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sábado, 7 de septiembre de 2013

De Nobel a Nobel II Carta abierta a Obama

Carta abierta al Presidente de los
EE.UU. de Norteamérica
Barack Hussein Obama
 
Escucha el clamor de los pueblos!

La situación en Siria es preocupante y una vez más los EE.UU., erigiéndose en gendarme del mundo, pretende invadir Siria en nombre de la “Libertad” y los “derechos humanos”.

Tu predecesor George W. Bush  en su locura mesiánica supo instrumentalizar el fundamentalismo religioso para llevar a
cabo las guerras en Afganistán e Irak. Cuando declaraba que conversaba con Dios, y Dios le decía que tenía que atacar a Irak, lo hacía porque era dictamen de Dios exportar la “libertad” al mundo.

Tú has hablado, con motivo de los 50 años de la muerte del Reverendo Luther King, también Premio Nobel de la Paz, de la necesidad de completar el “Sueño” de la mesa compartida, de quien fuera la más significativa expresión de lucha por los derechos civiles contra el racismo en la primera democracia esclavista del mundo. Luther King fue un hombre que dio su vida para dar vida, y por eso es un mártir de nuestro tiempo. Lo mataron después de la Marcha sobre Washington porque amenazaba con desobediencia civil a seguir siendo cómplices de la guerra imperialista contra el pueblo de Vietnam. ¿Realmente crees que invadir militarmente a otro pueblo es aportar a ese sueño?

Armar rebeldes para luego autorizar la intervención de la OTAN, no es algo nuevo por parte de tu país y tus aliados. Tampoco es nuevo que EE.UU. pretenda invadir países acusándolos de posesión de armas de destrucción masiva, que en el caso de Irak resultó no ser cierto. Tu país ha apoyado el régimen de Saddam Hussein que utilizó armas químicas para aniquilar a la población kurda y contra la Revolución Iraní y no hizo nada para sancionarlo porque en ese momento eran aliados. Sin embargo ahora pretenden invadir Siria sin siquiera saber los resultados de las investigaciones que está haciendo la ONU por autorización del mismo gobierno Sirio. Ciertamente que el uso de las armas químicas es inmoral y condenable, pero tu gobierno no tiene autoridad moral alguna para justificar una intervención.

El Secretario General de Naciones Unidas, Ban Ki-moon, expresó que un ataque militar en Siria podría empeorar el conflicto.

Mi país, la Argentina, que se encuentra ejerciendo la Presidencia del Consejo de Seguridad de la ONU, ha hecho pública su posición contra una intervención militar extranjera en la República Siria negándose a ser “cómplice de nuevas muertes”.

El Papa Francisco también llamó a globalizar el pedido de paz y decretó una jornada de ayuno y oración en contra de la guerra para el día 7 de septiembre, a la cual nos adherimos.

Hasta tu histórico aliado, Gran Bretaña, se ha negado (al menos de momento) a ser parte de la invasión.

Tu país está transformando la “Primavera Árabe” en el infierno de la OTAN,  provocando  guerras en el Medio Oriente y desatando la rapiña de las corporaciones internacionales. La invasión que pretendes llevará a más violencia y más muertes, así como a la desestabilización de Siria y de la región. ¿Con qué objetivo? El lúcido analista, Robert Fisk, ha precisado que el objetivo es Irán y postergar la concreción del estado palestino, no es la indignación que producen la muerte de cientos de niños sirios lo que los motiva a ustedes a intervenir militarmente. Y justamente cuando ha triunfado en Irán un gobierno
moderado, donde se podría tratar de contribuir a lograr escenarios de negociación pacífica a los conflictos existentes. Esa política será suicida de tu parte y de tu país.

Siria necesita una solución política, no militar. La comunidad internacional debe dar su apoyo a las organizaciones sociales que buscan la paz. El pueblo sirio, como cualquier otro, tiene derecho a su autodeterminación y a definir su propio proceso democrático y debemos ayudar en lo que nos necesiten.

Obama, tu país no tiene autoridad moral, ni legitimidad, ni legalidad para invadir Siria ni ningún otro país. Mucho menos luego de haber asesinado 220.000 personas en Japón lanzando bombas de destrucción masiva.

Ningún congresal del parlamento de Estados Unidos puede legitimar lo ilegitimable, ni legalizar lo ilegalizable. En especial teniendo en cuenta lo que dijo hace unos días el ex presidente noerteamericano James Carter: “EE.UU. no tiene una democracia que funcione”.

Las escuchas ilegales que realiza tu gobierno al pueblo norteamericano parecen no ser del todo eficientes, porque según una encuesta pública de Reuters, el 60% de los estadounidenses se oponen a la invasión que quieres llevar a cabo.

Por eso te pregunto Obama ¿A quién obedeces?

Tu gobierno se ha convertido en un peligro para el equilibrio internacional y para el propio pueblo estadounidense. EE.UU. se ha vuelto un país que no puede dejar de exportar muerte para mantener su economía y poderío. Nosotros no dejaremos de intentar impedirlo.

Yo estuve en Irak luego de los bombardeos que realizó EE.UU. en la década de los 90′s, antes de la invasión que derrocó a Sadham Hussein. Ví un refugio lleno de niños y mujeres asesinados por misiles teledirigidos. “Daños colaterales” los llaman Uds.

Los pueblos están diciendo ¡BASTA!  a las guerras. La humanidad reclama la Paz y el derecho a vivir en libertad. Los pueblos quieren transformar las armas en arados,  y el camino para lograrlo es  “DESARMAR LAS CONCIENCIAS ARMADAS”.

Obama, nunca olvides que siempre recogemos los frutos de lo que sembramos. Cualquier ser humano debería sembrar paz y humanidad, más aún un Premio Nobel de la Paz. Espero que no termines convirtiendo el “sueño de fraternidad” que anhelaba Luther King en una  pesadilla para los pueblos y la humanidad.

Recibe el saludo de Paz y Bien

Adolfo Pérez Esquivel
Premio Nobel de la Paz




(*) Esta carta abierta fue originalmente difundida en la página web del Premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel.



Esta es la segunda carta de Pérez Esquivel a Obama. La primera puede leerse aquí: http://humbral.blogspot.com/2011/05/editorial_21.html

De Nobel a Nobel: Pérez Esquivel a Barack Hussein Obama





“Tú has hablado, con motivo de los 50 años de la muerte del Reverendo Luther King, también Premio Nobel de la Paz, de la necesidad de completar el “Sueño” de la mesa compartida, de quien fuera la más significativa expresión de lucha por los derechos civiles contra el racismo en la primera democracia esclavista del mundo. Luther King fue un hombre que dio su vida para dar vida, y por eso es un mártir de nuestro tiempo. Lo mataron después de la Marcha sobre Washington porque amenazaba con desobediencia civil a seguir siendo cómplices de la guerra imperialista contra el pueblo de Vietnam. ¿Realmente crees que invadir militarmente a otro pueblo es aportar a ese sueño?”


Martin Luther King: lo que no se ha dicho Por: Vicenç Navarro



 
Ahora bien, esta imagen inspiracional de Martin Luther King se ha construido a costa de olvidar y hacer olvidar a otro Martin Luther King, el Martin Luther King real, que veía esta discriminación como resultado de unas relaciones de poder basadas en una explotación, no solo de raza, sino también de clase social. Se ha silenciado que Martin Luther King (a partir de ahora MLK) fue un socialista que, sin lugar a dudas, hubiera sido muy crítico con las sucesivas políticas, tanto domésticas como internacionales, llevadas a cabo durante todos estos años por los gobiernos federales, incluyendo la Administración Obama.
 
A raíz del cincuenta aniversario de la Marcha de Washington, donde el Reverendo Martin Luther King dio su famoso discurso “Yo tengo un sueño” (I Have a Dream), se han escrito muchos reportajes, tanto en EEUU como en España, sobre aquella marcha y sobre Martin Luther King, refiriéndose a este último como una figura inspiracional que, actuando como la conciencia de la nación estadounidense, exigió a aquella sociedad el fin de la discriminación contra la población negra, de origen africano. Es difícil ver u oír aquel discurso sin conectar con su causa.
Ahora bien, esta imagen inspiracional de Martin Luther King se ha construido a costa de olvidar y hacer olvidar a otro Martin Luther King, el Martin Luther King real, que veía esta discriminación como resultado de unas relaciones de poder basadas en una explotación, no solo de raza, sino también de clase social. Se ha silenciado que Martin Luther King (a partir de ahora MLK) fue un socialista que, sin lugar a dudas, hubiera sido muy crítico con las sucesivas políticas, tanto domésticas como internacionales, llevadas a cabo durante todos estos años por los gobiernos federales, incluyendo la Administración Obama.
MLK estuvo en contra de la guerra del Vietnam, como hubiera estado en contra de las guerras de Irak y Afganistán, y no solo por su pacifismo, sino también por su antimilitarismo y antiimperialismo. Definió al gobierno de EEUU como “el máximo agente de violencia hoy en el mundo… gastándose más en los instrumentos de muerte y destrucción que en programas sociales vitales para las clases populares del país”. Era profundamente anticapitalista, como consta en su discurso de que “deberíamos denunciar a aquellos que se resisten a perder sus privilegios y placeres que vienen junto a los beneficios adquiridos de sus inversiones, extrayendo su riqueza a través de la explotación”.
Y en 1967 condenó con toda contundencia los tres diablos que –a su parecer- “caracterizaban al sistema de poder estadounidense, a saber, el racismo, la explotación económica y el militarismo”, acentuando que “las mismas fuerzas que consiguen enormes beneficios a través de las guerras son las responsables de la enorme pobreza en nuestro país” (todas estas notas proceden del excelente artículo de Michael Parenti “I Have a Dream, a Blurred Vision”, 29.08.13).
Y su último discurso, en apoyo de las reivindicaciones de los trabajadores de los servicios de saneamiento que estaban en huelga, concluyó con la famosa frase de que “la lucha central en EEUU es la lucha de clases”. Dos semanas más tarde fue asesinado, sin que nunca se haya aclarado tal hecho. Una persona fugitiva de la cárcel de Missouri, James Earl Ray, fue acusado de asesinarle. Fue detenido en el aeropuerto de Heathrow, en Londres, con gran cantidad de dinero en su posesión. Nunca se aclaró quién dio ese dinero.
MLK fue un socialista radical en sus análisis y en sus propuestas
Una cosa es que MLK fuera la conciencia de EEUU, exigiendo que no se discriminara a los negros, petición con un fuerte contenido moral al cual era difícil oponerse. Pero otra cosa muy distinta y amenazante para la estructura de poder era subrayar que el origen de la pobreza y discriminación (que incluye también a amplios sectores de la clase trabajadora blanca, además de la negra, pues la mayoría de pobres en EEUU son blancos) requiera un cambio revolucionario (por muy no violento que sea) de las estructuras capitalistas de aquel país. Y la elección del Presidente Obama prueba, precisamente, la certeza del diagnóstico de MLK. Hoy el Presidente de EEUU es un afroamericano, lo cual, no hay ninguna duda, es un gran adelanto. Pero la pobreza entre negros (y entre blancos) en EEUU no ha cambiado desde entonces.
De ahí la enorme hostilidad del establishment estadounidense, del cual la Policía Federal, FBI, fue un elemento clave, dirigida por una de las figuras más nefastas de la historia de EEUU, J. Edgar Hoover (definido por el famoso periodista Russell Baker, del New York Times, como un “tirano patético”) que había intentado convencer al Fiscal General del Estado Federal, Robert Kennedy, “de que el cerebro de los negros era un veinticinco por ciento más pequeño que el de los blancos”. Era cercano políticamente al senador segregacionista de Carolina del Sur, Strom Thurmond, e intentó por todos los medios desacreditar al movimiento antisegregacionista y a sus dirigentes, gran número de los cuales eran socialistas y comunistas. En realidad, fueron los sindicatos, y muy particularmente, el sindicato del automóvil, el UAW (United Automobile Workers) los que financiaron en gran parte tal marcha. Y a la izquierda de MLK en la marcha estaba Walter Reuther, su secretario general, socialista y blanco. Una tercera parte del cuarto de millón en la marcha de Washington eran blancos, gran número de ellos sindicalistas y miembros de partidos de izquierda. El eslogan de la marcha era “libertad, justicia y trabajo”. Y el organizador de la marcha, Asa Philip Randolph, era el sindicalista afroamericano más conocido en EEUU, dirigente del sindicato ferroviario (Paul Le Blanc, “Revolutionary Road, Partial Victory. The March on Washington for Jobs and Freedom”, Monthly Review, Sept 2013).
Y cuando el Presidente Kennedy, a instancias de Hoover, jefe del FBI, puso como condición para que él apoyara la marcha, que despidiera del liderazgo a aquellos radicales que estaban en puestos de dirección, MLK se negó. La presión de la calle era tal que el Presidente Kennedy decidió a última hora apoyar la marcha, recibiendo a MLK en la Casa Blanca. Y el obispo católico de Washington, Patrick O’Boyle, amenazó con no participar en la marcha a no ser que los discursos (que se habían distribuido con antelación) se moderaran.
Últimas observaciones. En 1986, el día del nacimiento de MLK fue declarado fiesta nacional cada año. Pero en esta captura de la imagen popular de MLK se ha transformado deliberadamente su mensaje y figura para reciclarlo como una figura inspiracional, conciencia del país, a favor de los derechos civiles de la población afroamericana (con especial hincapié en su poder de votar), olvidándose deliberadamente del MLK real, que pidió un cambio profundo, no solo en las relaciones de raza, sino también de clase social. De esto último ni se habla.
La historia se repite: las campañas de Jesse Jackson
Yo tuve la oportunidad de experimentar una situación parecida durante mi participación en la campaña electoral del Reverendo Jesse Jackson (que estaba con MLK cuando fue asesinado), en las primarias a las elecciones del candidato presidencial del Partido Demócrata. En respuesta a su invitación, fue senior advisor (asesor especial) en su campaña del 1984, y más tarde en la del 1988. En 1984, y en contra de mis consejos, se presentó como la voz de la minoría negra, exigiendo su incorporación a la sociedad americana. En aquella campaña, el establishment liberal estadounidense (cuyo mayor portavoz era y es The New York Times) escribió un editorial enormemente positivo acerca de su candidatura. La razón de que yo desaconsejara esta estrategia, sin embargo, era fácil de entender. Un representante de los intereses de una minoría difícilmente podría alcanzar el apoyo mayoritario de la población votante. Presentarse como el candidato de una minoría defendiendo primordialmente los intereses de tal minoría, no era la mejor manera de ganar el apoyo de la mayoría, para ser Presidente de los EEUU.
En 1988, sin embargo, no se presentó como la conciencia de EEUU o la voz de los negros, sino la voz de la clase trabajadora de EEUU. Y cuando los medios le preguntaron cómo él –negro- obtendría el voto del trabajador blanco, contestó: “haciéndole ver que tiene más en común con un obrero negro, por ser obrero, que con su patrón (boss) porque sea blanco”. Cuando se suman todos los colores (negro, blanco, amarillo, gris, etc.) la clase trabajadora de EEUU es la mayoría de la población. En un discurso de clase, movilizó las bases del Partido Demócrata (que están más a la izquierda que su dirección), y consiguió el 40% de todos los delegados en el congreso del Partido Demócrata. Nunca antes, ni después, las izquierdas en EEUU tuvieron tanto poder desde los años 50. Y The New York Timesescribió un editorial muy negativo diciendo que Jesse Jackson, en caso de ser elegido, destruiría EEUU, es decir, su EEUU.
La lección de esta situación es clara. La estructura de poder deriva su enorme influencia de su poder de clase (así como género y raza). Y no permite que se toque ese poder, derivando las legítimas demandas de fin de discriminación de género y raza, reciclándolas (incluyendo elementos de tales grupos discriminados dentro de la estructura de poder) para poder adaptarlos a la estructura social dominante. Existe hoy un Presidente afroamericano y una clase media negra que no existían antes, lo cual es motivo de celebración. Pero el estándar de vida de la mayoría de negros y blancos (pertenecientes a la clase trabajadora) no ha mejorado durante todo este periodo. Así de claro.
vincencnavarro
Escrito por: Vicenç Navarro
Catedrático de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Pompeu Fabra, profesor en la Universidad Johns Hopkins de Baltimore

Falleció Jorginho Gularte


Falleció en la últimas horas el músico Jorginho Gularte, hijo de la legendaria bailarina de Carnaval Martha Gularte. El artista sobrellevó durante años las secuelas de una brutal paliza que recibió en 2002, episodio que nunca fue esclarecido por completo.
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Foto: www.facebook.com/jorginhogularte
Compositor, productor, guitarrista y cantante, Jorginho grabó 4 discos solistas: La Tambora, Influencia, AlmaZen, Fata Morgana. Carnavalero desde su infancia por herencia familiar, a comienzos de los años 70 se vinculó a la movida "beat" uruguaya, y se aficiono también al blues, el funky y el soul. Percusionista innovador, sabría articular todas estas influencias a la hora de hacer candombe.
el 6 de mayo del 2002, en un confuso incidente en un casamiento que se celebraba en W Lounge, Jorginho recibió una salvaje golpiza, que lo dejó en coma y al borde de la muerte por varios meses. La investigación giró en torno a los vigilantes o patovicas del establecimiento, que fueron sindicados como los autores de la agresión. Sin embargo, hasta el día de hoy el caso no se ha esclarecido.
A raíz de la goliza, Jorginho sufrió secuelas a todo nivel, perdió casi por completo la capacidad del habla y tuvo problemas a nivel cognitivo. En abril de 2009 se extravió durante casi un día entero, hasta que fue hallado por su familia.
En as últimas horas, el músico Jorge Schellemberg divulgó latriste nticia de su fallecimiento, que conmovió al ambiente artístico nacional.

Montevideo Portal

Alerta naranja para el sábado en gran parte del país


Se esperan fuertes tormentas; la advertencia rige para 16 departamentos


La Dirección Nacional de Meteorología anunció que habrá alerta naranja a partir del sábado a las 12 horas y regirá hasta la medianoche. La advertencia rige para todo el país, salvo para Artigas, Salto y Rivera. Se pronostican tormentas fuertes: precipitaciones, actividad eléctrica y vientos de entre 75 y 120 kilómetros por hora. También hay probabilidad de granizo.

En el caso de Artigas, Rivera y Salto, la alerta será de nivel amarillo.