vita, seguro que ahora comienza il mondiale y nadie se va a acordar de Don Giovanni.”
Ignacio Magnabosco, sociólogo e
integrante del equipo mulitidisciplinario que diseña las promociones de
UltraWash y el programa de Tabaré Vázquez “One Tablet per Old Man” (que
viene a ser lo mismo pero sin los productos de limpieza), cree que este
tipo de protestas pueden ser cada vez más frecuentes y se pueden
convertir en una nueva forma de reivindicación: “Es un movimiento a la
vez contemporáneo y atemporal, que revela la profunda soledad en la que
está inmerso el individuo frente a la sociedad moderna.” Intimado por el
periodista de 180darwin a decir algo que tuviera sentido,
Magnabosco fue más directo: “La protesta de Don Giovanni es la variación
contemporánea y extrema de la amenaza clásica del viejo: 'Para vivir
así mejor me muero de una buena vez'. Don Giovanni toma ese enunciado y
lo radicaliza: o me pagan el pasaje para morirme en Italia o me les
muero acá en la puerta, trancándole la entrada a los representantes que
vienen a sacarle el pasaporte a sus jugadores y sus prostitutas y a Aldo
Lamorte, que viene a tratar de sacar algún votito más. A su vez la otra
pata de este muñeco (Magnabosco también tiene una fábrica de maniquíes y
utiliza uno para ilustrar su hipótesis) está del otro lado del mapa
etáreo: los jóvenes con las redes sociales se involucran con los ideales
del anciano y lo hacen ser parte de la agenda. Estamos hablando de un
movimiento que une la terquedad del viejo con las ganas de abrazarse a
una causa justa desde la comodidad de las redes sociales del joven: un
macabro monstruo de dos cabezas” finalizó Magnabosco, señalando a un
maniquí defectuoso.