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jueves, 13 de marzo de 2014

¿Trancazo a la primera senadora?Vázquez dijo que también hay “otros compañeros” para candidatos a vice


El precandidato por el Frente Amplio aseguró que Topolansky y Sendic son “excelentes compañeros” para integrar una eventual fórmula presidencial, pero aclaró que no son los únicos.
El País

Tabaré Vázquez. Foto: Agustín Martínez

El precandidato por el Frente Amplio, Tabaré Vázquez, afirmó hoy que hay “otros compañeros” que podrían integrar una eventual fórmula presidencial junto a él. Si bien Lucía Topolansky y Raúl Sendic son los nombres que se manejan con más fuerza, Vázquez dijo que no son los únicos.

Topolansky y Sendic son “excelentes compañeros”, dijo el expresidente uruguayo en Salto. “Hay otros compañeros también”, agregó, según informa hoy Subrayado.

Anoche, en el programa Poder Pensar de Canal 20, Topolansky dijo que en la interna del Frente Amplio solo se maneja su nombre y el de Sendic como compañeros de fórmula de Vázquez.

DON ROGELIO HERNANDEZ. UN CARROCERO DEL SIGLO PASADO. Por Julio Dornel.

                                                 Escritor y periodista Julio Dornel



Mientras la pantalla de la computadora, nos ofrece detalles sobre las posibilidades de que el hombre pueda llegar a Marte en el año 2017, surge repentinamente en nuestra memoria la figura de don Rogelio Hernández y su viejo carromato en dirección a La Barra en la década del 40 y poco.
Nadie hubiera imaginado en aquella oportunidad  un viaje espacial para llegar a Marte luego de tres años de vuelo. Señalan los técnicos que un viaje tan rutinario podría generar algunas dificultades entre las que destacan  problemas de relacionamiento, alteraciones motrices, atrofia muscular y cansancio. Cuanta similitud con los viajes de don Rogelio que también nos dejaba con los huesos deshechos de tantos sacudones y algún problema de relación entre los pasajeros que viajaban en el pescante del carro y los que iban en el fondo junto a las gallinas embolsadas y el resto de la  mudada. Entre las costumbres regionales de la primera mitad del siglo pasado se encontraban los viajes en carro al balneario LA BARRA. El vehículo de don Rogelio no tenía documentación ni certificado de propiedad donde constaran los kilos y pasajeros que podía transportar. Sin embargo siempre se las ingeniaba para realizar una buena distribución de bultos y personas, lo que siempre le permitió llegar a destino sin mayores inconvenientes.
Entre  aquellos carroceros que iniciaron la “colonización” de la costa atlántica  rochense se encuentraba don Rogelio Hernández, uno de los primeros que se atrevió a desafiar los médanos que nos separan de La Barra.
Como símbolo de sus tradiciones camperas don Rogelio gustaba vestirse a la vieja usanza; bota y bombacha. Para los viajes lagos que podían superar las dos leguas, manoteaba el poncho y la “fariñera” para protegerse del frío y de algún imprevisto.
La bombacha era una de las prendas preferidas de los gauchos, existiendo por aquel entonces varias costureras que se anticiparon  a los sastres en la difícil tarea de confeccionar esta indumentaria campera. Así era don Rogelio Hernández y así vestía. Por aquellos años cuando llegaba el verano la mayoría de los habitantes del pueblo se trasladaban al balneario en la primera quincena de diciembre y regresaban en mazo para el comienzo de las clases. Pocas familias tenían sus casas  amuebladas  permanentemente, lo que significaba  una verdadera odisea la mudanza veraniega que se convertía en un ritual sin modificaciones. Había que arreglarlo todo de una forma muy especial  para que el carro de don Rogelio pudiera trasladarlo en un solo viaje.
Pequeñas y grandes cosas que en el pueblo descansaban en el galpón del fondo, siempre servían para facilitar los imprevistos de la temporada, rodeándola de cosas que nunca se utilizaban. Se arreglaban con tiempo  las bolsas con la ropa y en algunos casos viejos baúles o valijas de cartón. Las herramientas obligatorias que pasaban por  los martillos, tenazas, destornilladores, palas, serruchos, el primus y algunas lámparas a queroseno. Todavía lo vemos a don Rogelio con sus bombachas negras remangadas durante el verano o con las botas de goma durante el invierno, sentado en el pescante del carro dirigiendo con habilidad a sus caballos para que treparan los médanos,  echando un vapor por las narices y que hoy a la distancia nos parece que fumaban. Había comenzado con una carreta tirada por bueyes, la que fue sustituida por el carro de tres caballos cuyos nombres pasaban por el Chongo, Precioso y Gasolina. Integrado durante muchos años a las tareas camperas, manejaba con habilidad las herramientas utilizadas en el viaje. Los años que don Rogelio mantuvo su “línea particular” se perdieron entre los extensos arenales, pero han quedado en la memoria de algunos vecinos los detalles de los  mismos y la importancia que tuvieron en aquellos años para concretar negocios y comenzar el desarrollo del balneario.
Resuenan todavía los ruidos metálicos de una caldera de hierro que colgaba del eje trasero. Recordamos además una jaula hecha de tacuaras para llevar las gallinas de los veraneantes. Fue sin ninguna duda uno de los primeros y también de los últimos carroceros que realizó la travesía  hasta el balneario, señalando en varias oportunidades que había aprendido a caminar con los caballos.


 Mirada austera, barba castaña y buena disposición para cargar el carro con sandías, gallinas, lechones y todos los pertrechos para pasar la temporada.
Don Rogelio miraba los paisajes en cámara lenta, sin apuro, pero llegando siempre hasta los ranchos del balneario. Los viajes se iniciaban sin horario fijo, tras levantar los pasajeros y sus pertenencias que pasaban por el azúcar, yerba,  arroz, charque, galleta dura, los ponchos tradicionales, ropa de abrigo, algún revólver y la “fariñera”. Nunca supo de apuros, el trote lento de sus caballos siempre lo llevaron a destino, sin que nadie protestara por las incomodidades del viaje. Una campanilla de bronce “tintineaba” en el pescuezo de un caballo, mientras el perro Falucho  acompañaba el viaje a la sombra del carro.  Don Rogelio Hernández, uno de los  primeros carroceros que realizo el transporte de personas y equipaje entre esta frontera y el balneario La Barra. Los carroceros del siglo pasado seguirán siendo un tema apasionante, que mirado a la distancia pueden  perder su perspectiva pero que fueron durante muchos años la palanca generadora del desarrollo zonal. 
La soledad se veía interrumpida por algunas casas que se destacaban  entre los médanos del incipiente balneario. Algunos vecinos todavía lo recuerdan junto a su señora  Eduviges acompañado de familiares y el constructor Florencio Resquín uno de sus amigos de la juventud.  Fue sin ninguna duda una de las construcciones más antiguas del balneario, y pese a la remodelación que ha sufrido, mantiene aún el valor simbólico que nos permite hoy estas evocaciones. Allí estaba invadiendo la naturaleza agreste el rancho de don Rogelio con una personalidad muy propia, para destacarse ante un panorama marcado por la soledad.
Don Rogelio nació en  las proximidades de Lascano en el año 1897, radicándose en La Barra en enero de 1941. Cuando llegó por primera vez al balneario el tiempo estaba suspendido entre los pocos ranchos y las extensas dunas que sujetaban el mar. Terrenos “casi” regalados, no tenían compradores que se detuvieran a valorar las bellezas naturales de una zona todavía primitiva. Sin luz, agua, escuela, comisaría ni comunicaciones el panorama era poco alentador. Por las noches farol y luna para la iluminación, lo que despertaba el asombro de los pocos turistas que llegaban a la zona. Don Rogelio Hernández, uno de los primeros carroceros del balneario.


miércoles, 12 de marzo de 2014

Wilson 15/3/88 Leopoldo Amondarain



Hace 26 años los blancos perdimos a Wilson. Tuvimos el privilegio de conocerlo y participar del Movimiento Por la Patria a los muy pocos días de su primigenia sede de la calle Yí, donde con algunos compañeros de la Juventud Nacionalista de la época fuimos a adherirnos políticamente. Recuerdo su sonrisa amplia y su humor permanente con la facilidad talentosa de plantear soluciones en la situación reinante dentro y fuera del Partido. En el momento en que el Frente Amplio surgía con fuerza y vitalidad, propia de toda cosa nueva, Wilson renovó ideológicamente al Partido Nacional. En un momento muy especial cuando la ciudadanía, particularmente la juventud, estaba superlativamente politizada. Los centros cívicos, clubes, etc. como las ”peñas ideológicas” y los ateneos y los bares incluso del centro, proliferaban siendo verdaderas “pulseadas” donde se discutían las más reformistas y revolucionarias hasta las tesis más conservadoras de los diferentes movimientos políticos. Los blancos veníamos de una derrota manifiesta y con un staff político viejo, demasiado conservador y hasta, en algún caso, decadente. Wilson fue una “pampereada” doctrinaria no sólo renovadora sino revolucionaria. “Nuestro Compromiso Con Usted” base doctrinaria medular es su verbo y se adelantó a todo movimiento de izquierda del momento. Todos los partidos, incluyendo el “pachecato” y demás movimientos colorados, presentaron proyecto de reforma agraria. El único científicamente hecho, realista, posible y racional fue el de Wilson. Los demás fueron en su absoluta mayoría, justificantes circunstanciales de posiciones que no querían quedar en su momento de efervescencia revolucionaria posando de reaccionarios o conservadores.  La nacionalización de la banca tema también vital después de varias y acostumbradas -hasta hace poco- quiebras bancarias, como el comercio exterior, fueron encaradas con valentía, audacia e imaginación. No cabían argumentos progresistas en contra. La oposición conservadora, atrincherada como de costumbre en el coloradismo, en la que tallaba en su apogeo tanto Julio María como Don Jorge, argumentaba y tachaban de comunista a Wilson. Las dos “cavernas” periodísticas de ambos partidos, El Día y El País, directa o subliminalmente insinuaban que de ganar Wilson, poco menos que el “muro de Berlín” se instalaría en 18 de Julio. Tanto fue el odio y temor despertado por sus posiciones reformistas que advenido el golpe, el periódico “caganchero” (El País) publicaba ostentosa y satisfechamente su foto de “requerido” como vulgar delincuente en el gobierno de facto. O sea el quebranto institucional para esa “prensa” y los intereses que representaba fue un verdadero alivio, no solo por la caída de los tupamaros sino por el peligro que representó Wilson con sus ideas. Ideas revolucionarias que atacaban los grandes latifundios improductivos, las multinacionales banqueras, los grandes capitales, la influencia imperial innegable de los EE.UU., representada en lo personal por aquella figura siniestra de su embajador “Siracusa” técnico en los golpes de estado en América Latina. Lo que sobrevino después sería reiterativo señalarlo. Lo que sí no se dice, pues no interesa en la interna señalarlo, es la importancia que tuvo en el Partido Blanco su incidencia. Cuando surge con proyección propia, se venía de una derrota ignominiosa ante el coloradismo que quería representar un cambio que no era tal. Si bien es cierto que la muerte de Gestido, un hombre de derecha manifiesta con imagen autoritaria, hizo agravar la situación con el arribo de Pacheco. El nacionalismo no presentaba ninguna opción de cambio más allá, como pasó con alguna coalición, de la “triste” posición de apoyar el oficialismo pachequista. Wilson en cambio, no solo encaró la crisis con coraje y posiciones distintas y posibles, sino que denunció las corrupciones “tapadas” en sus famosas interpelaciones parlamentarias, fue sin duda el dique de contención de la juventud blanca, que muchos de ellos desilusionados de la dirigencia comenzaban a trasladarse hacia el Frente Amplio, era otra opción de cambio. Wilson recuperó el nacionalismo y supo mantenerlo incluso en el exilio. En la lejanía obligada seguía una opción renovadora. Fallece joven y en momentos que su presencia era vital para su Partido, que sin él estaba anquilosado, en viejas, algunas por edad y otras por ideas, figuras que eran ostensiblemente enemigos en lo interno. Si bien se heredó por unos años su influencia, que fue aprovechada convenientemente, ayudó a un triunfo electoral casi inmediato, la derechización del Partido se volvió notoria. Parecido a lo que sucedió en épocas de Gestido. Figuras de otros sectores en su mayoría gastadas, comprometidas con el establishment clasista político, que eran ideológica y materialmente comunes a los intereses del batllismo, despersonalización notoria partidaria con la mimetización de argumentos con el coloradismo y una falta de esperanza para ser distintos y ofrecer soluciones a la ciudadanía. Lo único de su ideario revolucionario que surgió en el futuro fue el senador Larrañaga. El resto, ya lo he dicho, son variantes de una misma partitura, instrumentación de conservadurismo y algunos malos hábitos batllistas. El término revolución que siempre nos gustó a los blancos y lo sentimos y que Wilson usó con honradez intelectual, hay que reflotarlo para crear aquella mística de esperanza como lo hizo él, continuada en el senador sanducero, debemos cerrar filas todos los nacionalistas radicales de todos los pelos que sientan la Patria como hizo él, o se corre el riesgo real de que oligarquías decadentes vendan el futuro de la Nación al imperialismo. ¡Hay patria para todos o no hay patria para naides! ¡Lo dijo Saravia, lo reafirmó Wilson!


Leopoldo Amondarain
C.I. 950.556-0
Tel: 099 626 573



Escritor colaborador del blog premiado en Argentina

Noé Zenón Suárez es escritor, historiador y periodista argentino. Vive en su Dolores natal y tiene una muy estrecha relación con Uruguay.
Agradezco su aporte al blog.
Este relato fue premiado e integrará una antología por lo que felicitamos al amigo Zenón.





             EL HOMBRE QUE ME SIGUE…Noé Zenón Suarez

Paso a relatarles un caso, que se puede catalogar de misterioso y de tener algo de tétrico, por no hacerlo más catastrófico.
Era ya tarde, poca gente transitaba por las calles, en sus vehículos y menos aún lo hacían los caminantes, por las veredas del barrio.
Era tarde, como les contaba, y salgo a dar una recorrida notambulosa. Estaba fresco además, el viento se había puesto del Sur, era domingo y había comenzado ya la Fiesta de la Guitarra en nuestra querida y hermosa Dolores.
Bueno, como les contaba, caminaba mirando un poco el suelo, aunque las veredas del barrio están bastante bien, pero hay que ser advertido para evitar el tropezón, que puede ser caída, y a mi edad, como decía mi tía Rosalía, más vale que no aterrice bruscamente.
Ya llevaba unas cuadras recorridas, cuando veo cerca mío, alguien que me acompañaba, pero no pasaba, ni se retrasaba.
Ya me estaba poniendo un poco impaciente, pero seguía mi derrotero. De repente me digo, voy a ponerme a mirar esa vidriera, para que pase y veo que pasa. Me detengo como les dije, pero, el tipo también se para y se pone a mirar la vidriera.
Esto es el colmo de los colmos, ¿Le pregunto si quiere algo, si está perdido o qué diablo le pasa? Pero decido seguir. De repente, salgo con paso rápido, bastante molesto, pues se me estaba subiendo la mostaza, él también sale y siempre cerca, sin distanciarlo, ni siquiera un milímetro, ya me estaba asustando un poquito.
Me decía a mi mismo, qué querrá este tipo, bastante pesado, ya me quiere tomar para la risa, es medio tarambana, ¿Qué le sucede?
Ya no me gustaba nada, decido entonces acelerar el paso y tomo rumbo a mi casa, me viene siguiendo siempre a la misma distancia, me paro, se detiene, sigo, sigue, el colmo.
Lo encaro, le pregunto quñe quiere o acelero, ya llegaba a casa, decido tratar de distanciarlo haciendo una carrerita ligerota, ya que he corrido maratones hasta con zapatos, a sus marcas me estaban llamando.
Cuando yo rompo en carrera, el parece estar tan entrenado como yo, no le podía sacar un céntimo de distancia, me dije, parece ser muy buen maratonista como yo. En un segundo, estuve en casa, y me dispongo a entrar para que el señor pase corriendo. Sorpresa,
el señor quiere entrar también en casa, no, esto es el colmo elevado a la enésima potencia, entonces ya enojado decidí encararlo y pararle el carro, en ese momento me percato que era mi sombra, la que me seguía a luz y a sombra, en ese paseo noctámbulo de siempre, cosa de mandinga, no les parece queridos lectores, veo duendes donde no los hay, o la culpa la tiene la luz…

Noé Zenón Suarez Casielles. 2014.-


Semblanza DENIS ALFREDO MILAR por Oscar Bruno

LA JUNTA DEPARTAMENTAL DE ROCHA HIZO ESTE 11 DE MARZO UN RECONOCIMIENTO AL GRAN DEPORTISTA ROCHENSE,
EL EDIL MARIO CORBO LEYÓ ESTA SEMBLANZA ESCRITA POR OSCAR BRUNO CEDRÉS
El único jugador rochense que jugó en un Mundial y es el jugador más laureado del fútbol de Rocha.
Nacido en el Barrio Cecilio Costa, el día 20 junio de 1952 modesto en su manera de ser dentro y fuera de las canchas de fútbol, de bajo perfil, sin buscar protagonismo es Denis Alfredo Milar.
Dos hijas, Daniela y Melisa, alumno de la Escuela No. 2, José Pedro Varela, lo recordamos de los tiempos que trabajaba en la vieja y recordada Confitería Fragulia, comenzó su carrera futbolística en el baby fútbol del equipo de La Estiva.
Saltó con tan solo 14 años a la primera división del Nacional del Escribano Lino E. Silvera y del Chiquito Rosalío Machado como técnico, con 17 años ya se ponía la celeste del combinado de Rocha en el Torneo del Este, su actuación en este torneo lo catapulta al fútbol grande, al fútbol de la capital, al fútbol profesional, salía su primer pase, al Rampla de Montevideo.
Comienza una larga serie de éxitos, primero en el “picapiedra” de la Villa del Cerro, y ya es citado para la pre selección de Uruguay, caso único por que su club estaba militando en la divisional “B”, luego viste la negra y azul del famoso Liverpool con quien sale vice campeón uruguayo y segundo goleador del máximo torneo de nuestro país.
También los reconocimientos de la prensa grande distinguen la trayectoria de este rubio diez rochense: “Charrúa” revelación año 73 hecha por el Círculo de Periodistas Deportivos, también es elegido “ Mejor jugador de la temporada 1974”, “Balón de Oro” como mejor jugador año 74, distinción del recordado diario “El Día”.
La prestigiosa audición televisiva de Julio Sánchez Padilla, Estadio Uno y el Diario La Mañana, lo eligen como el “Mejor No. 10” del fútbol uruguayo.
El exterior es el siguiente peldaño de su carrera, y Milar va al Granada de España, donde juega tres temporadas, ganando el trofeo de goleador de los torneos de verano de Granada y de Marbella.
Vuelve luego a nuestro país y lo hace defendiendo la tricolor del Club Nacional de Fútbol, la casaca de un grande, y ahí los títulos se suceden en forma impresionante, es Campeón Uruguayo, de América y del Mundo, en aquel equipo de Rodolfo Rodríguez, Blanco, Enriquez, el Chico Moreira, Washington González, Esparrago, Bica, Victorino, Luzardo y el Cascarrilla Morales.
Con la gloriosa casaca celeste, la de URUGUAY, este rochense singular, juega 40 partidos, lo hace en eliminatorias y en el Mundial de Alemania del año 74, en el 79 lo hace en la Copa América.
Con 20 años debuta en el seleccionado nacional uruguayo, lo hace en Toluca, enfrentando a la selección de México.
En las eliminatorias para Alemania en el partido decisivo para la clasificación jugado en el Estadio Centenario de Montevideo, frente a la representación de Ecuador, Milar convierte el tercer gol, el que da el derecho por gol average a que Uruguay pueda estar presente en la máxima cita del fútbol mundial.
En ese partido fue calificado por la prensa montevideana como el mejor jugador del encuentro.
En el Mundial del 74 Uruguay enfrenta a Holanda, Suecia y Bulgaria, siendo la formación base de nuestro representativo con Mazurkiewicz, Jauregui, Masnik, Forlán, Montero Castillo, Pavoni, Esparrago, Rocha, Cubilla, Morena, Mantegazza, alternando en los tres partidos Denis Milar.
El fútbol rochense lo vuelve a ver y esta vez el rubio y espigado número diez, con su clase, con su maestría, su sapiencia, con la casaca celeste del combinado va a ser Campeón del Este en el torneo del 83.
Cuando el 10 de marzo del año 1984, Rocha obtiene por segunda vez el título de mejor del interior, Denis Milar es el cerebro, el conductor de esa representación, no pudiendo estar en el último partido ya que había partido para jugar en el exterior, en aquel plantel que integraban además figuras como el “loco” Guala, el “cuta” Ramos, Gerardo Rodríguez, Walter Cardoso, el “tono” Redín, Carlos Dante Cardoso, el “cepillo” Correa, Paulo Píriz Santana “Paulinho”, el “Lalo” Benítez, el “duende” Héctor Méndez, Pedro Ortíz, Yamil Arrieche, el “juango” Pertusso.
En este pasaje por el exterior defiende a Universidad de Quito, Ecuador, siendo elegido el mejor jugador extranjero de la temporada de 1985, y también en Chile lo hace jugando en el San Luis de Quillota.
También es campeón del Este en el torneo del 88 y vice del interior de ese mismo año con la selección de Rocha.
Tiene también el don de los elegidos, y en nuestro medio juega en tres equipos y con los tres es campeón del torneo local, primero había sido Nacional, luego cuando vuelve lo es con el Atlético Rocha y después con la del linajudo Palermo, en la que marca la mejor época en el historial de los tricolores de la Avenida Ituzaingó.
Con la blusa del Palermo es campeón en todos los torneo que juega: el local, el departamental, el del este y vuelve a reiterar su título del interior, esta vez de clubes junto a figuras como Guala, Firpo, el Semilla Pérez, Ruben Blanco, los hermanos Claudio, Marcelo y Juango Pertusso, Alfredo González, Paulinho, el rey Arturo Altez, entre otros.
También defendió en nuestro medio al Club Social y Deportivo Tabaré, el club de su barrio y al Rampla de La Estiva.
Ha recibido distinciones del Rotary Club Rocha Este, de la filial del Club Nacional de Rocha, de la Comuna de Rocha, entre otras.
Fue Director de Deportes de la Intendencia Municipal de Rocha allá por el 99, cuando por primera vez el gobierno departamental tiene una Dirección de Deportes.
También dirigió al equipo del Club Palermo, a la 3ª. división del Rocha Fútbol Club, y estuvo a cargo de la Escuela de Fútbol del Club Deportivo La Paloma.
Campeón, crack, símbolo, de nuestro fútbol, obtuvo todos los títulos, como jugador y como persona, que hoy pasa desapercibido por su manera de ser, de persona de bien, de bajo perfil, como los grandes, la Junta Departamental de Rocha, ámbito gubernamental donde están representados todos los partidos y sectores políticos y por ende todo el pueblo de Rocha, le brindó un reconocimiento muy merecido por su destacada actuación como deportista y como persona, acto al que adherimos plenamente.
OSCAR A. BRUNO CEDRÉS.
Marzo/14