Buscar este blog

domingo, 6 de septiembre de 2020

A cin años de la vistia del presente Baltasar Brum a Rocha


Por Néstor Sabattino



A pie, rumbo al Centro

La inmensa caravana a pie, inició un lento recorrido hacia el centro de la ciudad.
Cuando remontaba la cuesta de la calle Zabala, un gruesa garúa mojaba sin piedad a las bandas que la encabezaba, así como a los cuerpos militares y policiales que marchaban en formación, seguidas de las autoridades nacionales y departamentales, los representantes de diversas sociedades locales más un mundo de gente que se había unido al cortejo.
A pesar del tiempo, el pueblo en general presentía que los actos todavía no habían terminado, sino que más bien, recién empezaban.
Doblaron a la izquierda por Cerro Largo (hoy Leonardo Olivera) hasta llegar a Maldonado (Orosmán de los Santos) y pocas cuadras después tomaban por Gral. Artigas.
En ese punto la garúa se convirtió en una lluvia considerable, al punto que causaba pena ver centenas de niños de las Escuelas que con sus maestros esperaban a pie firme desde varias horas atrás la llegada de los visitantes, alineados en ambas aceras.
Vivaban, arrojaban flores y papelitos de colores al paso de la comitiva.
Poco después, un emocionadísimo Baltasar Brum llegaba a la casa del Dr. Antonio Lladó, donde pasaba a residir durante su estadía en la ciudad.
Una multitud se formó frente a la casa, obligando al Presidente a improvisar un corto discurso desde uno de los balcones de la misma.
Los cansados viajeros hubieran querido que la jornada terminara allí, a fin de buscar el descanso reparador luego de un día tan largo. Lamentablemente para ellos no era así; luego de un breve paréntesis que aprovecharon para cambiar sus mojadas indumentarias, toda la delegación se dispuso a cumplir con el resto de los compromisos establecidos en el programa oficial.



Ciien años de la visita de Baltasar Brum a Rocha


Los preparativos

Por Néstor Sabattino 

 

Apenas llegada la noticia del viaje del Presidente, la ciudad se dispuso a ofrecerle un cálido recibimiento, a la vez que preparaba un programa de actividades para interesar vivamente al mandatario en las múltiples necesidades, carencias y características de la población.
Estaba ansioso de demostrarle el entusiasmo de los rochenses en un momento especialísimo de su devenir histórico.
La sociedad local buscaba superar la mortal epidemia de gripe que la había castigado -como a todo el País - en los dos años anteriores, no obstante ofrecía el optimismo de aquellos años donde todavía se disfrutaba de una economía empujada por los problemas en Europa que elevaba los precios de los productos del Agro y fortalecía la labor de artesanos y comerciantes.
En su urbanidad, la ciudad podía mostrar sus principales calles adoquinadas, un sencillo sistema de alumbrado, un Hotel muy aparente y dos salas - la del Teatro de la Porvenir y el Salón de Actos del Palacio Municipal, que mucha falta harían a la hora de los actos protocolares.
A pesar que todos los habitantes veían esta visita como una oportunidad única para la consideración y superación de algunos de sus problemas, no estaban ausentes los consabidos resquemores políticos.
La presencia de una autoridad de esta magnitud y su relevancia en el P. Colorado, despertaba enormes recelos en las filas del Nacionalismo local, que se mostraba desconfiado del uso propagandístico que sus adversarios se proponían hacer de la presencia del Presidente. Sin posibilidad de oponerse a ello, buscaron la forma de permanecer lo más al margen posible de la organización y preparación de los actos relacionado con la misma.
En las primeras de cambio y planteado el apoyo a dar por parte de la Sociedad Porvenir, aparecen las primeras discusiones, que provocan la renuncia del Pste. de la misma, Dr.Francisco
López, y de cinco integrantes más de su Comisión 



 
Escr. Angel Maria Rivero Directiva. 
 

Se llegó a la formalización de una “Comisión de Propaganda” < en contra>, por parte de los Nacionalistas.
En el plano gubernativo, las diferencias no fueron menores a la hora de considerar los detalles de la visita en el seno del Consejo Departamental de Administración.
Pero primó la cordura cívica: se votaron recursos para los gastos de alojamiento de la comitiva, se agregaron 300 pesos para la formación de una Banda Musical y 50 más para una función de biógrafo.
El sector privado va a llevar el peso principal en todos estos preparativos y hará frente a muchos de los esfuerzos económicos que serían necesarios.
El comercio cerrará sus puertas para que sus empleados participen y den mayor brillo a los actos.
Como se acostumbraba, en forma paralela a las autoridades civiles, policiales y militares locales, se estableció una Comisión de Recepción, presidida por el Dr. Antonio Lladó, amigo personal del Presidente Brum y en cuya residencia se alojará durante su estadía en la Ciudad.
Se nombró además una “Comisión de Juventud”
De esta forma y con este espíritu, los rochenses se fueron preparando por casi un mes para recibir por primera vez a un Presidente de la República.

Cien años de la vivita de Baltasar a Rocha


Por Néstor Sabattino


La llegada a la ciudad.

El Presidente Brum y su comitiva habían llegado a la vecina ciudad de San Carlos en ferrocarril.
Lo recibió su población con muestras de alegría y regocijo.
Mientras tanto una delegación de connotados rochenses del Partido Colorado, entre ellos Juanche, Rivero, Pezzolo, Torres, Tisnes, se habían adelantado para acompañar al Primer mandatario hasta Rocha. Hacia allí salieron en una larga fila de automóviles que se movían no sin dificultad en medio de los accidentes del camino; los viajeros comenzaban a experimentar los avatares por los que habitualmente tenían que pasar quienes se aventuraran por estos espacios del Este.
Por lo pronto los esperaban los temidos pasos de cañadas y arroyos traicioneros.
Pero la organización lo tenía todo previsto y del otro lado de cada uno de ellos, gente con botes y nuevos autos de repuesto, esperaban para auxiliarlos cada vez que fuera necesario. El invierno lluvioso colaboró para que, en más de una situación ello fuera necesario.






Brum y su comitiva en San Carlos.

Mientras tanto, en los aledaños, a la entrada de la ciudad de Rocha, un inmenso clima festivo envolvía a una multitud que se aprestaba a recibir a Baltasar Brum.
Sobre las cuatro de la tarde del 16 de agosto hacía rato que la Av. Artigas desde el Paso Real al Bosque Municipal estaba repleta.
Distintos cuerpos militares se habían adelantado luciendo vistosos caballos; Bandas Musicales con sus trajes de gala ejecutaban marchas, aumentando el espíritu de fiesta y creando una expectativa indescriptible.
La gente estaba realmente sorprendida, pero contenta y feliz disfrutando de un espectáculo nunca visto.

Pasadas la cinco de la tarde, llegó por fin la delegación de autoridades.
Hoy en día, vendría precedida de motocicletas, sirenas, autos oficiales, etc,
en esta circunstancia era la música de las Bandas, el movimiento incesante de caballos y policías a pie, más un redoble de tambores lo que anunciaba el arribo.
Al momento, se adelanta la Comisión de Recepción y demás autoridades a darle la bienvenida al ilustre visitante y demás Ministros que descendían de los autos.
Fue entonces que se produce una situación tan sorprendente como inesperada: el público se lanza en avalancha hacia la figura del Presidente con el deseo de verlo de cerca, tocarlo, demostrarle su afecto, de una forma tal, que tomó desprevenido a quienes tenían la función de control.
En determinado momento, el grupo viajero quedó literalmente “aislado” de las figuras locales que salían a su encuentro.
Nadie pudo prever una reacción colectiva así, en una población no acostumbrada a recibir gente ni a participar de este tipo de manifestaciones colectivas.
Una vez que se restableció el orden, el Dr. Antonio Lladó, dijo su discurso de bienvenida.
Luego de las presentaciones de rigor, comienza un pequeño desfile en honor del Presidente, encabezado por la Banda Militar del Comandante Chávez que deslumbraba a todos a través de sus instrumentos y vistosos uniformes de gala. Era seguida por las distintas Sociedades de la ciudad y por una Comisión de jóvenes, más otras autoridades, ataviados todos para la ocasión.
Entre aplausos se desarrolló el mismo y cuando ya la luz comenzaba a escasear y la lluvia se anunciaba en un cielo gris con espesa neblina, todo estaba dispuesto para emprender la larga cuesta hacia el centro de la ciudad.

La figura de Baltasar Brum


Por Néstor Sabattino




Baltasar Brum Rodríguez, asume su gobierno el 1º de marzo de 1919.
Lo hace con 35 años, siendo el Presidente electo más joven en la historia del País.
Nació en 1883, en el hoy Departamento de Artigas (entonces Salto), en la campiña y en el seno de una familia de estancieros.
Desde el primer momento abrazó la doctrina del Batllismo, constituyéndose en una especie de “ahijado político” de Batlle y Ordoñez llega a Montevideo, para al poco tiempo ser Ministro de Justicia e Instrucción Pública con apenas 30 años.
Realiza una notable labor y es nombrado Ministro del Interior por el Presidente Viera, cargo que abandona en 1916 para ocupar una Cancillería que resultó histórica.

Se considera que su heroico gesto final del año 1933, que lo convirtió en un símbolo mayor del institucionalismo uruguayo, de alguna manera deja en un segundo plano sus destacadas actuaciones en el área de la política, la educación, el feminismo, las relaciones exteriores, la industrialización nacional, campos todos en que fue relevante su actuación.













Escalinata del Palacio Legislativo durante el velatorio de José Batlle y Ord.

Su figura juvenil encendía el entusiasmo de otros jóvenes, a quienes atraía a la vida política, tan fermental en esos años.
Estos son algunos rasgos de aquel joven Presidente que la ciudad de Rocha se aprestaba a recibir cien años atrás, cuando solo tenía 37 años.

Los cien años de la visita del presidente Baltasar Brum a rocha

La importancia de la visita. 

Por Néstor Sabattino







 

 Por estos días se cumplen 100 años de la poco recordada visita al Departamento de Rocha del Sr. Presidente de la República Dr. Baltasar Brum. Ello ya sería motivo suficiente para dedicar un espacio a conmemorarlo y aprovechar la circunstancia para repasar algunos momentos salientes de la misma. Pero por encima del centenario, existen otros motivos que hicieron de ella un hecho singular. Por lo pronto esta fue la primera visita de un Presidente de la República a Rocha en tiempos que estos viajes no eran frecuentes. Más infrecuente era que la máxima autoridad recorriera todo el Departamento, de Sur a Norte, aunque para ello debiera dedicarle una semana en pleno invierno. Fue un recorrido azaroso desde que tuvo que transitar caminos casi inexistentes, utilizando trenes, automóviles, botes, caballos, carruajes y hasta barcos. El punto culminante de la gira presidencial fue su presencia en las ruinas de la Fortaleza de Santa Teresa y Fortín de San Miguel. A partir de este momento el proyecto de reconstrucción de las mismas tiene la bendición del Superior Gobierno, con lo cual comienza el arduo proceso, que deja para los rochenses los dos principales íconos patrimoniales que ostenta su Departamento. Por estas razones y muchas más, el centenario de la presencia del Presidente Brum aquella húmeda tarde del 16 de agosto de 1920, no puede pasar así nomás, sin que las nuevas generaciones se enteren y valoren debidamente su especial significación.