TUVO 16 VOTOS A FAVOR Y 13 EN CONTRA
La discusión duró más de nueve horas en la
Cámara de Senadores. Hubo legisladores del FA que votaron por
disciplina partidaria, pero marcaron sus diferencias con el polémico
proyecto. La ley tuvo 16 votos a favor y 13 en contra.
El resultado del debate fue celebrado por el sindicato de la construcción. Foto: Ariel Colmegna
El País
mar mar 18 2014 20:20
Durante más de nueve horas se debatió en la
Cámara de Senadores la polémica ley de responsabilidad penal
empresarial, la que finalmente fue aprobada, como estaba previsto, con
16 votos del Frente Amplio y 13 votos en contra por parte de la
oposición.
Pese a votarla, varios senadores del oficialismo manifestaron sus diferencias con el polémico proyecto.
El
senador oficialista Carlos Baráibar dijo que la posición del Frente
Líber Seregni (FLS) es de votar la polémica ley para respetar la mayoría
partidaria, aunque advirtió que desde este sector político se observan
"altos riesgos de inconstitucionalidad", pero aclaró que votarán porque
"somos hombres de partido y creemos en la disciplina política". Su
posición fue también compartida por el senador Rodolfo Nin Novoa.
Por
su parte, el senador Rafael Michelini dijo que la ley "sale con
fragilidad y no con el espíritu frenteamplista" y que se debió poner
"más energía" en la misma.
Pero aclaró que el sector que integra
no quebrará "la mayoría parlamentaria" y explicó que cree "en lo
colectivo, de manera contraria no hay leyes".
Comienzo del debate
Con representantes sindicales en las barras silbando
las intervenciones de la oposición y aplaudiendo las del oficialismo, el
Senado tuvo el primer debate por la ley de responsabilidad penal
empresarial con el inicio de la discusión entre el senador del Partido
Comunista Eduardo Lorier, el colorado Ope Pasquet y el nacionalista
Pablo Abdala.
En las afueras del Parlamento el clima se dividió
entre los que siguieron atentos el debate en la pantalla gigante
instalada en la explanada del Parlamento y los otros miles que estaban
dispersos, animados por una batucada entre tortafriteros, garrapiñeros y
pancheros que se vieron desbordados por los más de 130 ómnibus que
llegaron de todo el país con trabajadores de la construcción.
Lorier
abrió la sesión y defendió el proyecto diciendo que el objetivo es
“proteger la vida” ante aquél empresario que “se timbea la salud y la
seguridad de los trabajadores” y de las empresas incumplidoras que son
una “lacra social” y recalcó que “de ninguna manera” se busca ir contra
el “empresario cumplido que ve al otro como ser humano y lo cuida”.
El
senador comunista, que rápidamente arrancó los aplausos de los
trabajadores en la explanada criticó el “terrorismo” que se pretende
generar a nivel empresarial y dijo que el proyecto busca crear una
“cultura de prevención” porque “sabemos de nuestro ganado, pero de
nuestros obreros no sabemos nada”.
En las barras dentro del
Parlamento, las exposiciones contaban con la atenta mirada de Oscar
Andrade, presidente del Sunca que la semana pasada anunció que informará
a todos los trabajadores del país quién votó a favor y quién en contra y
cuáles fueron los argumentos esgrimidos en la sesión de hoy.
En
este sentido, Lorier se valió de varias cifras en su argumentación: dijo
que hay un trabajador muerto por semana en promedio en Uruguay, más de
50.000 accidentes de trabajo a lo largo del año y 47 muertos por año.
Además dijo que por cada 100.000 trabajadores fallecieron 4 personas en
el período de Tabaré Vázquez mientras que el número llegó a 10 en la
presidencia de Luis Alberto Lacalle y a 9 en la de Julio María
Sanguinetti. También dijo que hoy hay 21.900 trabajadores que cobran
rentas del Estado por accidentes de trabajo y que hay 21.000 personas
con incapacidad permanente a partir de accidentes con lo que remató: “A
la sociedad le cueta $ 1.500 por día un trabajador accidentado”.
En
su exposición Lorier concluyó que el proyecto saca a la luz una
problemática de los trabajadores aunque “nos queda un largo trecho por
avanzar”.
Oposición
El senador colorado Ope Pasquet fue el primero en
enfrentar la postura oficial y el primero en recibir las críticas de los
trabajadores más allá de estar de acuerdo con la necesidad de mejorar
la seguridad laboral. “Estamos muy lejos de la opinión positiva de
Lorier”, dejó en claro al iniciar su argumentación.
Para Pasquet
el proyecto representa “una norma en blanco” que “crea un delito de
peligro concreto”, esto es, “se incurre en un delito por no hacer nada”.
“Las
grandes empresas tienen sus técnicos y tienen un responsable designado
para ser procesado”, pero “me preocupan las empresas que tienen cinco
empleados y no se levantan a ver si cambió la reglamentación”, dijo
Pasquet. En este sentido afirmó que el proyecto de ley “genera situación
de alarma y preocupación que no es bueno que exista” y que en el corto
plazo podrán presentarse los recursos de inconstitucionalidad. Por esto
insistió en que la clave es el correcto accionar de la Inspección
General de Trabajo para “proteger a unos y dar garantías a otros”.
El
senador colorado también dijo que no hay que olvidar que “en los
accidentes de tránsito tenemos 10 veces más muertos que en los
accidentes laborales” y dijo que estadísticas sobre las causas de los
accidentes de trabajo no existen.
Pablo Abdala, que recibió fuertes silbidos de los
trabajadores desde el exterior del Parlamento, fue el tercero en hablar
para cerrar una primera rueda de posiciones políticas.
El senador blanco dijo que es "peligroso establecer
un delito del peligro" y que "lo peor que le podría pasar al sistema
político es pensar que así se soluciona el tema". "Enjuagamos nuestras
conciencias y creemos que con esta fórmula mágica vamos a solucionar
situaciones complejas", dijo Abdala.
Abdala, contrario a la ley
que, opinó, "hace tabla rasa" entre los empresarios. El senador blanco
planteó que en Uruguay "hay 200.000 empresas que se encuentran en una
situación equivalente a la de su trabajador" y que "hay que tener
cuidado de no estar castigando a los buenos". "Es el mismo Estado el que
hace tabla rasa" y "no lleva estadísticas", apuntó.