Buscar este blog

martes, 13 de agosto de 2024

¿QUÉ HACER POR LA CULTURA DE ROCHA? (Parte 1)


 

Izquierda sin cultura no es izquierda” (Mariano Arana)

Desvincular lo político de lo que, abreviadamente, denominamos orbe o propuesta cultural, sin que para ello incurramos en un flagrante contrasentido, (puesto que cada cultura se concreta y sustenta mediante prácticas con una determinada orientación ideológica-dialógica que, en los hechos, debiera ser coherente con el “contrato” social ), nos induce a replantear la alternativa de una gestión de cultura, para nuestro departamento, estructurada o instrumentada sobre otras bases o articulaciones que, en consecuencia, den cuenta de una incidencia real y eficiente para la comunidad. Sobre esta premisa es imperativo evaluar, en un principio, la responsabilidad de los “liderazgos” efectivos de aquellos agentes que ostentan un rol o cargo público y que responden a un oficialismo político que, en los hechos, no parece corresponder con las necesidades e intereses genuinos de la ciudadanía rochense. La gestión cultural alude a un conjunto de estrategias e intervenciones articuladas y diseñadas para el logro de ciertos objetivos de desarrollo cultural específicos, en beneficio de una o varias comunidades, a partir de sus propios contextos y participación. Ello implica la creación de flujos y de procesos cuyo resultado no siempre es lo más significativo, pero que, sin excepción, requieren de una dirección de cultura construida en una modalidad de acción horizontal-ascendente,(por no decir paritaria), que parta de la empatía, proximidad y conocimiento intrínseco de aquellos rochenses considerados siempre como pares, no como “alternos” o “subalternos”; es decir, donde la coparticipación sea vista como una estrategia de crecimiento conjunto y la clave de trabajo sea “abierta” a la comunidad y en concordancia con aquellas realidades que nos movilicen y conmuevan al punto de acabar convirtiéndose en necesidades propias. La actuación de un Director de Cultura debe ser proactiva, (actuar, no esperar a ver qué pasa; buscar nuevas oportunidades, anticipar, prevenir y resolver problemas), puesto que este viene siendo un mediador o facilitador, no de actividades aisladas, sino de procesos que conducen hacia un cambio cualitativo en la vida cultural de las personas que integran su comunidad, sea cual sea la naturaleza de ésta y cual la filiación política de sus integrantes. Desde ese perfil no se debe ser ajeno a la comunidad, ni plantearse como un actor externo que “dinamiza” o “anima” a una comunidad, sino que, desde su rol, es y se asume parte de ella y, por tanto, dialoga y construye siempre sus actuaciones en un estrecho ir y venir de ideas creativas, con las que emplea el saber natural que le brindan la experiencia, su formación y la convivencia misma con esa comunidad, al tiempo que recurre a las herramientas que han sido creadas para fortalecer y profesionalizar su trabajo. En mi caso, la posibilidad de militar desde una agrupación que, tras conocer mi vocación, acabó abriéndome sus puertas de par en par ha pasado a ser, también, mi caballito de batalla desde otro estrado.

(DARÍO AMARAL-ESPACIO 609-MPP ROCHA)









lunes, 12 de agosto de 2024

Columna de *Carlos Castillos/ COLONIALISMO



En mi barrio hay una plaza de deportes. Tiene un enorme gimnasio donde se practican todo tipo de disciplinas. Hasta tiene piscina, aunque funciona solamente de noviembre a marzo porque todavía no se ha podido climatizar y menos cercar para utilizarla durante todo el año. La plaza es muy concurrida porque además es accesible para un vecindario compuesto por gente trabajadora, en su mayoría. La gigantesca fachada del gimnasio fue pintada con escenas alusivas al deporte, como es natural. El trabajo se encargó a algunos artistas que realizaron una obra prolija y decorosa. La natación está representada por una persona, sin rostro, que “bracea” sobre el agua, para las bochas se eligió a dos personas con aspectos de adultos mayores, también sin rostros definidos. Hay escenas de basquetball y las de boxeo y fútbol tienen dos particularidades. Para el boxeo eligieron a Muhammad Alí (Cassius Clay), “tirando” golpes con un rival imaginario y para el fútbol un jugador inglés, con la camiseta de su equipo, la marca comercial que es “sponsor” de ese equipo y luce en el pecho y hasta la marca de la prenda deportiva que aparece cerca del hombro izquierdo. Y que también es parte del negocio comercial del fútbol. Una vez se me ocurrió preguntarle a gente que tiene cierta responsabilidad en el funcionamiento de la plaza, quien y porqué se eligieron esas imágenes, habiendo tantos deportistas nacionales que podrían haber sido elegidos como modelos. Capaz que el negocio comercial y el derecho de imagen significa alguna traba, Pero en ese caso se podría elegir, por ejemplo, un futbolista con camiseta celeste y sin rostro o rostro indefinido, como hicieron con la natación y las bochas. Nadie me supo responder y hasta ahora, agosto del 2024, allí están las imágenes decorando la fachada del gimnasio. La última vez que estuve en La Paloma (Rocha) comprobé nuevamente que en un muro, cerca de un predio histórico del balneario, seguían las imágenes, pintadas (parece que hace mucho tiempo, porque ya están muy desgastadas) con alusiones a la condición de ciudad atlántica. No recuerdo bien pero creo que hay algún barquito y algunos animales de la fauna marina. Pero lo que me llama poderosamente la atención es que las únicas dos figuras humanas que aparecen son las de Marilyn Monroe y Elvis Presley. Usted dirá. Y todo esto que tiene que ver con los grandes problemas que enfrenta la humanidad en estos tiempos. Claro, son cosas “casi” insignificantes. Pero revelan algo que es como un cáncer de nuestras sociedades. Revelan el grado de colonialismo al que hemos sido sometidos históricamente. Y es aquí donde estos ejemplos tienen relación con nuestra vida cotidiana actual. Ese colonialismo solapado, que nos contrabandean sin que nos demos cuenta, se aplica con creciente y perfeccionada habilidad, en otros órdenes de nuestras vidas. No crea que las informaciones que recibimos a diario a través de los medios de difusión, sobre todo internacionales, son inocentes y siempre veraces. Prácticamente todos los temas que circulan por los grandes medios y llegan a usted están contaminadas por esa mentalidad colonial, que a lo único que contribuye es a perpetuar determinado estilo de vida. Seguramente quienes optaron por pintar la fachada del gimnasio con Alí y un futbolista inglés y quienes decidieron pintar un muro de La Paloma con Marilyn y Elvis Presley no tuvieron mala intención. Quiero creer que simplemente no se dieron cuenta. Y, como en otros tantos casos que existen en el resto del país, dejaron pasar la oportunidad de darle un lugar a otros símbolos más representativos. Modificando ese muro de La Paloma y repintando la fachada del gimnasio no se va a solucionar este tema. Pero deberemos ir rompiendo con esos códigos invisibles que nos penetran hasta los cromosomas. Y los asimilamos sin darnos cuenta.



    •


domingo, 14 de julio de 2024

¿PARA QUÉ VIVIR? Por Ignacio Sallaberry

 

La vida son millones de momentos que se van intercalando en lugares llamados recuerdos. Algunos de ellos se pierden, o eso creemos, a otros los traemos más a menudo al presente y otros, como por arte de magia aparecen cuando ya hacía mucho los habíamos dado por perdidos.


Esos momentos son los que vamos disfrutando, o no, pero al fin de cuentas nos hacen querer al conjunto total de recuerdos que llamamos vida.


Y así como los recuerdos nos hacen ser parte del mundo, también forman parte de nuestro presente los proyectos, o sea, lo que solemos tener como nuestro destino más alcanzable o previsible.


Presentadas ambas cosas podemos decir que eso es nuestras vidas. Venimos sin saber por qué ni cómo, y cuando nos damos cuenta de lo que estamos haciendo, ya estamos grandes para negarnos y en cualquier caso, ya hemos vivido con alegría y estamos aferrados a nuestro mundo. Sin embargo de a poco, nos damos cuenta de algo que nos comienza a doler cada vez más, la vida a la que nos trajeron sin preguntarnos y que nos hicieron querer cosas que no son nuestras, además de todo, es finita.


Entonces, en algún momento puede resonar por nuestro corazón el sentimiento de impotencia de sabernos perdidos de antemano en un lugar que hagamos lo que hagamos, tiene nuestro destino marcado.


La pregunta a continuación es obvia ¿para qué vivir entonces? Hagamos lo que hagamos ya sabemos a dónde vamos a llegar, la duda es si será de golpe o tendremos largos años de dolencia antes de partir.


¿A qué venimos a la vida? ¿A enamorarnos? ¿de qué? ¿de parejas? ¿de actos? ¿Y qué más podemos hacer?


La vida a medida que nuestro reloj pasa, nos enamora y nos desencanta en igual manera, si no es por nuestras actitudes es por la de los demás, si no es por un atardecer, es por una impecable noche de enero, o el olor de las flores, de una comida o el sonido más lindo que es, la sonrisa de un niño.


Entre nuestros recuerdos y proyectos nos abrazamos a esta vida, no queremos irnos, pero a la vez, no nos perdemos de nada si no estamos, la sociedad está cada vez más automática y pocas cosas prometen movernos el piso. Entonces, para qué el cuidado físico, para qué la plata, para qué trabajar y todos los para qué que se le ocurran.


Lo cierto es que a algunos nada nos puede contagiar con la vida porque básicamente vivir es morir, más a determinada edad en la que empezamos a ser conscientes que vamos a ese lugar, que no podemos evitar.


ISS



ANOCHE TUVE UN SUEÑO COLUMNA DE CARLOS CASTILLOS

 

Que las elecciones eran una instancia normal. Que no eran un carnaval o el festejo de un título del fútbol. Que se podía votar en dos o tres días, o una semana, incluso por internet. Que alcanzaba con presentar la cédula de identidad que es un documento válido para tantas otras cosas y reconocido en otros países donde no te exigen pasaporte ni visa para visitar. Que no había ese despliegue de cobertura -innecesario- de los medios de difusión, como si fuera la final de un campeonato de fútbol. Que la gente elegía a quienes consideraba las personas más capacitadas para administrar los bienes comunes de su ciudad, departamento y país. Que no había más componendas a espaldas de la gente para armar listas y hacer negocios para beneficio propio y de los “aliados. Que los candidatos a cargos de gobierno eran elegidos o se postulaban después de un sistema donde se probaba la capacidad de cada aspirante. Que no se compraban votos ni cargos. Que estaba prohibido expresamente, con duras sanciones, hacer promesas y después no cumplirlas. Que estaba prohibido también derrochar dinero en pasacalles, pancartas, afiches, volantes, avisos en radio, televisión, internet y prensa. Que se hacía un cálculo de cuántos millones se despilfarraban allí y se disponía, por ley, que ese dinero fuera para servicios de salud, educación, alimentación y vivienda de la gente. Que quienes resultaban electos para cargos ejecutivos, legislativos y hasta judiciales, no tuvieran privilegios y, al terminar sus períodos, en todo caso, tuvieran un “seguro de paro” similar al de cualquier trabajador. Que todos los ciudadanos, especialmente los jóvenes, eran consultados sobre los grandes temas del país y aportaban sus soluciones para enriquecer la acción del gobierno. Y sus opiniones eran tenidas en cuenta, con el mismo respeto de las que aporta un adulto. También soñé que todo ciudadano mayor de edad era capaz de discernir e intervenir directamente en la toma de decisiones, a través de diferentes mecanismos democráticos. Que cualquier persona, hombre o mujer mayor de 18 años, podía cambiar cualquier ley aprobada por el parlamento o, por ejemplo, proponer en cualquier momento una modificación de la Constitución Nacional. Claro que debidamente regulado mediante un sistema de referéndums, plebiscitos y elecciones de manera tal que se podía recurrir a esos mecanismos tres o cuatro veces por año, sin dilapidar los dineros públicos, aprovechando las tecnologías. Y me preguntaba: ¿Por qué si muchísimas operaciones de la vida cotidiana se hacen por internet, usando tecnología segura, porqué no se usa para las elecciones? ¿Por qué, si diariamente circulan millones de dólares por los sistemas electrónicos de bancos y agencias financieras de todo tipo, hay gente que rechaza el voto electrónico con el argumento de que no es seguro?. Soñé también que se había desarrollado de verdad, y funcionaba, el mecanismo de la Iniciativa Popular Nacional que permitía también a los ciudadanos redactar un texto legislativo con el fin de crear o modificar un artículo constitucional. Y que todos firmaban y reconocían porque era un sistema que permitía el ejercicio verdadero de la democracia y que abría espacios de debate sobre grandes temas. Y que nadie se negaba a firmar una iniciativa así ni hacía campaña en contra de la recolección de firmas. Y que después se generaban valiosos debates de los que salía la propuesta que tuviera mayores y mejores argumentos, en beneficio de las mayorías. Soñé que era obligatorio el referéndum para revisar cualquier artículo de la Constitución, todo lo que tuviera que ver con la adhesión del país a organizaciones supranacionales y todas las leyes nacionales declaradas urgentes. Que se prohibían las cláusulas secretas o confidenciales en los contratos de inversión efectuados por el gobierno de turno, con inversores nacionales o extranjeros. ¿Y sabe una cosa?. Antes de despertarme alguien me respondió que eso era un delirio. No, le dije. Es un sueño. Y realizable, como cualquier sueño que se junta con la realidad. Este lunes 5 de julio de 2024, en Inglaterra, Rishi Sunak, el Primer Ministro saliente, del Partido Conservador, vació su oficina en la mañana y al mediodía ingresó el Laborista Keir Starmer, con todos sus colaboradores. No hubo meses de “transición”, ni especulaciones, ni agresiones ni manejos interesados. (Al menos visibles). Y en Suiza el sistema electoral es un trámite. La democracia combina elementos de democracia participativa y otros de la democracia directa. Y funciona bastante bien, a pesar de su sistema financiero.


miércoles, 10 de julio de 2024

ROQUE NARVAJA TENÍA RAZÓN./IGNACIO SALLABERRY

 


"Yo quería ser mayor/quería ser mayor/quería ser un hombre habilitado"


El trabajo cuánto más duro y a disgusto mejor, cuanto más cueste levantarse obligado por las mañanas para cumplirlo, más se estará cumpliendo con el propósito del hombre en su vida. Si, así, hombre con minúscula, las mujeres no trabajaban cuando se crearon estas máximas de la vida. O trabajaban en sus casas, a desgano también, con el agravante que no cobraban por dicho trabajo, más que lo que el hombre le daba para los gastos de la casa y algún regalo que le compraba de vez en cuando, además de vestirla claro está.


Esto que leíste no es machismo, es como estaba basada la sociedad, es como muchos padres (padre y madre), los míos por ejemplo, enseñaron a sus hijos que así es la vida, si uno se consideraba que quería ser parte respetable de ella. Todo lo que estuviera por fuera, sería mirado con malos ojos, menos, si ese alguien tuviese plata de antemano, o la hubiera ganado, sin importar mucho como.


Un cambio que se ha dado, porque el sistema lo precisaba, es que las mujeres comenzaron a trabajar en un porcentaje mayor al que antes lo hacían, eso trajo una nueva sociedad, que aún se está afianzando, lo que si no parece avisorarse, es que este cambio haya traído a más personas haciendo lo que quieren, sino por el contrario, ha aumentado el porcentaje de descontentos con las obligaciones laborales.


Planteada así la sociedad por estos lares, la diferencia entre un adulto y un niño es que ser adulto es ir a trabajar.


Si es a desgano mejor, si el poco sabor que se le encuentra es la repetición y los billetes a fin de mes, mejor.


Mientras el niño juega y cada vez menos, quiere entrar en ese mundo, dada la mala propaganda del mismo.


Ahora, ¿qué pasaría si el niño lograra hacer de adulto, lo que le gusta jugar de niño? Lógicamente habrá otros cambios, pero creo que será una transición que el niño-adulto no notará tanto. Si como la mayoría de las veces, termina haciendo algo obligado que está lejos de su gusto, aunque le encuentre sus cosas positivas, su vida será algo triste en el fondo.


Preparar a los niños para eso, para que sean felices en sus tareas de toda la vida, es lo que se debería hacer en las instituciones educativas. Eso, junto a la inteligencia emocional, son las acciones que nos pueden dejar un futuro de personas adultas, felices, no porque no vayan a tener problemas, sino porque lo que vivan, lo harán con otros cimientos emocionales, fundamentales para ver y hacer el mundo de otra manera, el nuestro ya lo recibimos así, y no lo hemos podido cambiar. Quizás este camino, sea un lugar interesante para transitar de aquí en más, si alguna huella queremos dejar.


"Ya no quiero ser mayor/no quiero ser mayor/prefiero ser un niño enamorado.


I.S.S.


Ignacio "Nacho" Sallaberry, diseñador gráfico, escritor, poeta, pintor. Ha participado de eventos artísticos como la intervención artística en Casablanca Paysandú, edición del libro de poesía "Sólo diré que no estás" editado por Abrace y el libro de cuentos "El error de la justicia y otros errores" editado por ARA.

En la pintura, ha ganado un premio por su exposición llamada Zita de Zitas, homenajeando la figura de Alfredo Zitarrosa (zitadezitas.blogspot.com) entre otras actividades artísticas que incluyen la música.

Hace un año y medio lleva adelante una emisora online llamada Tente en el aire, se escucha a través de tenteenelaire.com

Algunos de sus trabajos se comparten en este blog y otros los encontrarán en su blog letrasdetras1.blogspot.com