La mejor inversión
que puede hacer un gobernante para promover el bien de su pueblo es
la familia.
Porque la familia es
el lugar donde se establecen las relaciones más profundas y más
enriquecedoras entre las personas. Porque la familia permite el
nacimiento de nuevos hijos, abre espacios para las generaciones
futuras. Porque la familia educa y transmite los valores más
profundos, aquellos que permiten la convivencia social y el
desarrollo de los pueblos.
Invertir en la
familia es una urgencia de cualquier estado verdaderamente justo.
Dejar de lado a la familia, o incluso promover su destrucción, es
simplemente avanzar hacia el suicidio colectivo.
A través de
valientes políticas familiares será posible que la vivienda resulte
asequible para las parejas jóvenes. Será posible que el nacimiento
del hijo no sea un aumento de costos, sino una
alegría en el
hogar. Será posible que no paguen más cara el agua los que tienen
más hijos (y más necesidades). Será posible una reducción de
impuestos, de costos en los transportes públicos, en la
sanidad, en la
adquisición de libros de texto.
Hacen falta urgentes
políticas familiares, hay que invertir generosamente en la familia.
Porque miles de parejas no pueden tener los hijos que desearían.
Porque miles de hijos son abortados porque el estado, las regiones o
los municipios no apoyan a las madres en dificultad. Porque muchos
países necesitan sangre joven no sólo para mantener el “equilibrio
demográfico”, sino sobre todo para dar esperanza e ilusiones a
pueblos enteros que agonizan por falta de niños.
A las familias que
tienen hijos, que se lanzan a la aventura de la vida, un gracias
profundo y un apoyo incondicionado. Porque van contra corriente,
porque vencen esa indiferencia de cierta clase
política, ese
anquilosamiento de estructuras administrativas incapaces de detectar
la urgencia de tantos rincones del planeta anémicos de esperanza.
Porque, en la estrechez de unos pocos metros cuadrados, han permitido
que unos niños puedan jugar, reír, soñar y, sobre todo, descubrir
que el mundo es muy hermoso cuando hay amor como el que se tienen y
les tienen sus padres.
Con poco dinero en
el banco y con mucha alegría en sus corazones generosos y buenos.
(OREJANO) 4472
0557.
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