Usted se debe acordar de aquellos años cuando cayó el Muro de Berlín. Era diciembre de 1989 y unos tres años después, en 1992, apareció el “famoso” libro del estadounidense (descendiente de asiáticos) Francis Fukuyama. El libro fue tomado como una consigna por muchos que la enarbolaban felices, como si fuera una bandera en un desfile planetario. No se proclamaba en estos términos pero la señal era esa: “ganó el capitalismo y nunca más socialismo ni comunismo ni nada extraño a la civilización, al menos, la occidental y cristiana”. Como si el capitalismo no tuviera ideología que lo sustentara. Pasaron 30 años del libro y algunos más del descalabro de aquel sistema que los soviéticos habían llamado “socialismo” y que habían asumido otros países, sin que cambiaran muchas cosas. Y los hechos han demostrado que todo fue discurso. Sanata, que en castellano significa: “Discurso extenso que resulta tedioso y aburrido debido a su contenido intrascendente, repetitivo e insolvente”. “Chamuyo, biru biru, palabrerío” serían los términos que también se pueden usar en el lenguaje cotidiano. En internet me llegó estos días un video de un “analista” chileno que le echa la culpa de los males actuales a los gobiernos “progresistas” y apunta a Gustavo Petro (Colombia), Manuel López Obrador (México) y hasta al fallecido Hugo Chávez de Venezuela. Todavía hay gente que sigue creyendo que los presidentes de los países son los que mandan. Y, lleguen al gobierno con el cartel de conservadores o progresistas, en el fondo, los presidentes y su equipo de gobierno son apenas “administradores” de un sistema capitalista, que es el origen de todos los padecimientos que sufrimos en estos tiempos. Es eso lo que habrá que cambiar algún día: el sistema capitalista insaciable que nos rige desde hace tantos años. La historia ha demostrado que quienes se proclamaron “ganadores” en los últimos años de la década de 1980 y primeros de la de 1990 siguieron manejando las cuestiones centrales de los países, estuviera quien estuviera en las tareas de gobierno. En estos últimos 50 años han pasado por la función ejecutiva y legislativa en muchos países, gobernantes, movimientos y partidos de todos los colores. Y miremos a nuestro alrededor. Argentina tiene una población de 46 millones de habitantes. El 40 por ciento está sumida en la pobreza, unos 18 millones de personas, y la inflación anda por el 113 por ciento. Brasil llegó a 62,9 millones de pobres, lo que representa el 29,6 por ciento de la población total, que es de 214 millones. En la pobreza se engloban muchas cosas, incluyendo la violencia cotidiana, el narcotráfico y otras pandemias. Estos son apenas ejemplos de los más cercanos. Pero revise usted mismo los datos de cualquier otro país, incluyendo los desarrollados del llamado “primer mundo”. Es escandaloso. En lo que podemos coincidir con el analista chileno citado es que “al sistema le conviene tener pobres”, pero eso no es solamente responsabilidad de un gobierno “progresista”, sino que es así que funciona el sistema capitalista que nos rige. Y si los presidentes no gobiernan, no mandan, entonces lo que hay que cambiar es el sistema. Tampoco alcanzará con modificar las estructuras de funcionamiento institucional de los países, sino que, algún día, habrá que encarar un profundo cambio de cabeza de la gente. Porque si éstos son los ganadores es preferible seguir jugando en el cuadro de los perdedores, por lo menos hasta que un día “algún Quijote desembarque en las costas de Rocha” o cualquier otra playa del planeta dispuesto nuevamente a “desfacer” estos entuertos.
*Carlos Castillos - Docente y periodista, trabajó en Radio Chuy, Difusora Rochense, El Espectador, Radio Carve, CX 30 La Radio, Emisora del Palacio FM y CX 36 Radio Centenario. Además fue corresponsal de la agencia alemana de prensa dpa en Uruguay, Argentina y Paraguay durante 22 años. Es egresado del Instituto Superior de Educación Física (ISEF) como Entrenador de Fútbol y desde el 2010 impulsa el Movimiento de Cine Con Vecinos-Uruguay que se dedica a producir documentales comunitarios y a talleres básicos en todo el país. Desde el 2011 participa del Movimiento ARAS (Artistas Rochenses Amigos) para publicar y difundir obras de creadores de la zona.