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martes, 2 de mayo de 2023

PARAGUAY SEGUIRÁ IGUAL Columna de Carlos Castillos

 

Las ilusiones de algunos paraguayos y paraguayas, de experimentar un cambio, al menos político, en su país, se diluyeron este domingo 30 de abril, al conocerse los resultados de las elecciones nacionales.


La Asociación Nacional Renovadora (ANR), más conocida como Partido Colorado, reafirmó su hegemonía y se alzó con una cómoda victoria que coloca en la presidencia al economista Santiago Peña, de 44 años.


Este técnico, de poca experiencia en la acción política y con pasado liberal, fue ministro de Hacienda entre 2015 y 2017, cuando gobernó el millonario empresario Horacio Cartes, su mentor político y principal respaldo.


Cartes preside el Partido Colorado, aunque debió tomar distancia en los últimos meses, después que el gobierno de Estados Unidos lo declaró “significativamente corrupto” y lo obligó a “desprenderse” de la dirección de sus numerosas empresas.


Le bloquearon las operaciones comerciales y financieras, las personales y las del Partido Colorado, pero Cartes se las ingenió para sortear esas dificultades e igualmente seguir incidiendo en la política partidaria y la nacional.


El nuevo presidente, que asumirá en agosto, está considerado “el delfín” de Cartes, aunque él prefiere identificarse con lo que llama “la renovación generacional” del partido, históricamente dirigido por veteranos de la política paraguaya.


Para estas elecciones la oposición intentó una “Concertación” entre partidos y grupos de centro-derecha, centro e izquierda, que presentó como candidato presidencial a Efraín Alegre, del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), pero quedaron muy lejos del ganador. Apenas 27,4 por ciento del total de votos, contra el 42,74 de los “Colorados”.


Paraguay tiene unos 6 millones de habitantes y poco más de 4 millones 700 mil estaban habilitados para votar, pero concurrió a las urnas solamente el 63,4 por ciento, poco más de 3 millones de hombres y mujeres.


El país tiene 24 por ciento de sus habitantes en la pobreza extrema y es reconocido internacionalmente como uno de los países más corruptos del mundo, además de otros graves flagelos como el narcotráfico, el contrabando, la extorsión, los secuestros, los homicidios, la mendicidad, el machismo y hasta la discriminación hacia su numerosa población indígena.


Un llamado Consejo Impulsor del Sistema Nacional de Integridad (CISNI), creado en 1999, trató de desplegar un Plan Nacional de Integridad –PNI– para enfrentar esta realidad, pero con poco éxito. Al menos visible.


Ellos mismos sostienen que “la corrupción no es solo el producto de la voluntad individual, sino el resultado de un marco institucional de escaso desarrollo normativo y prácticas administrativas deficientes”.


Reconoce que la “ineficiencia institucional” crea las condiciones necesarias para el desarrollo de la corrupción, al no existir, o ser precarios, los mecanismos de control en las instituciones públicas y privadas.


Una vez, estando en Asunción, la capital del país, le pregunté, fuera de micrófono, a un influyente ministro cuáles eran los rubros de la economía del país que funcionaban fuera de la ley. Y con un sorprendente sinceramiento y una mueca significativa respondió: “todos”.


“En Paraguay, la corrupción es una realidad que atenta contra el desarrollo y sostenimiento de la democracia” señaló el CISNI y no se vislumbran intenciones claras de modificar este estado de cosas, más allá de los discursos preelectorales.


Hay por delante un nuevo período constitucional de cinco años sin que se vislumbre alguna señal de que pueda cambiar este estado de cosas. La gente seguirá sobreviviendo como pueda, mientras una elite de privilegiados se aprovecha de todas las debilidades del sistema institucional.


Hasta ahora no ha aparecido ninguna figura ni ninguna fuerza política capaz de poner en riesgo esa hegemonía casi absoluta de los “colorados”, que consiguieron nuevamente mantener “despejado” el camino.


El 24,7 por ciento de la población extremadamente pobre, que en términos absolutos representan aproximadamente un millón 700 mil personas, seguirá sumida en la pobreza extrema, seguirá sin entender mucho cómo funciona la cosa, y menos cuáles son las causas de su desgraciada vida.


Si hasta ahora no lo hicieron tampoco se puede esperar que los gobernantes atiendan esa tragedia y busquen algún mecanismo para superarla. Si estas elecciones del domingo 30 de abril las hubiera ganado la oposición, seguramente sería lo mismo. Es mucho lo que hay que modificar estructuralmente y nadie ha demostrado verdadero interés por modificarlo.



*Carlos Castillos - Docente y periodista, trabajó en Radio Chuy, Difusora Rochense, El Espectador, Radio Carve, CX 30 La Radio, Emisora del Palacio FM y CX 36 Radio Centenario. Además fue corresponsal de la agencia alemana de prensa dpa en Uruguay, Argentina y Paraguay durante 22 años. Es egresado del Instituto Superior de Educación Física (ISEF) como Entrenador de Fútbol y desde el 2010 impulsa el Movimiento de Cine Con Vecinos-Uruguay que se dedica a producir documentales comunitarios y a talleres básicos en todo el país. Desde el 2011 participa del Movimiento ARA (Artistas Rochenses Amigos) para publicar y difundir obras de creadores de la zona.









domingo, 30 de abril de 2023

COLUMNA DE LIC.MARTHA FLORES DE REGRESO AL HOGAR

 

"No importa cuán grande es la casa, importa cuán feliz es el hogar".

No encuentro mejor lugar que escribir de este momento, que narrarte, la eterna búsqueda del “hogar” en la que en un nivel de anhelo muy íntimo, yo he estado.


Quizás te ha pasado como a mí, el de dar vueltas sobre este asunto, sintiéndote nómade errante, por la naturaleza de búsqueda de algo más.. menos ambicioso que el oro en sí, y más poderoso que el conformismo.


La vida me ha dado la posibilidad de buscar distintas “casas” donde me he sentido cómoda y feliz… en empresas, en instituciones privadas, también públicas. En parejas, y finalmente, estar en mi propia casa, fue habitar el poder estar conmigo en paz, pese a todo lo que no me gustaba de mí, y de los otros. Vivir en el hogar interior.


La vida se dibuja en la ley de correspondencia. Y así como es adentro es afuera, tal cual como lo plantea una de las leyes más alentadoras del Kybalión. Por eso cada día invito más a las personas que visitan mis cursos, a cuidar su “mundor interior” para crear el “mundo externo”.


Todo esto es ciertamente verdadero si así lo sientes. Y no tienes que creerme.

Uno de mis Maestros me enseñó que la mayor verdad se gesta en la duda.


Por eso una de las preguntas que me he hecho, es si esta pandemia, y esta situación de revisión obligada de “quedate en casa” con el teletrabajo, y oficinas remotas, ha sido fruto de algún deseo colectivo inconsciente, me atrevo a decir, de cambiar el estilo de vida.


UN ESTILO DE VIDA INSALUBRE


Si nos ponemos a recordar nuestro estilo de vida, y haciendo memoria de los casos que me llegaban, era un tema alarmante: vidas aceleradas, el estrés en aumento a pasos descomunales, la soledad y la violencia como formato expresivo. Familias disgregadas por la tendencia al trabajo compulsivo o workaholismo, aumentaron la depresión, el estrés y los ataques de pánico y ansiedad de muchos líderes importantes en empresas.


Estas caídas simbólicas de personas fuertes que se verían vulnerabilizadas por su psique o aspectos neurológicos, nos empezó a conectar con la necesidad de un cambio de mindset.


Algo que claramente, está sucediendo con esta pandemia.

Un cambio obligado, incómodo, urgente, global y sin precedentes históricos.


Ser testigos y protagonistas de este momento, nos coloca en un lugar nuevo. Y es tan novedoso, que nos enfrenta a la enfermedad y a la muerte, para revisar nuestra finitud. Nuestra verdad profunda, de ser transitorios o estar de paso, en este proceso de vida.


En una sociedad que nos acostumbró a vivir en el hogar emocional del control, poniendo como énfasis el trabajo o los fines económicos antes que la familia, el desequilibrio en muchos sistemas familiares ha generado niños, jóvenes y hoy adultos con los yoes quebrados, fisurados y heridos por estilos de vidas alejados de los principios humanistas.


Quiero contarte como terapeuta y desde mi experiencia con tantos sistemas y personas hermosas, que el hogar interior necesita cada vez más del cuidado y de la revisión de los valores humanos que te mantienen aquí, en esta vida. Muchas personas están partiendo sin haber podido curar patrones, o conectar profundamente con sanar y mirar el sentido de su vida.


LA OPORTUNIDAD DE CREAR UN YO SANO


La pandemia nos ha dado la oportunidad de elegir la nueva casa donde quieres cimentar tus valores para los cambios que necesitamos sostener como sociedad. Pero eso comienza contigo, mirando el hogar emocional que has creado, las excusas para seguir con las mismas grietas de tu alma sin poder restaurarlas y crear algo nuevo contigo. El yo sano necesita expresarse en tí y por eso ya no te da tregua. Todo se ha acelerado ¿no?


La reconversión es urgente. Pero antes de reconvertirte profesionalmente, es necesario que te atrevas a elegir tu nuevo lugar real en el mundo.


Si esta vida te elige para continuar la historia de este tiempo, ¿qué hogar habitas?

¿Qué aire quieres respirar?

¿Qué quieres llevar a tu boca?

¿Y cuáles son los cimientos de tu Ser Aquí y Ahora?


He separado para ti un ejercicio práctico que utilizo en mis Clases de Mentoría Online con mis alumnos. Estos son los Pilares de la Nueva Conciencia. Son los Valores Humanos desde donde podrás reestructurar tu identidad. ¿Cuál se conecta contigo?


Elige uno y regaláselo a tu familia, team o personas de tu círculo, con acciones concretas.



PILARES DE LA CONCIENCIA Y VIRTUDES HUMANAS:


1.GRATITUD

2. CONFIANZA

3. RESPETO

4.SERVICIO

5.REVERENCIA

6.FIDELIDAD

7.ESPERANZA


Espero que me escribas y me cuentes si has hecho este ejercicio. Y como te fue.

Te deseo que vivas en el mejor hogar interior que puedas crear. Y cuando lo logres, habrás cambiado tu mundo y el de muchos otros. Y eso, será hermoso, ¿ no crees?




LIC. MARTHA FLORES –Psicóloga Clínica, graduada de la Universidad Católica. Fundadora de Casa del Alma, centro de Terapias Alternativas. Responsable del espacio televisivo en el programa de Día a Día de VTV “La Columna de Psicología”. Profesora de Yoga Integral egresada de la Escuela Uruguaya de Yoga. Post Grado de Recursos Humanos en Universidad ORT. Master en Programación Neurolingüística. Web.

Escritora del libro¿ quién te enseña a vivir? Método terapéutico de las 33 virtudes para trabajar valores humanos potenciando virtudes y sanando sombras.

www.semillasdelaconciencia.wordpress.com. Canal de YouTube Lic. Martha Flores





viernes, 28 de abril de 2023

Comunicación sindical, una materia postergada Columna de Marcel Lhermite

 

El campo de trabajo de la comunicación política tiene dos áreas cuasi hegemónicas: las campañas electorales y la comunicación de gobierno; en el olvido prácticamente queda la sindical, que incluso es sumamente difícil encontrarla en la currícula de las carreras de posgrado que se dedican a nuestra disciplina.

Los trabajadores y los estudiantes organizados tienen particularidades a la hora de comunicar, y por lo tanto debemos gestionar esa comunicación de una manera diferente a la de un partido u organización política. Por tal motivo, es sorprendente –o quizás no tanto– que no se dediquen las horas de investigación y estudio que amerita esta área.

Actualmente la mayoría de los sindicatos latinoamericanos, al menos los medianos y grandes en cantidad de afiliados, cuentan con un área de comunicación, o mejor dicho de propaganda. Aquí encontramos el primer gran debate a dar: el pasaje de la comisión de propaganda a la unidad de comunicación.

Definamos la propaganda, en palabras de Frederic Bartlett en su libro La propaganda política, del año 1941: “Es una tentativa para ejercer influencia en la opinión y en la conducta de la sociedad, de manera que las personas adopten una opinión y una conducta determinada”.

La propaganda política, que tuvo su apogeo en el período entreguerras y que en América Latina mantuvo absoluta vigencia hasta hace unas pocas décadas, se valía de determinadas herramientas –como el cine, la radio, el mural o el mitin– para hacer llegar su mensaje, encontraba un receptor pasivo, que prácticamente no tenía forma de completar el ciclo de comunicación, no había feedback.

En la década del 50, con la campaña electoral a la presidencia de Estados Unidos de Ike Eisenhower comenzaron a utilizarse las técnicas del marketing en la política y posteriormente es que hace su aparición la comunicación política, y a partir de allí es que las antiguas unidades de propaganda en la política comienzan a migrar hacia núcleos de comunicación.

Una unidad de comunicación, en remplazo de la antigua comisión de propaganda, implica que el receptor de nuestro mensaje político será un ser activo, que decodificará nuestro mensaje y que tendrá los canales para poder hacernos llegar su mensaje. Estableceremos un diálogo con nuestros públicos.

Y si de públicos hablamos, también en materia sindical, en este punto nos encontraremos con la segmentación. Si bien es necesario establecer más precisamente un mapa de públicos, hay tres grandes grupos, que además se subdividen, que vamos a identificar: los trabajadores (los de nuestro gremio, los no sindicalizados y los de otros rubros), los empresarios (nuestra patronal, los empresarios organizados y los empresarios en general) y el resto de la sociedad a la cual llegaremos a través de la prensa y las redes sociales.

Las nuevas unidades de comunicación sindical requieren de estrategas digitales que estén planificando y gestionando nuestras redes sociales, así como también vamos a necesitar un plan de medios de comunicación tradicionales y entrenamiento en vocería, para que nuestros sindicalistas puedan hacer llegar su mensaje en forma óptima.

La comunicación sindical requiere poner un especial énfasis en la necesidad de trabajar la comunicación interna, ya que los trabajadores es el primer público a atender. Allí encontraremos a quienes están en nuestro sindicato, pero también a aquellos con los que compartimos tareas pero que decidieron no estar organizados, con los cuales también tenemos que comunicarnos y, por qué no, persuadirlos de que se sumen al gremio.

Otro elemento a tomar en cuenta es el discursivo. Hace algunos días un colega recodaba el caso del Sindicato de Choferes de Transporte Urbano de Pasajeros de Rosario, Argentina, nucleados en Unión Tranviarios Automotor (UTA). En el marco de un conflicto decidieron cambiar la terminología habitual, y en vez de hablar de paro establecieron que la medida adoptada era un "corte del crédito laboral", eliminando de esta forma toda la connotación negativa que tiene el cese de actividades.

El ejemplo es sumamente ilustrativo para analizar los frames discursivos que se dan en el área sindical, que por lo general provienen desde la óptica de los más poderosos, en este caso el mundo empresarial respaldado generalmente por los poderes fácticos, y que es replicado desde los medios de comunicación masivos.

Los frames son marcos cognitivos de interpretación a través del cual entendemos una porción del mundo que se nos ofrece. En palabras del lingüista estadounidense George Lakoff: “el enmarcado tiene que ver con elegir el lenguaje que encaja en tu visión del mundo. Pero no solo tiene que ver con el lenguaje. Lo primero son las ideas. Y el lenguaje transmite esas ideas, evoca esas ideas”.

Por eso vale la pena rescatar el ejemplo de los trabajadores de la UTA en Rosario, porque lograron hacer valer su marco y dejaron atrás el que está instalado, del paro, que es un frame que es funcional y encaja con la visión del mundo empresarial, más que con la de los trabajadores.

La movilización es y será una marca registrada de la comunicación sindical, por lo que contar con planes de movilización que establezcan la rentabilidad política y estratégica de las acciones es algo que los trabajadores organizados realizan muy bien, pero en lo que también es necesario innovar, sobre todo teniendo en cuenta que los públicos con los cuales nos comunicamos han cambiado sus conductas, costumbres y las modalidades de comunicación, por lo que en algunas circunstancias nuestras medidas de movilización pueden llegar a ser obsoletas para determinados grupos de la sociedad.

Aún falta mucho por hacer en comunicación sindical, pero parece que desde la academia no resulta ser una prioridad, mientras que en muchos de los colectivos de trabajadores organizados a veces impera la máxima del “siempre lo hicimos así”, ignorando los avances registrados en el mundo de la comunicación política.



Marcel Lhermitte (Uruguay) es periodista, licenciado en Ciencias de la Comunicación y magíster en Comunicación Política y Gestión de Campañas Electorales. Ha sido consultor en campañas electorales en América Latina, el Caribe y Europa. Asesor de legisladores y gobiernos locales en Iberoamérica. Autor de los libros La Reestructura. La comunicación de gobierno en la primera presidencia de Tabaré Vázquez, La campaña del plebiscito de 1980. La victoria contra el miedo y Las elecciones internas de 1982. Los ecos del NO. Es coordinador del Diplomado de Comunicación Política de la Universidad Claeh en Uruguay.

Twitter: @MLhermitte

Instagram: @marcel_lhermitte












miércoles, 26 de abril de 2023

PADRE CACHO "SIERVO DE DIOS" , la columna por. Julio Cesar Romero Magliocca REFUNDACIÓN DE LA ESCUELA DON BOSCO



Los Talleres Don Bosco, era un complejo arquitectónico que ocupaba toda una manzana en la zona céntrica de Montevideo. Su primerísima actividad era la Escuela de Artes y Oficios que tenía un alumnaje de 300 pupilos venidos de todo el interior de la república. Allí se enseñaba imprenta, encuadernación, carpintería, mecánica. La enseñanza abarcaba toda la mañana y gran parte de la tarde (en ocasiones hasta la noche).

La metodología exigía que los alumnos más avanzados hicieran trabajos para clientes externos. Por esa razón era que en algunas noches había que esforzarse para entregar al día siguiente algún encargo. En una esquina se erigía el Santuario de María Auxiliadora con su cripta. A continuación estaban las instalaciones de la parroquia.

Los talleres técnicos y los depósitos estaban todos en la planta baja junto con los comedores, la banda de música, los exploradores.

Luego seguían seis pisos donde funcionaban: media planta para la Escuela Primaria, las oficinas de la Inspectoría, arriba estaba el Sanatorio para sacerdotes enfermos o ancianos.

Finalmente, en los pisos superiores, los dormitorios de los pupilos, del personal y de los sacerdotes.

En varias reuniones el Padre Fontana y el Padre Cacho delinearon el funcionamiento de la Escuela, eligieron los textos para cada grado, la cantidad de alumnos en cada aula y el perfil más adecuado del maestro de cada grado y por supuesto la aplicación del sistema preventivo.

Le tocó al Padre Cacho convocar y contratar a ex alumnos salesianos con muy buenos antecedentes como maestros.

Así figuraron en esta plantilla Sebastián Barreto, Tomás Graña, Ángel Delisante, Oscar Bernardi, Carlos Kuster. Contaba también con un trienista.

Era principios del año 1964, se había cerrado nuestro querido “El Bien Público” con más de cien años de existencia. Yo quedé vacante y me ofrecí para tomar a los más pequeños a mi cargo, eran los de Preparatoria (cuenta Julio Alonso , hermano de Cacho).

La Escuela Don Bosco se llenó, Cacho supo imprimirle un ambiente mas familiar y más humano. Yo la califiqué, como una escuela más cristiana y más de Don Bosco.

Para 1968 el Director de la escuela pasó a ser el Padre Francisco Guarino, famoso mártir salesiano , quien fuera asesinado, el 9 de marzo de 1982 , en la dictadura militar.

Cacho escribe una carta a su amigo , al conocer su muerte.

Tu muerte golpeó con dolor profundo en mi ser ; porque te mataron, amigo!

Te mataron con saña, rabiosamente.

Puños asesinos, amaestrados para matar, acabaron con tu generosa entrega, en el Trigal del Maestro. Quisieron ensuciar tu memoria pero no temas, querido hermano, tu imagen luminosa, tu sonrisa límpida, tu mirada llena de luz, permanecerá hasta el reencuentro.

¡La verdad os hará libres!

Nos anuncia el Evangelio pero los discípulos ponemos la confianza en el poder de la tinieblas. ¡Qué triste! En ese seno oscuro se mueve el poder del Malingno.

¡Creo en ti, hermano! ¡Creo en tu sacerdocio!

¡Creo en el Espíritu Santo que por tres veces derramó sobre tu cuerpo el óleo que consagra, que convierte en templo viviente punto de contacto del cielo con la tierra.

Tu anatomía destrozada! Pero llegas íntegro a la cumbre de la victoria como cuando jóvenes juntos escalábamos la montaña nevada.

¡Creo en ti amigo! Lloro por ti, hermano! ( 9 de marzo de 1982 ) – Cacho.

Fuente : libro “La vida íntima del Padre Cacho” autores Julio María Alonso (hermano de Cacho) y Julio César Romero Magliocca (autor del libro “Un Cacho de Dios”)

Carta facilitada por Luis Guarino ( hermano de Francisco)



Julio César Romero Magliocca ( Montevideo, 1964)


Nació en Montevideo, barrio Colón. Sus primeros pasos como periodista “autodidacta”, los da con la fundación de su primera revista mensuaria , “Su Revista” , la que llegaría a alcanzar 12 ediciones, entre los años 1997 y 1998. Al mismo tiempo realiza micros radiales, en radio Sport 890, en el programa “En Positivo” y en radio Oriental programa “De todas partes”, desarrollando oralmente, la historia de los barrios, entre ellos lo más castigados por la pobreza. En el año 2000 funda “Revista Raíces”, con el argumento central basado en : “Historia Nacional”, “Nuestros Indígenas”, “Historia de nuestros Barrios”, “Galerías Deportivas”, “Historia del Gaucho”, “Historia de los Cafés y Bares Montevideanos”, “Entrevistas”. Dicha revista alcanza los siguientes reconocimientos : Declarada de Interés Nacional, Cultural, Departamental, Turismo y Deporte, Unesco, Bendición Apostólica del Vaticano, Premios CX en Comunicaciones, Premio Guyunusa entre otros. Para el año 2012, edita primer libro “Un Cacho de Dios”, vida del Padre Cacho- Isidro Ruben Alonso, el que logra reconocimientos : Declarado de Interés Nacional, Cultural, Departamental, Bendiciones Apostólicas del Vaticano – Benedicto XVI y Francisco, actualmente recorre la 5ta edición actualizada. Para el año 2013 , edita su 2do libro, “Cronista de Barrio”, y para el 2016 en coautoría con el hermano del Padre Cacho, Don Julio María Alonso, edita “La vida íntima del Padre Cacho”.



VETERANOS LA COLUMNA DE RUBEN CAMPERO

 

“¿Cómo olvidarte en esta queja? cafetín de Buenos Aires, sin sos lo único en la vida que se pareció a mi vieja…” revela el tango de Edmundo Rivero. Y con ello la evidencia de hombres hermanados a través del aprendizaje embriagante del dios Baco, que mientras chupan de la misma teta, confiesan sentimientos y vulnerabilidades impensadas para el hombre que socialmente deben representar.


Durante el siglo XX muchos de estos cafés, bares y cafetines albergaron distintas edades e historias. Era en esos lugares de refugio en donde las masculinidades hegemónicas, a la vez que se afirmaban como “auténticas”, también crujían y revelaban sus costuras y remiendos ante el privilegio. Pero también ante el peso que implicaba ser aquel que siempre debía apechugar sin recular, a modo de proveer a la sociedad de actos significativos y hasta heroicos, recibiendo como moneda de pago el sometimiento de terceros que alimentaran su ego de macho.


Con los cambios sociales, laborales, económicos y tecnológicos, la precarización laboral y la tercerización de funciones comenzó a interpelar este rol heroicamente productivo del hombre medio, así como las bases de su propia forma de construir estampa masculina. Algo que encontró y encuentra a muchos de ellos en medio de un analfabetismo emocional y vincular, en la medida en que aprendieron a volcarse exclusivamente a las funciones de acción y de manipulación de objetos materiales, gracias a que las tareas repetitivas, invisibilizadas y de “contacto” empático que sostienen lo cotidiano las realizaban “sus” mujeres.


Ello les ha dificultado adaptarse (mucho más aún hacerlo criticamente) a las transformaciones actuales y su evanescencia financiera, las cuales han adquirido una aceleración incontrolable a partir del sistema imperante de producción, el mismo que se especializa en excluir a través de plantear la “libertad de consumo” como única forma de inclusión.


Tal analfabetismo emocional vulnera especialmente a los veteranos. Aquellos hombres viejos socializados en ese Patriarcado del S. XX aún no demasiado interpelado, quienes mantenían su identidad estable y “segura” gracias a lo vital de sus funciones productivas, y a los roles que ocupaban dentro de comunidades con jerarquías de género vistas como naturales.


Una vez devenido el retiro. Una vez efectuado el cese de esas tareas que les asignaban un lugar social y que acaparaban casi la totalidad de su identidad (por lo que no exploraron otras dimensiones de sus emociones y vínculos, salvo cuando se anestesiaban con alcohol en el cafetín), muchos de estos hombres han quedado expuestos a una vulnerabilidad silenciosa avalada aún por esa máxima de que “los hombres no lloran” (léase: “no dan señales de su dolor hasta que lo irreparable irrumpe”)


Ya no contamos con consejos de ancianos, ni con ceremonias de reconocimiento a los aportes que realizaron los hoy veteranos (salvo que se trate de tareas socialmente trascendentes al estilo de las deportivas, científicas, etc.), por lo que el obrero medio que se sentía parte de una comunidad y que hoy está jubilado y “retirado”, puede que esté experimentando distintos grados de depresión, no sólo porque ya no hay más “cafetines” en donde socializar, o espacios donde sentirse útil para la sociedad, sino porque la educación que recibió no lo preparó para identificar sus deseos y generar modos alternativos de vida una vez que la productivo-laboral cesa.


Es posible que los veteranos que tienen pareja mujer y continúan en la relación participen en diversas actividades, pero muchas veces será gracias a que la que hace de embajadora emocional, social y vincular es la mujer. La misma que en la vejez sigue ejerciendo un trabajo invisible al maternar a su pareja hombre, quien a raíz de su socialización masculinizante no se dedicó a cultivar aspectos que una vez llegada la vejez y las vulnerabilidades que esta implica iban a ser imprescindibles.


Hablar de Patriarcado no es sólo señalar la dominación que, en la relación con ciertas figuras investidas de masculinidad y poder, experimentan las mujeres y aquellas personas que no encajan en parámetros claros de lo masculino y lo femenino como algo binario. Hablar de Patriarcado es también referirse a las heridas, muchas veces letales, que se constatan en esos hombres que, embriagados por las mentiras de sus privilegios, desconocen y desestiman sus vulnerabilidades a la luz de un ideal de macho. El mismo que, puertas adentro, siempre cayó rendido en llanto y sensibilidad en algún cafetín, por tener prohibido dejarse acariciar y proteger a riesgo de perder ese cetro de poder que le brindó el andamiaje patriarcal.


La vulnerabilidad que también los hombres viven cuando ya no pueden sostener corporal ni psicológicamente ese alienante y hasta violento “superhombre”, debería ser un tema destacado dentro de las políticas sociales y de género, no sólo a nivel de atención directa y de cuestionamiento a una sociedad que sólo reconoce vidas en calve de “producción” y “costo-beneficio”, sino también en lo que hace a la prevención.


El objetivo de tal prevención apuntaría a que los hombres (y las mujeres y disidencias) jóvenes de hoy no crean que su masculinidad es una armadura eterna, y que por tanto intenten imaginar que es lo que desearían hacer con sus vidas, su identidad, sus emociones, sus vínculos y las condiciones comunitarias de su época, cuando se encuentren en la necesidad de que, como cuando eran niños, sea otro quien les tenga que limpiar el culo.


Ruben Campero es psicólogo, sexólogo, terapeuta y docente.

Ha publicado varios libros y participa activamente desde hace mucho en los medios de comunicación y las redes sociales.

Es también un estudioso del antiespecismo, una manera de pararse ante la vida y analizar críticamente la relación que los humanos tenemos con los demás animales y la naturaleza.

Es integrante de GAIA - Grupo Académico Interdisciplinario de Antrozoología.