En la fiel
observancia de las noticias que se divulgan por diversos medios en
nuestro país, es alarmante la proliferación de actos delictivos,
que muchas veces resultan incontrolables por parte de las autoridades
respectivas dentro del mayor empeño que presten, ya que la raíz
primaria de esta alarmante situación de descomposición social, está
en la malformación de los hogares en que lejos de que los padres
eduquen a sus hijos con el buen ejemplo, es notorio que los padres
rompan con los deberes y obligaciones dentro del matrimonio que se
convierte en numerosos conflictos, desapareciendo la armonía y paz
en el hogar, con la abrupta separación, camino seguro hacia el
divorcio, donde dicho sea de paso los Tribunales de Familia dan
cuenta de que las estadísticas aumentan cada vez, elevando a los
mismos diferentes causales.
Cualquier persona
que haya tenido un poco de experiencia en la tener una familia, ha
podido enterarse de las enormes diferencias que existen en los
hogares populares y muchos de clase media en que, aun permaneciendo
el matrimonio bajo el mismo techo, hay una marcada diferencia en que
los cónyuges no conviven como parejas, surgen las intrigas entre los
propios hijos, insultándose entre sí en los términos más
inenarrables por la baja catadura moral en que generalmente se dan
unos puños, con algunas contusiones, cuando no, peor cuando salen a
relucir arma blanca, hasta disparos con armas de fuego, escenas estas
dantescas que tienen sus inicios dramáticos, cuando .se produce el
femicidio, ya que la pasión ha sentado sus reales y ya separados los
cónyuges, el hombre no renuncia al amor de su vida y no acepta que
otro ocupe su lugar que no supo administrar.
Se me dirá que paso
por alto los factores económicos en que muchos hogares cuando tienen
enormes carencias, tales circunstancias son una invitación a la
desintegración familiar. Sin entrar en contradicción, admitamos que
en todos los tiempos han existido problemas económicos, pero en esos
casos deben imperar en el matrimonio los medios morales para
superarlos y no tomar las vías desvergonzadas del consumo de licor y
mucho menos inclinarse por el consumo de drogas.
Todo esto es de no
poder cumplir aquello de que el cabeza de familia debía de ser el
que trajese el sustento a la casa, ya que un empleo no da y viene el
multiempleo y nuevamente no da y sale la esposa a trabajar y los
hijos quedan en manos de extraños.
Pero no se puede
cumplir aquello de las 8 horas de trabajo, 8 para el descanso y las
restantes eran para recreación y distracción con la familia.
Por años mi mayor
aspiración ha sido que tengamos un mejor sistema político que eleve
la conciencia del pueblo, pero como todavía estamos muy lejos de
alcanzarlo, debido a la corrupción, lo indicado es buscar los
caminos éticos que enseñaban nuestros mayores.
Pero nunca estos
gobiernos populistas tratarán de que las familias estén unidas y
tengan un bienestar, ya que en la tapa del libro ellos practican en
primer término la destrucción de la familia por todos los medios,
destrucción de la enseñanza, droga, pérdida total de los valores,
etc.
Y al tener esa
destrucción implantada se crea la creación de los vagos mantenidos
por el gobierno (350.000 en este país que no estudian ni trabajan y
son mantenidos por el resto de la ciudadanía) con más impuestos.
Y siempre con
soberbia, arrogancia y despotismo le hablan al pueblo que todo esta
bien, mientras este está quebrado y al borde del default.
Carlos La Banca
OREJANO