Este fin de semana empiezan a resolver su interna
El Observador
El único sector del Frente Amplio (FA) con representación parlamentaria que al momento no se pronunció a favor de la candidatura a la presidencia de Tabaré Vázquez es el Partido Comunista del Uruguay (PCU). Es que antes de tomar definiciones electorales, todavía tienen que resolver sus problemas internos. Este fin de semana el Comité Central comunista estará marcado por dos grupos con estilos diferenciados.
El PCU definirá el domingo el documento a analizar durante el Congreso del sector fijado para octubre. Allí se resolverán las bases para el Congreso del FA de un mes después, en noviembre, y serán fijadas las definiciones de alianzas electorales, por lo que los próximos tres meses serán claves en el futuro comunista.
Al distanciamiento con Vázquez que creció en 2011 cuando el líder del FA propuso una actualización ideológica de la izquierda, se le suma el debate sobre cómo pararse a la interna. Los comunistas saben que deberán buscar una alianza electoral pero deberán resolver si es con el MPP, como en las últimas elecciones, o con el Partido Socialista.
El peso de del PCU en la interna del Frente Amplio los transforma en piezas claves del esquema político de la izquierda. Por su injerencia en las bases, los votos comunistas son fundamentales para aprobar el próximo programa de gobierno. Allí, la intención es marcarle la cancha a Vázquez.
Los delegados de las bases son los que marcan el rumbo tanto del Congreso programático como los Plenarios del Frente Amplio, las dos instancias orgánicas del FA con mayor poder de decisión.
Además, el sector también tiene el poder de la Intendencia Municipal de Montevideo que dirige Ana Olivera.
Los bloques
La definición sobre el futuro político comunista está precedida de una historia de diferencias entre dos bloques (ver recuadro).
La línea tradicional es liderada por el actual secretario general, Eduardo Lorier. Ese dirigente es seguido por el histórico sindicalista de la educación, Pedro Balbi, quien el año pasado realizó huelga de hambre en el marco de un conflicto con el gobierno. En ese bloque también está Daniel Marsiglia y el dirigente de la Federación Nacional de Profesores (Fenapes), Manuel Oroño.
Por otro lado, están los camaradas alineados con el actual vicepresidente del Frente Amplio, Juan Castillo, señalados en el resto de la izquierda como el “ala renovadora” del PCU. En ese bloque está el subsecretario de Educación y Cultura, el maestro Oscar Gómez, que durante el último conflicto de la educación fue desafiliado del sindicato de maestros de Montevideo. Alineado a Castillo también está el líder del sindicato de obreros de la construcción (Sunca), Oscar Andrade, y la exdiputada Alicia Pintos, dijeron a El Observador fuentes políticas.
La línea de Lorier es la más ortodoxa. La de Castillo es más negociadora con el resto de los sectores. Ese nexo creció cuando Castillo asumió como vicepresidente del FA, donde mantiene diálogo constante con la presidenta de la coalición de izquierda, Mónica Xavier.
En tanto, hay una tercera línea de dirigentes que tiene aún más diferencias con la conducción que lleva adelante Lorier y decidieron por tanto alejarse de la dirección. La exministra de Desarrollo Social, Marina Arismendi y el sindicalista de la salud, Jorge Bermúdez, optaron por ese camino. La intendenta de Montevideo, Ana Olivera, también es cercana a Arismendi.
Bermúdez dijo a El Observador que renunció al Comité Central por una opción personal. También afirmó que Castillo es su “amigo” pero advirtió que tiene diferencias con parte de la dirección. “Tengo diferencias y tengo matices. Nunca los negué pero los discuto en la orgánica. Pero no tengo ninguna intención de formar una corriente sindical alterna porque yo soy comunista”, declaró.
La puja
Durante los tres meses que separan al Comité Central del Congreso del PCU el documento comenzará a bajar a los distintos organismos y allí se dará la discusión. Aunque la historia del partido marca que luego salgan todos unidos a defender su posición, fuentes de la izquierda dijeron a El Observador que la puja entre los bandos será intensa.
“En octubre va a ser el Congreso. Vamos a tener un material guía que lo elabora un organismo, después lo aprueba sábado y domingo el comité central, ya eso queda pronto de acuerdo al estatuto para que en tres meses la gente pueda analizarlo en las agrupaciones y en todos lados. Capaz que el documento empieza con estimados camaradas y puede terminar en estimados, ¿entiende? Es así la cosa”, dijo Lorier a El Observador el lunes 29 de julio.
Al finalizar ese proceso, el liderazgo de Lorier también estará en juego, ya que durante el Congreso estará habilitada la elección para la dirección y el cargo de secretario general.
Historia cercana entre dos corrientes
La última batalla interna la ganaron los alineados con Juan Castillo el año pasado, cuando el dirigente fue proclamado candidato a la presidencia del Frente Amplio por el Partido Comunista. Eso sirvió para posicionar a Castillo en el mapa político tras 25 años de militancia sindical.En 2011, cuando el senador Eduardo Lorier se retiró de sala y no votó la ley de Participación Público Privada, Castillo reclamó a la interna que lo conveniente era votar en unidad con el resto del Frente Amplio. Incluso, la dirigente Alicia Pintos declaró que la resolución de Lorier no fue resuelta por la dirección.
Por su parte, Marina Arismendi, hija del histórico dirigente comunista Rodney Arismendi, está alejada de la dirección comunista por diferencias con Lorier. Arismendi perdió el respaldo orgánico cuando el PCU la vetó como ministra de Desarrollo Social del presente gobierno por haberse pronunciado a favor de una formula con Danilo Astori de presidente y Mujica de vicepresidente, cuando counistas y MPP eran aliados.