Buscar este blog

viernes, 26 de diciembre de 2014

Mujica: los judiciales están "enceguecidos" por el "afán de los números"

Nacional - AUDICIÓN RADIAL


“Si un sector le pega esta semejante mascada a los recursos públicos, habrá menos recursos para causas impostergables", dijo el presidente en referencia al conflicto de los funcionarios



“Hay cosas que pueden ser legales pero no son justas, ni éticamente, ni moralmente por más legales que sean”, dijo el presidente José Mujica en su audición en M24, en referencia al conflicto que enfrentan los funcionarios judiciales con el Estado en reclamo de aumento de salario.
“Quiero señalar que en este doloroso asunto que nos divorcia de la cúspide del Poder Judicial no hubo ningún error por parte del Ejecutivo en el mensaje por el cual se inició este conflicto. Porque el Pode Legislativo tiene constitucionalmente la facultad no solo de construir las leyes sino de interpretar la Constitución, así lo marca el inciso 20 del artículo 85”.
El presidente explicó que si bien puede ser legal, no considera que sea ético que un ministro de la Corte cobre cerca de $140 mil, más las partidas de vivienda y académica, llegando a un sueldo final cercano a los $180 mil pesos, además de jubilarse por el BPS y la Caja Profesional sin haber hecho aportes.
"Estamos hablando de funcionarios que el Uruguay le retribuye muy bien y no se puede negar porque es evidente, rompe los ojos. Se nos está planteando una reivindicación salarial retroactiva cercana a los $50 mil en el caso de los ministros de la Corte y algo menos a los señores jueces, pero siempre estamos hablando de valores muy importantes”, dijo Mujica.
A su vez, indicó que hay funcionarios de la Justicia que ganan entre $20 y $25 mil por trabajar 40 horas semanales y ahí sí puede entender que haya una “sed de retribuciones mayores”.
“Pero no podemos creer este gigantesco trancazo. Porque lo que se nos está exigiendo, supuestamente en forma legal, equivale a 500 millones de dólares en un quinquenio y más de 100 millones de dólares anuales y esto significa que si accedemos a semejante gasto hay muchos otros que están muy atrás en la fila del reparto a los que no podremos atender y esto cuando se mira globalmente es irrefutable. Por eso mas allá de la legalidad que creemos francamente que es torcida, en el centro de la cuestión se está cultivando una imagen que creemos que podrá darle más pesos a quienes ejercen la Justicia pero no le va a dar más reconocimiento social sino por el contrario, porque en definitiva la diferencia de ingresos con otros sectores de la sociedad es enorme y las garantías de compensación a lo largo del tiempo también son enormes. Se me podrá decir que se exige dedicación completa, sí, efectivamente por eso tienen ciertos privilegios”, agregó.
Para Mujica este asunto es “tan espinoso” que necesita de voluntad política para resolverse y aseguró estar dispuesto a tenerla pero señaló que quiere que se piense todo a nivel global porque los recursos del Estado son siempre los mismos y debe de repartirlos entre todos. “Si un sector le pega esta semejante mascada a los recursos públicos, habrá menos recursos para causas que son impostergables. Porque la generación de los recursos no es infinita”.
“No puedo creer que precisamente la Justicia, que es independiente y cuidada por todos los uruguayos, no entienda, no pueda entender estas cosas y que el afán de los números la enceguezca de esta manera. Se me dirá que esto es muy duro, pero dura es la realidad. Nosotros nunca hemos dicho de la Justicia cosas que se dijeron en una carta pública hace unos años cuando públicamente se acusó de terrorismo la actitud de los juzgados”.
Finalmente, el presidente dijo que más allá de cualquier legalidad, los ministros en general en Uruguay están “bien pagos y bien cubiertos, con los recursos necesarios y con el reconocimiento social necesario”.  
“De alguna forma creo que podríamos encontrar caminos en lugar de esta cruda discrepancia con un Poder Ejecutivo que está defendiendo los recursos que va a tener que gastar este próximo gobierno”.

Tormentas intensas y lluvias abundantes en todo Uruguay. Advertencia amarilla


INUMET



Emitido el 26/12/2014 a las 10:30hs
Fenómeno : Tormentas intensas y lluvias abundantes
Nivel de riesgo : Amarillo
Zona afectada : Todo el país.
Hora de comienzo y finalización :
Inicio :26/12/2014 a las 06:00
Fin :26/12/2014 a las 18:00
Probabilidad : 50-75%
Detalles :
Debido a la alta inestabilidad atmosféricas se prevé la formación de
tormentas de variada intensidad capaces de producir:
-Lluvias puntualmente abundantes
-Rachas de viento fuertes de corta duración
-Ocasionales granizadas.
-Intensa actividad eléctrica
Observaciones :
Esta situación estará acompañada de períodos con mejoras temporarias.
Se continuará monitoreando la situación y se informará de eventuales cambios.

jueves, 25 de diciembre de 2014

QUE SEA LA MEJOR NAVIDAD DE CADA UNO… Noé Zenón Suarez



Ante tantos conflictos, en nuestro mundo terrenal, pensemos cuanto se derrocha en cosas superfluas, aunque nos den satisfacción. Pequeñeces, ante lo que es valedero y trascendente.
Lindos discursos engañosos, valorando lo material, en la creencia, que somos mejores por tener cosas, cuanto tengo, cuanto valgo, gran necedad humana, que no nos tapen las apariencias, tenemos que tratar de ser.
La primera alternativa, suele ser una de las prioridades en el mundo en que nos toca vivir. Bueno, el mundo que habitamos, es organizado por nosotros y atenta contra nosotros, tal vez sin querer. ¿Qué hemos aprendido?, de cada generación anterior, lo hemos olvidado o lo pasamos por alto con soberbia creyendo saber más…
Todo el mundo esta de acuerdo, que evolucionamos, que hay progreso, pero por que vivimos con más confort, y humanamente peor, que está pasando, con ese desarrollo, hemos perdido la brújula que nos marca el rumbo, o hemos inventado vivir con un facilismo materialista, un hoy que termina mañana y nada más, dejando y no aprovechando en la etapa de aprender, eso que hoy está al alcance de la mano. Algo que no tenían las generaciones anteriores, ese fruto de siglos de quienes apostaron con claridad en hacer el bien y sin pensarlo dejaron la más hermosa herencia a la humanidad y a sus descendientes en un capital que nadie puede arrebatar. Se quemaron las pestañas para concretarlo, y luego fue regalo para las generaciones siguientes. Olvidamos de la noche a la mañana, todo el sacrificio, de siglos en nuestras familias. Olvidamos nuestra naturaleza y la misma naturaleza que nos contiene, donde queda el camino inteligente, de lo que tanto se habla en foros mundiales y otras yerbas.
Debemos tratar de nacer de nuevo. Crean que es posible, nacer de nuevo en actitudes, puntos de vista, de nuevo a una vida sana, natural, ética, rescatando los valores, en concordancia con la Naturaleza que cargamos y a la que pertenecemos, y a pesar en que en ella radican las diferencias como seres únicos e irrepetibles, es donde se deben armonizar esas diferencias, que hacen al no querido desequilibrio social.  Con razonable justicia, demostrar y aplicar soluciones, para encontrar ese equilibrio, al tejido social, al que decimos, que nos preocupa, soluciones que los unos deben a los otros. Así demostrar, que verdaderamente se tienen valores, que somos y no parecemos, y de alguna manera, una buena nota de comportamiento, por todo lo que se nos ha sido dado a unos y a otros por Dios.
He escuchado, hasta el hartazgo, que venimos sin nada al mundo y nos vamos sin nada, grave error, así lo creo, cada uno tiene dones, virtudes, que al caminar por el universo, regalo ancestral, sobre lo cual hay que edificar el propio ser. El mundo es un camino de perfección, podemos equivocarnos, pero también podemos y debemos cambiar, tomar ejemplos y enseñanzas, consejos, educación, cada uno lo hará a su medida, no hay otra, para comportarnos mejor en nuestro hacer.
Todos, creo, que están de acuerdo, pero hay un cambio esperando cada día, un cambio casi obligatorio, que en cada siglo aumenta, que involucra con más intensidad a todos. 
El Siglo XXI, con un cúmulo mayor de conocimientos, exige y nos pone en trámite obligado, por un lado facilita el vivir, por otro lado, lo complica. Debemos resolver esas circunstancias que se presentan, exigiendo más conocimiento, cambiando para que el mundo mejore y demos también una mano al que necesita ayuda. Mejoraremos nuestra vida diaria en el planeta. Los niños y los jóvenes deben disponerse en actitudes favorables al cambio, ayudados por sus mayores, con el ejemplo, y son quienes tienen que sumarse, por ellos mismos. ¡Qué bueno que lo hagan!
Recordemos que la riqueza hoy, y siempre, fue una, invisible, y que muchos no la descubrían a tiempo antes de irse del mundo de los vivos. El tener cosas no nos hace más felices, a veces, nos complica la existencia. ¡Qué no nos suceda a nosotros! La riqueza es lo que no se puede ver; no cosas acumuladas. Hoy, ya cada persona, está descubriendo con más rapidez, lo que no vemos, pero falta mucho y está en cada uno, en hacer lo mejor que uno pueda. La riqueza se aloja en nuestra querida mente, ELLA es tu herramienta, cultívala y caminarás un camino más seguro. Tenemos que esmerarnos por encontrar claridad y buenas decisiones para  vivir lo más saludable, en un mundo que se transforma cada vez más rápido, que abre a la innovación y a la creación constante. Las barreras ya prácticamente no detienen, el hombre y su mente viaja de un lado a otro y puede hacer de sueños, haciendo mucho bien, soñando, como el que inventa una computadora, una lavadora revolucionaria, usando su mente, adelantos que se van intercambiando e integrando, o en cosas del hacer más simples, como ocuparse de darle una mano al que no ha podido resolver todavía la problemática, pero, enseñándole y haciéndolo que se sienta necesario su aporte, con tal importancia, poniendo esfuerzo y trabajo, una buena manera en los hombres, de reflejar lo que nos puede dar la Educación, para ser, edificando sobre nuestra naturaleza en el mundo.
Esa riqueza, nos debe llevar a aportar para dejar mejor organización de país, una idea humana, donde esa facultad de poder hacer cosas para todos, creando riqueza para compartir en hermandad, afianzando con el tiempo y mejorando. Recordemos a los abuelos ancestrales pensando en sus hijos y dejando el legado para los nietos por generaciones, y no es solo en valor material, por las dudas, solo se necesitaba continuar con claridad de mente y apostando subir al tren del progreso con un poquito de trabajo, que palabra, ¿trabajo? Lo contrario lo hemos visto y lo vemos que no da resultado, así, de no cambiar, seguiremos tirado todo por la borda.
La familia, es el pedestal y piedra fundacional, es Ella, la primera y la mejor escuela, hoy la sociedad se ve sacudida en las simientes familiares que flaquean, y no dan la contención que debiera, es tiempo de cambio, nacer de nuevo a la vida en familia, usar la mente para reflexiones profundas, sin caprichos, revanchas estériles, que solo perjudican a los hijos en su mañana, le dejan heridas difíciles de curar, amarguras familiares, la culpa no siempre la tiene el otro, dejemos el facilismo. Recuerdo un Proverbio Chino: “Cuando soplan vientos de cambio, hay personas que alzan muros, y otras construyen molinos”. Nacer de nuevo esta Navidad, por el bien de la humanidad.
Que ésta NAVIDAD, sea luz de un verdadero nacimiento en nosotros, empezando por casa, Dios nos ayudará a cambiar y a encontrar el camino.
FELIZ NAVIDAD Y PROSPERIDAD PARA EL AÑO 2015.
                    Noé Zenón Suarez Casielles.-Diciembre de 2014.






Punta del Este Les pareció cara la cena y terminaron a los golpes con el encargado


La emisora FM Gente informa que anoche en un conocido restaurante de Punta del Este dos clientes, que consideraron muy cara su cena de Nochebuena, terminaron a los golpes con el encargado. La Policía llegó cuando todo había terminado. 
Según informa FM Gente, en un conocido restaurante de Punta del Este, un grupo de personas que había tenido allí su cena de Nochebuena pidió la cuenta y al considerar que el costo era excesivo comenzaron una fuerte discusión con el encargado del local.

La discusión terminó en una pelea a golpes entre dos de los clientes y el encargado.

Cuando la Policía llegó al lugar, los protagonistas del enfrentamiento ya se había ido. 

GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ:……. "Estas Navidades siniestras"


Ya nadie se acuerda de Dios en Navidad. Hay tantos estruendos de cometas y fuegos de artificio, tantas guirnaldas de focos de colores, tantos pavos inocentes degollados y tantas angustias de dinero para quedar bien por encima de nuestros recursos reales que uno se pregunta si a alguien le queda un instante para darse cuenta de que semejante despelote es para celebrar el cumpleaños de un niño que nació hace 2.000 años en una caballeriza de miseria, a poca distancia de donde había nacido, unos mil años antes, el rey David.

954 millones de cristianos creen que ese niño era Dios encarnado, pero muchos lo celebran como si en realidad no lo creyeran.
Lo celebran además muchos millones que no lo han creído nunca, pero les gusta la parranda, y muchos otros que estarían dispuestos a voltear el mundo al revés para que nadie lo siguiera creyendo.

Sería interesante averiguar cuántos de ellos creen también en el fondo de su alma que la Navidad de ahora es una fiesta abominable, y no se atreven a decirlo por un prejuicio que ya no es religioso sino social.

Lo más grave de todo es el desastre cultural que estas Navidades pervertidas están causando en América Latina. Antes, cuando sólo teníamos costumbres heredadas de España, los pesebres domésticos eran prodigios de imaginación familiar.

El niño Dios era más grande que el buey, las casitas encaramadas en las colinas eran más grandes que la virgen, y nadie se fijaba en anacronismos: el paisaje de Belén era completado con un tren de cuerda, con un pato de peluche, más grande que un león, que nadaba en el espejo de la sala, o con un agente de tránsito que dirigía un rebaño de corderos en una esquina de Jerusalén.

Encima de todo se ponía una estrella de papel dorado con una bombilla en el centro, y un rayo de seda amarilla que había de indicar a los Reyes Magos el camino de la salvación. El resultado era más bien feo, pero se parecía a nosotros, y desde luego era mejor que tantos cuadros primitivos mal copiados del aduanero Rousseau.

La mistificación empezó con la costumbre de que los juguetes no los trajeran los Reyes Magos -como sucede en España con toda razón-, sino el niño Dios.

Los niños nos acostábamos más temprano para que los regalos llegaran pronto, y éramos felices oyendo las mentiras poéticas de los adultos.

Sin embargo, yo no tenía más de cinco años cuando alguien en mi casa decidió que ya era tiempo de revelarme la verdad. Fue una desilusión no sólo porque yo creía de veras que era el niño Dios quien traía los juguetes, sino también porque hubiera querido seguir creyéndolo.

Además, por pura lógica de adulto, pensé entonces que también los otros misterios católicos eran inventados por los padres para entretener a los niños, y me quedé en el limbo. Aquel día como decían los maestros jesuitas en la escuela primaria- perdía la inocencia, pues descubrí que tampoco a los niños los traían las cigüeñas de París, que es algo que todavía me gustaría seguir creyendo para pensar más en el amor y menos en la píldora.

Todo aquello cambió en los últimos treinta años, mediante una operación comercial de proporciones mundiales que es al mismo tiempo una devastadora agresión cultural.

El niño Dios fue destronado por el Santa Claus de los gringos y los ingleses, que es el mismo Papa Noél de los franceses, y a quienes todos conocemos demasiado.

Nos llegó con todo: el trineo tirado por un alce, y el abeto cargado de juguetes bajo una fantástica tempestad de nieve. En realidad, este usurpador con nariz de cervecero no es otro que el buen san Nicolás, un santo al que yo quiero mucho porque es el de mi abuelo el coronel, pero que no tiene nada que ver con la Navidad, y mucho menos con la Nochebuena tropical de la América Latina.

Según la leyenda nórdica, san Nicolás reconstruyó y revivió a varios escolares que un oso había descuartizado en la nieve, y por eso le proclamaron el patrón de los niños.

Pero su fiesta se celebra el 6 de diciembre y no el 25. La leyenda se volvió institucional en las provincias germánicas del Norte a fines del siglo XVIII, junto con el árbol de los juguetes. y hace poco más de cien años pasó a Gran Bretaña y Francia. Luego pasó a Estados Unidos, y éstos nos lo mandaron para América Latina, con toda una cultura de contrabando: la nieve artificial, las candilejas de colores, el pavo relleno, y estos quince días de consumismo frenético al que muy pocos nos atrevemos a escapar.

Con todo, tal vez lo más siniestro de estas Navidades de consumo sea la estética miserable que trajeron consigo: esas tarjetas postales indigentes, esas ristras de foquitos de colores, esas campanitas de vidrio, esas coronas de muérdago colgadas en el umbral, esas canciones de retrasados mentales que son los villancicos traducidos del inglés; y tantas otras estupideces gloriosas para las cuales ni siquiera valía la pena de haber inventado la electricidad.

Todo eso, en torno a la fiesta más espantosa del año. Una noche infernal en que los niños no pueden dormir con la casa llena de borrachos que se equivocan de puerta buscando dónde desaguar, o persiguiendo a la esposa de otro que acaso tuvo la buena suerte de quedarse dormido en la sala.

Mentira: no es una noche de paz y de amor, sino todo lo contrario. Es la ocasión solemne de la gente que no se quiere. La oportunidad providencial de salir por fin de los compromisos aplazados por indeseables: la invitación al pobre ciego que nadie invita, a la prima Isabel que se quedó viuda hace quince años, a la abuela paralítica que nadie se atreve a mostrar.

Es la alegría por decreto, el cariño por lástima, el momento de regalar porque nos regalan, o para que nos regalen, y de llorar en público sin dar explicaciones.

Es la hora feliz de que los invitados se beban todo lo que sobró de la Navidad anterior: la crema de menta, el licor de chocolate, el vino de plátano. No es raro, como sucede a menudo, que la fiesta termine a tiros.
Ni es raro tampoco que los niños -viendo tantas cosas atroces- terminen por creer de veras que el niño Jesús no nació en Belén, sino en Estados Unidos.