Con
la asunción presidencial de Lula en Brasil comenzó el año político
latinoamericano, que tendrá un 2023 en donde ecuatorianos,
paraguayos, mexicanos, guatemaltecos, argentinos, colombianos y
chilenos serán convocados a las urnas. En tanto, en Perú, al borde
del estallido social, no puede descartarse un llamado electoral.
Hace
menos de un lustro se hablaba del fin de la era progresista y se
preveía que el conservadurismo gobernaría América del Sur durante
un ciclo que muchos auguraban que sería extenso, pero que finalmente
no fue tal, al punto que actualmente solo en Ecuador, Paraguay y
Uruguay la derecha administra los destinos del país, más allá de
que en Perú también lo hace, pero con el matiz de que la presidenta
Dina Boluarte, asumió la Presidencia del depuesto Pedro Castillo
para llevar adelante un programa que dista demasiado –no solo
ideológicamente– de lo que eligió el pueblo incaico.
Es
de esperarse que Lula, líder de la vieja guardia de mandatarios
progresistas, sea el gran protagonista de un nuevo ciclo de la
izquierda regional, secundado en esta ocasión por nuevos referentes
como Gabriel Boric en Chile y Gustavo Petro, en Colombia, sin olvidar
el rol que tiene Andrés Manuel López Obrador en México y Xiomara
Castro en Honduras.
En
tanto, el 2023 será tomado por el conservadurismo regional como una
oportunidad de comenzar a retomar el terreno perdido, ya sin el
liderazgo que ejercía el presidente brasileño Jair Bolsonaro y,
quizás, con la tímida referencia regional del uruguayo Luis Lacalle
Pou o del ecuatoriano Guillermo Lasso. Este último con la necesidad
de hacerse fuerte –él y sus aliados ideológicos– en las
elecciones seccionales de su nación en este febrero.
Las
primeras elecciones presidenciales del año serán el domingo 30 de
abril en Paraguay. Los guaraníes elegirán un mandatario que suceda
a Mario Abdo, del viejo Partido Colorado que viene gobernando el país
desde hace décadas, con la excepción del período a cargo de
Fernando Lugo. En esta oportunidad el oficialismo cuenta con la
candidatura del economista Santiago Peña, mientras que la oposición
formó una alianza, denominada Concertación para un Nuevo Paraguay,
integrada por más de una decena de partidos y que propone al
exministro de Lugo, Efraín Alegre como nuevo jefe de Estado.
Se
prevé una alta polarización, entre estos dos candidatos, con la
posibilidad real en esta oportunidad de que el Partido Colorado, uno
de los pocos ejemplos de partidos hegemónicos que quedan en la
región, pueda perder el poder y, por ende, sumarse Paraguay al nuevo
bloque progresista.
En
el mes de junio los guatemaltecos serán convocados para elegir
presidente, legisladores y gobiernos locales. Con un escenario
altamente atomizado de partidos y con un país en donde ha campeado
la corrupción en las últimas administraciones, aparece el
oficialismo de Vamos o la líder derechista Zury Ríos –hija del
dictador Efraín Ríos Montt– como los favoritos para la contienda,
aunque aún la campaña no ha tomado forma y mucha agua puede correr
bajo el puente.
En
lo que a presidenciales refiere, América Latina cerrará, en el mes
de octubre, con los comicios de uno de los grandes: Argentina. Una
encuesta de la consultora Federico González y Asociados, presentada
en enero de este año, señaló que actualmente la primera fuerza es
la conservadora Juntos por el Cambio, con 32,1%, mientras que el
oficialismo del Frente de Todos cuenta con un 27,7%. En tercer lugar,
aparece el Movimiento Libertario con el 18,4% de las adhesiones.
Si
bien la oposición conservadora se encuentra mejor posicionada de
momento, falta mucho aún para una elección que ni siquiera tiene
definidos los candidatos y en la que la danza de nombres que se
manejan para llegar a la Casa Rosada todavía son muchos.
En
junio México elegirá autoridades regionales, pero exclusivamente en
el Estado de México y en Coahuila, actualmente gobernados por el
PRI, pero en donde Morena, el partido del presidente López Obrador
aparece como un serio competidor para ganarlos. En ambos estados
puede esperarse una alianza de los conservadores PRI, PAN y PRD para
enfrentar con posibilidades de éxito a Morena.
También
Colombia, luego del histórico triunfo de Gustavo Petro se prepara
para las elecciones regionales que se harán efectivas el 29 de
octubre de este año. El actual mandatario cuenta en este momento con
un 52% de respaldo ciudadano a su gestión, según encuestas, por lo
que no es de descartarse que el Pacto Histórico continúe ganando
terreno en el país cafetero.
Los
chilenos no serán la excepción y también deberán hacer uso de su
derecho cívico en las urnas, pero en este caso a través de una
consulta que tendrá como objetivo culminar en una nueva Constitución
que remplace a la actual carta magna pinochetista. Se prevé que en
abril se elijan los nuevos consejeros constitucionales y en noviembre
se celebre el plebiscito.
Finalmente,
es un misterio saber qué acontecerá en Perú, país que se
encuentra en una gran crisis institucional, gobernado por una
administración que ha reprimido violentamente las manifestaciones
callejeras y que ha dejado un saldo de decenas de muertos y
centenares de heridos desde la salida de Castillo. El diálogo entre
el gobierno y los movimientos sociales aparece cortado y gran parte
de la población se mantiene en las calles reclamando por su derecho
a elegir nuevas autoridades.
El 2023 será un año político
y electoral intenso, con mucho en juego, con un progresismo en alza
regional y con un conservadurismo que buscará dejar de perder
terreno en las urnas.
Marcel Lhermitte es
periodista, licenciado en Ciencias de la Comunicación y magíster en
Comunicación Política y Gestión de Campañas Electorales. Ha
asesorado a candidatos y colectivos progresistas en varios países de
América Latina, el Caribe y Europa. Director de la revista
latinoamericana de comunicación política Relato. Coordinador
del Diplomado en Comunicación Política de la Universidad Claeh.