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miércoles, 9 de agosto de 2023

A QUIEN LE IMPORTA LA DEMOCRACIA / *COLUMNA DE CARLOS CASTILLOS

 



La democracia representativa, entendida como el sistema en el cual una mayoría de ciudadanos mayores de edad, elige a un grupo selecto para que administre los bienes comunes, está agotada. No invento nada. Ya lo sostuvieron algunos pensadores e intelectuales hace muchos años. Pero cada vez es más evidente. Y voy a tomar el ejemplo más reciente, más cercano en el tiempo. El 25 de junio de este año 2023 hubo elecciones presidenciales en Guatemala. Estuvieron habilitados para votar 9 millones 361 mil personas mayores de edad. De ese total concurrieron a las urnas el 59,99 por ciento. Podría redondearse en el 60 por ciento. Eso suma aproximadamente unas 5 millones 616 mil personas. Al hecho de que casi la mitad de los habilitados no participó (lo que de por sí debería ser preocupante) se suma que la opción más votada, fue el VOTO NULO. Un 17,39 por ciento, algo así como 1 millón 580 mil personas se inclinaron por la opción de ANULAR su voto. Después de esa opción viene un partido llamado UNE (Unión Nacional de la Esperanza) con el 15 por ciento (1 millón 350 mil votos) y en tercer lugar el Movimiento SEMILLA, que sumó aproximadamente un millón de votos. Este 20 de agosto se realizará la segunda vuelta electoral e irán por la presidencia la UNE y SEMILLA, sectores políticos evidentemente muy minoritarios. Sin embargo, el sistema institucional de ese país impone que ellos decidan quien gobernará. Y el pronunciamiento contundente del 17 por ciento del electorado es tomado como un dato insignificante. Se le ignora olímpicamente. Pero viendo los números, alguien debería replantearse la situación de la “democracia representativa”, porque Guatemala tiene 17 millones de habitantes. Si los habilitados para votar son unos 9 millones, significa que hay muchos indocumentados o casi 8 millones son jóvenes. De ser así, hay un fuerte componente de nuevas generaciones que en unos años tendrán que asumir el protagonismo en la vida cotidiana de ese país. Pero no se escuchan voces de preocupación. Ni en ese país centroamericano y tampoco fuera de ese país. Gobiernos siempre dispuestos a salir a criticar, a cuestionar otros gobiernos, muchas veces por cuestiones menores, ahora se hacen los distraídos. Y Guatemala no concita la atención, no genera comentarios y ni siquiera es noticia en los medios de mayor penetración. No vaya a creer que esta situación es patrimonio de Guatemala. Este panorama se repite en muchos otros países del planeta que tienen “democracia representativa”. Ya es hora de ir replanteándose otro tipo de democracia. Porque quienes asumen el gobierno en una “democracia representativa”, en muchos casos no representan a nadie…o a una ínfima minoría, como en este caso de Guatemala. Entonces se podría intentar una democracia “participativa” o “democracia directa”, como ha sido propuesto alguna vez, aunque sin demasiado éxito. Pero son muchos los intereses y poderosos sectores que se ven beneficiados con este sistema. En definitiva…¿a quien le importa la democracia?...mientras sea un buen negocio.




*Carlos Castillos - Docente y periodista, trabajó en Radio Chuy, Difusora Rochense, El Espectador, Radio Carve, CX 30 La Radio, Emisora del Palacio FM y CX 36 Radio Centenario. Además fue corresponsal de la agencia alemana de prensa dpa en Uruguay, Argentina y Paraguay durante 22 años. Es egresado del Instituto Superior de Educación Física (ISEF) como Entrenador de Fútbol y desde el 2010 impulsa el Movimiento de Cine Con Vecinos-Uruguay que se dedica a producir documentales comunitarios y a talleres básicos en todo el país. Desde el 2011 participa del Movimiento ARA (Artistas Rochenses Amigos) para publicar y difundir obras de creadores de la zona.



lunes, 7 de agosto de 2023

LA MEJOR OBSESION / COLUMNA DE GONZALO PERERA

 

Cualquier aficionado al fútbol sabe muy bien que hay dos maneras casi infalibles de perder un partido: una es darlo por perdido de antemano y la otra, darlo por ganado anticipadamente. Es muy lógico: el que entra a la cancha convencido que va a perder, no confía en sí mismo ni en su equipo y seguramente “no le saldrá una” y perderá. Y el que se siente ganador antes de jugar, entra desconcentrado, displicente y cuando el rival se ponga en ventaja , entrará a desesperar, sintiéndose en una pesadilla, que seguramente culminará en derrota. Por lo tanto, la única manera de ganar un partido es jugando confiando en las propias fuerzas pero no subestimando las del rival, creyendo firmemente “que se puede”, pero sabiendo que, a priori, hay otros resultados posibles y que sólo un par de horas después se sabrá cuál tocó en suerte.


Esta alegoría futbolera viene bien para ubicarse en el plano de la política. Cuando un militante del Frente Amplio (FA) comienza una frase diciendo “Cuando ganemos el próximo gobierno…..”, me parece que se dá por ganado un partido aún no jugado. Una de las razones evidentes de la derrota electoral del FA en 2019 fue que buena parte de nosotros no creía en la derrota, y aunque muchos indicios mostraban que el triunfo estaba en franco riesgo, hasta poco antes de la primera vuelta se tenía como objetivo “triunfar en primera vuelta y con mayorías parlamentarios”. El golpazo con la realidad de octubre de 2019, llevó a despertar a la realidad y la capacidad militante de las bases del FA estuvo a un pelo de cambiar la historia. Pero que el injustificado triunfalismo previo a la primera vuelta, con su consecuente relajamiento y desfocalización, fue una de las causas de la derrota electoral, me parece evidente. Eso, traducido en aprendizaje, debería llevar siempre a decir “SI ganamos el próximo gobierno….” Usar el viejo y querido condicional, que no da por descontado lo que habrá de pasar.


El desgaste del gobierno, su increíble velocidad para abrir frentes de desgaste (Marset, Astesiano, el puerto a Katoen Natie, Proyecto Arazatí, pérdida de salario real y de poder adquisitivo de jubilaciones y pensiones, inseguridad y constantes relevos en jerarquias policiales pero con ministro pegado al sillón negando lo evidente, etc.), sumado a un gradual pero constante crecimiento de adhesión y actividad en el FA, hacen probable que en 2024 sea el FA el que triunfe en las urnas. Probable, pero no seguro, y nada estará seguro hasta que la Corte Electoral proclame los resultados, ni un minuto antes.


Esta aclaración puede parecer de Perogrullo, pero no lo es. Cuando se plantean iniciativas populares, desde las organizaciones sociales, para atenuar el proceso en curso de deterioro muy importante de derechos, hay muy respetables voces dentro del FA que no las apoyan con el argumento de que “esto lo debe arreglar nuestro gobierno”. Ha pasado en más de una ocasión y en algún caso estas posturas luego cambiaron, por lo cual además de respetables no son inmutables, pero llaman la atención. Porque lo que se hace ya, desde la combinación de la militacia política con la militancia social (que en muchos casos no es protagonizada por adherentes al FA), nadie dice que sea fácil, pero es una acumulación que si se tiene la voluntad de hacerla, se hace, no está condicionada a nada. Ahora bien, lo que se posterga para “corregirlo en nuestro gobierno”…..acaso supone que la elección ya se ganó? Porque si el FA no gana las elecciones (e insistimos que la adhesión al FA puede ser menor a la adhesión a una reivindicación social concreta), dónde queda esta promesa?


Pero además, la izquierda, aunque sea amplia y abarque hasta los sectores más al centro de la opinión política, tiene sellos de identidad. Como también los tiene la derecha , que cuenta con el respaldo el poder económico, de los medios hegemónicos de comunicaciones, etc. La identidad de la izquierda es su fuerte vínculo con las organizaciones sociales como la central sindical, el movimiento estudiantil, el cooperativismo, los movimientos feministas y de disidencias de género, las organizaciones ambientalistas, barriales, de productores familiares, etc. La izquierda no puede ni debe temer que las iniciativas concretas de todo ese amplio abanico social le hagan perder elecciones, debe temer que la obsesión por ganar las elecciones ( objetivo obviamente necesario) le haga perder sus lazos con todo esa base social. Y que al llegar al gobierno no cuente con buena conexión con dicha base y no logre marcar su identidad, con todos los medios hegemónicos trabajando “a full” para instalar que “son todos lo mismo”, lo cual puede ser un golpe muy difícil de superar.


No se puede prometer lo que no se sabe si se puede cumplir. No se puede descuidar las bases históricas de alianza o apoyo de la izquierda, por el contrario, el FA debe fomentar y estimular esta vinculación, como lo ha hecho recientemente con el encuentro de feminismos de izquierda, o como lo ha hecho en el ciclo “el Frente te escucha”. Hay que insistir en esa dirección, de manera sostenida.


La izquierda tiene bastante más de un siglo en el Uruguay. No hace aún dos décadas que el FA llegó al gobierno nacional. Ganar elecciones pero sin perder la identidad histórica, debería ser “la mejor obsesión ”. Con todo respeto a otras visiones, como siempre, pero diciendo con claridad lo que se piensa. Sobre todo, porque la identidad histórica se renueva o no todos los días, no en los actos electorales. Y cuando desde las organizaciones sociales surgen iniciativas, estar atentos a ellas para potenciarlas y apoyarlas en el mayor grado posible, es parte de esa renovación cotidiana de la identidad.


Ganar elecciones pero sin perder la identidad histórica es la mejor obsesión, que nos desafía día a día y a cada paso.



Dr. Gonzalo Perera- Prof. Gr. 5


DIRIGENTE POLÍTICO

miércoles, 2 de agosto de 2023

Un cuento COLUMNA DE ANTONIO PIPPO CERCANÍAS

 

Me he hecho la idea de que usted escribió este poema porque amó lugares como el Sur, Adrogué, o las quintas del Palermo de su adolescencia, ya del todo, carne y espíritu, en el Buenos Aires donde nació.

Y quiso, aun sin saberlo, hablar de algo que añoraba:

Los patios y sus antiguas certidumbres,/ los patios cimentados en la tierra y el cielo…

Yo supongo –porque sencillamente soy audaz, o porque aunque haya sido un encuentro de brevedad que tuve con usted, una conversación que no olvidaré y que, quién sabe, hubiéramos querido extender- que más allá de tantas cosas que se proponía en 1923, tan joven, cuando escribió este poema, y todavía lejos de la literatura intelectual pero sensible, abarcadora y creativa que nos legó con el tiempo, entonces sin la ceguera que le cayó después como un cruel e injusto castigo, hubo un sitio del que nunca se fue.

Las ventanas con rejas/ desde las cuales la calle/ se vuelve familiar como una lámpara…

De otro modo –vea qué presuntuosidad la mía- ese corto y bello poema no existiría, aunque lo hubiese rodeado todo eso, ventanas, rejas y la calle familiar, ¿quizás han sobrevivido?, pero usted, Borges, no hubiese reparado en ellas sino sólo en laberintos, en la simetría de las rayas del tigre, en elegías, en el otro y el mismo o en muertes heroicas, duelos y memoriosos.

Repare, mi querido Borges, que no he dicho ni espejos ni sombras, que más tarde le fueron tan caros. Es que a usted, en aquel poema de su primer libro que vuelvo a disfrutar, ya le acechaban con calidez aquellas alcobas.

Las alcobas profundas,/ donde arde en quieta llama la caoba,/ y el espejo de tantos resplandores/ es como un remanso en la sombra…

Cuando nos vimos en su departamento de la calle Maipú, enfrentados en dos sillones de pana verde, usted ya ciego, qué enorme pena, Borges, apoyadas sus manos en un bastón de madera labrada, yo recordé que ese poema lejano hasta empequeñecía al lector.

Las encrucijadas oscuras/ que lancean cuatro infinitas distancias/ en arrabales de silencio…

Y yo ahí, tímido, torpe, hablándole de ferias de libros, del Nobel que tantas veces le negaron y también –esto lo habrá olvidado cuando abrí la puerta para irme- insistí con cierto empecinamiento, al modo de quien desespera porque quiere huir de su propia pequeñez, del Francisco Espínola de Sombras sobre la tierra, ese amado Paco quien al terminar mi niñez me había regalado tanta sabiduría porque se le escapaba hasta en los gestos.

¿Por qué recuerdo esto, Borges? Porque usted ya estaba cansado, y en todo caso, no quería hablar de Paco sino de Enrique Amorim, su primo salteño, o de su abuelo heroico muerto en batalla, o de Virgilio, o de Islandia, y yo no lo advertía. Entonces, de pronto, con voz queda, me interrogó:

-¿Usted juega al truco?

-Sí, maestro, al menos al truco uruguayo…

Sonrió levemente, o yo creí que lo hizo, cuando me dijo:

-¿Y cómo hace la seña del cuatro…?

Podría sentir vergüenza todavía, cuando a mi memoria vuelve la imagen del periodista joven, inexperto, frunciendo los labios y estirándolos hacia adelante, estúpidamente orgulloso de mi pequeño saber, hasta que el rubor, empujado por el entendimiento, estalló en mis mejillas: le estaba haciendo una seña de cartas a un ciego, un ciego del que sabía sólo veía un fondo amarillento y sombras indefinidas, sólo sombras.

Pero, maestro, fue tan fina, casi acariciadora su ironía, y cambiando el rumbo de la charla lo dejó pasar con tal frescura que ni entonces ni hoy, donde ni el mínimo detalle de la torpeza he olvidado, me sentí ofendido.

Al contrario, me sentí enseñado.

Porque usted, Borges, años y años antes, había cerrado el poema que ahora acompaña mi otoño, como una mano amiga que se posa sobre un hombro querido que no ha de incomodarse, con estas líneas:

He nombrado los sitios/ donde se desparrama la ternura, y estoy solo y conmigo…

 

“Cercanías” es un poema de Jorge Luis Borges –nacido en Buenos Aires en 1899 y muerto en Ginebra en 1986- que integra su primer libro de cuentos, “Fervor de Buenos Aires”. Borges fue escritor, ensayista, periodista, traductor y poeta. Está considerado un erudito y entre los más destacados e influyentes literatos hasta hoy. La filosofía siempre estuvo presente en su obra como una perplejidad y concibió la poesía en la forma suprema de la racionalidad. La perfección del uso del lenguaje y el universalismo de sus ideas lo hicieron resaltar con nitidez. Ganó el Premio Cervantes, y fue honrado con otras distinciones y títulos en diversos países. Entre su vasta poesía resaltan Luna de enfrente, El otro, el mismo, La cifra, Para las seis cuerdas y La rosa profunda.





Antonio Pippo nació en Argentina y su familia se mudó a San José siendo aún un niño. Viene ejerciendo el periodismo desde hace sesenta y tres años: prensa , radio, televisión. Fu director de informativos de todos los canales de televisión, públicos y privados. Ha escrito y publicado varios libros. Estudioso del tango, es también artista y participa y ha dirigido espectáculos como empresario durante años.

Son clásicas las columnas que publicó durante años en el semanario Búsqueda y aún en la Agencia Mundial de ensa.

Ha sido docente de periodismo de opinión en la Universidad ORT.


A 50 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO DE 1973 (II) / COLUMNA DE HUGO MACHÍN

 

La verdad histórica es un concepto complejo y difícil de alcanzar, ya que está influenciada por muchos factores, incluyendo las perspectivas individuales, la memoria colectiva, la política y las ideologías. La verdad histórica es más bien una búsqueda constante que se acerca a la realidad a través del uso de fuentes confiables y un enfoque crítico.


En este sentido, el esfuerzo por acercarse a la verdad y evitar la manipulación de los hechos es fundamental para una narrativa histórica lo más objetiva posible. Al no ocultar los hechos, permite a quienes reciban los conceptos, formarse su propia opinión y comprender la complejidad de la historia.


Además, es importante destacar la diferencia entre la leyenda y la verdad histórica, ya que la leyenda es una versión ficticia y exagerada de los hechos, mientras que la verdad histórica se basa en hechos verificables. La utilización de la leyenda como instrumento partidario, es perjudicial para la comprensión objetiva de la historia y puede tener consecuencias negativas en la sociedad. En resumen, la objetividad histórica es un ideal al que se debe aspirar, y el esfuerzo por acercarse a la verdad a través del uso de fuentes confiables y un enfoque crítico es fundamental para una narrativa histórica precisa y justa.


En los capítulos de A 50 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO DE 1973 hacemos historia desde nuestra ubicación actual. Con la mentalidad de hoy, con las herramientas y los documentos de hoy, con el objetivo de evitar el anacronismo que sería retroproyector nuestro presente en aquel pasado. Por el contario, tomamos distancia, evitamos ingresar al pasado con un puñal en la mano, lo hacemos sin ira, por más que ese pasado sea doloroso, contenga hechos y extrema crueldad y haya significado el sufrimiento para miles de uruguayos y uruguayas.


Efectivamente, es importante recordar el pasado desde una perspectiva objetiva y sin prejuicios. Esto permite entender mejor lo sucedido y aprender de los errores del pasado para, en lo posible, no repetirlos en el futuro. La revisión histórica de una dictadura, o de cualquier otro período histórico, debe ser rigurosa y basada en la evidencia. La ira y los sentimientos personales pueden distorsionar la visión de los hechos y dificultar una comprensión completa y precisa de lo que sucedió. Por lo tanto, es importante mantener un enfoque equilibrado y basado en la información confiable para poder crear una narrativa precisa y veraz de los hechos históricos.


Algunos datos que pueden darnos un contexto:


Si bien el Partido Colorado había gobernado la mayor parte del siglo XX, existía la rotación de los partidos en el gobierno.


La oposición tenía sus representantes en el Parlamento —Diputados y Senadores— y los sindicatos se unificaban en la Convención Nacional de Trabajadores (CNT), creada en 1966.


Los blancos llegan al gobierno por primera vez en el siglo XX (1959-1962 y 1962-1966). Es el sistema colegiado con colorados en la minoría del gobierno.


El Partido Nacional intentó un cambio de política económica: del proteccionismo con altos aranceles a la importación y subsidios a la producción industrial, se pasa a una orientación liberal y de apertura económica con la ley de la Reforma Cambiaria y Monetaria.


Se inauguraba la represa del Rincón de Baygorria [1960]


Ernesto Che Guevara advirtió en Uruguay que cuando se dispara la primera bala no se sabe cuándo será la última (1961).


El asalto por un grupo clandestino al Club de Tiro Suizo, en el departamento de Colonia, y el robo de armas y municiones (junio, 1963) será el germen del MLN (Tupamaros)


La Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (CIDE) y su plan de desarrollo económico y nacional que comprenderá 1965-1974, constituye un intento de generar políticas públicas de desarrollo económico, proyectar financiación externa ,coordinar labores interministeriales, impulsad por Wilson Ferreira Aldunate y con Enrique Iglesias en la Secretaria Técnica.


Ruptura de relaciones con Cuba (1964) a partir de la iniciativa de Estados Unidos de no permitir que prosperaran regímenes marxistas-leninistas en Latinoamérica y la consecuente expulsión de Cuba de la OEA en 1962.


Crisis bancaria, feriado bancario y cierres de varios bancos. Ola de paros y movilizaciones sindicales. (1965)


La reforma constitucional de 1966— reforma naranja— cambia el sistema colegiado uruguayo, que había diseñado José Batlle y Ordoñez en las primeras décadas del siglo xx, por un sistema presidencialista, o sea, otorgándole mayor poder de acción al presidente de la República.


Comienzan las restricciones a las libertades y el irrespeto a los derechos humanos. Reiteradas medidas prontas de seguridad durante el gobierno de Jorge Pacheco Arco, a partir de 1967.


Crece la protesta estudiantil y obrera en las calles montevideanas, así como la conflictividad sindical en paralelo con el creciente autoritarismo del Poder Ejecutivo.


El Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros) organización guerrillera con poco más de 3.000 integrantes, realiza acciones cada vez más violentas a partir de mediados de los sesenta.


En 1969 el MLN intenta copar la ciudad de Pando. En 1970 asesina al ciudadano estadounidense Dan Mitrione, integrante de la CIA y asesor policial uruguayo.


En 1971, el MLN secuestra a diplomáticos extranjeros y a políticos uruguayos. Dos meses antes de las elecciones nacionales de 1971, se produce la fuga de 111 preso tupamaros del penal de Punta Carretas, lo que permite endurecer el discurso de la derecha uruguaya.


Una fuga de la que estaba enterado hasta el presidente Pacheco Areco, según Esteban Pereira Mena, alias “el Negro Alejandro”, dirigente tupamaro. En ese escape de 111 tupamaros desde el penal de Punta Carretas, bautizado “el abuso” en la mitología tupamara, en realidad fue fruto del soborno a guardias carcelarios y el asesinato de un oficial de policía que no aceptó corromperse, para lo cual el MLN dispuso de unos 20 .000 dólares de la época, según reveló en 2006, José Pepe Mujica. [Tercera nota de la serie A 50 años del golpe de estado de 1973]



Hugo Machín Fajardo. Redactor Especial del Portal Análisis Latino y del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), de Buenos Aires. Periodista desde 1969, una forzada interrupción entre 1973 -1985, no le impidió ejercer el periodismo clandestino. Secuestrado en 1981 por la dictadura uruguaya, permaneció desaparecido y torturado hasta 1982, en que fue recluido en el Penal de Libertad hasta 1985. Ex -docente de periodismo en Universidad ORT, de Montevideo. Ex vicepresidente de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU). Jurado del Premio Periodismo para la Tolerancia, 2004, de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) /Unión Europea. Coordinó «Periodismo e Infancia-2005». Integró diversas redacciones periodísticas de medios y agencias de noticias en Montevideo, Uruguay. Autor y coautor de distintos libros: El Uruguay impactado. (1993) ¿Izquierda? (1994). Una Democracia única -2 Tomos (2017). TANGO. Patrimonio cultural del Uruguay (2017). Breve historia de la mujer para jóvenes (2019). Reside en Colombia desde 2009.




jueves, 27 de julio de 2023

LA EDUCACIÓN PÚBLICA. COLUMNA DE JULIO MANUEL PEREYRA.

 


El maestro rochense recibió un premio de Naciones Unidas en Derechos Humanos por su trabajo con niños vulnerables en la selva de Misiones.

Premio que antes recibieron Marthin Luther King y Mandela, entre otros.

Es un honor para Uruguay y Rocha y para el Blog de Juanjo Pereyra de tenerlo entre sus columnistas.

Nuestras felicitaciones y arriba y adelante!!

Un gran abrazo Julio (Huevo).



Esta es su columna


En estos días gané el Premio1 (Mundial) de las Naciones Unidas (ONU) en/de Derechos Humanos, reconocimiento global que recibieran Mandela, Malala, Luther King... lo recibo por Educar, por enseñar, por llevar la instrucción a lugares remotos del interior profundo de nuestra América.

Lo hace un rochense (palomense) que recorrió siempre las aulas de la Educacion Pública, laica y gratuita (y en algún tramo Obligatoria, como Derecho Humano y del Niño).

Mi Jardinera y Primaria en mi queria Escuela N°52 de La Paloma, mi Secundaria dividida entre el liceo del balnerario (hoy denominado 'Cabo Santa María'), el imponente N°1 de Rocha (Cora Vigliola de Renaud', y algunos exámenes en el de Lascano, dieron paso entre otro a mi primero contacto con la Docencia estudiando profesorado de Cs. Sociales en el Centro Regonal de Profesores (CeRP) del Este (Maldonado).

Esto no, sin albergar mis pasos primero, mi segunda casa, el Hogar Estudiantil 'Rosalio A. Pereyra', y luego ya sí becado, en las residencias dependientes de ANEP.

Seguí mi trayecto formativo en los salones de mi entrañable Facultad de Humanidades (FHuCE) de la Universidad de la República (UdelaR).

Desde aquella escuela Vareliana, la beca desde el Fondo de Solidaridad, los comedores del INDA y Universitario, alimentaron los sueños de Educador (Comunitario) que me llevaron por mis Caminos de Tiza, a transitar la Patria Grande, a ser un Charrúa adoptado por la comunidad Guaraní, y de la 'pureza del hablar' rochense, al dulce encanto de la lengua originaria.

Mi vieja túnica y moña, se transformaron en un 'guardapolvo' , y el viejo pantalón gris, con camisa celeste y corbata bordó de las aulas del Liceo, se volvieron algún pantalón roto manchado de la tierra colorada de la tierra misionera que hoy me adopta.

Ya no suenan las campanas en el recreo, sino el canto del Urú (pajaro); ya no tengo los bancos de madera, sino algún tronco donde como antes yo atendía a mi maestra Daguel (Morales), un mitaí (niño) escucha mis clases bajo el mismos cielo que imitan las banderas que me han acobijado.

La tiza sigue escribiendo, antes las letras de mis maestras, ahora mis palabras como 'maestro'; escriben ya no en un pizarrón verde sobre el que reposa una imagen de Artigas, sino sobre las tablas de un rancho que se hace aula, pero con los mísmos sueños de ser un 'Sembrador de Abecedarios'.

Este 'Oriental', que aprendió a escribir en una torpe cursiva en un cuaderno de doble raya, gris, con la cara de Varela, hoy alfabetiza con un palito escribiendo en el suelo, pero con la mismas ganas y las mismas esperanzas, que cualquier estudiante de Magisterio.

Gracias…



Julio Manuel Pereyra

'Huevo'

Educador Comunitario/Fundador de la única propuesta itinerante Educativa de América

Palomense

Activista por los Derechos del Niño y de los Pueblos Indígenas

Radicado en Misiones (Argentina)