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lunes, 30 de septiembre de 2013

MOZART TE QUIERE / UN GUIÓN CINEMATOGRÁFICO Hugo Giovanetti Viola



                                         Hugo Giovanetti Viola










para Martha Argerich


Escena 1 / INT. DÍA


Martha, descalza y en piyama, abre la puerta de su dormitorio y llama a Cristina, que está pasándole el trapo al corredor.


Martha: Haga mi cuarto si quiere, Cristina. Esta mañana no voy a estudiar.

Corte. Cristina, una mujer de humildad dolida y digna, entra al cuarto y encuentra a la muchacha hojeando un libro en la cama.


Martha: Se suspendió el concierto.


Cristina: ¿Cuándo? Porque yo anoche escuché la propaganda en la televisión.


Martha: Acabo de mandar un mail al Conrad para suspenderlo. Mis padres todavía no saben nada. ¿No podríamos tomar unos matecitos? Por favor.


Cristina (sonriendo para disimular la alarma): Cómo no. Ya lo preparo.


Escena 2 / INT. DÍA


Martha (sentada frente al piano que hay en su dormitorio): Lo que me pone loca es que me estén esperando como si fuera el Papa. Llevo casi siete años yirando por todos los continentes y no tengo ni novio ni amigos ni tiempo para ir al cine. Pero en Ezeiza nos encajaron cuatro horas de espera y me compré este libro y me mató. ¿No escuchó hablar de Crimen y castigo de Dostoiesvki?

Cristina (alcanzándole un mate): Creo que sí.


Martha: Es un estudiante que piensa que puede matar a una vieja de mierda y no sentirse mal. ¿Me entiende?


Cristina: Más o menos.


Martha: Y yo estoy tan loquita que pensé que lo único prohibido que podía hacer en mi vida era suspender este concierto. Y entonces les avisé que me acababa de lastimar un dedo y dejé a todo el Uruguay esperando a la genia celeste. Ahora los tarados de la tele ya me empezaron a llamar la Forlán y todo.


Cristina: Bueno, yo por lo menos me doy el lujo de escucharla ensayar.


Martha: Es que a mí Mozart nunca me quiso. En cambio tocar Bach o Prokofiev es como andar en lancha, desde que soy chiquita. Pero hay gente que no nos quiere ni aunque se lo pidamos de rodillas.


Cristina: Hay tantas cosas raras.


Martha: Lo más horrible es que yo ya ni me doy cuenta de si creo en Dios o no.

Cristina: Yo con Dios estoy peleada desde que se me ahogó mi hija en la playa.

Martha: Pero el personaje de Dostoievski siente que está matando a Dios. Y que a nadie le importa.


Cristina: Bueno, a mí ya se me hizo tarde. Le dejo la comida preparada y me voy enseguida.


Martha: Ta. Ahora mismo les aviso a mis padres y al director de la sinfónica para que me dejen terminar de leer la novela en paz. Y mañana me despierto a la misma hora que hoy. Quiero correr un rato por la rambla.


Escena 3 / INT. NOCHE


Martha deja la novela sobre la mesa de luz y se pone a pelar una manzana.

Martha (mirando el techo después de rumiar lacrimosamente un bocado y tragar): ¿Por qué no me querés? Que la genia celeste toque en el Conrad le importa a todo el mundo, pero a vos no te importa que yo no tenga vida. ¿Por qué no querés entrar de verdad al Andante si me estoy volviendo loca para repartir tu vida, carajo?


Escena 4 / INT. DÍA


Cristina golpea suavemente la puerta del dormitorio de Martha, con el termo y el mate.


Cristina: Ya son las ocho, Martha.


Martha (abriendo con un dedo vendado): Estoy desvelada hace horas.


Cristina (mirando el plato con las cáscaras y el cuchillo manchados de sangre): ¿Qué le pasó?


Martha (sentándose en el taburete del piano, de espaldas al teclado): Anoche soñé que alguien tocaba el timbre y me hice tanto la cabeza que terminé cortándome un dedo. A propósito.


Cristina: ¿Y qué va a hacer con el concierto de Buenos Aires?


Martha: Me olvidé que era el otro domingo. Pero lo más seguro es que cicatrice.

Cristina: ¿Y ayer su madre cómo lo tomó?


Martha: Ah. Me dijo lo más pancha que me desinfectara bien y además le encantó la noticia, porque el concierto era a la misma hora que el desfile de Giordano. Ella prefiere eso.


Cristina (vichándole la venda a la muchacha): Y hoy en la tele son capaces de bobear con que la Forlán se lastimó en la práctica. ¿Cómo se llama lo que iba a tocar?

Martha: El Concierto Nro 21 para piano y orquesta de Mozart.


Cristina: ¿Sabe que ayer no me animé a decirle que cada vez que toca la parte lenta siento que mi hija está viva? Es divino.


Suena el timbre y Cristina sale corriendo a atender mientras Martha estira la mano sana para acariciar el teclado.


Escena 5


Cristina: Y cuando el tipo me dijo que venían desde el Conrad para asegurarse de que no le había pasado nada yo casi me desmayo. Pero después que le expliqué lo del dedo me pidió que la dejara descansar tranquila. Ahora se iba a buscar a su representante al aeropuerto.


Martha: Pero yo le mandé un mail, carajo.


Cristina: Dijo que no recibieron nada. Y que la llamaron por teléfono todo el día y al final se asustaron.


Martha: Se ve que el director de la orquesta ni se comunicó con ellos. Y lo increíble es que yo me corté pensando que iban a venir a buscarme para ver si era verdad lo de la lastimadura.


Cristina: ¿Cómo iban a hacer eso, muchacha?


Martha: ¿Quiere que toque la melodía del Andante?


Cristina: Por favor.


Martha (después de tocar las primeras notas con la mano derecha): Pa. Lo del sueño fue rarísimo. Fue como si hubiese mandado un mail al otro mundo y me lo contestaran.


Cristina (mientras le alcanza un mate sonriendo): Disculpe que me meta, pero a mí me parece que Mozart la quiere.


El corazón mata a más mujeres que hombres pero ellas no lo saben


por Gabriel Farías Hace 3 días
© World Heart Federation
En Uruguay mueren 14 mujeres por día por enfermedades cardiovasculares, según la Comisión Honoraria para la Salud Cardiovascular. Sin embargo, una encuesta realizada a mujeres funcionarias no médicas de dos mutualistas y del Hospital de Clínicas concluyó que las mujeres tienen una percepción equivocada de su principal problema de salud y de mortalidad.

La principal causa de muerte en Uruguay, para la población en general, son las enfermedades asociadas al sistema circulatorio con el 29,5% de las muertes.

Sin embargo, el 86% de las mujeres encuestadas consideró al cáncer como el principal problema de salud, y el 63% respondió que era la principal causa de muerte.

Apenas el 20% de las mujeres contestó que las enfermedades cardiovasculares son la principal causa de muerte de su género.

Carolina Artucio, una de las responsables de la encuesta y presidenta del Comité de Cardiopatía en la Mujer de la Sociedad Uruguaya de Cardiología, dijo a 180 Ciencia que “la mujer piensa que su primer causa de muerte es el cáncer debido a que los ginecólogos realizaron programas agresivos de prevención del Papanicolaou y del cáncer de mama que entraron en la población. Los cardiólogos nos quedamos atrás.”

En 2010 murieron más mujeres que hombres por enfermedad del aparato circulatorio. La principal causa de muerte para las mujeres uruguayas es la enfermedad cerebrovascular. Y a pesar de que en la población general la tendencia de mortalidad en esta patología es descendente en la última década, en la mujer el porcentaje de mortalidad aumentó.

Otro de los resultados de la encuesta es que las mujeres no tienen claros los factores de riesgo para prevenir las enfermedades cardiovasculares. “No solo encontramos en esta encuesta que las mujeres no creen que se mueren del corazón sino que también hay una disociación entre lo que produce mal y lo que hay que hacer para beneficiarnos”, dijo Artucio. “Se dieron varias paradojas: si bien tres cuartas partes de las encuestadas consideraban que la hipertensión arterial era un factor de riesgo para la enfermedad cardiovascular, solo un cuarto consideraba que hay que comer con poca sal. También el 70% dijo que dejar de fumar hace bien para la salid. Pero solo un tercio asocia la salud cardiovascular al dejar de fumar, cuando es uno de los mayores factores de riesgo”.

La cardióloga sostuvo que no ser conscientes de las enfermedades que pueden desarrollar hace que las mujeres que no se cuiden. “La mujer no tiene duda que se tiene que hacer una mamografía anual y un Papanicolaou después de determinada edad. También tiene que saber cuál es su nivel de colesterol, cual es su presión arterial y tiene que dejar de fumar”.

El desconocimiento de la enfermedad hace que la mujer llegue tarde a la consulta, algo que Artucio lo vivencia en sus pacientes. “Muchas veces llegan más tarde porque los síntomas son inespecíficos, pero también porque ellas mismas no reconocen que se están sintiendo mal y que puede ser un problema del corazón. Piensan que están cansadas, o que es un problema de artrosis. No reconocen y no consultan”, explicó la especialista.  

La “Encuesta de percepción de la enfermedad cardiovascular de la mujer por la mujer” se realizó en 2012 y se publicó en noviembre de ese año en la Revista Uruguaya de Cardiología. Se encuestaron a 131 mujeres funcionarias, no vinculadas a la atención de pacientes, del Hospital de Clínicas, Casa de Galicia y Médica Uruguay.

Artucio aclaró que si bien esta no es una encuesta representativa de las mujeres uruguayas, es una primera aproximación, cuyos resultados coinciden con encuestas similares realizadas en Estados Unidos y Argentina. Este año el Comité de Cardiopatía en la Mujer de la Sociedad Uruguaya de Cardiología tiene como objetivo realizar una encuesta a nivel nacional para conocer la percepción de salud de las mujeres uruguayas.

En 1997 en Estados Unidos la encuesta de percepción en las mujeres encontró que más del 50% de las mujeres creían que la primer causa de muerte era el cáncer y el 30% la enfermedad cardiovascular. Una campaña de concientización (“Go red for women”) que se realizó en los años posteriores logró revertir la percepción. Para 2005 una nueva encuesta marcó que el 55% de las mujeres consideraban a las enfermedades cardiovasculares como su principal causa de muerte y el cáncer bajó al 45%.

En Argentina se hizo una encuesta de percepción que también concluyó que el porcentaje mayor de mujeres considera que se muere de cáncer en primer lugar.




Interna del FA El propio candidato// MPP no da apoyo a Sendic


imagen

Montevideo Portal
La definición del compañero de fórmula de Tabaré Vázquez deberá decidirse después de las elecciones internas de junio de 2014, según ratificó la Dirección Nacional del MPP el pasado fin de semana. El diputado Aníbal Pereyra expresó a Montevideo Portal que el sector pretende impulsar en esa oportunidad un candidato propio.
Mientras que el presidente de Ancap, Raúl Sendic, busca apoyos para ser el candidato a la Vicepresidencia de la República por el Frente Amplio en una fórmula electoral con Tabaré Vázquez, el Movimiento de Participación Popular (MPP) ratificó el sábado en una reunión de la Dirección Nacional su postura de esperar hasta junio de 2014.
"La vice se debe definir en junio, después de las elecciones internas", señaló a Montevideo Portal del diputado emepepista Aníbal Pereyra. Asimismo, dijo que pasada esa instancia, se propondrá un nombre del sector para integrar la fórmula con Vázquez.
La senadora Lucía Topolansky y la diputada Ivonne Passada han sido mencionadas como candidatas del MPP para acompañar al expresidente. Pereyra dijo que "los nombres que andan en la vuelta no fueron manejados por el sector".
Desde que Sendic decidió que quería ser candidato a vice, salió a buscar apoyos en distintos sectores y no encontró el del MPP, que tenía intenciones de promover a una persona de sus filas. Sí logró que el Frente Unido, el Partido Comunista y la Liga Federal Frenteamplista juntaran con la 711 en un espacio de coordinación para la búsqueda de acuerdos políticos.

Discurso completo de Mujica en la ONU

La República


Presidente De La República, José Mujica
“Que estamos vivos por milagro y nada vale más que la vida. Y que nuestro deber biológico es por encima de todas las cosas respetar la vida e impulsarla, cuidarla, procrearla y entender que la especie es nuestro nosotros.”
>Amigos todos, soy del sur, vengo del sur. Esquina del Atlántico y del Plata, mi país es una penillanura suave, templada, una historia de puertos, cueros, tasajo, lanas y carne. Tuvo décadas púrpuras, de lanzas y caballos, hasta que por fin al arrancar el siglo XX se puso a ser vanguardia en lo social, en el Estado, en la enseñanza. Diría que la socialdemocracia se inventó en el Uruguay.
Durante casi 50 años el mundo nos vio como una especie de Suiza. En realidad, en lo económico fuimos bastardos del imperio británico y cuando este sucumbió vivimos las amargas mieles de términos de intercambio funestos, y quedamos estancados añorando el pasado.
Casi 50 años recordando el Maracaná, nuestra hazaña deportiva. Hoy hemos resurgido en este mundo globalizado tal vez aprendiendo de nuestro dolor. Mi historia personal, la de un muchacho- porque alguna vez fui muchacho- que como otros quiso cambiar su época, su mundo, el sueño de una sociedad libertaria y sin clases. Mis errores son en parte hijos de mi tiempo. Obviamente los asumo, pero hay veces que medito con nostalgia.
La fuerza de la utopía
¡Quién tuviera la fuerza de cuando éramos capaces de albergar tanta utopía! Sin embargo no miro hacia atrás porque el hoy real nació en las cenizas fértiles del ayer. Por el contrario no vivo para cobrar cuentas o reverberar recuerdos.
Me angustia, y de qué manera, el porvenir que no veré, y por el que me comprometo. Sí, es posible un mundo con una humanidad mejor, pero tal vez hoy la primera tarea sea cuidar la vida.
Pero soy del sur y vengo del sur, a esta asamblea, cargo inequívocamente con los millones de compatriotas pobres, en las ciudades, en los páramos, en las selvas, en las pampas, en los socavones, de la América Latina patria común que se está haciendo.
El bloqueo inútil a Cuba
Cargo con las culturas originales aplastadas, con los restos del colonialismo en Malvinas, con bloqueos inútiles a ese caimán bajo el sol del Caribe que se llama Cuba. Cargo con las consecuencias de la vigilancia electrónica que no hace otra cosa que sembrar desconfianza. Desconfianza que nos envenena inútilmente. Cargo con una gigantesca deuda social, con la necesidad de defender la Amazonia, los mares, nuestros grandes ríos de América.
Cargo con el deber de luchar por patria para todos. Para que Colombia pueda encontrar el camino de la paz, y cargo con el deber de luchar por tolerancia, la tolerancia se precisa para con aquellos que son distintos, y con los que tenemos diferencias y discrepamos. No se precisa la tolerancia para los que estamos de acuerdo.
La tolerancia es la paz
La tolerancia es el fundamento de poder convivir en paz, y entendiendo que en el mundo somos diferentes. El combate a la economía sucia, al narcotráfico, a la estafa, el fraude y la corrupción, plagas contemporáneas, prohijadas por ese antivalor, ese que sostiene que somos felices si nos enriquecemos sea como sea. Hemos sacrificado los viejos dioses inmateriales. Les ocupamos el templo con el dios mercado, que nos organiza la economía, la política, los hábitos, la vida y hasta nos financia en cuotas y tarjetas, la apariencia de felicidad.
Parecería que hemos nacido solo para consumir y consumir, y cuando no podemos cargamos con la frustración, la pobreza, y hasta la autoexclusión.
Lo cierto hoy es que para gastar y enterrar los detritos en eso que se llama la huella de carbono por la ciencia, si aspiraramos en esta humanidad a consumir como un americano medio promedio, sería imprescindible tres planetas para poder vivir.
El despilfarro de vida
Es decir nuestra civilización montó un desafío mentiroso y así como vamos, no es posible para todos colmar ese sentido de despilfarro que se le ha dado a la vida. En los hechos se está masificando como una cultura de nuestra época, siempre dirigida por la acumulación y el mercado.
Prometemos una vida de derroche y despilfarro, y en el fondo constituye una cuenta regresiva contra la naturaleza, contra la humanidad como futuro. Civilización contra la sencillez, contra la sobriedad, contra todos los ciclos naturales.
“Civilización” contra el amor
Lo peor: civilización contra la libertad que supone tener tiempo para vivir las relaciones humanas, lo único trascendente, el amor, la amistad, aventura, solidaridad, familia. Civilización contra tiempo libre no paga, que no se compra, y que nos permite contemplar y escudriñar el escenario de la naturaleza.
Arrasamos la selva, las selvas verdaderas, e implantamos selvas anónimas de cemento. Enfrentamos al sedentarismo con caminadores, al insomnio con pastillas, la soledad con electrónicos, porque somos felices alejados del entorno humano.
Cabe hacerse esta pregunta, huimos de nuestra biología que defiende la vida por la vida misma, como causa superior, y lo suplantamos por el consumismo funcional a la acumulación.
La política, la eterna madre del acontecer humano quedó limitada a la economía y al mercado, de salto en salto la política no puede más que perpetuarse, y como tal delegó el poder y se entretiene, aturdida, luchando por el gobierno. Debocada marcha de historieta humana, comprando y vendiendo todo, e innovando para poder negociar de algún modo, lo que es innegociable. Hay marketing para todo, para los cementerios, los servicios fúnebres, las maternidades, para padres, para madres, pasando por las secretarias, los autos y las vacaciones. Todo, todo es negocio.
Todavía las campañas de marketing caen deliberadamente sobre los niños, y su psicología para influir sobre los mayores y tener hacia el futuro un territorio asegurado. Sobran pruebas de estas tecnologías bastante abominables que a veces, conducen a las frustraciones y más.
El hombrecito promedio de nuestras grandes ciudades, deambula entre las financieras y el tedio rutinario de las oficinas, a veces atemperadas con aire acondicionado. Siempre sueña con las vacaciones y la libertad, siempre sueña con concluir las cuentas, hasta que un día, el corazón se para, y adiós. Habrá otro soldado cubriendo las fauces del mercado, asegurando la acumulación. La crisis se hace impotencia, la impotencia de la política, incapaz de entender que la humanidad no se escapa, ni se escapará del sentimiento de nación. Sentimiento que casi está incrustado en nuestro código genético.
Un mundo sin fronteras
Hoy, es tiempo de empezar a tallar para preparar un mundo sin fronteras. La economía globalizada no tiene más conducción que el interés privado, de muy pocos, y cada estado nacional mira su estabilidad continuista, y hoy la gran tarea para nuestros pueblos, en mi humilde manera de ver, es el todo.
Como si esto fuera poco, el capitalismo productivo, francamente productivo, está medio prisionero en la caja de los grandes bancos. En el fondo son la cúspide del poder mundial. Más claro, creemos que el mundo requiere a gritos reglas globales que respeten los logros de la ciencia, que abunda. Pero no es la ciencia que gobierna el mundo. Se precisan por ejemplo, una larga agenda de definiciones, cuántas horas de trabajo y toda la tierra, cómo convergen las monedas, cómo se financia la lucha global por el agua, y contra los desiertos.
Solidaridad con los oprimidos
Cómo se recicla y se presiona contra el calentamiento global. Cuáles son los límites de cada gran quehacer humano. Sería imperioso lograr consenso planetario para desatar solidaridad hacia los más oprimidos, castigar impositivamente el despilfarro y la especulación. Movilizar las grandes economías, no para crear descartables, con obsolescencia calculada, sino bienes útiles, sin fidelidad, para ayudar a levantar a los pobres del mundo. Bienes útiles contra la pobreza mundial. Mil veces más redituable que hacer guerras. Volcar un neo-keynesianismo útil de escala planetaria para abolir las vergüenzas más flagrantes que tiene este mundo.
La política y la ciencia
Tal vez nuestro mundo necesita menos organismos mundiales, esos que organizan los foros y las conferencias, que le sirven mucho a las cadenas hoteleras y a las compañías aéreas y en el mejor de los casos nadie recoge y lo transforma en decisiones.…
Necesitamos sí mascar mucho lo viejo y eterno de la vida humana junto a la ciencia, esa ciencia que se empeña por la humanidad no para hacerse rico; con ellos, con los hombres de ciencia de la mano, primeros consejeros de la humanidad, establecer acuerdos por el mundo entero. Ni los Estados nacionales grandes, ni las transnacionales y muchos menos el sistema financiero debería gobernar el mundo humano. Sí la alta política entrelazada con la sabiduría científica, allí está la fuente. Esa ciencia que no apetece el lucro pero que mira el porvenir y nos dice cosas que no atendemos. ¿Cuántos años hace que nos dijeron determinadas cosas que no nos dimos por enterados? Creo que hay que convocar la inteligencia al comando de la nave arriba de la tierra, cosas de este estilo y otras que no puedo desarrollar nos parecen imprescindibles, pero requerirían que lo determinante fuera la vida, no la acumulación.
No somos tan  ilusos
Obviamente, no somos tan ilusos, estas cosas no pasarán, ni otras parecidas. Nos quedan muchos sacrificios inútiles por delante, mucho remendar consecuencias y no enfrentar las causas. Hoy el mundo es incapaz de crear regulación planetaria a la globalización y esto es por el debilitamiento de la alta política, eso que se ocupa de todo. Por último vamos a asistir al refugio de acuerdos más o menos “reclamables”, que van a plantear un mentiroso libre comercio interno, pero que en el fondo van a terminar construyendo parapetos proteccionistas, supranacionales en algunas regiones del planeta. A su vez van a crecer ramas industriales importantes y servicios, todos dedicados a salvar y mejorar al medio ambiente. Así nos vamos a consolar por un tiempo, vamos a estar entretenidos y naturalmente va a continuar como para estar rica la acumulación para regodeo del sistema financiero.
Ir contra la especie
Continuarán las guerras y por tanto los fanatismos hasta que tal vez la misma naturaleza lo llame al orden y haga inviable nuestras civilizaciones. Tal vez nuestra visión es demasiado cruda, sin piedad y vemos al hombre como una criatura única, la única que hay arriba de la tierra capaz de ir contra su propia especie. Vuelvo a repetir, porque algunos llaman la crisis ecológica del planeta, es consecuencia del triunfo avasallante de la ambición humana. Ese es nuestro triunfo, también nuestra derrota, porque tenemos impotencia política de encuadrarnos en una nueva época. Y hemos contribuido a construir y no nos damos cuenta.
¿Por qué digo esto? Son datos nada más. Lo cierto es que la población se cuadriplicó y el PBI creció por lo menos veinte veces en el último siglo. Desde 1990 aproximadamente cada seis años se duplica el comercio mundial. Podíamos seguir anotando datos que establecen la marcha de la globalización. ¿Qué nos está pasando? Entramos en otra época aceleradamente pero con políticos, atavíos culturales, partidos, y jóvenes, todos viejos ante la pavorosa acumulación de cambios que ni siquiera podemos registrar. No podemos manejar la globalización, porque nuestro pensamiento no es global. No sabemos si es una limitante cultural o estamos llegando a los límites biológicos.
Los efectos de la codicia
Nuestra época es portentosamente revolucionaria como no ha conocido la historia de la humanidad. Pero no tiene conducción consciente, o menos, conducción simplemente instintiva. Mucho menos todavía, conducción política organizada porque ni siquiera hemos tenido filosofía precursora ante la velocidad de los cambios que se acumularon.
La codicia, tanto negativa y tanto motor de la historia, eso que empujó al progreso material técnico y científico, que ha hecho lo que es nuestra época y nuestro tiempo y un fenomenal adelanto en muchos frentes, paradojalmente, esa misma herramienta, la codicia que nos empujó a domesticar la ciencia y transformarla en tecnología nos precipita a un abismo brumoso. A una historia que no conocemos, a una época sin historia y nos estamos quedando sin ojos ni inteligencia colectiva para seguir colonizando y perpetuarnos transformándonos.
¿Qué es el todo?
Porque si una característica tiene este bichito humano, es que es un conquistador antropológico. Parece que las cosas toman autonomía y las cosas someten a los hombres. Por un lado u otro, sobran activos para vislumbrar estas cosas y en todo caso, vislumbrar el rumbo. Pero nos resulta imposible colectivizar decisiones globales por ese todo. Más claro, la codicia individual ha triunfado largamente sobre la codicia superior de la especie. Aclaremos, ¿qué es el todo?, esa palabra que utilizamos.
Para nosotros es la vida global del sistema tierra incluyendo la vida humana con todos los equilibrios frágiles que hacen posible que nos perpetuemos. Por otro lado, más sencillo, menos opinable y más evidente. En nuestro occidente, particularmente, porque de ahí venimos aunque venimos del Sur, las repúblicas que nacieron para afirmar que los hombres somos iguales, que nadie es más que nadie, que sus gobiernos deberían representar el bien común, la justicia y la equidad. Muchas veces, las repúblicas se deforman y caen en el olvido de la gente corriente, la que anda por las calles, el pueblo común.
No fueron las repúblicas creadas para vegetar encima de la grey, sino por el contrario, son un grito en la historia para hacer funcionales a la vida de los propios pueblos y, por lo tanto, las repúblicas se deben a las mayorías y a luchar por la promoción de las mayorías.
La cultura consumista
Por lo que fuera, por reminiscencias feudales que están allí en nuestra cultura; por clasismo dominador, tal vez por la cultura consumista que nos rodea a todos, las repúblicas frecuentemente en sus direcciones adoptan un diario vivir que excluye, que pone distancia con el hombre de la calle.
En los hechos, ese hombre de la calle debería ser la causa central de la lucha política en la vida de las repúblicas. Los gobiernos republicanos deberían de parecerse cada vez más a sus respectivos pueblos en la forma de vivir y en la forma de comprometerse con al vida.
El hecho es que cultivamos arcaísmos feudales, cortesanismos consentidos, hacemos diferenciaciones jerárquicas que en el fondo socavan lo mejor que tienen las repúblicas: que nadie es más que nadie. El juego de estos y otros factores nos retienen en la prehistoria. Y hoy es imposible renunciar a la guerra cuando la política fracasa. Así se estrangula la economía, derrochamos recursos.
Dos millones por minuto
Oigan bien, queridos amigos: en cada minuto del mundo se gastan dos millones de dólares en presupuestos militares en esta tierra. Dos millones de dólares por minutos en presupuesto militar!! En investigación médica, de todas las enfermedades que ha avanzado enormemente y es una bendición para la promesa de vivir unos años más, esa investigación apenas cubre la quinta parte de la investigación militar.
Este proceso del cual no podemos salir, es ciego. Asegura odio y fanatismo, desconfianza, fuente de nuevas guerras y esto también, derroche de fortunas. Yo se que es muy fácil, poéticamente, autocriticarnos, personalmente. Y creo que sería una inocencia en este mundo plantear que allí existen recursos para ahorrar y gastarlos en otras cosas útiles. Eso sería posible, otra vez, si fuéramos capaces de ejercitar acuerdos mundiales y prevenciones mundiales de políticas planetarias que nos garanticen la paz y que nos den a los más débiles, garantía que no tenemos. Ahí habría enormes recursos para recortar y atender las mayores vergüenzas arriba de la Tierra. Pero basta una pregunta: en esta humanidad, hoy, ¿adonde se iría sin la existencia de esas garantías planetarias? Entonces cada cual hace vela de armas de acuerdo a su magnitud y allí estamos porque no podemos razonar como especie, apenas como individuos.
Las instituciones mundiales, particularmente hoy vegetan a la sombra consentida de las disidencias de las grandes naciones que, obviamente, estas quieren retener su cuota de poder.
El papel de la ONU
Bloquean en los hechos a esta ONU que fue creada con una esperanza y como un sueño de paz para la humanidad. Pero peor aún la desarraigan de la democracia en el sentido planetario porque no somos iguales. No podemos ser iguales en este mundo donde hay más fuertes y más débiles. Por lo tanto es una democracia planetaria herida y está cercenando la historia de un posible acuerdo mundial de paz, militante, combativo y que verdaderamente exista. Y entonces, remendamos enfermedades allí donde hace eclosión y se presenta según le parezca a algunas de las grandes potencias. Lo demás miramos desde lejos. No existimos.
Amigos, yo creo que es muy difícil inventar una fuerza peor que el nacionalismo chauvinista de las granes potencias. La fuerza que es liberadora de los débiles. El nacionalismo tan padre de los procesos de descolonización, formidable hacia los débiles, se transforma en una herramienta opresora en las manos de los fuertes y vaya que en los últimos 200 años hemos tenido ejemplos por todas partes.
Nuestro pequeño ejemplo
La ONU, nuestra ONU languidece, se burocratiza por falta de poder y de autonomía, de reconocimiento y sobre todo de democracia hacia el mundo más débil que constituye la mayoría aplastante del planeta. Pongo un pequeño ejemplo, pequeñito. Nuestro pequeño país tiene en términos absolutos, la mayor cantidad de soldados en misiones de paz de los países de América Latina desparramos en el mundo. Y allí estamos, donde nos piden que estemos.
Pero somos pequeños, débiles. Donde se reparten los recursos y se toman las decisiones, no entramos ni para servir el café. En lo más profundo de nuestro corazón, existe un enorme anhelo de ayudar para que le hombre salga de la prehistoria. Yo defino que el hombre mientras viva con clima de guerra, está en la prehistoria, a pesar de los muchos artefactos que pueda construir.
Las soledades de la guerra
Hasta que el hombre no salga de esa prehistoria y archive la guerra como recurso cuando la política fracasa, esa es la larga marcha y el desafío que tenemos por delante. Y lo decimos con conocimiento de causa. Conocemos las soledades de la guerra. Sin embargo, estos sueños, estos desafíos que están en el horizonte implica luchar por una agenda de acuerdos mundiales que empiecen a gobernar nuestra historia y superar paso a paso, las amenazas a la vida. La especie como tal, debería tener un gobierno para la humanidad que supere el individualismo y bregue por recrear cabezas políticas que acudan al camino de la ciencia y no solo a los intereses inmediatos que nos están gobernando y ahogando.
Paralelamente hay que entender que los indigentes del mundo no son de África o de América Latina, son de la humanidad toda y esta debe como tal, globalizada, propender a empeñarse en su desarrollo, en que puedan vivir con decencia por sí mismos. Los recursos necesarios existen, están en ese depredador despilfarro de nuestra civilización.
La bombita de 100 años
Hace pocos días le hicieron ahí, en California, en una agencia de bomberos un homenaje a una bombita eléctrica que hace 100 años que está prendida; ¡100 años que está prendida, amigo! Cuántos millones de dólares nos sacaron del bolsillo haciendo deliberadamente porquerías para que la gente compre, y compre, y compre, y compre.
Pero esta globalización de mirar por todo el planeta y por toda la vida significa un cambio cultural brutal. Es lo que nos está requiriendo la historia. Toda la base material ha cambiado y ha tambaleado, y los hombres, con nuestra cultura, permanecemos como si no hubiera pasado nada y en lugar de gobernar la civilización, esta nos gobierna a nosotros. Hace más de 20 años que discutíamos la humilde tasa Tobi. Imposible aplicarla a nivel del planeta. Todos los bancos del poder financiero se levantan heridos en su propiedad privada y qué sé yo cuántas cosas más. Sin embargo, esto es lo paradojal. Sin embargo, con talento, con trabajo colectivo, con ciencia, el hombre paso a paso es capaz de transformar en verde a los desiertos.
El hombre es capaz…
El hombre puede llevar la agricultura al mar. El hombre puede crear vegetales que vivan con agua salada. La fuerza de la humanidad se concentra en lo esencial. Es inconmensurable. Allí están las más portentosas fuentes de energía. ¿Qué sabemos de la fotosíntesis?, casi nada. La energía en el mundo sobra si trabajamos para usarla con ella. Es posible arrancar de cuajo toda la indigencia del planeta. Es posible crear estabilidad y será posible a generaciones venideras, si logran empezar a razonar como especie y no solo como individuo, llevar la vida a la galaxia y seguir con ese sueño conquistador que llevamos en nuestra genética los seres humanos.
Pero para que todos esos sueños sean posibles, necesitamos gobernarnos a nosotros mismos o sucumbiremos porque no somos capaces de estar a la altura de la civilización que en los hechos fuimos desarrollando.
Este es nuestro dilema. No nos entretengamos solos remendando consecuencias. Pensemos en las causas de fondo, en la civilización del despilfarro, en la civilización del use-tire que lo que está tirando es tiempo de vida humana malgastado, derrochando cuestiones inútiles. Piensen que la vida humana es un milagro. Que estamos vivos por milagro y nada vale más que la vida. Y que nuestro deber biológico es por encima de todas las cosas respetar la vida e impulsarla, cuidarla, procrearla y entender que la especie es nuestro nosotros.
Gracias.

El acuerdo Leopoldo Amondarain







Es notorio que nunca he sido partidario de acuerdos con los salvajes colorados. El acumulativo de años nos enseña que nunca nos fue bien. Siempre fue una secuela de traiciones, felonías y divergencias sustanciales, propias de partidos que estaban en mutuas antípodas; es muy difícil compaginar o mezclar, intentos similares hubo muchos: blancos continuadores de una figura impoluta como la del Libertador Oribe, antiimperialistas, con honradez administrativa, conductas intachables, con gente del Pardejón Frutos amigos y servidores de cuanto imperio anduvo en la zona, por ende antinacionalistas, ignorantes de la honradez administrativa y por si falta alguna frutilla, traidores al padre Artigas. Todo eso puede corresponder a los que tenemos un sentimiento y principios de carácter casi religioso del nacionalismo blanco. Contra los que al revés carecían de ellos. Pero en el correr del tiempo se ha ido formando otra masa ciudadana que respeto y hasta puedo comprenderlos, que hoy están alarmados y aterrados por los cambios trascendentes y negatorios de valores que a través de la vida de la Nación la han formado. O sea aquellos conceptos tradicionales que hicieron la patria de Artigas, Lavalleja, Oribe, de moral familiar donde campeaba el respeto a padres y abuelos, o sea a los mayores. Donde el repudio a la droga sea marihuana, cocaína hoy, mañana podrá ser hachís u opio, ¿por qué no? era conceptual. La defensa y justificación de la sodomía, orgullo gay, incrementación y justificación de los delitos de la minoridad, explicando la culpa de la sociedad y no del delincuente propiamente dicho al que subliminalmente se le protege, la persecución permanente, con crítica correspondiente mediante, a la familia cristiana, organizada y regulada por principios sustanciales de respeto al ser humano y de un sano temor a Dios y demás etcéteras, hace que se fuercen acuerdos que en otro momento serían impensables. Creo que uno de los argumentos fuertes es que en el estado social en que está el país, con todas las irregularidades y entregas, idas y venidas, “como te digo una cosa, te digo la otra”, incluyendo la entrega a los imperios o aspirantes a tales, léase la resignación de soberanía a estados vecinos poderosos, ejemplos porteños y cambás, hace además una pérdida de sentimientos nacionales alarmante, que justificaría acuerdos tan disímiles como los que se proponen. Claro lo que no se está teniendo en cuenta es el peligro real y que, no obstante, fue expresado: que la coalición pueda perder. Y si el Frente ganase, las consecuencias serían más trágicas aún. El resultado sería ruinoso. Porque además la desesperación por ocupar cargos, lleva a los políticos a mezclar agua con aceite, o sea blancos con colorados, y despersonaliza el sentimiento partidario y daría en el futuro lo mismo una cosa que la otra. Se da mucho más en el Partido Blanco que en el Colorado. Por aquel viejo acierto del Dr. Herrera propio del carácter emocional que tiene el partido, “qué lindo sentirse blanco”, se entra a perder. Al colorado le da lo mismo, no tiene ese apego por la divisa, pero nosotros somos distintos, particularmente en campaña, allí donde los colorados saben que están en default ya hay intentos “inteligentes” de extender el pacto Montevideo a la campaña, o sea el Partido Blanco, donde en la mayor parte de los departamentos gana solo, por destrozo, tendría que llevar a rastra a los colorados para defenderlos. Negocio del “tío Bartolo”, nadie acuerda para perder o para revivir muertos, cada uno que se defienda con la fuerza que pueda tener, es lo justo. Montevideo es distinto aquí no hay demasiados apegos partidarios, salvo en los blancos, es difícil hacernos votar aunque soy soldado disciplinado, nunca voté fuera del lema y no pienso hacerlo jamás, me cuesta y no creo que pueda suplir una balota blanca por una rosadota. Decía Wilson “los blancos con los blancos”, un hermoso lema para los que ponen la Patria y el Partido por encima de la ambición personal de cargos. Tragarse a Julio María, a los Batlle, y por qué no a don Pedro, cuyo padre (él no es culpable…) persiguió a los blancos y particularmente a Wilson, son sapos muy difíciles de digerir. Me costaría mucho ver sentado en el Honorable Directorio tanto a Sanguinetti como a Bordaberry, en los lugares donde se sentaron desde Oribe, Leandro Gómez, Herrera, y Ferreira entre otros. Como tampoco me veo entrando a la Casa del Partido Colorado y fotografiarme debajo de la foto de don Pepe Batlle con su sobretodo negro y su mirada de odio hacia los blancos. Es un tema complejo, ¿qué será peor el actual Frente o la vuelta a sentarnos asociados con un Partido Colorado que en las primeras de cambio, como fue su costumbre siempre, nos va a traicionar con el propio Frente? O es que alguien se imagina que si ganasen los blancos en Montevideo, ni qué hablar en el país, el Frente o el propio Partido Colorado ¿no buscarán un acuerdo entre ellos, volviendo a traicionarnos? Por eso me parece más positivo la tesis del senador Larrañaga, que limita el acuerdo específicamente a Montevideo, ante lo inevitable de los hechos. Soy nacionalista, no sé cuánto viviré, sólo pido ¡que me dejen morir como blanco y cristiano, envuelto en esa mortaja nívea y con un crucifijo en la mano!