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viernes, 5 de febrero de 2016

RECORDANDO AL HISTORIADOR WILKINS MACHADO. Por Julio Dornel.




                    Escritor y periodista Julio Dornel

El verano ha sido siempre la estación indicada para revisar carpetas con apuntes y viejos papeles que llegan a sorprendernos por su contenido, haciéndonos disfrutar de situaciones y vivencias del pasado local. Fue en el interior de una de ellas que nos encontramos con un valioso documento que mucho contribuye a determinar la fecha fundacional de esta ciudad.  
El 8 de diciembre de 1981 el Poder Ejecutivo aprobaba la Ley Nº 15227 donde los consejeros de Estado Milton de los Santos y Antonio Gabito  proponían que la Villa de Chuy fuera elevada a la categoría de ciudad. Sin embargo para llegar al título de ciudad esta frontera debió recorrer un siglo de existencia, poniendo a prueba el esfuerzo de varias generaciones y donde cada una y a su manera debió aportar su cuota de sacrificio, de trabajo y de superación para llevar adelante los postulados de los primeros visionarios que poblaron la zona.
Al margen de los trabajos de investigación histórica de varios autores locales que hemos publicado oportunamente queremos detenernos hoy en una carta que nos enviara días antes de su muerte el historiador Wilkins Machado desde la ciudad de Castillos. Desde su llegada a Chuy en el año 1963 Machado fue revelando trazos de la historia fronteriza y sus habitantes hasta completar con fidelidad poco común un verdadero estudio de nuestro pasado. Fue testigo de las turbulencias fronterizas participando simultáneamente de todos los movimientos sociales, culturales y deportivos de la época. Nunca fue espectador ni permaneció ajeno a las inquietudes populares ofreciendo siempre una cuota de su investigación a los alumnos de los centros educativos y a la población en general.
En la carta aludida fechada en Castillos el 29 de Abril de 1988 (centenario de Chuy)  verdadero documento de nuestras raíces históricas señalaba: “te mando unos pantallazos de lo que entiendo es la historia de Chuy. Su nombre se ha materializado tanto, se encuentra tan atrapado por el problema económico, que se han descuidado valores tales como su historia, su cultura, su medioambiente y sus cosas más importantes, tan es así que la escala de valores ha sufrido un cambio tal que aquello que antes significaba honor, honradez, amistad, cultura etc, hoy es apreciado de otra forma, se ha perdido el amor al terruño, todos han llegado a la indiferencia total y otros se guían por historiadores extranjeros para desde  allí extraer nuestras raíces.”

Analizando luego el origen de esta población señalaba que “existen tres razones  fundamentales, que nos llevan a la  fecha mencionada; documentos a la vista, tradición y anécdota mediante de que el 16 de febrero de 1888 Chuy era un centro poblado puesto que en esa fecha ya existía aduana, policía y despachante de aduanas. Tres razones que por su importancia y significado determinan la realidad de un pequeño centro poblado.

En esta trilogía que hemos señalado se encuentran representados, los intereses legales de la República y su representación oficial en la frontera, los comerciales y los fiscales. Tres poderosas razones que nos lleva a sostener que en esa época y en esta zona del  país existía un núcleo o centro poblado.
Antes de la fecha que hemos mencionado encontramos algunos de los elementos en que basamos nuestra tesis, pero nunca antes del 16 de febrero de 1888.” Finalmente y haciendo referencia a nuestros limites con Brasil, Machado señala que “Luego de la (es nuestra opinión) desgraciada intervención de Lamas en la concertación de limites entre Uruguay y Brasil (1851/ 52) se empieza a establecer los limites concertados  mediante convenios y es así que a partir del marco Nº 1, ubicado a orillas del arroyo Chuy se comienza a construir una muralla con la intención de separar ambos países. Ya iniciada la obra, personas de relevancia de ambos países, se reúnen manifestando que entre ambas naciones no puede existir la vergüenza de un muro que nos separe. Como consecuencia de ello, luego de gestiones ante los gobiernos de ambos países, la obra no prosiguió y nuestra frontera pasó a ser una línea imaginaria que nos une y no un hecho físico separatista.
Aún hoy puede observarse la iniciación de esta obra, muro que arranca desde el marco Nº 1 ubicado sobre el arroyo Chuy, se prolonga por casi dos cuadras y tiene una altura aproximada de 2 metros y medio por dos de ancho.”

En documento adjunto Machado nos enviaba el decreto de la Junta Administrativa de Rocha que mencionaba los nombres de las personas que integraron la primera Comisión Vecinal. “En el Chuy el día 31 de enero del año mil ochocientos ochenta y ocho, reunidas las personas nombradas por la Honorable Junta Administrativa del Departamento para desempeñar la Comisión local de esta localidad resolvieron proceder al nombramiento de los respectivos cargos; Presidente Antonio Fossati y secretario León Ventura, integrándola además Francisco Olivera, Juan Rodríguez y Ezequiel Silveira.”
Estos documentos de indudable valor histórico estarían confirmando otras versiones que también establecen que la fundación de esta frontera ocurrió en el mes de febrero de 1888. 

Q U I E N   E R A    W I L K I N S   M A C H A D O 


Lo conocimos en 1963 cumpliendo tareas administrativas en la Receptoría de Aduanas, manejando con solvencia, capacidad y eficiencia un área muy problemática de una oficina destinada a controlar “las fronteras de la patria”.

Eran años tranquilos para esta dependencia y la soledad del oficinista fue propicia para que volcara en la vieja Olivetti una recopilación de datos históricos a partir de 1888 y algunos cuentos basados fundamentalmente en vivencias populares.
Nacido en tierras arachanes bajo la influencia  de una ilustre figura de las letras americanas como lo fuera Juana de Ibarburou, comenzó desde temprana edad a escribir poemas y cuentos que posteriormente continuaría en esta ciudad. Fue durante toda su vida una mezcla equilibrada de funcionario aduanero preocupado con los temas de su función y también las letras, pasando por la investigación histórica, por la narrativa y por la poesía.

Llegó a Chuy en el año 1955 compartiendo tareas con Madolé Rodríguez, “Chirimino” Decuadra, “Pepe” Laborde, el “Coco” Costa y otros funcionarios aduaneros cuyos nombres escapan a nuestra memoria. Wilkins perteneció a una generación inquieta, inteligente y dinámica que se caracterizó por desarrollar actividades culturales que tuvieron su máxima expresión en la década del 60.
Las actividades facultativas  del Liceo Piloto le dieron la oportunidad de realizar importantes trabajos de investigación histórica sobre el norte del departamento. Una posición de jerarquía  dentro de la Dirección Nacional de Aduanas no le impidió mantener activa participación en la realización de todos los eventos artísticos y culturales que se realizaban en esta frontera. Integrante y fundador del Equipo Frontera Chuy, alternó durante muchos años distintas comisiones del  quehacer fronterizo, siendo además preparador físico del Club Nacional de Fútbol. Hizo periodismo escrito y radial con una evocación permanente  de las cosas y la gente del “pago chico” como solía decirlo.
En el año 1966 hacíamos la presentación para una publicación liceal (Piloto Chuy) diciendo  que el espíritu sensible a la investigación histórica ha sabido  extraer de su producción un manojo de impresiones imborrables en el paisaje cautivante y envolvente de este pueblo fronterizo. Al conmemorar un nuevo aniversario de la fundación de esta ciudad, nuestro eterno agradecimiento a quien tanto hizo por rescatar las raíces de nuestro pasado histórico: Wilkins Machado.  

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