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martes, 22 de abril de 2014

Érase una vez, un pueblo tan ilustrado como valiente.Por Lilly Morgan Vilaró


                                      Escritora y periosista Lilly Morgan Vilaró
La aplastante derrota de los impulsores de lograr un referéndum para derogar la ley que despenaliza el aborto, demostró cabalmente, que el pueblo uruguayo sigue siendo tan ilustrado como valiente.

A pesar de una campaña, de los que se autodenominaban pro- vida, en donde no se dudó en manipular, injuriar, desinformar y hasta directamente mentir, para lograr su objetivo, el 90% del pueblo no se la creyó, y mucho menos, se la compró.

A pesar de que uno de los máximos referentes del Frente Amplio, partido que impulsó y votó la ley cuestionada, apoyó la iniciativa y votó a favor de esta, aduciendo convicciones personales y seguramente pensando que sus seguidores lo seguirían (ja) por lealtad, el 90% del pueblo le dijo no, sorry man, pero en esta no te acompañamos nada.

Destaco unas pocas conclusiones a las que he llegado ante este resultado. Hay un montón, pero para no aburrir, solo menciono unas pocas.

Los dirigentes de los partidos que impulsaron el referéndum, tanto blancos como colorados, no tienen la más mínima idea de lo que la gente común piensa. Eso, o se creyeron encuestas que, evidentemente, no reflejaron la realidad. No sé cual era la pregunta exacta de los encuestadores, pero si fue: “¿Está Ud. A favor del aborto? ”-, lo más seguro fue que la gran mayoría contestase que no. Nadie está a favor del aborto, per se. Lo ideal sería que no los hubiese. Pero que los hay, los hay. Y volver a ilegalizarlos, no resuelve el problema. Lo agrava. Y la gente, blancos, colorados, frenteamplistas y hasta católicos, lo sabe.
Al parecer, los dirigentes blancos y colorados, no. Y así les fue.

Quedó también ratificado, a través de sus propios dichos y hechos, que el Dr. Tabaré Vazquez prioriza sus convicciones personales y religiosas, sobre las de la gran mayoría del pueblo. Muy loable en una persona que va de su casa a su consultorio médico, y de este a su casa, o a la iglesia. O a visitar a sus amigos del Opus Dei. No tanto en una persona que aspira ser nuevamente presidente de su país. Un país oficialmente laico. Un país en donde casi el 52% de sus votantes, es femenino. Por lo tanto, no es buena idea tratar de cercenar los derechos de las mujeres. Corre peligro de ponernos gruñonas. ¿Viste?

También quedó claro, que la clase política, del color que sea, pero en este caso, el Fa, sigue estando a unas 20 cuadras atrás de la gente. Mientras la Comisión Pro-vida nos trataba a los que hacíamos campaña por el no ir a votar, de asesinos de madres embarazadas y de niños por nacer, la dirigencia del FA, salvo honrosas excepciones, hacía silencio de radio. La campaña contra el referéndum y en defensa de los derechos de la mujer y su vida, fue hecha mayoritariamente por personas comunes, sin cargos políticos, y a través de las redes sociales. Que nos encargamos de explicar por qué no apoyábamos este referéndum, repartíamos copias de la ley que, entre varios otros ítems, despenaliza el aborto, y refutábamos los argumentos engañosos y hasta falsos, que se hacían desde los propulsores de derogar la ley.

Solo en los últimos días que quedaban para llegar al domingo 23, salió el FA, como institución partidaria, a hacer campaña activa. Como seguidora del FA desde sus comienzos, no puedo dejar de reprocharles esto. A ponerse las pilas, men. Y women! Queremos dirigentes que caminen con nosotros. No 20 cuadras atrás. Y esto sirve tanto para lo que ya pasó, como para futuros aconteceres políticos.

Por último. A las personas que fueron a votar por el Si, porque honestamente están en contra de la legalización del aborto: No los entiendo, pero respeto sus creencias religiosas y/o morales. Pero les recuerdo dos cosas: 1) La ley de despenalización del aborto no es obligatoria. Las mujeres que no quieran abortar, pueden dormir tranquilas, ya que nadie las va a obligar a hacerlo.
2) El hacerlo ilegal, no eliminará el aborto. Solo hará que las mujeres de bajos recursos económicos tengan que arriesgar sus vidas, o quedar con secuelas en su salud, al recurrir a aborteros clandestinos, o al tener que hacerlo por mano propia. Las que tienen recursos económicos, lo seguirán haciendo en clínicas privadas, con toda la seguridad necesaria.

Respeto sus creencias. Pero no aceptaremos, yo y un 90% más, que Uds. no respeten nuestros derechos y decisiones privadas. Gracias.
L.M.V.

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