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viernes, 2 de junio de 2023

DE CUMBRE EN CUMBRE / COLUMNA DE CARLOS CASTILLOS

Los presidentes de los doce países sudamericanos “acordaron realizar acciones conjuntas para impulsar el proceso de integración política, social y económica, incluyendo la modernización de la infraestructura regional y acciones específicas para estimular la integración y desarrollo de subregiones aisladas”.

Acordaron “un mecanismo institucional de coordinación de acciones intergubernamentales, con el objetivo de construir una agenda común para impulsar proyectos de integración de infraestructura de transportes, energía y comunicaciones”.

Usted pensará que esto corresponde a la reciente “cumbre”, que se realizó el martes 30 de mayo de este año 2023 en Brasilia, convocada por el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva.

Pues, parecido no es lo mismo. Estos dos párrafos corresponden a la “Primera Reunión de Presidentes de América del Sur” que, coincidentemente, se realizó también en Brasilia, pero el 31 de agosto del año 2000. Hace 23 años. Y fue convocada por el entonces presidente Fernando Henrique Cardoso.

Además del anfitrión estuvieron los Jefes de Estado de Argentina, Fernando De la Rúa; Bolivia, Hugo Bánzer Suárez; Chile, Ricardo Lagos Escobar; Colombia, Andrés Pastrana Arango; Ecuador, Gustavo Noboa; Guyana, Bharrat Jagdeo; Paraguay, Luis Angel González Macchi; Perú, Alberto Fujimori; Suriname, Runaldo Ronald Venetiaan; Uruguay, Jorge Batlle Ibañez; y Venezuela, Hugo Chávez.

Hay coincidencias entre estas dos reuniones, separadas por 23 años. Al terminar la del año 2000 se firmó una declaración, pero más ambiciosa y “ampulosa” diría yo, porque tuvo 12 páginas y 62 puntos.

La de este año fue más modesta. Apenas nueve puntos en los que se vuelven a mencionar los deseos de una integración continental en diversas áreas. Casualmente las mismas de hace 23 años.

En ambos documentos se expresa el deseo, y la necesidad, de encarar cuestiones como la seguridad, la integración, la paz regional, el cambio climático, el comercio, las migraciones y otros temas.

Otra coincidencia es que el espectro ideológico fue amplio en ambas reuniones. La del 2000 estuvo dominada por representantes de gobiernos conservadores y de derecha, con minoría de “progresistas”, representados por el socialista chileno Ricardo Lagos y el venezolano Hugo Chávez.

Este año el panorama era al revés. Además del anfitrión estuvieron los presidentes de Argentina, Alberto Fernández; Bolivia, Luis Arce; Chile, Gabriel Boric; Colombia, Gustavo Petro; Ecuador, Guillermo Lasso; Guyana, Irfaan Ali; Paraguay, Mario Abdo Benítez; Surinam, Chan Santokhi, y Venezuela, Nicolás Maduro.

La mayoría de los asistentes eran “progresistas”, y en minoría algunos reconocidos conservadores de derecha o centroderecha, como los presidentes de Ecuador, Guillermo Lasso, de Paraguay, Mario Abdo, y de Uruguay, Luis Lacalle Pou.

Increíblemente fue el presidente uruguayo quien asumió una posición que, podría suponerse, que fuera bandera de los progresistas.

“¡Chega de instituciones!”, dijo Lacalle Pou utilizando un término portugués para decir “basta” y rechazó la formación de asociaciones que “terminan siendo clubes ideológicos, que tienen vida y comunidad en tanto y cuanto marchemos las ideologías”, comentó.

“Utilicemos los mecanismos que tenemos, las instituciones de las que participamos, y bienvenido el liderazgo de las grandes naciones”, apuntó Lacalle Pou en referencia a la iniciativa de Lula para volver a intentar una integración regional.

“Vayamos a las acciones” insistió el presidente uruguayo. Y más allá de la opinión de cada persona pueda tener sobre la gestión de Lacalle Pou al frente del gobierno de Uruguay, no deja de ser un reclamo sensato. Y que debiera ser tomado en cuenta.

Seguramente las “acciones” que reclamó Lacalle Pou no serán las mismas de otros presidentes, con otra posición ideológica, pero habrá que coincidir que, de una vez por todas, hay que dejarse de tanta reunión y “tomar el toro por las guampas”.

Eso significa emprender acciones reales y concretas para encarar los grandes y graves problemas de la gente.

Cuántos años hace que América Latina en general, y Sudamérica en particular, reúne a sus gobernantes, cada tanto, para discutir, debatir, analizar, diagnosticar, proponer y exponer el drama de los pueblos de la región, pero todo sigue igual. O parecido.

En una reciente visita a Montevideo, el Director Regional de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura), Mario Lubetkin, reveló que “en la región hay un poco más de 56 millones de personas que pasan hambre, más del 8 por ciento de la población regional”. Y en América Latina “hay más de 130 millones que no se alimentan correctamente”.

Entonces, tiene que llegar el momento que los gobernantes, cada uno en su país, o en conjunto, decidan, de una vez por todas, enfrentar este y tantos otros dramas. Pero no se vislumbra nada alentador. Todo se remite a palabras, a declaración de buenas intenciones y…hasta ahí.

Como dijo alguna vez el desaparecido presidente de Venezuela, Hugo Chávez, tal vez con otras palabras, pero muy gráfico: “Los gobernantes vivimos de cumbre en cumbre mientras los pueblos siguen de valle en valle”…

Las “cumbres” están diseñadas “para que todo transcurra dentro de una estricta coreografía diplomática, una especie de ‘minuet’, donde ningún paso es dejado al azar y ninguna extravagancia fuera del libreto se permite”. Y como comentó alguien más alguna vez, las cumbres suelen convertirse en espacios para generar una especie de “turismo presidencial”. ¿Y las urgencias de la gente?. Bien, gracias…



Carlos Castillos - Docente y periodista, trabajó en Radio Chuy, Difusora Rochense, El Espectador, Radio Carve, CX 30 La Radio, Emisora del Palacio FM y CX 36 Radio Centenario. Además fue corresponsal de la agencia alemana de prensa dpa en Uruguay, Argentina y Paraguay durante 22 años. Es egresado del Instituto Superior de Educación Física (ISEF) como Entrenador de Fútbol y desde el 2010 impulsa el Movimiento de Cine Con Vecinos-Uruguay que se dedica a producir documentales comunitarios y a talleres básicos en todo el país. Desde el 2011 participa del Movimiento ARAS (Artistas Rochenses Amigos) para publicar y difundir obras de creadores de la zona.


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