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viernes, 13 de enero de 2017

Sexo con menores en Cutcsa: "Es lo que Uruguay piensa y tolera" Por: Leonel García- ECOS UY



Un estudio de Gurises Unidos habla de un "piso" de 650 menores explotados sexualmente con fines comerciales en todo el país.

Para Fernanda Caballero y Diego Pailos, coordinadores de “En Ruta”, un proyecto de la organización no gubernamental Gurises Unidos, que
combate la explotación sexual comercial de menores, el procesamiento de cinco funcionarios de Cutcsa por este tema es, por un lado, “un fiel reflejo de lo que la sociedad piensa y tolera” de esta práctica, por más
que esté penada por ley. Por otro lado, la actuación de la justicia y la reacción de la empresa también demuestra que algunas cosas están cambiando, le dijeron a ECOS.

Pero todo esto es apenas la punta del iceberg. Eso subrayan estos funcionarios de esta ONG que fue la
primera en dimensionar cuantitativamente la explotación sexual comercial de niños (sobre todo niñas) y adolescentes en Uruguay. En 2015
concluyeron que 650 menores entregaban su cuerpo a cambio de dinero o bienes materiales en todo el país. De estas situaciones, 301 pasaban en
Montevideo y en la zona metropolitana, y las restantes 349 en el resto del país.


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Sexo con menores en Cutcsa: "Es lo que Uruguay piensa y tolera" - ECOS UY

jueves, 12 de enero de 2017

Una niña de 12 años transmitió su suicidio por Facebook Live tras haber sido abusada - Infobae


"Perdón por no ser lo suficientemente linda. Perdón por haber entrado en sus vidas para irme tan rápidamente. Perdón por no haber sido lo suficientemente buena. Perdón a todos los que me querían y deseaban. Perdón por parecer una prostituta. Lo siento mucho", dijo llorando y mirando a cámara la niña de 12 años antes de colgarse de un árbol ubicado en el jardín de su casa en Silver Creek, Georgia.



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Una niña de 12 años transmitió su suicidio por Facebook Live tras haber sido abusada - Infobae

1930. MEDICINA RURAL EN 18 DE JULIO. Dr. HÉCTOR LUCIAN CANZANI. Por Julio Dornel.

                         Escritor y periodista Julio Dornel
“Bendito progreso, continúa tu marcha sin detenerte. Que las generaciones actuales y venideras puedan tener a su alcance, con la urgencia que el caso lo requiera, todos los adelantos de la ciencia”.
Con estas palabras finalizaba el Dr. Héctor Lucían Canzani, en el año 1966, un trabajo muy bien documentado sobre la medicina rural que ejerciera desde 1932 en pueblo “18 de Julio”. En reiteradas visitas efectuadas a esta población pudimos aquilatar el sentimiento de admiración y respeto que le profesaban en esta zona del departamento. Vivió como propios los problemas del “pago Chico”, y pese a venir de Montevideo se integró desde el primer momento a las inquietudes de la campaña rochense. Para definir su personalidad, nada mejor que transcribir una parte del trabajo realizado en aquella oportunidad, donde van desfilando con hondo dramatismo algunas de las páginas más hermosas de la medicina rural de la década del 30.
LUCHA CONTRA EL MEDIO Y LA NATURALEZA.
“Entre los recuerdos inolvidables citaré algunos. El 18 de mayo de 1933, hacía pocos días que había iniciado mi vida profesional en “18 de Julio” cuando me llama por la noche desde lo de Atanasio Santurio, entre San Luis y Barrancas. Llovía torrencialmente y las descargas eléctricas se sucedían casi ininterrumpidamente. Me vino a buscar un criollo en un sulky con dos caballos flacos. De entrada se entablo una lucha entre el miedo y la responsabilidad. Triunfo la última y salí acompañado por el miedo. Con el afán de desviar caminos, que por lo pantanoso pudiéramos peludear, el criollo comenzó a apretar alambres hasta que nos perdimos. Después de muchas vueltas el hombre dio con un arroyuelo algo crecido y dijo: “Ahora si me orienté”. Al pasar el arroyuelo y justo en el medio se rompe el porta varas, cayendo estas y también el médico. El agua me llegaba hasta la cintura. Al fin se solucionó el problema y llegamos a lo del Sr. Santurio. Me vestí con ropas prestadas completando un recorrido de 7 leguas”. En otro de sus relatos el Dr. Canzani se refiere al contrabando: “En aquella época, no sé si existen todavía, habían dos o tres comercios fuertes en “San Miguel” del lado brasileño lugar conocido como los “depósitos”. Eran punto de reunión de los contrabandistas de distintos departamentos. Hombres rudos, siempre bien armados, ya que tenían que defender su vida y su mercadería, pero hombres que si se daban por amigos lo eran en las buenas y en las malas. Estos hombres que vivían al margen de la ley iban a los depósitos a comprar mercaderías, que en noches oscuras pasaban en cargueros en las cercanías del arroyo San Miguel. En una noche muy oscura regresábamos a pié con una linterna de 5 pilas de la quinta de Manuel Gallego. Unas cuadras antes de llegar al arroyo, sentí un ruido que me alarmo y con ingenua precaución prendo la linterna para reconocer la causa. De inmediato una voz autoritaria, a la que no cabía la menor duda que había que obedecer, ordenó “apague esa linterna Dr, nunca más haga eso, le puede costar la vida”. Esa gente que fuera de sus ocupaciones, son capaces de un noble gesto suelen tener sus diferencias que algunas veces terminan en peleas. Cuando esto sucede y alguno terminaba herido, venían al consultorio a curarse imponiendo una condición:”usted me cura Dr. pero no da cuenta a la autoridad, por lo menos hasta que yo pase la frontera. Estaban en juego el conflicto legal y el humanitario. Por lo general triunfaba este último, sin que entrara en juego el interés porque yo jamás le cobré a estos hombres”.

El “Negro Mario" UNA LEYENDA DEL FUTBOL FRONTERIZO. Por Julio Dornel.


Pese al aporte generoso que ofrecieron durante muchos años al fútbol fronterizo, es evidente que algunos jugadores se han convertido en leyendas olvidadas de este popular deporte.
Es en el fútbol donde los racistas se inclinan reverentes y tolerantes ante el atleta de color que los hace delirar con sus jugadas increíbles, llevando sus equipos a la victoria. Por esas cosas del destino Mario Silvera vino al mundo un 12 de octubre de 1939, para festejar durante 77 años el Día de la Raza. En la corta carrera de un jugador de fútbol hay siempre un duro camino a recorrer y mientras pasan los años en forma implacable ese camino se va bifurcando hasta que llega el momento de colgar los zapatos, como si esto fuera una decisión voluntaria del jugador.
Todavía no había alcanzado la mayoría de edad, cuándo comienza a experimentar las sensaciones de una vida fácil, que todavía no alcanza a valorar ni a comprender, el surgimiento del crack, que va alternando su drama pasional, entre las alegrías del domingo y las frustraciones de la semana. Entre estos jugadores ubicamos al “Negro” Mario, uno de los tantos que no pudo vencer las barreras ni las dificultades de la vida y quizás no tuvo paciencia para esperar “su” oportunidad. Los años pasaron como un desafío, mientras se alimentaba con el elogio de las “torcidas” y cargaba sobre sus hombros las viejas “chuteiras” que se iban gastando como la vida útil del jugador.
Nunca buscó la consagración pública, ni pretendía que los bolsilludos elevaran sus brazos al cielo como queriendo agradecer tanto fútbol en 90 minutos. Sin embargo lograba entusiasmar a los propios rivales en partidos memorables que se transformaban en un ensayo para las grandes decisiones. La prensa todavía no había llegado para documentar o trasmitir tanta capacidad.
Fue durante varios años nuestro vecino de la calle Numancia y podemos dar fe de su humildad cotidiana, de su simpatía y sobre todo de su honestidad, lo que no es poca cosa en los tiempos que corren. Suele andar solo, como disparándole a las multitudes para no ser notado.
La vida le dio pocas oportunidades para que se destacara fuera del campo de juego. Sin embargo dentro de la cancha fue siempre el crack indiscutido, el jugador de la vida real, irresponsable, caprichoso, endiablado, medio loco, y hasta transformado con misteriosos efectos especiales cuando arrancaba junto a la raya de cal para sentir el aliento directo de la hinchada sin ninguna interferencia.
Supo ser durante muchos años cuando ya no jugaba, el hambriento del fútbol dominguero porque le faltaba su partido, sus 90 minutos que servían luego para alimentar la semana. Carismático, introvertido y con una simpatía a flor de piel, fue siempre un negro natural que nunca olvidaría a sus amigos del fútbol. Acarició la gloria durante muchos años con el Nacional de SAMUEL convirtiéndose en ídolo sin que él lo quisiera y en actor principal de una puesta en escena en una obra que nunca sobrepasaba los 90 minutos y donde todo estaba librado a la improvisación sin libreto previo.

Dio siempre muchas ventajas en una competencia que le otorga demasiada importancia al estado físico y donde algunas sustancias solían neutralizar su cerebro y el propio desempeño dentro del campo de juego. De bajo perfil como se dice ahora, humilde al extremo y modesto por naturaleza el “Negro” Mario no pudo disfrutar en aquellos años de la prensa especializada que analiza el desempeño de los jugadores haciendo el delirio de la parcialidad convertido en un genio loco corriendo sobre la línea para estar más cerca de la hinchada con todas las virtudes del puntero perfecto. Claro que por aquellos años era solamente fútbol arte, sin formación defensiva para mantener un resultado.
No existían volantes de contención ni técnicos retranqueros. Se entraba a la cancha para ganar. Con gran dominio de la pelota, sabía que debía estar arriba, jugar duro, estar atento, tener un poco de suerte y mucho talento para desbordar y convertir los goles cacheteando la pelota lejos del arquero. Nació para jugar al fútbol y en la etapa final de su carrera cuando se fueron opacando sus cualidades de superdotado sintió la rebeldía del ya “no ser” y la soledad que acompaña al jugador cuando el fútbol se va.
Como señalábamos al comenzar la nota, el fútbol de esta frontera es riquísimo en historias humanas de gran contenido social como la del “Negro” Mario y que podrían inspirar a cualquier periodista sin necesidad de forzar la imaginación. Ayer lo vimos, está más envejecido quizás para contrariar su edad y justificar una vida de privaciones que lo fueron conduciendo lentamente al anonimato y a la pieza de pensión de la calle Numancia.

Nadie podrá entender nunca lo que esto significa para los “Marios” del fútbol fronterizo que ya no tienen la oportunidad de escuchar los aplausos por la vuelta olímpica o la caravana que recorre la ciudad para que el pueblo salga a la calle a testimoniar la consagración del equipo. Fue sin ninguna duda uno de los mejores jugadores del fútbol fronterizo, convertido en leyenda que pocos conocen, pero eternizado en la memoria de quienes lo vieron jugar. Pobre y solo disfruta en su pieza de pensión evocando las tardes de gloria cuando su cuerpo de atleta corría por todo el campo en un derroche permanente de habilidad y destreza.
Fue sin proponérselo una de las figuras más populares del fútbol fronterizo, vistiendo durante muchos años la casaca tricolor del cuadro de SAMUEL donde también y en distintas épocas desfilaron José Pedro Silva de Treinta y Tres, Bartolomé Correa un campeón del 54, Raúl Pérez un argentino procedente de San Lorenzo, Elbio Pellejero uno de los mejores goleros que paso por la frontera, Nino González, “Pototo” Cardozo, Mauregui, el brasileño “Filco”, el “Cambado” Rocha, el “Pelotilla” Da Costa, el “Beto” Viojo, Iracy Alvez, Julio Veró, Orlando “Landeco” Alvez ,Wilson Priliac, Hugo Mena, Pablo Priliac, Tito, el Pato y Ambrosio Lima, el Baiano Santos y 200 más que se escapan de nuestra memoria. Este es Mario Silvera, una de las tantas leyendas olvidadas del fútbol fronterizo.

VIOLENCIA. “NOS ESTA FALTANDO TOLERANCIA”. Por Julio Dornel.




Mientras vamos recogiendo la opinión de los sectores más representativos de la sociedad sobre la violencia que se viene observando en los últimos años, vamos notando que la tradicional tranquilidad que disfrutaba este enclave fronterizo ha ido desapareciendo. Algunos profesionales entre los que destacamos los sicólogos, siquiatras y sociólogos han analizado la situación desde distintos ángulos sin encontrar una explicación “lógica” para el aumento de tanta violencia. Entre las causas más comunes señaladas por los entrevistados se ha destacado la educación, valores familiares, solidaridad, formación y fraternidad. Hace algunos años analizando el tema con el escribano público Edgardo Saint Esteven, nos señalaba qu era muy posible que “desde el comienzo de la civilización, el ser humano por diferencias circunstancias se ha visto expuesto a situaciones de violencia, padeciéndola o ejerciéndola. Con solo recordar algunos episodios históricos podemos afirmar que desde los orígenes de la humanidad se vienen registrando situaciones de extrema violencia contra la mujer, contra hermanos, contra naciones y contra el propio Jesús. Si venimos a nuestros días con la fluidez de las comunicaciones, podemos apreciar actos de violencia en directo, sin importar en que parte del planeta se vienen registrando. La violencia no se globalizado, sino que siempre existió, pero ahora con los adelantos tecnológicos tenemos un bombardeo diario de información acerca de los episodios violentos que ocurren por el mundo. De esta manera la violencia se transformó en un protagonista de peso en la historia de la humanidad. Analizando los motivos que generan esta violencia el escribano Saint Esteven señaló que “la misma puede desencadenarse por una infinidad de motivos, pero en su esencia el individuo que practica una agresión lo hace básicamente por intolerancia, inconsciencia, necesidad, odio, interés personal, vanidad, envidia, afán de lucro, brutalidad, falta de amor, orgullo y ansia de detentar el poder. Como vemos en todas estas situaciones la violencia va más allá del motivo circunstancial, existe un motivo que subyace en todos ellos. Así concibo que no solo practicamos violencia contra una persona agrediéndole algunos de sus valores personales como la vida, la libertad y la integridad física sino que también realizamos actos de violencia contra la naturaleza. Lo hacemos por inconsciencia, afán de lucro o ambición sin percibir que nos estamos agrediendo a nosotros mismos. En cuanto a la psicosis de la sociedad en busca de mayor seguridad recurrimos a sistemas de alarma, seguridad vigilada, perros, rejas, muros, y puertas blindadas sin darnos cuenta que dichos actos, son el reconocimiento de que la vida en sociedad tiene carencias a las cuales no nos abocamos a solucionar. Reconocemos un mayor incremento de la violencia pero no buscamos las soluciones que ataquen la raíz del problema. Pensamos modestamente que la sociedad civil, y cada uno de nosotros, debemos de adquirir conciencia sobre nuestra responsabilidad ante el problema. Debemos darnos cuenta que la única forma de reducir los índices de violencia, pasa por ser cada día más tolerantes, respetando la libe expresión del pensamiento, más allá de que pensemos distinto. Debemos además sobrevalorar la vida, su dimensión y su esencia, discutir y plantear nuestras diferencias en un clima de respeto y de razonable tolerancia”.