Escritor y periodista Julio Dornel
Autor de varios libros de poesía, cuentos y narrativa, Wenceslao Maldonado, nos llega por primera vez con sus poemas numerados, para definirse como un emigrante que retorna para aferrarse de alguna manera con el entorno natural de La Coronilla. Poco le importa que el canal pretenda contaminar la costa del balneario por razones comerciales, que apuntaron desde el primer momento a recuperar las tierras de los bañados. Es evidente que para el poeta existe solamente el mar y una pequeña aldea, donde la vida transcurre con monotonía. Poco conocido por estas latitudes, pero no para el mundo de las letras, trajo para sus amigos “VOVER A LA CORONILLA”, una publicación “casi de bolsillo”, donde señala con melancólica nostalgia: “qué otra razón puedo tener/ para volver a este lugar de paz/ y seguir luego con el poema VI donde se interroga:
“No sé que más debo escribir del mar,
“de su grandeza sin límites,
“capacidad de unir y separar la tierra,
“en lazos de agua y de distancia móvil,
“seguridad de puertos y peligros….
Sabemos poco de Wenceslao Maldonado. Por suerte la contratapa se encarga de hacer la presentación. Nació en Buenos Aires en 1940, estudió letras en la Argentina y en Italia, país en el que vivió varios años. Se dedico a la docencia de la literatura griega, latina e italiana. Desde 1997 vuelve a La Coronilla con asiduidad. Publicó varios libros de poesía, entre los que se encuentran La Estación Necesaria (1990), Dioses del Deseo Antiguo (1994) Si Cortarle la Cabeza a la Gorgona (1997), 1º Premio del XIX Concurso Nacional de Puerto Madryn (2012), Paternidad de Sombra (2006), La Proctomaquia (2008), y más recientemente Réquiem de Guerra y Diálogo de Pájaros (2012). Se dedica también a la narrativa y fueron editados sus libros de cuentos Arquitectura Gótica (1999) 1º Premio Iniciación de la Secretaría de Cultura de Argentina, Fronteras (2004) y Bienes de Familia (2014). Fue publicada además su novela Las Vigilias de Príapo (2012) sobre el Satiricón de Petronio, y está en prensa Hipócalo, pasión de hombre y caballo. Su obra de teatro, La Historia del “cliptodonte” obtuvo el premio Fray Mocho (1997).