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jueves, 3 de octubre de 2013
Por consultas sobre cómo participar en el blog
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Si alguien quiere compartir un relato, un poema, algo que le interese, lo puede hacer también así, enviándolo por e mail.
Gracias!
juanjo
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juanjo
Opinión -GABRIEL PEREYRA Gracias Cristina, los uruguayos somos hijos únicos
Debemos agradecerle al kirchnerismo que la palabra hermano suene cada vez más hueca en la diplomacia y la política binacional
Gabriel Pereyra @gabrielhpereyra
-
© Carlos PazosEl Observador
Durante mucho tiempo, ante la falta de logros concretos obtenidos por el gobierno de José Mujica, que navegó estos años sobre la ola de la bonanza económica, una de las cosas que se le ponían en la escueta lista del haber era la de que logró mejorar la relación con Argentina y con ella destrabar los puentes, una situación que heredó enmarañada tras el tenso vínculo que Tabaré Vázquez mantuvo con el matrimonio Kirchner.
Mujica le puso amor, bonhomía, a veces una impostada inocencia que, para quienes lo conocen bien, no condecía con su experiencia de viejo Vizcacha que conoce bastante de la condición humana. Y apeló a la diplomacia, y a la palabra hermanos y pueblo, que aún hoy sigue repitiendo aunque suene cada vez menos convencido.
Pero la política no es el arte de lo imposible sino de lo posible y del otro lado está el kirchnerismo. Tarde o temprano iba a pasar.
Las palmaditas de Cristina, sus gestos y sus frases de "querido Pepe" no es que sonaran falsas, es que estaban dichas en clave de política argentina. Allá vale todo y todo importa poco. Hay un núcleo duro de la lógica política argentina que a los uruguayos les cuesta terminar de entender. Quizás los diplomáticos avezados pueden atisbarla. Nunca podría hacerlo un canciller como el que tenemos que jugó un papel de cuarto nivel en todo este deterioro de la relación. Acá hablaba el presidente, allá respondía el canciller.
Y se terminó. Habrá que sacar de la lista del haber de Mujica lo de la relación con Argentina. Otra vez La Haya, otra vez la palabra tensa y, seguramente, otra vez los puentes cortados. Mujica, que por suerte o porque no tuvo más remedio tomó el camino correcto con lo de UPM, seguirá balbuceando la palabra hermanos todas las veces que quiera, pero si hay algo que debemos agradecerle al kirchnerismo es que los uruguayos nos convencemos cada vez más de que somos hijos únicos.
Editorial de Clarín "Con Botnia, todo para atrás"
Por Ricardo Roa
En un Gobierno que no le escapa a los enredos internacionales sino que los promueve con entusiasmo, este con Uruguay es el más largo y delirante y también el más injusto. Hubo de todo, piquetes, denuncias en la OEA y el Banco Mundial, negociación frustrada en Nueva York y mediación frustrada del Rey de España, el miedo de Tabaré a una guerra y hasta la mujer bomba que iba a inmolarse en la pastera. Nada es suficiente. Y nada de esto le hubiésemos hecho a Brasil, que tiene cuatro pasteras más grandes que Botnia.
Es un gran momento para los piqueteros de Gualeguaychú. Una nueva oportunidad para rescatar la causa nacional
que proclamó Néstor Kirchner en 2007, rodeado de gobernadores,
intendentes y todos sus funcionarios allí mismo sobre el puente que
cruza al Uruguay.
Mantuvieron bloqueado ese paso permanente o temporariamente durante largos años. Hace poco más de dos, lo liberaron. Habían vaticinado una hecatombe ecológica por Botnia que nunca se desencadenó. Y ahora amenazan con volver “otra vez a las rutas”.
Es coherente con esta historia incoherente que recién anoche el canciller Timerman y el gobernador de Entre Ríos Urribarri salieran a hablar de la supuesta contaminación con datos que nunca el Gobierno había mostrado.
Hace 27 meses que Argentina y Uruguay monitorean en conjunto la pastera a través del CARU, pero este organismo binacional jamás difundió los resultados, precisamente por oposición argentina. En cambio, la Dirección de Medio Ambiente uruguaya (DINAMA) ha venido publicando regularmente los informes. ¿Por qué Timerman lo hace ahora?
Una pista: la información que dio el canciller coincide en parte con la que figura en la web de la DINAMA y con la que el propio presidente Mujica blanqueó aquí el martes como un reclamo a la ex Botnia que pareció un curarse en salud con Cristina Kirchner. Lo que no coincide para nada es la interpretación de algunos de esos datos, como la temperatura del agua que la planta vuelca al río y la cantidad de fósforo que contiene.
Si esto es tan grave como afirma el Gobierno, más grave es que lo haya permitido y lo haya ocultado durante tanto tiempo. Sale a la luz justo cuando Mujica autoriza a la empresa subir la producción un 9%, después de un año de habérselo comunicado a la Argentina y de aguardar sin éxito su respuesta. Ambas cosas son usadas para justificar una vuelta al conflicto y para denunciar de nuevo a Uruguay ante La Haya.
En un Gobierno que no le escapa a los enredos internacionales sino que los promueve con entusiasmo, este con Uruguay es el más largo y delirante y también el más injusto. Hubo de todo, piquetes, denuncias en la OEA y el Banco Mundial, negociación frustrada en Nueva York y mediación frustrada del Rey de España, el miedo de Tabaré a una guerra y hasta la mujer bomba que iba a inmolarse en la pastera. Nada es suficiente. Y nada de esto le hubiésemos hecho a Brasil, que tiene cuatro pasteras más grandes que Botnia.
Ahora los piqueteros vuelven a escena aunque mejor sería decir que el Gobierno los pone en escena. Tanto como que Timerman comparó a Botnia con los fondos buitre. A menos de un mes de las elecciones, el kirchnerismo agita el conflicto para intentar tapar la inseguridad, la inflación y la corrupción, que son las mayores preocupaciones de la gente.
Mantuvieron bloqueado ese paso permanente o temporariamente durante largos años. Hace poco más de dos, lo liberaron. Habían vaticinado una hecatombe ecológica por Botnia que nunca se desencadenó. Y ahora amenazan con volver “otra vez a las rutas”.
Es coherente con esta historia incoherente que recién anoche el canciller Timerman y el gobernador de Entre Ríos Urribarri salieran a hablar de la supuesta contaminación con datos que nunca el Gobierno había mostrado.
Hace 27 meses que Argentina y Uruguay monitorean en conjunto la pastera a través del CARU, pero este organismo binacional jamás difundió los resultados, precisamente por oposición argentina. En cambio, la Dirección de Medio Ambiente uruguaya (DINAMA) ha venido publicando regularmente los informes. ¿Por qué Timerman lo hace ahora?
Una pista: la información que dio el canciller coincide en parte con la que figura en la web de la DINAMA y con la que el propio presidente Mujica blanqueó aquí el martes como un reclamo a la ex Botnia que pareció un curarse en salud con Cristina Kirchner. Lo que no coincide para nada es la interpretación de algunos de esos datos, como la temperatura del agua que la planta vuelca al río y la cantidad de fósforo que contiene.
Si esto es tan grave como afirma el Gobierno, más grave es que lo haya permitido y lo haya ocultado durante tanto tiempo. Sale a la luz justo cuando Mujica autoriza a la empresa subir la producción un 9%, después de un año de habérselo comunicado a la Argentina y de aguardar sin éxito su respuesta. Ambas cosas son usadas para justificar una vuelta al conflicto y para denunciar de nuevo a Uruguay ante La Haya.
En un Gobierno que no le escapa a los enredos internacionales sino que los promueve con entusiasmo, este con Uruguay es el más largo y delirante y también el más injusto. Hubo de todo, piquetes, denuncias en la OEA y el Banco Mundial, negociación frustrada en Nueva York y mediación frustrada del Rey de España, el miedo de Tabaré a una guerra y hasta la mujer bomba que iba a inmolarse en la pastera. Nada es suficiente. Y nada de esto le hubiésemos hecho a Brasil, que tiene cuatro pasteras más grandes que Botnia.
Ahora los piqueteros vuelven a escena aunque mejor sería decir que el Gobierno los pone en escena. Tanto como que Timerman comparó a Botnia con los fondos buitre. A menos de un mes de las elecciones, el kirchnerismo agita el conflicto para intentar tapar la inseguridad, la inflación y la corrupción, que son las mayores preocupaciones de la gente.
Editorial de semanario Búsqueda "Al peronismo kirchnerista, cuyo ADN es su continua conducta patoteril, nada le viene bien"
Durísimo editorial contra Cristina y Moreno
La repercusión del renovado conflicto entre Argentina y Uruguay
por la papelera en Fray Bentos tuvo un amplio despliegue en los medios
de Montevideo. En uno de ellos, el semanario Búsqueda, puede leerse un
durísimo editorial contra la presidenta Cristina Kirchner, el secretario
de Comercio Guillermo Moreno y la historia del peronismo. Aquí, sus principales párrafos:
"El régimen de la "vieja terca" que preside la Argentina ha desplegado todas sus velas para enfilar su nave prepotente y corrupta contra Uruguay, el vecino al que siempre le "tuvo ganas" pero que, pese a los zigzagueos del gobierno del presidente José Mujica, ha resuelto, una vez más, advertirle que hace casi dos siglos es cualquier cosa menos una provincia más de ese país".
"Tanto la limitación del aumento de producción pedido como las nuevas exigencias medioambientales son, a todas luces, un intento del gobierno uruguayo para contemplar los insólitos reclamos de la Casa Rosada, puesto que en su alocución el presidente Mujica dijo, sin ambages, que "esta fábrica hoy es la que tiene mejor guarismo en el mundo de las empresas que fabrican celulosa a partir de eucalipto. Es decir, esta dentro de los parámetros establecidos con largueza".
"Pero al peronismo kirchnerista, cuyo ADN es su continua conducta patoteril, nada le viene bien. No es, el argentino, un gobierno que escuche lo que otros tienen para decir ni que intente convencer con argumentos. Vive en la barbarie y, mediante su alocado accionar, mantiene en vilo al pueblo argentino, mintiendo descaradamente sobre la inflación y otros indicadores económicos, apretando a los empresarios, ciudadanos y prensa díscola, entregando radios y canales a "amigos" a quienes compensa con abundantes regalías extraídas del erario público, empleando a los organismos de fiscalización tributaria como instrumentos de extorsión y colocando en un primer plano a personajes como Guillermo Moreno, cultor del fascismo más puro y duro".
"El régimen de la "vieja terca" que preside la Argentina ha desplegado todas sus velas para enfilar su nave prepotente y corrupta contra Uruguay, el vecino al que siempre le "tuvo ganas" pero que, pese a los zigzagueos del gobierno del presidente José Mujica, ha resuelto, una vez más, advertirle que hace casi dos siglos es cualquier cosa menos una provincia más de ese país".
"Tanto la limitación del aumento de producción pedido como las nuevas exigencias medioambientales son, a todas luces, un intento del gobierno uruguayo para contemplar los insólitos reclamos de la Casa Rosada, puesto que en su alocución el presidente Mujica dijo, sin ambages, que "esta fábrica hoy es la que tiene mejor guarismo en el mundo de las empresas que fabrican celulosa a partir de eucalipto. Es decir, esta dentro de los parámetros establecidos con largueza".
"Pero al peronismo kirchnerista, cuyo ADN es su continua conducta patoteril, nada le viene bien. No es, el argentino, un gobierno que escuche lo que otros tienen para decir ni que intente convencer con argumentos. Vive en la barbarie y, mediante su alocado accionar, mantiene en vilo al pueblo argentino, mintiendo descaradamente sobre la inflación y otros indicadores económicos, apretando a los empresarios, ciudadanos y prensa díscola, entregando radios y canales a "amigos" a quienes compensa con abundantes regalías extraídas del erario público, empleando a los organismos de fiscalización tributaria como instrumentos de extorsión y colocando en un primer plano a personajes como Guillermo Moreno, cultor del fascismo más puro y duro".
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