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lunes, 26 de junio de 2023

Sobrendeudamiento del Consumidor Columna de Adriana Besso


 

Uno de los temas que nos debe de preocupar en la actualidad es el referido al sobreendeudamiento del deudor civil, y que durante los últimos meses acerca de las consecuencias de esta crisis financiera en los consumidores y, particularmente, en aquellos que se han visto imposibilitados de abonar préstamos en sus diferentes modalidades, pero incluso más aún el que está garantizado con una hipoteca como es la vivienda habitual o una prenda que utiliza ese coche como modalidad de trabajo, su medio de subsistencia es visto como la situación en la cual una persona presenta un déficit económico por deudas contraídas por el consumo de bienes y servicios, incluyendo el sobreendeudamiento del consumidor o la insolvencia familiar. La problemática del crédito y del consumo no es nueva en el ámbito de la protección del consumidor y los antecedentes en nuestra región latinoamericana son, aunque no extensos, si significativos. El endeudamiento del consumidor se define como un estado de exceso de deudas, que no implica necesariamente el incumplimiento de sus obligaciones que llevan a situaciones de ingresos insuficientes para cubrir necesidades básicas. La condición del consumidor sobreendeudado se da por encontrarse en crisis o bancarrota, siendo que su salario se ve mermado con retenciones diversas, resultando el remanente insuficiente para solventar sus necesidades vitales diarias. Al menos el consumidor carece de activos y si los posee, éstos son mínimos y su capacidad económica para generar ingresos y/o retribuciones de su trabajo son insuficientes para una vida digna. El sobreendeudamiento se desencadena cuando el consumidor contrae una serie de obligaciones crediticias que al final del mes no puede pagar con sus ingresos mensuales. En América Latina y en particular en los países del MERCOSUR, el acceso al crédito ha fluctuado entre la casi inexistencia de este mecanismo hasta el escenario actual donde predomina una fuerte oferta de créditos y una inducción al endeudamiento. La historia de los créditos ofrecidos a los consumidores tanto en el aspecto del acceso a los mismos como en el relacionado a las situaciones en las cuales las deudas pasan a ser un serio problema para el desarrollo personal y familiar ha seguido en los países latinoamericanos un derrotero similar que presenta características comunes. Es así como es posible identificar estadios iniciales en los cuales el acceso al crédito estaba relacionado con el acceso a la vivienda – y de allí el auge de bancos e instituciones financieras principalmente del Estado que entregaban préstamos con garantía hipotecarias a plazos extensos y con tasas de interés que podríamos llamar “sociales” -, los cuales dieron pie luego a un escenario muy diferente, primero con el constante aumento de la masividad del acceso a las tarjetas de crédito, un mundo al que unos treinta años atrás sólo accedían los estratos sociales con ingresos medios altos y altos, y que hoy ha derivado en la entrega indiscriminada de plásticos y al nacimiento de tarjetas emitidas por comercios o redes comerciales que financian las compras en las tiendas. Este fenómeno está asociado de manera directa al aumento del riesgo de endeudamiento dentro de parámetros que podríamos denominar alarmantes. En este cuadro el bienestar de los consumidores se pone en riesgo al producirse situaciones peligrosas como son las relacionadas con el sobreendeudamiento de las personas y de las familias, lo que conlleva a crisis sociales tanto en el ámbito privado como en el público. Necesito hacer las compras para la semana y me dispongo a revisar cuánto dinero tengo en efectivo y me doy cuenta que no tengo lo suficiente, ante esta situación decido utilizar mi tarjeta de crédito y me dirijo al supermercado para hacer las compras necesarias, yo sé que lo voy a pagar, dentro de 15 o 20 días dependiendo de las fechas, y no me es imposible llegar a hasta el día que me depositan mi sueldo; sin embargo, no me había dado cuenta que mi recibo de luz había llegado y lo debo pagar, otra vez utilizo mi otra tarjeta de crédito, continúo utilizando otros medios de crédito financieros hasta llegar a un sobreendeudamiento por consumo. El ejemplo recreado nos introduce al tema principal de la rehabilitación financiera de los consumidores y usuarios sobreendeudados por créditos de consumo. El consumo exacerbado, es incluso respaldado y potenciado por la publicidad, que invade la sociedad desde cualquier medio de comunicación, promoviendo el continuo consumo. Esta sobreproducción descontrolada y la vorágine consumista, no sólo han afectado en el ámbito político, económico y social, sino que además comienzan a intervenir hasta en aquellos aspectos tan vitales como lo son el medio que sostiene la vida humana- el medio ambiente- Evidentemente que es como un círculo vicioso, la persona a veces no tiene esa libertad, es muy fácil criticar al otro y decir, ¿para qué pediste un préstamo? Porque de repente en ese momento lo necesité y estaba seguro que lo iba a poder pagar, pero quizás luego me fue mal, me enfermé o perdí mi trabajo. Y ahí esa persona no tiene idea de cómo poder salir.Es nuestra opinión se venía vislumbrando que de esta crisis aumentó con la pandemia no es ajeno, como indicador y como dato de la realidad el hecho del aumento descontrolado y desbalanceado del crédito. Si bien ya venía de otras crisis, pero aquí el sistema financiero ha salido a ofrecer todo tipo de préstamos al consumidor de todas las maneras posibles. Es más, está en la génesis y en el basamento de ella que se haya abusado de la oferta de créditos a los consumidores sin contrapartidas necesarias y hasta obligatorias: información adecuada, represión de prácticas abusivas y de violaciones a derechos básicos de los consumidores, ordenamiento del mercado y, sobre todo, control de las actividades de bancos y de empresas financieras, avance en la legislación protectora de los derechos de los consumidores en relación a sus finanzas y en la solución de los problemas de endeudamiento y sobreendeudamiento. Es fundamental que se entienda que detrás de promedios y estadísticas hay personas, que ninguna mano invisible del mercado vendrá a poner orden y a encausar su derrotero sino que serán las acciones concretas y correctas de aquellos que tienen la responsabilidad de conducir los destinos de los países y del mundo lo que hará que el bienestar de los consumidores sea una realidad y no una mera quimera. Es indispensable implementar acciones que promuevan un crédito responsable o sea, que se concede con criterios correctos y racionales, donde el consumidor puede hacer una elección que cuente con información clara sobre las condiciones y las consecuencias no sólo de lo que implica asumir un crédito sino también de lo que este significará para el futuro de esa persona o familia, y donde existan mecanismos que permitan que las personas puedan salir de situaciones extremas que afecten su ámbito familiar, laboral y social. En este último sentido, es imperioso que de la misma manera en que se ha expandido la oferta de créditos y se ha potenciado por parte de los estados y de la banca y el comercio esa oferta, existan también mecanismos que auxilien y pongan a salvo de situaciones que se generen por el uso inconveniente de esos créditos, ya sea a través de amplios programas de educación e información a los consumidores como de legislación que los ampare cuando esas infortunadas situaciones acaecen. La información que actualmente reciben los consumidores en relación con los créditos de consumo proviene casi exclusivamente de los datos y la publicidad que realizan los bancos y otras entidades financieras. Se trata de una información que, en muchos casos, es poco clara y carece de la objetividad, transparencia y suficiencia que exigen las leyes de protección del consumidor. Si a la ausencia de una información responsable se agrega la insuficiente oferta de programas o políticas que se orienten a capacitar al consumidor en aspectos relacionados con el manejo de sus finanzas y del presupuesto familiar, es evidente que estamos ante un cuadro donde la posibilidad que un consumidor llegue a situaciones de endeudamiento insostenible tiene una alta probabilidad.

Adriana Besso Guillen

Consultora especializada en temas de defensa de derechos de consumidores y usuarios. Especializada en Ley de Relaciones de Consumo, y, Ley 18242 de Usura, Master en Educación Financiera. Asesora a entes gubernamentales, estudios jurídicos y organizaciones de los derechos del consumidor en diferentes países. Conferencista y organizadora en diferentes cursos y seminarios de la especialidad en los distintos países. Presidenta de la Asociación Nacional en Defensa de los derechos de Consumidores y Usuarios, y Presidenta Internacional en los Derechos del Consumidor. Consultora del BID. Consultora de NNUU. Creadora de Proyecto en Ministerio de Vivienda Fondo de Garantía de Alquileres. Asesora en Parlamento en distintos temas, y en diferentes Asociaciones de la materia Chile, España, Argentina. Miembro integrante de la Fundación de España para Consumidores. Trabaja en temas puntuales en Consumer International, organismo de derechos del consumidor con sede en Santiago de Chile para América Latina y sede en Londres para el resto del mundo

Participa en Instituto de Derecho Comercial Universidad de Chile sobre consumidores y usuarios activamente. Como también de Universidad Diego Portales de Chile. Miembro Instituto Derecho Consumidor Argentino de la AAJC, y miembro Adjunto de A.A.J.C



miércoles, 21 de junio de 2023

PROMETO Y JURO / COLUMNA DE CARLOS CASTILLOS

 



Este lunes 19 de junio de 2023, temprano en la mañana, la temperatura ambiente rondaba el cero grado y tal vez menos en algunas zonas del país. Pese a que ese día es feriado y no funcionan, entre otros, los centros de enseñanza, igualmente se pudo ver, antes de la salida del sol, a niños y adolescentes, circulando muy abrigados, y dirigiéndose a su lugar de estudios. Es que, como cada año, rige aún la obligatoriedad de “prometer” la bandera, para los más chicos, y “jurar” la bandera, los más grandes. A partir de las 8 de la mañana, (aunque en otros lados lo hacen más tarde) los docentes y los estudiantes deben reunirse, generalmente en un patio abierto (tiritando y congelados de frío), para la “solemne” ceremonia, que dura un promedio de 10 a 15 minutos. Entrada de pabellones, Himno Nacional y Marcha A mi Bandera. Generalmente es eso y, en algunos casos, se incluyen algunas “palabras alusivas” de algún/a docente. Me atrevería a apostar que, si le pregunta usted a cualquier compatriota, en cualquier parte del país, qué es lo que jura, no sabrá contestar. Y mucho menos sabrán responder los niños de primer año de Enseñanza Primaria, a quienes obligan a “prometer” la bandera. Bueno, preste atención a lo que dice el adulto, enseguida de la ejecución del himno, y, en algunos casos, manteniendo la redacción original en el castellano castizo: “¿Juráis honrar vuestra Patria, con la práctica constante de una vida digna, consagrada al ejercicio del bien para vosotros y vuestros semejantes; defender con sacrificio de vuestra vida si fuera preciso, la Constitución y las Leyes de la República, el honor y la integridad de la Nación y sus instituciones democráticas, todo lo cual simboliza esta Bandera?”. Y quienes prestan juramento, contestan a coro: ¡Sí juro!... o la variante, para los más chicos: “¡Si, prometo!”. Si el uso de castellano castizo es una aberración, la porfiada decisión de direcciones e inspecciones educativas (no todas, claro) de disponer que el acto se haga a las 8 de la mañana también lo es. Porque la hora del acto no está en la norma. ¿Qué sentido tiene la ceremonia?. Y realizarla el día del nacimiento de José Artigas, que no tiene nada que ver con el Pabellón Nacional, ya que se fue de esta zona, en 1820, mucho antes que otros hombres y mujeres decidieran apoyar el nacimiento de un país al que llamaron República Oriental del Uruguay. UN POCO DE HISTORIA La obligatoriedad de “jurar o prometer” fidelidad y respeto a la bandera nacional data de 1940. El 20 de Julio de ese año se aprobó la Ley 9.943, de Instrucción Militar, que en el artículo 28 establecía: “Todo ciudadano natural o legal está obligado a prestar juramento de fidelidad a la Bandera Nacional, en acto público y solemne. La Universidad y la Enseñanza Secundaria, así como todos los Institutos Privados de Enseñanza Secundaria y Profesional dispondrán que en sus respectivos locales, los alumnos presten juramento en idénticas condiciones”. Y establece a continuación: “El Ministerio de Instrucción Pública y Previsión Social no expedirá títulos profesionales o técnicos, sin que el interesado acredite en forma el cumplimiento de esa obligación”. La norma se extendió a Primaria y desde el Primer Año de este ciclo se le impone al niño una limitación, a estas alturas anacrónica, obligándolo a un acto con la advertencia de que si no lo cumple, no podrá acceder a determinados derechos, cuando sea adulto. Hay otro detalle insólito. El 2 de octubre de 1979, mediante la Ley 14.939, se derogó la Instrucción Militar obligatoria que regía desde 1940 pero, para sorpresa de muchos, se mantuvo el artículo 28. Este que hace referencia a la “obligatoriedad“ de jurar la Bandera. “A todas luces es una especie de sinsentido si no fuera una total falta de respeto” escribió el profesor Leonardo Borges en uno de sus libros “La historia escondida del Uruguay-Tomo I”. Coincido en que “la función básica (de esta disposición) ya no tiene sentido, pues fue creada en tiempos de la Segunda Guerra Mundial”. Claro que los políticos -gobernantes y oposición- están más preocupados en estos tiempos por la falta de agua, la inseguridad, la carrera electoral y otros asuntos, no siempre de interés general de la gente común. Pero podrían tomarse un tiempito para detenerse a pensar y cambiar esta situación. Como escribe también por allí el profesor Borges: “Cuando la historia oficial se convierte en ley y condiciona las conductas, es momento de repensarla”.



*Carlos Castillos - Docente y periodista, trabajó en Radio Chuy, Difusora Rochense, El Espectador, Radio Carve, CX 30 La Radio, Emisora del Palacio FM y CX 36 Radio Centenario. Además fue corresponsal de la agencia alemana de prensa dpa en Uruguay, Argentina y Paraguay durante 22 años. Es egresado del Instituto Superior de Educación Física (ISEF) como Entrenador de Fútbol y desde el 2010 impulsa el Movimiento de Cine Con Vecinos-Uruguay que se dedica a producir documentales comunitarios y a talleres básicos en todo el país. Desde el 2011 participa del Movimiento ARA (Artistas Rochenses Amigos) para publicar y difundir obras de creadores de la zona.



martes, 20 de junio de 2023

LA CABAÑA COLUMNA DE NÉSTOR SABATINO

La zona forma parte de un espacio ocupado tempranamente, antes de la fundación de la Villa de Rocha.

La existencia de buenas pasturas abundantemente regadas por numerosos cursos de agua que descendían de las sierras influyeron para ello.


Reivindicadas por el viejo poblador Martin Soroa, la propiedad pasó luego a manos de Miguel Antonio Zelayeta, con la aquiescencia de las autoridades coloniales.

Con la fundación de Rocha, el citado Zelayeta pasa a convertirse en su primer Alcalde, y ubicado en la zona con su familia, establece allí la oficina de la Alcaldía. Le sucede a este su nutrida familia, repartiedose entre susu distintos integrantes esta gran extensión.

Superada la primera mitad del siglo xix y restablecido el orden dominial de la campaña, dichas tierras pasan en parte a propiedad de Doña María Bia (Vía) Correa Techera, de familia del norte del Departamento y heredera de considerable fortuna.

Era casada con su primo, el Cnel Julio Jacinto Martínez, quien a partir de los años 1870, comienza a tener un protagonismo político y militar, con clara ambición de lograr posiciones de liderazgo en la Villa.

Con la creación del Departamento se proyecta como el primer Jefe Político y de Policía, situación que resulta frustrada, en un primer momento, por diversos motivos; no obstante mantiene posiciones de privilegio al punto de constituirse más tarde en el 2do Jefe Político, y luego obtener el grado militar de Coronel.

El citado matrimonio establece su residencia en la zona, en una gran casa - quinta conocida desde siempre como “La Cabaña”.

Pronto dicha residencia se convierte en un punto obligado de reuniones, y diversos acontecimientos sociales de la Villa.

Sus dueños tratan de darle un marcado relieve con aportes exóticos en su forestación y jardines. Habitaban allí también animales desconocidos como ser avestruces africanas.



Desde los primeros tiempos, (fines del siglo XIX) se desarrollaban en ese entorno competencias de caballos, y, novedosamente, de vehículos de dos ruedas, como sulkis, tilburys, etc.


Ellos daban lugar a reuniones numerosas , promovidas por el matrimonio Martínez-Correa.


Paralelamente, se va creando allí un espacio productivo con plantaciones como la vid, actividades netamente granjeras como las aves de corral, la leche, etc. Se comienza a habla entonces de la “Granja Miní”.


Fue en ese lugar donde los rochenses vieron por primera vez un Globo Aerostático y un avión, y adonde llegaron los primeros intentos de Correo Aéreo.

A los efectos de vadear el arroyo en lo que se conoce como el Paso de la Estiba, se levantó un primer puente de madera que por años se conoció como “el Puente de Martínez”.


A principios del siglo xx, a la muerte del Cnel. Julio J. Martinez, su viuda e hijas se trasladaron a Montevideo, comenzando el lento proceso de abandono y deterioro de la zona.


No obstante un familiar de la citada familia, esposo de una de las hijas (Doña Tulia Martinez Correa) el Ing Agrim. Facundo Machado Saraiva, reside en la zona en su conocida casa quinta y chacra “La Foresta” en la zona alta del presente fraccionamiento.-

Importante extensión fue tempranamente forestada de eucaliptos, y explotada por primera vez en la década del 40. Constituyó una verdadera novedad el traslado de la madera que de allí se extrajo hacia la estación de ferrocarril y de allí en tren a Montevideo.


Poco a poco se llega a la instancia de la creación del Hipódromo de Rocha pasando de una simple senda recta a una pista ovoide tal como la conocemos hoy.

Este emprendimiento se desarrolla en la vieja pista de los Martínez-Correa, gestionado por una Sociedad Hípica de aficionados rochenses que organiza carreras y otros espectáculos afines.


En 1957 dichos predios fueron comprados por Enrique Buero Thevenet, heredando a su muerte, sus hijos y viuda.


En 1977, se establece la primera expresión de voluntad de la Municipalidad referida a la expropiación del bien para destinarlo a un Hipódromo.

Sucesivos trámites, culminan con un acuerdo entre el Gobierno Municipal y los propietarios.

A través de la Resolución 497/987 del 20 de julio de 1987, el citado bien (Parte del Padrón 720) pasa a dominio municipal.


La concreción de dicha iniciativa, hizo que nuevos bríos sacudieran el “Barrio del Hipódromo”.acentuándose su poblamiento.

Los años anteriores vieron a usuarios y personas relacionadas con el Turf adquirir parcelas en el flamante fraccionamiento.-

El núcleo central del mismo, lo frecuentan compositores, cuidadores, jockeys y vecinos del Centro propietarios de caballos (los Studs).

Era el viejo hipódromo, que ahora “municipalizado”, ofrecía la promesa de un nuevo impulso.

Yendo un poco hacia atrás, alrededor del año 1957, otro punto de atracción se relaciona con el barrio:

La construcción de la “Canchita Champagnat”, Parque de Deportes del Colegio D.A. Larrañaga, lo que arrimó a la zona mucha niñez y juventud de otras partes de la ciudad.

Por la misma época, un inversor y emprendedor argentino instala en las viejas y semi abandonadas instalaciones del Molino Larrañaga, sobre el arroyo, una mínima planta para el procesamiento mediante cocción, de las algas marinas de La Paloma, y la obtención del agar-agar.


De todos modos hay que concluir que el barrio tuvo sus momentos de desarrollo y estancamiento siempre en base al mayor o menor esplendor del Hipódromo.


Entrado el siglo XX comienzan a afincarse en el barrio familias relacionadas con la agricultura, desarrollando emprendimientos con el objeto de suministrar verduras y hortalizas a la población. Afincan población a la tierra, dinamizan la barriada y aportan una singularidad hasta ahora desconocida.



Néstor Sabattino es un investigador de la historia cotidiana de los rochenses,


 

lunes, 19 de junio de 2023

ESCRITOR RUPERTO LONG Y SU NOVELA SOBRE "LOS VINOS ENVENENADOS".”UN CRIMEN AÚN IMPUNE, COMO TANTOS” TEXTO Y AUDIO

 

Escrie Juan José Pereyra


El ingeniero civil, dirigente político y escritor preside el LATU por segunda vez.

En entrevista con Hay otra historia, Long cuenta sus inicios como escritor. Ha publicado varios libros de gran repercusión entre ellos La niña que miraba los trenes partir, un best seller internacional traducido a decenas de idiomas

En El ataque final investiga a fondo el dramático asesinato de la señora Cecilia Fotana de Heber. Los tres integrantes de la dirección clandestina del Partido Nacional recibieron en sus domicilios botellas de vino.

Solo la madre del actual ministro bebió y murió envenenada.

Es uno de los tantos crímenes de la dictadura aún impunes.

Long cuenta y recrea la historia y la crisis interna que en ese momento vivía la propia dictadura.

EL MISTERIO DEL AGUA COLUMNA DE ANTONIO PIPPO PEDRAGOSA

 

Al momento en que se publiquen estas líneas quizás se haya hecho la luz o, quizás, estamos aún más inmersos en la confusión que hoy, al menos a los ciudadanos, nos rodea.

A mi modesto juicio, ha transcurrido demasiado tiempo desde que comenzó a hablarse de “la crisis de agua”. Fue cuando advertimos que la extendida sequía no sólo generaba problemas a la producción del campo, con las consiguientes consecuencias económicas, sino que, además, nos plantaba delante de una cuestión que pocos esperaban: problemas para el abastecimiento de agua potable, que se hacen más complejos cada día en que no caen lluvias suficientes en los sitios clave.

El misterio al que, de forma metafórica, alude el título de esta columna, refiere a la actitud asumida por el gobierno y los técnicos a los que ha acudido para resolver la situación. Si uno compara la decisión, rapidez y eficacia con que se respondió ante la terrible pandemia del corona virus, el ir y venir de ahora, las teorías que se contradicen y la información, que no debiera ser espasmódica y nebulosa sino clara y precisa, acerca de las soluciones viables a las que acceder con más rapidez, interpela con dureza a los responsables.

Reuniones de supuesta coordinación las ha habido. También información sobre causas y efectos, incluyendo el inconveniente que se agrava de modo cotidiano, de la incorporación de iodo –y vaya a saberse qué otros químicos- a un agua que ya no es potable y cuyo consumo se desaconseja categóricamente. Los botellones y recipientes menores de agua mineral cada día alcanzan menos para sustituir a lo que salía, y todavía lo hacen para baños, lavados, etcétera, desde los queridos grifos del sistema de OSE. Es más: ya han aparecido opiniones de médicos desaconsejando también los baños, por el teórico daño que esa agua “retocada” pueda producir a la piel humana.

En medio de este escenario, oscuro, sin dudas, siguen las reuniones, los debates entre supuestos especialistas de distintas disciplinas y hasta se ha llegado, en una suerte de acto de desesperación, a perforar en dos lugares del Parque Batlle para extraer agua utilizable; nadie sabe con exactitud por qué esa elección. Algo es algo, diría el paisano, pero la verdad es que la cantidad del preciado líquido que desde allí pueda sacarse, frente a las crecientes necesidades, es mínima. Por cierto, hay –algunos vienen de lejos, descansando en cajones de las autoridades competentes- otros proyectos. Pero, claro, la cosa es el tiempo que insuma sacudir su polvo, resolver su construcción y la inversión necesaria, que es lógico suponer bastante comprometedora en estos momentos para la economía nacional.

Sigo pensando, mientras espero hechos que me pongan en mi lugar y me desmientan, que el problema superó las posibilidades inmediatas del Poder Ejecutivo. Ignoro por qué, apenas reconocida la crisis, no se tuvo la misma velocidad y certeza en la constitución de un grupo de los técnicos más capacitados y prestigiosos, como se hizo cuando la pandemia, para que abordaran dos responsabilidades vitales: estudio serio del problema, propuesta de soluciones –de aplicación inmediata o progresiva- e información al público para llevar serenidad y conciencia acerca de a qué nos enfrentamos, junto a sugerencias precisas a tener en cuenta en tanto no se logre –incluso si llegan las esperadas y caprichosas lluvias a las cuencas- disolver el asunto.

Me preocupa especialmente la información: uno recorre los medios y en todos encuentra declaraciones contradictorias, propuestas que llegan y se retiran, planes cuasi alocados sin que nadie sepa de qué afiebrada mente salieron, a lo que habría que añadir por influjo de las, en este caso sobre todo, las influyentes y dañinas redes sociales.

Concluyo: estamos ante un monumental problema. Mientras termino estas reflexiones, se supone que quienes deben hacerlo están trabajando ya en torno a posibilidades serias y de rápida aplicación.

Ojalá deba meterme mucho de lo que he dicho donde mejor me quepa; pero temo por el futuro inmediato o, peor aún, por el ahora y aquí.



Antonio Pippo nació en Argentina y su familia se mudó a San José siendo aún un niño. Viene ejerciendo el periodismo desde hace sesenta y tres años: prensa , radio, televisión. Fu director de informativos de todos los canales de televisión, públicos y privados. Ha escrito y publicado varios libros. Estudioso del tango, es también artista y participa y ha dirigido espectáculos como empresario durante años.

Son clásicas las columnas que publicó durante años en el semanario Búsqueda y aún en la Agencia Mundial de ensa.

Ha sido docente de periodismo de opinión en la Universidad ORT.