Escritora y periosista Lilly Morgan Vilaró
La
aplastante derrota de los impulsores de lograr un referéndum para
derogar la ley que despenaliza el aborto, demostró cabalmente, que
el pueblo uruguayo sigue siendo tan ilustrado como valiente.
A
pesar de una campaña, de los que se autodenominaban pro- vida, en
donde no se dudó en manipular, injuriar, desinformar y hasta
directamente mentir, para lograr su objetivo, el 90% del pueblo no se
la creyó, y mucho menos, se la compró.
A
pesar de que uno de los máximos referentes del Frente Amplio,
partido que impulsó y votó la ley cuestionada, apoyó la
iniciativa y votó a favor de esta, aduciendo convicciones personales
y seguramente pensando que sus seguidores lo seguirían (ja) por
lealtad, el 90% del pueblo le dijo no, sorry man, pero en esta no te
acompañamos nada.
Destaco
unas pocas conclusiones a las que he llegado ante este resultado. Hay
un montón, pero para no aburrir, solo menciono unas pocas.
Los
dirigentes de los partidos que impulsaron el referéndum, tanto
blancos como colorados, no tienen la más mínima idea de lo que la
gente común piensa. Eso, o se creyeron encuestas que, evidentemente,
no reflejaron la realidad. No sé cual era la pregunta exacta de los
encuestadores, pero si fue: “¿Está Ud. A favor del aborto? ”-,
lo más seguro fue que la gran mayoría contestase que no. Nadie
está a favor del aborto, per se. Lo ideal sería que no los
hubiese. Pero que los hay, los hay. Y volver a ilegalizarlos, no
resuelve el problema. Lo agrava. Y la gente, blancos, colorados,
frenteamplistas y hasta católicos, lo sabe.
Al
parecer, los dirigentes blancos y colorados, no. Y así les fue.
Quedó
también ratificado, a través de sus propios dichos y hechos, que el
Dr. Tabaré Vazquez prioriza sus convicciones personales y
religiosas, sobre las de la gran mayoría del pueblo. Muy loable en
una persona que va de su casa a su consultorio médico, y de este a
su casa, o a la iglesia. O a visitar a sus amigos del Opus Dei. No
tanto en una persona que aspira ser nuevamente presidente de su país.
Un país oficialmente laico. Un país en donde casi el 52% de sus
votantes, es femenino. Por lo tanto, no es buena idea tratar de
cercenar los derechos de las mujeres. Corre peligro de ponernos
gruñonas. ¿Viste?
También
quedó claro, que la clase política, del color que sea, pero en este
caso, el Fa, sigue estando a unas 20 cuadras atrás de la gente.
Mientras la Comisión Pro-vida nos trataba a los que hacíamos
campaña por el no ir a votar, de asesinos de madres embarazadas y de
niños por nacer, la dirigencia del FA, salvo honrosas excepciones,
hacía silencio de radio. La campaña contra el referéndum y en
defensa de los derechos de la mujer y su vida, fue hecha
mayoritariamente por personas comunes, sin cargos políticos, y a
través de las redes sociales. Que nos encargamos de explicar por qué
no apoyábamos este referéndum, repartíamos copias de la ley que,
entre varios otros ítems, despenaliza el aborto, y refutábamos los
argumentos engañosos y hasta falsos, que se hacían desde los
propulsores de derogar la ley.
Solo
en los últimos días que quedaban para llegar al domingo 23, salió
el FA, como institución partidaria, a hacer campaña activa. Como
seguidora del FA desde sus comienzos, no puedo dejar de reprocharles
esto. A ponerse las pilas, men. Y women! Queremos dirigentes que
caminen con nosotros. No 20 cuadras atrás. Y esto sirve tanto para
lo que ya pasó, como para futuros aconteceres políticos.
Por
último. A las personas que fueron a votar por el Si, porque
honestamente están en contra de la legalización del aborto: No los
entiendo, pero respeto sus creencias religiosas y/o morales. Pero les
recuerdo dos cosas: 1) La ley de despenalización del aborto no es
obligatoria. Las mujeres que no quieran abortar, pueden dormir
tranquilas, ya que nadie las va a obligar a hacerlo.
2)
El hacerlo ilegal, no eliminará el aborto. Solo hará que las
mujeres de bajos recursos económicos tengan que arriesgar sus vidas,
o quedar con secuelas en su salud, al recurrir a aborteros
clandestinos, o al tener que hacerlo por mano propia. Las que tienen
recursos económicos, lo seguirán haciendo en clínicas privadas,
con toda la seguridad necesaria.
Respeto
sus creencias. Pero no aceptaremos, yo y un 90% más, que Uds. no
respeten nuestros derechos y decisiones privadas. Gracias.
L.M.V.