En 2012, Antonia Eriksson llegó hasta un
hospital con su cuerpo casi vencido por la enfermedad. Sin embargo,
salió adelante y para ayudar a otras personas en su misma condición,
documentó cada uno de los pasos que dio para recuperarse.
El País
De un tiempo a esta parte, internet se ha
transformado en un medio utilizado por muchos sobrevivientes de
enfermedades, para apoyar a otros que pasan por su misma situación. Es
el caso de Greig Trout, un expolicía escocés recuperado de cáncer que
decidió viajar por el mundo para inspirar a otras personas afectadas por
el mal, y también el de Antonia Eriksson, una joven sueca que estuvo a
punto de ser vencida por la anorexia, pero que logró salir adelante y ha
documentado su recuperación para mostrarle al mundo que mejorar es
posible.
La historia de Eriksson se remonta a septiembre de 2012, cuando pesando sólo 38 kilos, ingresó a un hospital para tratar la anorexia que la afectaba desde comienzos de ese año. "Mi corazón y órganos se daban por vencidos, mis huesos eran débiles, y mis reflejos ya no funcionaban", contó a "The Daily Dot". "Me había rendido (…) No sé si habría sobrevivido otra noche", agregó.
Sin embargo, una vez internada decidió mirar su situación desde otra perspectiva y comenzó a registrar el camino de su recuperación en fotografías que publicó de manera anónima en una cuenta de Instagram. "No estaba segura de que quería compartir quién era", señaló al explicar por qué prefirió ocultar su identidad.
Tampoco optó por otras redes sociales como Facebook, ya que sentía que allí podría ser juzgada por sus conocidos. "Era sólo una parte de mi vida y quería compartirlo con personas que también tuvieran eso en sus vidas", añadió.
Así, la joven publicó su primera imagen el 28 de septiembre de 2012 y en ella aparece una cama de hospital. "Aún no estoy segura, pero probablemente mañana ingresaré a un hospital por mi desorden alimenticio. Ya no puedo luchar más por mi cuenta y se ha vuelto muy grave y lejos del alcance de mi mano. Estoy considerando comenzar un blog para poder hablar sobre mi vida y mi desorden de una mejor manera. ¿Qué opinas?", se lee en el texto que acompaña a la fotografía.
Dos días después, Antonia decidió hacer pública su identidad, primero con una imagen de "cuando estaba sana" y luego con otra que tomó cuando esperaba ser admitida en el hospital, en la que claramente se ven los efectos de la anorexia. "Estoy luchando, tratando de mantener lejos la ansiedad y los malos pensamientos, a pesar de que algunas veces ganan", señaló. Una de esas ocasiones fue el 15 de octubre, cuando escribió: "Hoy me rindo. No puedo hacer esto".
La historia de Eriksson se remonta a septiembre de 2012, cuando pesando sólo 38 kilos, ingresó a un hospital para tratar la anorexia que la afectaba desde comienzos de ese año. "Mi corazón y órganos se daban por vencidos, mis huesos eran débiles, y mis reflejos ya no funcionaban", contó a "The Daily Dot". "Me había rendido (…) No sé si habría sobrevivido otra noche", agregó.
Sin embargo, una vez internada decidió mirar su situación desde otra perspectiva y comenzó a registrar el camino de su recuperación en fotografías que publicó de manera anónima en una cuenta de Instagram. "No estaba segura de que quería compartir quién era", señaló al explicar por qué prefirió ocultar su identidad.
Tampoco optó por otras redes sociales como Facebook, ya que sentía que allí podría ser juzgada por sus conocidos. "Era sólo una parte de mi vida y quería compartirlo con personas que también tuvieran eso en sus vidas", añadió.
Así, la joven publicó su primera imagen el 28 de septiembre de 2012 y en ella aparece una cama de hospital. "Aún no estoy segura, pero probablemente mañana ingresaré a un hospital por mi desorden alimenticio. Ya no puedo luchar más por mi cuenta y se ha vuelto muy grave y lejos del alcance de mi mano. Estoy considerando comenzar un blog para poder hablar sobre mi vida y mi desorden de una mejor manera. ¿Qué opinas?", se lee en el texto que acompaña a la fotografía.
Dos días después, Antonia decidió hacer pública su identidad, primero con una imagen de "cuando estaba sana" y luego con otra que tomó cuando esperaba ser admitida en el hospital, en la que claramente se ven los efectos de la anorexia. "Estoy luchando, tratando de mantener lejos la ansiedad y los malos pensamientos, a pesar de que algunas veces ganan", señaló. Una de esas ocasiones fue el 15 de octubre, cuando escribió: "Hoy me rindo. No puedo hacer esto".
Un vuelco hacia el fitness
Pero Eriksson no se dio por vencida y siguió adelante
publicando casi a diario las novedades sobre su recuperación. Además de
imágenes de ella junto a sus familiares, la joven también comenzó a postear fotografías de los alimentos que ingería a diario, con lo que su blog empezó a orientarse más hacia el fitness. De hecho, lo inició como "fightinganorexia" (luchando contra la anorexia) y al poco tiempo cambió su título a "eatmoveimprove" (come, muévete y mejora).
Sin embargo, Antonia se ha preocupado de ser muy cautelosa con lo que publica, porque tiene claro que la línea que divide a los que quieren estar en forma de los que padecen trastornos alimenticios, es muy delgada.
"Siempre he sido muy estricta con lo que comparto (…) Las personas me preguntan cuánto peso o cuántas calorías como, y yo no hablaré de eso. No quiero compartir números porque sé que eso fue lo que me provocó la anorexia, y no quiero que mi cuenta se trate de eso", dijo a "The Daily Dot".
"A las personas que me preguntan cómo adelgazar les diré que para mí perder peso fue casi como perder la vida. No deberían preguntarme cómo hacer eso. Es como si me preguntaran cómo cometer suicidio", agregó.
En las imágenes más actuales se puede ver a una joven bastante recuperada -en febrero de 2013 alcanzó un peso saludable-, que posa en el gimnasio mostrando los músculos que ha logrado obtener tras un arduo trabajo. Incluso, dos compañías relacionadas con el fitness accedieron a auspiciarla.
"Instagram me ayudó mucho. Encontré personas que se sentían igual que yo o libraban batallas como la mía (…) Nos apoyamos mucho mutuamente y cuando me sentía decaída, siempre podía volverme hacia mi 'familia Instagram' en busca de respaldo y consejo", afirmó.
No obstante, aclaró que no considera su cuenta como una inspiración para la recuperación, sino para "estar recuperada y saludable".
"La anorexia es parte de mi historia y una enfermedad que alguna vez tuve, pero que no me define como persona. Hoy comparto mi vida, lo que me gusta hacer y quién soy. La anorexia no es parte de eso, pero lo fue, y yo todavía quiero ser un apoyo e inspiración para quienes están luchando", agregó.
Quizás por eso es que hace unos días publicó este mensaje en la red social: "Quiero inspirar a las personas. Quiero que alguien me mire y diga, 'gracias a ti no me di por vencida'".
Sin embargo, Antonia se ha preocupado de ser muy cautelosa con lo que publica, porque tiene claro que la línea que divide a los que quieren estar en forma de los que padecen trastornos alimenticios, es muy delgada.
"Siempre he sido muy estricta con lo que comparto (…) Las personas me preguntan cuánto peso o cuántas calorías como, y yo no hablaré de eso. No quiero compartir números porque sé que eso fue lo que me provocó la anorexia, y no quiero que mi cuenta se trate de eso", dijo a "The Daily Dot".
"A las personas que me preguntan cómo adelgazar les diré que para mí perder peso fue casi como perder la vida. No deberían preguntarme cómo hacer eso. Es como si me preguntaran cómo cometer suicidio", agregó.
En las imágenes más actuales se puede ver a una joven bastante recuperada -en febrero de 2013 alcanzó un peso saludable-, que posa en el gimnasio mostrando los músculos que ha logrado obtener tras un arduo trabajo. Incluso, dos compañías relacionadas con el fitness accedieron a auspiciarla.
"Instagram me ayudó mucho. Encontré personas que se sentían igual que yo o libraban batallas como la mía (…) Nos apoyamos mucho mutuamente y cuando me sentía decaída, siempre podía volverme hacia mi 'familia Instagram' en busca de respaldo y consejo", afirmó.
No obstante, aclaró que no considera su cuenta como una inspiración para la recuperación, sino para "estar recuperada y saludable".
"La anorexia es parte de mi historia y una enfermedad que alguna vez tuve, pero que no me define como persona. Hoy comparto mi vida, lo que me gusta hacer y quién soy. La anorexia no es parte de eso, pero lo fue, y yo todavía quiero ser un apoyo e inspiración para quienes están luchando", agregó.
Quizás por eso es que hace unos días publicó este mensaje en la red social: "Quiero inspirar a las personas. Quiero que alguien me mire y diga, 'gracias a ti no me di por vencida'".