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lunes, 8 de febrero de 2016

DON JOSÉ MARÍA COELHO. DESDE PORTUGAL A CHUI Por Julio Dornel.






En esta oportunidad, salvando tiempos y distancias nos vamos a detener en una de las familias tradicionales de esta ciudad, que con esfuerzo y dedicación han contribuido a su desarrollo comercial, social y cultural.
Nos referimos a la familia Coelho, cuyo primer adelantado Don José María había nacido en Portugal en 1893 en la ciudad de Viseu, donde durante el invierno se veían las cumbres nevadas de la Sierra de Estrella, próxima a un río cuyo entorno se parecía, según la evocación del emigrante, al paisaje que presenta el arroyo San Miguel. En 1910 la crisis financiera venía generando una situación muy especial en Portugal y algunos movimientos revolucionarios determinaron que muchos portugueses abandonaran el país en distintas direcciones. Enterado don José de la existencia de una colonia portuguesa en el extremo sur brasileño resuelve visitarla. En 1911 llega a nuestra América, trabajando en los frigoríficos de Buenos Aires y Montevideo, en el puerto de Río Grande y en el tendido de las líneas férreas en Paraguay. Sigue su peregrinar hasta llegar a nuestra frontera y Santa Vitoria do Palmar donde se radica definitivamente, casándose con la joven uruguaya Rita Hernández. Comienzos difíciles en los “Depósitos” de San Miguel donde trabaja con los Estrella que también procedían de Portugal. Luego se dedica a la agricultura explotando una pequeña chacra en proximidades de la Figueriña. Años más tarde se traslada a la ciudad de Santa Vitoria donde “regentea” un comercio de los Estrella y una fábrica de tabacos de Amadeo Brundo. Con el paso de los años se instala como mayorista en Santa Vitoria abasteciendo varios comercios de Chuy entre los que se encontraban Samuel Priliac, Onésimo Rodríguez, José Carrasco, Guillermina Reisach, Oliverio Pereyra y Pedro Lima entre otros. En el libro diario de aquel comercio que todavía conserva “Manoco”, pudimos observar en la cuenta corriente de Samuel Priliac, correspondiente al mes de mayo del año 1938 el siguiente detalle; 20 panes, 15 latas de guayabada, como así también gran cantidad de arroz, porotos, fariña, fósforos, huevos, café Viana, chocolate, rapaduras, miel, caramelos, brillantina y tamangos.
Completa 40 años de actividad comercial en la región, insertando el núcleo familiar desde el primer local instalado en las proximidades del arroyo Chuy, frente a la comisaría. Por allí estaba su comercio de ramos generales abasteciendo las necesidades de los pocos vecinos que formaban el pueblo. Sin proponérselo había inaugurado el sistema financiero de la frontera con la libreta de crédito que no siempre se saldaba con puntualidad. El “armazen” de don José fue durante muchos años el escenario inconfundible de la vida fronteriza y punto obligado de residentes y turistas que llegaban al pueblo. Siempre actualizado don José recibía el diario La Voz de Portugal editado en Brasil y los uruguayos El Día y El País. Su hogar fue de alguna manera la escuela y el liceo para sus hijos mayores que no tuvieron la oportunidad de estudiar.
Años más tarde el desarrollo comercial los lleva al “centro” donde actualmente viven y trabajan sus descendientes. Los Coelhos, una de las familias fundacionales de esta ciudad. Don José María Coelho fue fundador del Club Santa Cruz de Santa Vitoria y Deportivo Chuy de nuestra ciudad en su primera época, llegándose a llamar CASA COELHO durante algunos años. Don José falleció en el verano de 1967 dejando en sus hijos una pasión por el deporte; José, presidente de la Liga Regional y del Club A. Peñarol, Gavino, jugador de San Vicente, del Deportivo Chuy, técnico y campeón departamental con la selección, Américo, jugador del Club Nacional de Fútbol y “Manoco” jugador del Deportivo y Peñarol, técnico de la selección juvenil en 1975, en cuya oportunidad se consagraron Campeones del Este. Su hija Vitoria y Paulino prolongan la tradición comercial sobre la línea divisoria donde hace más de 55 años don José y Rita abrían la puerta de un modesto “armazen”. Don José María Coelho, merece un reconocimiento popular... "que el letrista no se olvide".

YOLANDA: LA REINA DE PEÑAROL. Por Julio Dornel.




Fue sin ninguna duda la reina de los carboneros fronterizos durante las últimas décadas del siglo pasado, marcando presencia en las reuniones bailables y asistiendo a todos los encuentros del Peñarol fronterizo. No exageramos al decir que Yolanda asistía también a las prácticas de Peñarol.
Es curioso verificar en las pequeñas poblaciones la presencia de algunos personajes populares que dejan huellas transitorias o definitivas en determinadas instituciones. Han trascurrido más de 60 años y entre nuestros recuerdos infantiles se mantienen intactos los bailes del club Peñarol y los reinados de Yolanda. Como olvidar aquellos carnavales cuando los pocos habitantes se las ingeniaban para gastar en una semana, las alegrías economizadas durante el año. Por allí andaba Yolanda y sus seguidores con el rostro pintado, golpeando latas en un vano intento de sustituir los instrumentos musicales y ofrecer a los “socios” la sana alegría del mundo mágico de aquellos carnavales. Y vaya que lo lograba. Desde el arroyo Chuy, las bolsas repletas de “barba de viejo” que desde los añosos troncos se trasladaba a la cara joven de los disfrazados.
Los bailes de Peñarol y la figura legendaria de Yolanda estaban profundamente ligados a los carnavales fronterizos que centralizaban la asistencia de varias leguas a la redonda. Los bailes de Peñarol tenían ese “que se yo” con sabor mundano y reconocida fama lugareña. Yolanda y sus reinados en la institución, fueron fieles representantes de una época que pasó a la historia como una generación con estilo propio. El paso de los años le fue quitando lentamente su encanto popular. El Club Social, las discotecas y otros centros nocturnos, donde la gente se divertía o se aburría de otra manera fueron marcando su final. Las últimas décadas del siglo fueron anunciando su final y también Yolanda se fue quedando sin su disfraz, sin serpentina, sin papel picado y fundamentalmente sin la alegría que había sido el elemento principal de estas festividades. El progreso fue llegando lentamente, mientras iban desapareciendo los carnavales que durante muchos años fueron el único elemento que inyectaba alegría a las venas de un pueblo que no necesitaba de otras inyecciones para ser feliz. Hemos conquistado muchas cosas. Todo es velocidad y competencia. Televisión, video, internet, MP3, celulares etc.etc. Los años se han encargado de blanquear cabezas. Para bajar el telón, nos estaba faltando solamente una necrológica anunciando la muerte de Yolanda García, la reina legendaria de los carboneros fronterizos.

CLUB ATLETICO CEBOLLATI. C A M P E O N E N C H U Y. (2006) Por Julio Dornel.










Con la consagración final del C.A. Cebollatí como merecido campeón del torneo del fútbol fronterizo ha culminado la actividad oficial correspondiente al año 2006.
La derrota infligida al Club Nacional en el propio estadio SAMUEL PRILIAC fue para muchos la última sorpresa del torneo, donde ni siquiera los más optimistas habían apostado al equipo visitante. Sin embargo se dieron los resultados y Cebollatí impuso su juego, volviendo a las fuentes del fútbol chacarero, con elegancia, prolijidad, empuje y muchas ganas. La representación tricolor era la favorita por antecedentes y trayectoria, sin embargo Cebollatí el modesto y hasta desconocido equipo “ de la cuenca arrocera” se alzó con una victoria indiscutida y el título de mejor de la frontera.
Es evidente que Cebollatí se ha superado en todos los niveles, agregando seriedad competitiva y una línea definida de juego que le permitió sacar buenos resultados durante el torneo. Desde el arco custodiado por Daniel Olaondo hasta la velocidad impuesta por Edgar Antunez desde la izquierda se pudo observar un equipo bien estructurado que logra de esta manera su primer triunfo importante en el fútbol de la frontera. Se nota además un saludable cambio de mentalidad del equipo, que sabiendo de sus limitaciones utilizó otras armas que lo llevaron finalmente al título. Por ese motivo la consagración final ante Nacional de Chuy, jugando como visitante en el SAMUEL PRILIAC lo mostró como el equipo chico que rompía todos los vaticinios. Para los tricolores era un partido más hacia la consagración, un final anunciado con todos los boletos a favor y una ceremonia protocolar para recibir el trofeo. Sin embargo Cebollatí rompió los pronósticos y se alzó con la victoria y el título de mejor en el norte rochense.
Allí estaban los jugadores, los dirigentes, técnicos, colaboradores y muchos allegados que marcaron presencia para estimular el esfuerzo de una población que había confiado en sus representantes. Celebraron de esa manera muchos meses de sacrificios de jugadores y dirigentes que mancomunados en el deporte habían iniciado una patriada muy difícil y llena de dificultades. La recaudación de fondos, la preocupación del pueblo, los viajes interminables y los problemas de trabajo que sortearon los jugadores para poder practicar diariamente fueron los principales obstáculos. Sin embargo contra todo y a pesar de todo Cebollatí se coronó justicieramente como el mejor equipo del norte rochense. Esta consagración lo lleva directamente a participar en la COPA NACIONAL DE CLUBES de O.F.I. a partir del próximo mes de abril. Defendieron al club en el encuentro final ante Nacional de Chuy; Daniel Olaondo, Gerardo Techera, Pedro Calimares, Oscar García, Alison Garcia, Pablo Noble, Pablo Gómez, Edgar Medina, Claudio Sasias, Cristian Cabrera y Edgar Antúnez. También alternaron en el equipo Julio Mendoza, Fernando Alonso, Yuri Garrido, Sebastian Moreno y Yoni Jara. Director Técnico Gari Moreno, kinesiólogo Nery Ferreira, delegado ante la Liga Fernando Silvera. El Club A. Cebollatí está presidido por el conocido deportista de aquella localidad Artigas Jara. FELICITACIONES.
(Nota publicada en el año 2.006).

domingo, 7 de febrero de 2016

LOS BAILES DE PEÑAROL. Por Julio Dornel.





                     Escritor y periodista Julio Dornel

Pese a los cambios experimentados por esta frontera en las últimas décadas, es curioso verificar que algunas festividades populares del siglo pasado han dejado sus huellas entre la población. Al encarar esta nota pudimos comprobar que las generaciones del 50 y del 60 recuerdan con nostalgia las primeras manifestaciones colectivas de esta ciudad, señalando que las mismas estaban relacionadas con las carreras de caballos, las fiestas criollas, reuniones bailables y el carnaval. Según los testimonios, en las primeras décadas del siglo fueron las carreras de caballos las que centralizaron las preferencias de los habitantes de Chuy y zonas adyacentes.
Sin embargo, cuándo el siglo todavía no promediaba surgen las competencias deportivas con el nacimiento de las dos primeras instituciones destinadas a la práctica del fútbol: Nacional y Peñarol en el año 1933. En forma simultánea y quizás como elemento generador de “divisas” para solventar gastos van surgiendo las reuniones bailables, que si bien ya tenía remotos antecedentes, no estaban vinculadas al ambiente deportivo. Por La Coronilla eran famosos los bailes de Candiño, mientras en Potrero Grande se destacaban los de “Apriciño” que solamente con su numerosa familia y algunos invitados alcanzaba para tener que regar varias veces el piso de tierra. En esta frontera los bailes de Peñarol habían acaparado las preferencias del público en varias leguas a la redonda. Los mismos se realizaban en la vieja casona de don Alfredo Rodríguez, la que posteriormente fue adquirida por Peñarol mediante el aporte invalorable de don Gervasio Páez que ocupaba discretamente una pieza del fondo para los juegos de azar, que comandaban Ramón Rodríguez, el “doctor” Abdala, el “Cotica”, el “loco” Dante o el popular “Pirincho”. Eran tiempos de “gofos familiares” y timba generalizada con el visto bueno de las autoridades que colaboraban con la institución haciendo la vista gorda. El impulso generoso de algunos carboneros, determinó que la sede propia fuera una realidad en la década del 60, destacándose entre otros Luis Gómez, Justo Plá, José Cohelo, Marvel Riveiro, Castelar Núñez, Cosme Acosta y Roberto Lima. Entre algunos cantineros de diferentes épocas recordamos al Bebe Bobadilla, el “Mosca”Silvera, y al Hugo Mena.
Las reuniones bailables se realizaban todos los sábados y llegaron a convertirse en la máxima diversión de la población fronteriza. Un local popular y un ambiente familiar que solía alterarse con algunos altercados con heridos leves que matizaban la reunión hasta salir el sol. Orquestas para todos los gustos para complacer a los amantes del tango, del vals y del bolero, pasando por la mazurca , polcas y zambas brasileñas. Para los disfraces de carnaval era necesario el permiso policial, aunque luego de ser reconocido en privado por el portero ya no resultaba muy difícil adivinar el dueño de los rostros ocultos, por culpa de las infidencias. Los bailes de Peñarol se constituyeron en el principal acontecimiento de aquellos años y aseguraban el éxito económico que luego solventaba los gastos de la institución en le plano deportivo. Estos bailes marcaban el panorama de los carnavales fronterizos y representaban además un alegre motivo para que también los turistas se integraran al espectáculo.
Con el transcurso de los años fueron desapareciendo las máscaras y las costumbres se fueron renovando. Había que adivinar quienes estaban detrás de las caretas de grotescos perfiles, mientras el antifaz acortaba distancias entre los asistentes. Las colombinas y el Pierrot con su rostro enamorado han perdurado a través de los años y aquellos niños que miraban desde la ventana con sus pantalones cortos y su inocencia larga nos recuerdan hoy a la distancia los hechos mas significativos de los bailes de Peñarol. El pueblo se divertía con poca cosa lo que siempre era demasiado. Cuantos amores terminaron en casamiento y cuantos casamientos llegaron a su fin por culpa de estos bailes. Los años se han encargado de blanquear cabezas, pero quedan en el recuerdo la guitarra de Willians Decuadra, la Orquesta de Bon Suceso, de “Pedro Policia”, los Hermanos Mello, Sal de Fruta y finalmente la orquesta típica de Víctor Hugo.

Yolanda: la Reina Carbonera
La crónica no estaría completa si no mencionáramos a la eterna Reina del Peñarol de todos los tiempos: YOLANDA GARCÍA, que conjuntamente con su esposo (Amaral) marcaron una época en las reuniones bailables de la institución. Década del 50. Por la calle de tierra o arena conocida como la avenida internacional, avanzaba la murga que en algunas oportunidades ingresaba al baile para darle un nuevo elemento de alegría. Jóvenes con el rostro pintado golpeando latas y algún tambor en un vano intento de sustituir los instrumentos musicales que no existían y alegrar la concurrencia.
Ha transcurrido medio siglo y cuando pretendemos recrear estos acontecimientos en la imaginación, los vemos tan lejos que no podemos menos que ubicarlos entre las cosas que integran nuestros mejores recuerdos fronterizos.

Allí estaba Yolanda, entre pitos y matracas, cornetas, serpentinas, papel picado, caretas y antifaz que servían de alguna manera para alegrar el mundo mágico de una de las fiestas más populares del carnaval. Allí estaba la Reina Yolanda cambiando por algunas horas la careta que usaba durante todo el año por una de cartón que intentaba ocultar su identidad durante algunas horas.
Noches de copas y alegría donde la población se las ingeniaba para gastar durante una semana, la felicidad que habían economizado durante el año. Voces fingidas que rompían su timidez detrás de la careta de cartón, mientras del arroyo Chuy llegaba la “barba de viejo” que desde añejos troncos se trasladaba a la cara joven de los disfrazados. Junto a YOLANDA se dan cita en estos bailes los personajes más significativos de la sociedad, capitaneando barras y estrechando vínculos de amistad con jóvenes de otras localidades. Los bailes de Peñarol tenían ese “que se yo” con sabor mundano y reconocida fama lugareña, con la participación de dignos representantes de una generación con estilo propio. Sin embargo el paso de los años le quito su encanto. El club social, las discotecas y otros centros nocturnos donde la gente se divertía o se aburría de otra manera fueron marcando su final. En la década del 70 asistimos a los estertores de los bailes de Peñarol y la sede carbonera se fue quedando sin papel picado ni serpentina, pero sobre todo comenzó a faltar la alegría que había sido el elemento fundamental de estas reuniones. También se fue el matrimonio Amaral-García, con su alegría contagiante y un reinado de 30 años en los clásicos bailes de Peñarol.

sábado, 6 de febrero de 2016

EL PAPA FRANCISCO Y LA FELICIDAD. Por Julio Dornel.




Con el derecho a la duda que nos vienen generando   las supuestas reflexiones de los “dueños del mundo” sobre la felicidad, compartimos el siguiente texto adjudicado recientemente al  Papa Francisco.
“Puedes tener defectos, estar ansioso y vivir irritado algunas veces, pero no te olvides que tu vida es la mayor empresa del mundo, sólo tú puedes evitar que ella vaya en decadencia. Hay muchos que te aprecian, admiran y te quieren. Me gustaría que recordaras que ser feliz no es tener un cielo sin tempestades, camino sin accidentes, trabajo sin cansancio, relaciones sin decepciones. Ser feliz es encontrar fuerza en el perdón, esperanza en las batallas, seguridad en el palco del miedo, amor en los desencuentros.
Ser feliz no es solo valorizar la sonrisa, sino también reflexionar sobre la tristeza. No es apenas conmemorar el éxito, sino aprender lecciones en los fracasos.
No es aprender a tener alegría con los aplausos, sino a tener alegría en el anonimato. Ser feliz es reconocer que vale la pena vivir la vida, a pesar de todos los desafíos, incomprensiones y periodos de crisis. Ser feliz no es una fatalidad del destino, sino una conquista para quien sabe viajar para adentro de su propio ser. Ser feliz es dejar de ser víctimas de los problemas y volverse actor de la propia historia. Es atravesar desiertos fuera de si, mas ser capaz de encontrar un oasis en lo recóndito de nuestra alma. Es agradecer a Dios cada mañana por el milagro de la vida.
Ser feliz es no tener miedo de los propios sentimientos, es saber hablar de si mismo. Es tener coraje para oír un "no". Es tener seguridad para recibir una crítica, aunque sea injusta. Es besar a los hijos, mimar a los padres, tener momentos poéticos con los amigos, aunque ellos nos hieran. Ser feliz es dejar vivir a la criatura libre, alegre y simple, que vive dentro de cada uno de nosotros. Es tener madurez para decir 'me equivoqué'. Es tener la osadía para decir 'perdóname'. Es tener sensibilidad para expresar 'te necesito'.
Es tener capacidad para decir 'te amo'. Que tu vida se vuelva un jardín de oportunidades para ser feliz... Que en tus primaveras seas amante de la alegría. Que en tus inviernos seas amigo de la sabiduría.
Y que cuando te equivoques en el camino, comiences todo de nuevo, pues así serás más apasionado por la vida perfecta!
Usar las lágrimas para regar la tolerancia. Usar las pérdidas para refinar la paciencia. Usar las fallas para esculpir la serenidad. Usar el dolor para lapidar el placer. Usar los obstáculos para abrir las ventanas de la inteligencia.
Jamás desistas.... Jamás desistas de las personas que amas. Jamás desistas de ser feliz, pues la vida es un espectáculo imperdible!
 

LUIS ALBERTO ETCHARTEA. CARNAVALES CON SERPENTINA Y PAPEL PICADO. Por Julio Dornel.



                    Julio Dornel,escritor,periodista
 
Como no podía ser de otra manera, había nacido en pleno barrio Palermo, el 24 de marzo de 1925, en una modesta vivienda de la calle Isla de Flores. Consustanciado desde temprana edad con la vida de un barrio que respiraba candombe por los cuatro costados, mientras iba refrescando sus carnavales en la rambla, haciendo vibrar el corazón del sur. Eran los tiempos de carnavales con tablados en el barrio, bailes con disfraz, serpentina, papel picado, corsos vecinales, carros alegóricos y algún “asalto” entreverado. En este legendario barrio transcurrió la infancia de Etchartea, mientras se iba consustanciando con las ventanas adornadas, el bar esquinero, las agrupaciones y la colecta casa por casa para llenar la lata y terminar cargando los tanques vacíos para improvisar los tablados. En forma paralela comienza a trabajar en la
Cadena de Farmacias Virtus, pasando luego a BEISO y posteriormente a la farmacia del Círculo Católico. En 1968 se radica en nuestra ciudad y en setiembre del mismo año abre las puertas de farmacia EMAIL, junto al Banco de Previsión Social en la calle Numancia. Años más tarde comparte su residencia fronteriza con el balneario La Barra, inaugurado la calle “Isla de Flores” en homenaje al escenario donde había desfilado en su juventud con muchas murgas del medio mundo, entre las que recordaba con orgullo a Morenada, Lonjas del Cuareim, Sur y Palermo, y Los Patos Cabreros. Testigo y actor de otros carnavales, de otros tiempos, con otros valores. Aportó su generosidad y su creatividad trabajando siempre en beneficio de la comunidad.

En 1972 comenzó una actividad deportiva que lo mantuvo en la dirigencia del cuadro de sus amores durante varios años: CHUY WANDERERS. Alternó en distintas directivas con Hugo Sorozabal, Armando Fosatti, Tito Correa y Roberto Rosas. Entre varios jugadores de jerarquía que integraban el plantel recordamos a José Rocha, Alvaro Plá, Bibe Selayaran, Yongo Bitabarez y Yaburú Fernandez. Presidió durante varios años la Comisión Directiva de la Cámara Internacional de Comercio, organizando los primeros festivales DEL SOL NACIENTE, sobre la avenida Internacional. Fue el primer presidente de la Comisión Fomento de Puimayen, fundada el 17 de noviembre de 1987, y que tantos logros obtuviera para esa zona de La Barra. Su corazón se detuvo para siempre el 8 de mayo de 1990, pero no dudamos que seguirá interpretando sus tangos preferidos, como lo hacía en los tablados del barrio Sur.En las notas gráficas la tradición familiar se mantiene más vigente que nunca. Luis Alberto Etchartea se despide con “La Ultima Curda”, mientras su hijo Walter recoge la batuta de los ARLEQUINES DE FRONTERA, sin tener en cuenta que han pasado 50 almanaques.

viernes, 5 de febrero de 2016

RECORDANDO AL HISTORIADOR WILKINS MACHADO. Por Julio Dornel.




                    Escritor y periodista Julio Dornel

El verano ha sido siempre la estación indicada para revisar carpetas con apuntes y viejos papeles que llegan a sorprendernos por su contenido, haciéndonos disfrutar de situaciones y vivencias del pasado local. Fue en el interior de una de ellas que nos encontramos con un valioso documento que mucho contribuye a determinar la fecha fundacional de esta ciudad.  
El 8 de diciembre de 1981 el Poder Ejecutivo aprobaba la Ley Nº 15227 donde los consejeros de Estado Milton de los Santos y Antonio Gabito  proponían que la Villa de Chuy fuera elevada a la categoría de ciudad. Sin embargo para llegar al título de ciudad esta frontera debió recorrer un siglo de existencia, poniendo a prueba el esfuerzo de varias generaciones y donde cada una y a su manera debió aportar su cuota de sacrificio, de trabajo y de superación para llevar adelante los postulados de los primeros visionarios que poblaron la zona.
Al margen de los trabajos de investigación histórica de varios autores locales que hemos publicado oportunamente queremos detenernos hoy en una carta que nos enviara días antes de su muerte el historiador Wilkins Machado desde la ciudad de Castillos. Desde su llegada a Chuy en el año 1963 Machado fue revelando trazos de la historia fronteriza y sus habitantes hasta completar con fidelidad poco común un verdadero estudio de nuestro pasado. Fue testigo de las turbulencias fronterizas participando simultáneamente de todos los movimientos sociales, culturales y deportivos de la época. Nunca fue espectador ni permaneció ajeno a las inquietudes populares ofreciendo siempre una cuota de su investigación a los alumnos de los centros educativos y a la población en general.
En la carta aludida fechada en Castillos el 29 de Abril de 1988 (centenario de Chuy)  verdadero documento de nuestras raíces históricas señalaba: “te mando unos pantallazos de lo que entiendo es la historia de Chuy. Su nombre se ha materializado tanto, se encuentra tan atrapado por el problema económico, que se han descuidado valores tales como su historia, su cultura, su medioambiente y sus cosas más importantes, tan es así que la escala de valores ha sufrido un cambio tal que aquello que antes significaba honor, honradez, amistad, cultura etc, hoy es apreciado de otra forma, se ha perdido el amor al terruño, todos han llegado a la indiferencia total y otros se guían por historiadores extranjeros para desde  allí extraer nuestras raíces.”

Analizando luego el origen de esta población señalaba que “existen tres razones  fundamentales, que nos llevan a la  fecha mencionada; documentos a la vista, tradición y anécdota mediante de que el 16 de febrero de 1888 Chuy era un centro poblado puesto que en esa fecha ya existía aduana, policía y despachante de aduanas. Tres razones que por su importancia y significado determinan la realidad de un pequeño centro poblado.

En esta trilogía que hemos señalado se encuentran representados, los intereses legales de la República y su representación oficial en la frontera, los comerciales y los fiscales. Tres poderosas razones que nos lleva a sostener que en esa época y en esta zona del  país existía un núcleo o centro poblado.
Antes de la fecha que hemos mencionado encontramos algunos de los elementos en que basamos nuestra tesis, pero nunca antes del 16 de febrero de 1888.” Finalmente y haciendo referencia a nuestros limites con Brasil, Machado señala que “Luego de la (es nuestra opinión) desgraciada intervención de Lamas en la concertación de limites entre Uruguay y Brasil (1851/ 52) se empieza a establecer los limites concertados  mediante convenios y es así que a partir del marco Nº 1, ubicado a orillas del arroyo Chuy se comienza a construir una muralla con la intención de separar ambos países. Ya iniciada la obra, personas de relevancia de ambos países, se reúnen manifestando que entre ambas naciones no puede existir la vergüenza de un muro que nos separe. Como consecuencia de ello, luego de gestiones ante los gobiernos de ambos países, la obra no prosiguió y nuestra frontera pasó a ser una línea imaginaria que nos une y no un hecho físico separatista.
Aún hoy puede observarse la iniciación de esta obra, muro que arranca desde el marco Nº 1 ubicado sobre el arroyo Chuy, se prolonga por casi dos cuadras y tiene una altura aproximada de 2 metros y medio por dos de ancho.”

En documento adjunto Machado nos enviaba el decreto de la Junta Administrativa de Rocha que mencionaba los nombres de las personas que integraron la primera Comisión Vecinal. “En el Chuy el día 31 de enero del año mil ochocientos ochenta y ocho, reunidas las personas nombradas por la Honorable Junta Administrativa del Departamento para desempeñar la Comisión local de esta localidad resolvieron proceder al nombramiento de los respectivos cargos; Presidente Antonio Fossati y secretario León Ventura, integrándola además Francisco Olivera, Juan Rodríguez y Ezequiel Silveira.”
Estos documentos de indudable valor histórico estarían confirmando otras versiones que también establecen que la fundación de esta frontera ocurrió en el mes de febrero de 1888. 

Q U I E N   E R A    W I L K I N S   M A C H A D O 


Lo conocimos en 1963 cumpliendo tareas administrativas en la Receptoría de Aduanas, manejando con solvencia, capacidad y eficiencia un área muy problemática de una oficina destinada a controlar “las fronteras de la patria”.

Eran años tranquilos para esta dependencia y la soledad del oficinista fue propicia para que volcara en la vieja Olivetti una recopilación de datos históricos a partir de 1888 y algunos cuentos basados fundamentalmente en vivencias populares.
Nacido en tierras arachanes bajo la influencia  de una ilustre figura de las letras americanas como lo fuera Juana de Ibarburou, comenzó desde temprana edad a escribir poemas y cuentos que posteriormente continuaría en esta ciudad. Fue durante toda su vida una mezcla equilibrada de funcionario aduanero preocupado con los temas de su función y también las letras, pasando por la investigación histórica, por la narrativa y por la poesía.

Llegó a Chuy en el año 1955 compartiendo tareas con Madolé Rodríguez, “Chirimino” Decuadra, “Pepe” Laborde, el “Coco” Costa y otros funcionarios aduaneros cuyos nombres escapan a nuestra memoria. Wilkins perteneció a una generación inquieta, inteligente y dinámica que se caracterizó por desarrollar actividades culturales que tuvieron su máxima expresión en la década del 60.
Las actividades facultativas  del Liceo Piloto le dieron la oportunidad de realizar importantes trabajos de investigación histórica sobre el norte del departamento. Una posición de jerarquía  dentro de la Dirección Nacional de Aduanas no le impidió mantener activa participación en la realización de todos los eventos artísticos y culturales que se realizaban en esta frontera. Integrante y fundador del Equipo Frontera Chuy, alternó durante muchos años distintas comisiones del  quehacer fronterizo, siendo además preparador físico del Club Nacional de Fútbol. Hizo periodismo escrito y radial con una evocación permanente  de las cosas y la gente del “pago chico” como solía decirlo.
En el año 1966 hacíamos la presentación para una publicación liceal (Piloto Chuy) diciendo  que el espíritu sensible a la investigación histórica ha sabido  extraer de su producción un manojo de impresiones imborrables en el paisaje cautivante y envolvente de este pueblo fronterizo. Al conmemorar un nuevo aniversario de la fundación de esta ciudad, nuestro eterno agradecimiento a quien tanto hizo por rescatar las raíces de nuestro pasado histórico: Wilkins Machado.  

CARNAVALES…LOS DE ANTES. Por Julio Dornel






“Si la raza blanca bailaba al compás del arpa, del piano, del violín, de la guitarra o de la música de viento, ¿por qué la africana no había de poder hacerlo al son del tamboril”. Así lo señalaba el talentoso cronista Isidoro de María al analizar los orígenes del candombe uruguayo.
En primer término debemos señalar que las opiniones están divididas. Mientras algunos afirman que “carnavales eran los de antes”, otros vuelcan sus preferencias por el carnaval actual, un bajo porcentaje permanece indiferente, y ni siquiera asiste por televisión a las manifestaciones del Rey Momo.
En la década del 50 tras superar las dificultades del camino que serpenteaba entre los médanos se podía llegar hasta los bailes de carnaval que organizaban don Nicomedes Gómez y Pedro Veró en el rancherío de un balneario en formación denominado La Barra. Como el repertorio orquestal no era muy variado se podía amanecer con algunos temas que deleitaban a la concurrencia y que eran el último grito de los carnavales brasileños. Eran otros tiempos. Juventud sin malicia, ingenua y hasta con un poco de inocencia. La pequeña población tenía sus preferencias. Las máximas festividades pasaban por el fútbol, las carreras de caballos y los carnavales mientras algunos, transitaban con el estudio a cuestas para que algún día pudieran ser los primeros profesionales con sello fronterizo. Tiempos del trompo artesanal que la falta de juguetes electrónicos había convertido en una verdadera reliquia bailarina. La lejanía agranda la nostalgia y nos habla de carencias obligadas cuando la fabricación casera de los juguetes colmaba los deseos.
Las calles todavía no tenían nombre pero bastaba el nombre de los vecinos y allí estábamos en la vereda de Teofilo, de Caticha, de Elvira Rotta, de la Casa Fernández o la peluquería de “Pepito”. De la “Cidade Maravillosa” nos llegaban los temas de protesta inocente, haciéndonos saber que también en Río de Janeiro “de día falta agua y de noche falta luz”. También recordamos otros temas que pese a los años transcurridos mantuvieron su vigencia en las fiestas carnavalescas, donde era muy fácil comprobar que “cachaza no é agua no” o la chiquita bacana que procedente de la Martinica se vestía solamente con una “Cáscara de banana”. Todo marchaba fenómeno hasta que alguien desconforme abandonó su escuela de zamba y llegó hasta La Barra para gritar muy fuerte en la puerta de los bailes: “Vocé ahí, me da un dinero ahí” provocando una tremenda confusión entre los parroquianos. Era el grito que estábamos esperando y como tenemos una clara tendencia a copiar lo extranjero, venga de donde venga, nos gustó tanto el “jeitiño” que el carnaval semanal lo extendimos a un mes y finalmente a un año. El ejemplo fue cundiendo en todas las esferas y con distintos disfraces otros personajes se fueron anotando al carnaval anual. Muchos nos dirán que el carnaval dura solamente lo que nos marcan los números en rojo que señala el almanaque. Para otros todo el año es carnaval sin importarles mayormente los compromisos que les impone la sociedad. Sin embargo todos sabemos que existe otro Uruguay distinto, sin antifaz, que vive y trabaja por otros ideales.
El periodista brasileño Moacyr Scliar haciendo referencia a los carnavales de su país señala: “Vivimos realmente en el país del carnaval, pero hay también otro Brasil. Un Brasil que despierta a las 5 de la mañana y va para el trabajo. Un Brasil que va a la fábrica, a la construcción, un Brasil que soporta las filas para conseguir asistencia médica, un Brasil que se jubila con un salario ridículo, un Brasil que se muere temprano. Este Brasil tiene derecho a desfilar en la avenida, olvidándose por un momento de su miseria”. Recogemos las palabras del genial periodista norteño y plagiamos el texto señalando que también el pueblo uruguayo tiene sobradas razones para desfilar por la avenida, como lo ha venido haciendo desde el siglo pasado. Entre muchas figuras representativas del carnaval fronterizo nos encontramos con “Piqueno” que era además uno de los mayores exponentes del fútbol local. Era común por aquellos años que los jugadores de fútbol se integraran a los desfiles de carnaval, agregándole un nuevo elemento de atracción como sucedía en Montevideo con Leandro Andrade y el Pepe Sacia. En notas anteriores relacionadas con el carnaval local hicimos referencia a “Piqueno” señalando que tenía la virtud de otorgarle a esta festividad una cuota grande de alegría popular repartida entre los famosos bailes de Peñarol y los tablados de una calle de tierra que comenzaba a fijar límites entre los dos países. Talento y romanticismo a flor de piel para un hombre que conoció solamente la “escuela de la calle” y la universidad de la vida. Un ídolo popular que muchos recordaran con cariño mientras el desfile avanza por la Internacional ofreciendo un colorido que contrasta con el nivel artístico de aquellos años.
Chuy era solamente un barrio que no llegaba a los 1.500 habitantes, pero conformaba un grupo humano que vivía los carnavales de una forma muy especial. Por ese motivo cuando estamos a pocos días de una nueva edición del carnaval fronterizo queremos evocar una vez más la presencia del inolvidable “Piqueno” que fue sin ninguna duda el mayor aporte de la raza para los carnavales y que jamás se podrá borrar de la memoria de quienes tuvimos la suerte de conocerlo. También un recuerdo especial para Iván, el Rey Momo del Carnaval de Chuí durante muchos años, fallecido el 20 de julio del 2003 con 47 años de edad. Desde que el Municipio de había emancipado de Santa Vitoria Iván Silveira Vega se había convertido en la máxima atracción de los carnavales. Retrocediendo algunos años nos ubicamos en la década del 30/40 con la opinión de doña Carmen Moreno, “Antiguamente los bailes de carnaval se realizaban en el Club Social Luz y Vida del lado brasileño, con la presencia del inolvidable “Piqueno” que era el gran animador de los “cordones”, autor de las letras y director de los coros. Se pintaban la cara y recorrían las calles del pueblo cantando sus temas hasta llegar a un rancho largo donde funcionaba el Club Social y se realizaban las reuniones bailables”. Pese a su edad doña Carmen recuerda cuando votaron como Reina del carnaval a la joven Flora Iglesias que “hizo una presentación espectacular con un vestido de lamé plateado con una gran capa de terciopelo oscuro hecho en Santa Vitoria do Palmar. Recordamos además las marchas brasileñas ejecutadas por orquestas de Santa Vitoria y una local integrada por los hermanos Mello.” Mantenemos el título: Carnavales…los de antes.

martes, 2 de febrero de 2016

FUERTE HISTÓRICO DE SAN MIGUEL Por Julio Dornel.








 
 


                     Julio Dornel, escritor y periodista
 
Corría el año 1737 cuando la expedición del Brigadier Silva Paes decide levantar un fuerte en las Sierras de San Miguel consistente en un cuadrado con cuatro baluartes, con foso y puente levadizo ajustándose a las reglas de la escuela de fortificación de la época. Su construcción fue de menor resistencia al de Santa Teresa teniendo en cuenta que estaría destinado fundamentalmente a observar los movimientos de los españoles. Con el paso de los años el Fuerte fue perdiendo su importancia inicial hasta que en la tercera década del 900 se dispuso su reconstrucción y la reproducción de los principales aspectos de la época. Es fácil observar en la actualidad porcelanas del siglo XVIII, colección de premios y condecoraciones, habitación del capellán, alojamiento para oficiales, uniformes militares, cañones, réplicas de fusiles, barriles de pólvora y una impecable ornamentación de la Capilla dedicada a San Miguel.
Desde las petrificadas troneras los cañones siguen apuntando hacia el enemigo imaginario que avanza desde Brasil, como sucediera hace más de 200 años.
La antigua capilla del Fuerte sigue siendo uno de los lugares más visitados por el turismo que llega diariamente al Fuerte. En las notas gráficas podemos observar troneras y cañones que se mantienen amenazantes, ante la presencia imaginaria de nuevos invasores. El Fuerte con su museo representa en la actualidad la máxima atracción turística de la zona fronteriza y uno de los mojones más importantes de la arquitectura militar del siglo XVIII. 

jueves, 28 de enero de 2016

“LONDON PARÍS” Y LA ESCUELA 28. Por Julio Dornel

                 Escritor y periodista Julio Dornel

                

En forma sorpresiva como suceden las cosas inesperadas, un hecho fortuito nos permite hoy valorar la importancia de Internet cuando logramos utilizar sus canales para facilitar la información y complementar de alguna manera estas evocaciones.
Carlos Arce, periodista y “amigo desconocido” radicado desde hace varios años en Porto Alegre publicó en sus crónicas semanales los recuerdos de otro uruguayo radicado en Canadá, sobre su infancia montevideana y de alguna manera su vinculación con el London París.
Roberto Sanguinetti que así se llama este compatriota señalaba en la publicación aludida que “Es increíble que el ser humano guarde tantas cosas en su cerebro y en un instante, basta que alguien haga un gesto, diga una palabra, un comentario, para que se amontonen en nuestra mente viejos recuerdos que los recomienzas a vivir, a soñar, a disfrutar!!!
Mi madre fue costurera del London París por muchos años. En su vieja Singer confeccionaba pantalones de mujer para las cuatro estaciones del año, clásicos, de vestir, deportivos etc. Aproximadamente cada dos semanas mi madre hacía la entrega de lo confeccionado  y le volvían a dar otros dos fardos de telas cortadas.” El contacto entre Chuy y Canadá fue inmediato quedando pendiente las evocaciones de una tía de Roberto que también trabajó en el London y que vive actualmente en Montevideo. Sin embargo era impostergable ordenar los recuerdos y ofrecer un adelanto puesto que el tema para la crónica surgía automáticamente y por varios motivos.
En primer término darle luz verde a los recuerdos y evocar los años de la escuela Nº 28 cuándo los cuadernos TABARE, los lápices, las gomas y las hojas perforadas con las imágenes de Artigas o el desembarco de los Treinta y Tres, eran encargadas por correo a una dirección muy montevideana: LONDON PARIS S.A.  18 de Julio y Río Negro.
 Para evocar al London debemos clasificar detenidamente los recuerdos apilados en la mente para disfrutarlos con un dejo de nostalgia “chacarera”, que pueden ser triviales para quienes no vivieron las etapas de ese pasado irrepetible y sin duplicado.
Todo había comenzado en 1890 cuando una compañía de seguros (The Standard Life) encomendó la construcción de un majestuoso edificio en la céntrica esquina. Pasan los años y allá por 1908 don Pedro Casteres resuelve instalar una tienda distinta a las ya existentes en Montevideo y exige para ello la planta baja de este edificio.
La ciudad contaba por aquellos años con una población estimada en los 320000 habitantes, mientras que los principales acontecimientos de la época se habían centralizado en la inauguración del Hospital de Niños, la facultad de Medicina y el Hospital Militar.    
Crónicas de prensa nos recuerdan que en aquel año se iba para siempre  en Italia el amigo de los niños Edmundo de Amicis y el Río de la Plata desaparecía Jorge Newbery con su globo "Pampero”. También en 1908 surgía a la vida comercial del Uruguay el LONDON PARIS y en 1914 editó su primer catálogo con el “último grito de la moda” y una excelente encuadernación. Estos catálogos representaban un capítulo al margen, salían dos por año y eran enviados más de 60.000 ejemplares al interior del país y lo más anecdótico es que los precios de los artículos se mantenían hasta que se editara el próximo número que era enviado a sus clientes sin costo alguno. Este catalogo fue siempre una publicación apreciada y esperada por todo el país para realizar los pedidos por correo.
Cabe señalar además que el LONDON PARIS nunca tuvo  agencias ni sucursales en ningún punto del territorio nacional, el catálogo se enviaba gratis y su sistema de ventas establecía que si la mercadería recibida no era del agrado del comprador, se podía devolver o cambiarla por otra.

"NOS VEMOS EN EL LONDON"

En la década del 50 la empresa llegó a tener más de 1400 funcionarios y trabajar en la misma significaba por aquellos años, recorrer un camino de muchas posibilidades y de progreso personal. Cuándo viajábamos desde Cebollatí a Montevideo (una vez por año) en los camiones del “capataz Moreno” no podíamos dejar de visitar el “LONDON” y recorrer sus instalaciones, lo que significaba en aquellos años juveniles una aventura inolvidable.
Evocamos también su majestuoso edificio que nos deslumbraba en los primeros viajes a la capital y para no perder a nuestros ocasionales compañeros sentenciábamos al separarnos: “nos vemos en el London”. Como no recordar también los VIERNES ESPECIALES con extraordinarios descuentos y una multitud se hacía presente para comprar de todo. Cuando se entraba al LONDON teníamos la sensación de haber entrado en un mundo diferente del comercio montevideano, orgullo de esa ciudad y donde se podía observar una tendencia nueva en materia de comercialización. Hoy todo es historia que sirve para recordar a esta empresa que se mantuvo 58 años marcando rumbos en el comercio montevideano y desarrollando una actividad que lo llevó a convertirse en uno de los capítulos imborrables de aquel Montevideo. El LONDON PARIS cerró sus puertas en el año 1966. Nuestro agradecimiento a Carlos Arce (Porto Alegre) y Roberto Sanguinetti (Canadá) por el material aportado.

lunes, 25 de enero de 2016

YENNY JACQUELINE SILVERA. SERIEDAD Y RESPONSABILIDAD PERIODISTICA. Por Julio Dornel.




Hace varios años que Jacqueline Silvera viene marcando su presencia en distintos medios departamentales, otorgando fundamental importancia a los temas sociales y culturales que reclaman mayor difusión. Derrochando méritos y capacidad de interpretación, llega en forma creíble al público que acompaña sus programas radiales y televisivos, consciente de la importancia que rodea al periodismo del interior, tan lejos en algunas oportunidades de los centros de poder.  Un sorprendente currículun que comienza en la Escuela Técnica de la Comunicación y continúa en Licenciatura en Ciencias de la Comunicación (Universidad de la República) diversos cursos en el Instituto de Cultura Uruguay- Brasil y seminarios culturales de Centros Mec, y cursos de periodismo sobre Niñez, Adolescencia y Género. Resulta imposible detallar su intensa actividad en la creación de productos turísticos y comercialización, teniendo a su cargo la conducción y producción de programas entre los que podemos citar a “La Red” en 102.3 FM Coronilla y el programa Magazine “Voces” en video-cable 8, desde hace 14 años. Cabe destacar además su presencia en la co-conducción de eventos entre los que podemos señalar “Miss Turismo” y “Miss y Míster Barra Atlántica- Garbuyo Producciones y “Miss Cable 8 para TV Cable del Este. 
                  

 PERIODISMO EN EL INTERIOR.

Haciendo referencia a la actividad que cumple el periodista del interior, se siente involucrada cuando señala que “
es preciso dejar en claro a qué le llamamos “periodismo”, con mucho respeto hacia cualquier persona, hacia su trabajo o desde el rol que desempeñe.
Estoy entendiendo “periodismo” desde el lugar del investigador o investigadora, que con seriedad y responsabilidad, recoge información y la transmite a través de un medio de comunicación ( periodistas serios y responsables de los cuales se ha aprendido y aprovechado bastante, los primeros en nuestro país antes de las carreras en lo público y privado), o la persona que se formó en alguna institución educativa y allí adquirió no solo herramientas, sino una formación, lo cual no lo exime de errores, pero va a minimizarlos. 
Periodista no es el que toma el oficio o profesión como un comercio, quien simplemente toma un lugar en un medio financiándolo. Eso es preocupante, hasta trágico. ¿Qué sucedería si hace lo mismo un maestro? Claro, no puede enseñar un maestro porque se le antoje nomás, y por qué ocurre en éste ámbito? ¿No es peligroso ni está mal ? Cuando alguna persona me haga un escándalo por la comparación le voy a responder muy segura que un medio de comunicación es formador de opinión y le puedo confirmar que se puede crear una realidad, fácilmente, guiar masas, conseguir un objetivo, sino lo creen, hay que leer, con atención investigar, observar la historia de la humanidad y no solo la de culturas o países. Ya se ha desprendido claramente mi opinión sobre el periodismo y en el interior del país más aún. Esta es una de las razones por la cual perdemos interés y ganas y nos vamos hacia otros ámbitos quienes nos hemos acercado a la comunicación. Creo que fuera de la gente que de otras generaciones viene desarrollándolo, se debe exigir y pagar como a cualquier otro profesional.
Este tema nos lleva directamente a otro: libertad de prensa. “Libertad sí, no libertinaje“, popular y antigua frase coloquial”.
                                           
REDES SOCIALES  
 
Sobre el papel que cumplen las redes sociales señala que todas muy buenas herramientas, para usar BIEN y como tal. Aún las estoy analizando con respecto a su alcance y resultados. Me preocupan mucho por los grandes horrores que aparecen básicamente en Facebook, por las faltas de ortografía (seguramente los muros son lo único que mucha gente lee, lo cual propaga el vocabulario mal escrito y mal empleado), también que se creen realidades a través del mismo (aunque eso pasa con los medios “tradicionales” también). Son importantes en el entendido que realmente tienen información y en muchos casos inmediata, permiten crear grupos de interés, como Linkedin, sirven a intereses personales e institucionales, lo cual es toda una revolución, porque realmente es efectiva más que un medio tradicional.
Era lógico que cuando pasáramos a integrar la “aldea global” que se hablaba en los 90 pero no se había propagado, nuestra cultura iba a cambiar su forma de comunicarse”.

domingo, 24 de enero de 2016

MIENTRAS EL AÑO VA PASANDO. Por Julio Dornel.


               Familia Hernández Priliac año 1959



                   Julio Dornel,escritor y periodista

 Es cierto, ya no se multiplican las tarjetas, los saludos, las felicitaciones y los regalos con motivo del nuevo año. Piense bien, haga un rápido balance y comprobará que hemos recibido pocas tarjetas y algún almanaque. Surgen en cambio las reiteradas interrogantes sobre lo que podrá depararnos este 2016 tan globalizado como nunca en la historia de la humanidad y donde resulta muy difícil elegir el camino que deberemos tomar en los próximos días. Quiérase o no, nadie quedará al margen de los grandes cambios que con velocidad supersónica se producirán en el transcurso del nuevo año.
Culmina el 2015 y como suele suceder nos detenemos ante el teclado con la intención de realizar un breve balance de estos 365 días. Sin embargo rechazamos la idea que nos llevaría mucho espacio para analizar temas que ustedes conocen de primera mano. Alegrías, amarguras y sufrimientos que forman parte de la propia esencia de toda comunidad y quienes hacen EL ESTE diariamente van acumulando esos acontecimientos palpitando en cada noticia sin tener en cuenta los triunfos ni las derrotas porque ese es el papel que nos reserva la sociedad como medio de comunicación. EL ESTE ha sido testigo y protagonista de muchos acontecimientos que jalonaron la vida fronteriza y quedarán como páginas sueltas que servirán algún día para conocer mejor nuestra identidad popular.
Un año significa muy poco para evaluar el desarrollo de una población. Por ese motivo retrocedemos algunas décadas para ver cuáles eran las aspiraciones populares que preocupaban a la sociedad fronteriza. Es curioso que algunos temas que preocupaban a los habitantes en 1996 (hace 20 años) se mantengan en la agenda de las autoridades y de la población en general. El 27 de diciembre de 1997 recogimos la opinión de algunas mujeres que incursionaban en distintas áreas para conocer su visión de la realidad fronteriza y las perspectivas para el nuevo año.
La educacionista Susana Rocha señaló en aquella oportunidad que “Chuy tiene muchísimas carencias en lo cultural, en la infraestructura, en lo urbanístico y en lo social. No tenemos centros de enseñanza técnica, faltan escuelas, no tenemos parques ni espacios verdes, no hay teatro ni pileta de natación. La plaza de deportes es chica y carente. El gimnasio está en camino. Las calles dejan mucho que desear, el alumbrado público ni que hablar, la limpieza es insuficiente, hay basura por doquier, no hemos encontrado soluciones para la avenida Internacional , no tenemos casa cuna, no hay control sobre los niños de la calle, ni autoridades del INAME radicadas, ni locales donde los atiendan. Estas son algunas de nuestras carencias, sin tocar otros temas como la droga, la violencia familiar y la desocupación fuera de temporada. Sería necesario –dijo Susana Rocha- que toda la comunidad a través de sus representantes naturales y fuerzas vivas se unieran para analizar estos problemas y sus posibles soluciones”. Por supuesto que algunos de estos problemas se han ido solucionando con el paso de los años, pero es evidente que otros se mantienen intactos por distintas circunstancias. Debemos reconocer que Chuy ha logrado cosas importantes en la última década, pero también ha perdido otras cuyo valor es incalculable cuando ponemos en la balanza los afectos, los recuerdos, las reuniones informales y los encuentros fortuitos que hoy a la distancia van alimentando la nostalgia.
Un lector de estas páginas radicado en Noruega nos señalaba que prefería quedarse por aquellos pagos, ante la seguridad de que en su regreso no encontraría el Chuy que dejó en la década del 70. Con el efecto de una avanzada Noche Buena se dejaba llevar por la nostalgia para mencionar lugares, situaciones y personajes desaparecidos. Cuántos recuerdos y episodios de aquella “década de oro” con el OPEL en la tradicional esquina de la Avenida Internacional y Laguna de Los Patos, EL PALENQUE frente al Estadio Samuel Priliac, PARRILLADA PAMPAS frente al Baratillo, el Cine de Lasa, MI CASA y algunos boliches donde recalaban los pocos habitantes de la “aldea”. Sin embargo los tiempos fueron cambiando y también las peñas semanales empezaron a espaciarse ante la ausencia de los parroquianos. Se vivía una época de bonanza y felicidad que parecía eterna, con un ambiente fermental en lo cultural impulsado por Jesús Perdomo, Wilkins Machado, Rondan Martínez, Jorge Calvette, el Pocho Techera y varios jóvenes que buscaban su espacio como el Pico Decuadra, Alcides Romero, Raúl Antunez, Duverlý Rodríguez, Dany Acosta y el Bico Decuadra. Claro, ese Chuy no tenía duplicado y se perdió definitivamente. Ahora son otras las prioridades. Ni mejor ni peor, simplemente distintas.
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sábado, 23 de enero de 2016

"El Cine de Lassa" Por Julio Dornel-


                 Julio Dornel, escritor y periodista
La evocación de otros tiempos, cuando la frontera se entretenía con pocas cosas, nos lleva invariablemente al “cine de Lassa”, que en realidad comenzó siendo Cine Principio y finalmente Cine Ariel, cosa que poco importa cuando se pretende revivir jornadas del pasado.
Muchas generaciones se deleitaron con las películas de este cine que sin ser el primero tuvo la virtud de ofrecer el despegue del cine fronterizo en la segunda mitad del siglo pasado.
Algunos recordarán los comienzos de Cine Principio en los salones del Club Social allá por 1951, donde permaneció durante 8 meses, para trasladarse luego al local (galpón) propio construido por “Bililí” Amaral. Todo comenzó con una cámara AMPRO de 16 mm. y muchos rollos, sillas de paja y la película LAS ABANDONADAS con Dolores del Río y Pedro Armendáriz.
Las preferencias del público se inclinaban por la vida del vaquero americano eternizado con la figura del cowboy. Y era en ese lejano oeste que encontrábamos nuestras coincidencias juveniles en las ansias de libertad de estos hombres sin ley que tenían siempre como elemento valedero su inteligencia su fuerza y fundamentalmente su rapidez para sacar el revólver.
Por allí pasaron los primeros bandidos corriendo diligencias y asaltando trenes, las primeras ejecuciones públicas y también por allí fuimos conociendo a los famosos pistoleros del oeste americano que asolaban a las pequeñas poblaciones. El pasaje agreste y solitario era el escenario natural de los “ western” del 50 con sus personajes aventureros, sus buscadores de oro, sus “sheriff” y sus “salones” con puertas de vaivén.
Cómo no vamos a recordar a Tom Mix, a Gary Cooper, John Wayne y Randolf Scott, que iniciaron una larga cadena de buenos pistoleros.
Durante muchos años el “cine de Lassa” fue ofreciendo a su público una lista de películas que hacían el deleite de chicos y grandes. Y en esa cartelera imaginaria de grandes películas recordamos a Flor de Mayo y Café Colón ambas protagonizadas por María Félix y Pedro Armendáriz, Esposa y Amante con Jorge Mistral y Libertad Lamarque, Mis Padres se Divorcian con Arturo de Córdoba, El Balcón era la Luna con Lola Flores y Carmen Sevilla, Viva Chihuahua con Miguel Aceves Mejía, Piel Canela con Sarita Montiel y El Rapto con Jorge Negrete y María Félix.
Antiguas máquinas
Cómo no recordar a Casablanca con Ingrid Bergman, Ben-Hur con el apuesto oficial romano y las hazañas de Charlton Heston. Vimos a Gene Kelly “Cantando Bajo la Lluvia” lo que le valió una complicada pulmonía.
Por allí pasaron Lawrence de Arabia y Cleopatra con la apasionada actuación de Elizabelh Taylor y Richard Burton. Por supuesto que hay muchas que no recordamos y que contaron con la participación de Luis Sandrini, Cantinflas, Dringue Farías y muchos consagrados de la pantalla grande de aquellos años. Charles Chaplin, los Hnos Marx, Laurel y Hardy fueron a su tiempo los máximos exponentes del humor cinematográfico con algunas referencias a la realidad social que se vivía en aquellos años. También se podía admirar el escote de Gina Lollobrigida, el erotismo de Marylyn Monroe o el contraste rudo y salvaje de Gary Cooper. Muchos recordarán SUPERHOMBRE que tras sobrevivir a la destrucción del planeta Krypton fue adoptado por un matrimonio que lo ayudó en su carrera de periodista, transformado en Clark Kent y que si estuviera vivo estaría festejando sus 65 años.
Domingos de Matinée
En varias oportunidades hemos apuntado a la evocación de viejos tiempos, cuando la infancia era marcada por las cosas sencillas de una vida con muchas limitaciones, pero también sin mayores sobresaltos. Entre varias cosas que han quedado por el camino queremos recordar hoy las tardes de matinée en el Club Social. Se podía faltar al fútbol, a las misas del padre Bernasconi, a las reuniones bailables de Peñarol, y si se quiere hasta algún velorio de cercanos parientes, pero las sesiones de matinés eran “obligatorias”, y allí estábamos todos los domingos, para acompañar los episodios continuados de los Aguiluchos, las luchas del cowboy americano, o las hazañas de TARZAN contra el hombre blanco. Debemos confesar que en algunas oportunidades terminábamos “torciendo” por los bandidos. Por allí andaban Tom Mix, Gary Cooper, Randof Scott y muchos otros, llenando las fantasías de nuestra infancia con aquella violencia que comparada con las películas de ahora nos resultan infantiles. Antes de que el cine llegara a la frontera disfrutábamos del TARZAN continuado, que nos ofrecía el suplemento dominical del diario EL DIA.
Llegaron luego las matinés del Club Social donde Johnny Weismuller inmortalizó al mítico personaje de Edgar Rice Burrough en la selva africana, junto a Jane su eterna compañera. Tiempos de los primeros pantalones largos, de los cigarrillos fumados en el baño y del primer reloj de pulso que nos daba cierto status al pasar el día mirando la hora. Hoy todo ha pasado a la mejor historia y el modesto reloj ha sido sustituido por el celular colgado a la cintura, al mejor estilo del cowboy con su inseparable revólver. No sabemos cual será el destino del cine en los próximos años, donde las transformaciones tecnológicas harán lo posible para mantener su vigencia. Sabemos en cambio lo que significó el “cine de Lassa” para las generaciones pasadas. Cómo perderse el erotismo prehistórico de Isabel Sarli, con su opulenta feminidad en las películas de Armando Bo, fabricando rubias cabezas de mujer y relucientes cabelleras masculinas denunciando muchos gramos de gomina Brancato. Cómo olvidar los trajes cruzados, el pañuelo al cuello o el “gacho” gris de Tito Lusiardo.
Un poco de historia
Resultará muy difícil establecer una fecha aproximada para ubicar las primeras proyecciones. Pretendemos en cambio recordar algunos nombres que fueron de alguna manera los primeros adelantados de la cinematografía fronteriza. Transcurrían los primeros años de la década del 30 cuando los pocos habitantes de 18 de Julio, disfrutaban de películas mudas que traídas de Santa Vitoria, eran exhibidas en la casa de la familia Gatti-Dinegri frente a la escuela pública. Surgieron posteriormente en esta frontera algunos locales donde también se fueron exhibiendo estas películas que comenzaron a despertar el interés de la población. Podemos destacar entre ellos al Club Social Luz y Vida, Teatro Río Branco, Cine Gloria, Cine Río Grande, Club Social Chuy, Cine Principio y Cine Teatro Caetano último baluarte del cine fronterizo. Queremos recordar además algunos nombres que se fijaron definitivamente en la historia del cine local, Mario de San Vicente, Elvira Rotta, Jorge Calvette, Washington Diego, Ariel Lassa, Caetano Rotta, Esteban Fernández, Filmar Rodríguez, Tomás Corbo, Gilberto Correa, Lujan Rocha, Guadalupe Da Costa y muchos otros que con suerte variada participaron en distintas tareas.

jueves, 21 de enero de 2016

OSCAR BRUNO CEDRES: CLUB A. LAVALLEJA. “TRES BARRIOS, DOS COLORES, UNA PASIÓN…” Por Julio Dornel.

                                     Oscar Bruno
 
                              Julio Dornel
 
La Revista Histórica Rochense ha ofrecido en varias oportunidades las intimidades de algunas   instituciones  deportivas, que al decir del periodista Hugo Luján Amaral, “agrupa  personajes, que constituyen una buena porción de la identidad cultural de un pueblo”. Conocedor del ambiente deportivo y los colores que alimentan las pasiones, el Director apuntó su desafío al periodista Oscar Bruno Cedrés, para que armara la historia que había comenzado en su infancia transitando calles de tres barrios inolvidables, Viera, Lavalleja y Machado. Por ese motivo nos encontramos en el último número de la REVISTA HISTÓRICA ROCHENSE (8) con una detallada presentación del autor, cumpliendo con creces el desafío de la Dirección. Recuerda en primer término “los nombres de quienes nos hicieron hinchas de Lavalleja allá por los comienzos de la década del cincuenta; el “Chiquito” Tulio Machado y Tomás Pereyra, (mozos de la cantina del viejo Rocha Athletic, club de la calle Treinta y Tres) de quien nos llevara allá por 1963 a integrar por primera vez una Comisión, la de Pro- Sede, un trabajador incansable por el club: Leonel González y de quien fuera un compañero formidable de Directiva y un amigo excepcional , el “Coco” Roberto Amorín Muñoz. Como en toda historia, siempre hay varias versiones, por lo que esta de hoy no quiere ser la excepción, puede haber alguna otra opinión sobre lo acá escrito y lo aceptamos, pero sí lo hemos hecho con honestidad, con sinceridad y con pasión, la misma que domingo a domingo ponemos en cualquier escenario que juegue la casaca gloriosa de los Tres Barrios, la querida albiverde”. La evocación sentimental de un relato con nombres, nos lleva por la rica historia que significa tener “parroquia, escuela, policlínica, estadios de fútbol (2) el Viejo Tenis y Las Barrancas, hogar de ancianos, parque con zoológico, pista de ciclismo, escenario para canto y guardería infantil, pero sobre todo tiene un protagonismo como ninguna otra zona de nuestra capital departamental”. Este es el comienzo de las 36 páginas que el periodista Osar Bruno Cedrés dedicara, al Club A. Lavalleja en el último número de la REVISTA HISTÓRICA ROCHENSE.

GUMERSINDO SARAVIA. UN CUERPO SIN CABEZA DESCANSA EN “SANTA VITORIA”. Por Julio Dornel.


                   Escritor y periodista Julio Dornel

Mientras la arqueología pretende estudiar los restos físicos de las antiguas construcciones y artefactos, la historia se dedica a la investigación, estudiando documentos escritos y recogiendo comentarios orales que se fueron trasmitiendo de generación en generación. Lamentablemente en este enclave fronterizo no existen muchos documentos que nos permitan preservar el recuerdo de algunos acontecimientos registrados en el pasado, pero que tuvieron amplia repercusión en el plano internacional. Sin embargo es justo destacar que existen trabajos meritorios que demuestran el interés de historiadores y periodistas que han incursionado en el tema, dejando nombres, circunstancias y vivencias que sirven hoy para interpretar de alguna manera la cultura de aquellos años y el origen de algunos enfrenamientos.
En este sentido queremos destacar el trabajo realizado por los periodistas brasileños Tabajaras Ruas y Elmar Bons sobre la vida del caudillo Gumersindo Saravia, que se transformó en leyenda durante la Revolución Federalista de 1893. Se trata de un excelente trabajo escrito tras una paciente investigación realizada en 1997 visitando bibliotecas y reporteando viejos moradores de la frontera uruguaya y brasileña.
Señalan al comenzar la obra titulada LA CABEZA DE GUMERSINDO que muchas contradicciones y ambigüedades marcan la historia de Gumersindo, comenzando por su nombre. Nacido en el Uruguay y presentado en el Brasil, es Gumersindo para sus parientes uruguayos y Gumercindo para los brasileños, mientras él firmaba como Gumersindo.
Agradecen además a decenas de personas que “nos auxiliaron con informaciones, material e ideas en Montevideo, Melo, Treinta y Tres, Rivera, Aceguá, Porto Alegre, Santa Vitoria do Palmar, Santiago, Caroví, Livramento, Bagé, Santa María, Florianópolis, Curitiba, Lapa y Río de Janeiro.”
El prólogo del libro pertenece al Dr. Julio María Sanguinetti señalando en una parte del mismo que “como sombras del pasado los caudillos rurales aparecen aún hoy, invariablemente, envueltos en brumas de polémica. A veces se nos describe sus trágicos finales, su coraje, su desprendimiento material, su profundo enraizamiento popular y a partir de allí una visión envuelta de romanticismo. En ocasiones, a través de los horrores de las guerras, las truculentas descripciones de degüellos que las partes en conflicto siempre se atribuyeron recíprocamente, o mostrando la incompatibilidad entre cualquier orden institucional y el personalismo del espontáneo mando individual, se nos explica que la dicotomía civilización y barbarie de la literatura sarmientina tiene mucho de sentido.
Esta cuestión se complica aún más cuando a las dicotomías ideológicas y sociológicas le añadimos los particularismos nacionales que, como es natural impregnaron nuestros textos históricos. Más allá de la diferencia de tradición, la sensibilidad, el modo de concebir el país, su relacionamiento con la gente, son análogos y bien distintos de aquellos señores de los campos, cuyo escenario eran las vastas cuchillas patrias, su transporte, el caballo y no el coche, su instrumento la espada y no la pluma.
Los riograndenses federales reclamaban más autonomía estadual, un sistema más parlamentarizado y subyacía detrás de esta idea una visión más tradicional del estado y la sociedad. Por un lado entonces, el medio rural, con Gumersindo Saravia como Jefe Militar, por otro la tendencia civil marina de base carioca. Es así que en 1893 llegan los revolucionarios a dominar no sólo Río Grande sino Florianópolis y hasta Curitiba. La guerra fue tremenda, sangrienta –dice Sanguinetti- llena de excesos y represalias, de actos heroicos y de combates singulares.
El supremo desborde de pasión es la mutilación de los cadáveres de Gumersindo y de Almirante Saldaña de Gama cuando caen muertos. En el correr de ese dramático enfrentamiento, Gumersindo termina siendo leyenda. Y a su lado Aparicio hace su aprendizaje militar y forma ya su condición de caudillo, que se proyectará más tarde en Uruguay. Por alguna causa, cuando cae Gumersindo, este mismo lo designa su sucesor y le da el mando, que de inmediato reconocen los demás jefes brasileños y en formalmente ratificado con la firma de Gaspar Silveira Martins y Luis Saldaña de Gama. De esa confrontación emergen los últimos caudillos de aquel tiempo que terminaba.”
En las primeras páginas del libro los periodistas brasileños establecen que “la entrada del cementerio de Santa Vitoria do Palmar es guardada por un pórtico, con arcada y portón de hierro envejecido y herrumbrado. Erocildo Pereira es el sepulturero hace 9 años y no recuerda haberlo visto cerrado en alguna oportunidad. El mayor movimiento pertenece a los que recuerdan la memoria de Gumersindo Saravia. En el panteón de mármol están guardados los ochenta huesos que quedaron de su cadáver.
El panteón no es imponente. No se destaca sobre los otros del pequeño cementerio. La placa de bronce dice simplemente: panteón perpetuo de las familias de Gumersindo Saraiva y Amelia Rodríguez Saraiva ( 2/ 11/ 1919) Es la fecha en que el cuerpo de Gumersindo vino de Santa Clara del Olimar en el Uruguay, para este cementerio en la Región de los Campos Neutrales.
En otra pequeña placa las fechas del nacimiento y de la muerte: 1852- 1894. Gumersindo vivió solamente 42 años. La mujer de Gumersindo , doña Amelia, también está enterrada allí. Hay una pequeña fotografía de cada uno. Gumersindo está sin sombrero, usando un traje apretado, cuello alto abotonado. Ella parece medio distraída. Los que la conocieron destacan el coraje y la alegría que siempre la acompañaban. “Esta bajita es más guerrera que yo” decía Gumersindo a sus amigos.
Todos los días alguien llega al cementerio de Santa Vitoria a depositar alguna flor en el sepulcro de Gumersindo, sobre todo en el aniversario de su muerte. Sin embargo también el odio de los enemigos pasa por el cementerio; la foto de Gumersindo, incrustada en mármol, está arañada, como si alguien quisiera borrar el esmalte que la cubre y condenar al olvido el nombre del caudillo oriental. Todo el pueblo de Santa Vitoria sabe que el sepulcro guarda un cuerpo sin cabeza, mientras que la historia inventada por los lugareños asegura que durante las noches de luna llena el caudillo abandona el cementerio montado en su caballo negro. Sin embargo el sepulturero manifestó a los periodistas brasileños que “por ese portón nunca lo vi salir… “
Con material bien documentado los escritores brasileños nos ofrecen algunas páginas de la historia riograndense por donde debió transitar Gumersindo para entrar en la inmortalidad. El surgimiento de estos caudillos no obedecía solamente al heroísmo sin límite, sino que tenían raíces más profundas, relacionadas siempre con las diferencias sociales de la población y la situación que vivía por aquellos años la campaña riograndense. Por este motivo la figura legendaria de Gumersindo enarbolando la bandera de la justicia social continua galopando por los campos brasileños que un día regara con su propia sangre.