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viernes, 31 de marzo de 2023

LA COLUMNA DE NÉSTOR SABATTINO/ LUCILIANO EL MODERNO

 

A Luciliano Rodríguez lo enloquecían los automóviles. Desde su aparición en la ciudad, le surgió hacia ellos una especial curiosidad y pasión. Se podría decir …a quién no? Al fin de cuentas era un fenómeno que permitia pasar a moverse de la tracción “a sangre” a la tracción mecánica. Como muy bien dijo Carlos Maggi , algo parecido a la experiencia de los “primeros acaballados”, o sea cuando los indios conocieron el caballo.

De origen carolino, se insertó definitivamente en la sociedad rochense de principios de siglo, hizo amistades en el seno de la muchachada céntrica de entonces - pudiente y aburrida - y allí fue difundiendo detalles, posibilidades, usos, de una máquina cara e intimidante. Poco después, con catálogos y folletos a cuesta, intentaba vender entre sus amistades algunos modelos poco conocidos como los Studebaker o los Plymouth; sobre los años 20 se animó a instalar un servicio de pasajeros hasta San Carlos para arrimar viajeros al ferrocarril.

En la mente y entusiasmo de Luciliano, estaba también el incipiente deporte automotor cuyas experiencias nacionales e internacionales seguía con fruición en las pocas revistas a las que podía acceder. En la década del 30 logró ser “tapa” del Mundo Uruguayo, por su exitosa participación en el Rally 19 capitales conjuntamente con los rochenses Vicente, Machado y Franco.

No obstante, las inclinaciones por lo “nuevo” y “moderno” de nuestro personaje de hoy, se remontan a algunos años más atrás cuando su mente inquieta hacía foco en otro fenómeno que aparecía por entonces como una gran novedad: la radiotelefonía.

En efecto el último día de febrero de 1923 (un mes y algo atrás se celebró su centenario), el Presidente Baltasar Brum , en el último acto de su gobierno , se aprestaba a inaugurar el postergado monumento al Gral Artigas en la Plaza Independencia de Montevideo. Y para su difusión nacional se estableció que en cada una de las capitales departamentales, se hiciera en la plaza principal de las mismas, exactamente a la misma hora, un acto “espejo”, donde entre algarabía y entusiasmo patriótico, la gente pudiera seguir a través de una emisión radial, lo que estaba sucediendo en la Capital.

Era la primera experiencia de ese tipo en Rocha y en todo el País. Esta trasmisión le correspondió a Luciliano Rodriguez, que ya había iniciado una relación para ello con la legendaria General Electric.

Se me podrá decir con acierto, que aquello fue un absoluto fracaso, ya que en medio de interrupciones, descargas y ruidos extraños, ningún rochense apostado en esta circunstancia en la plaza, escuchó nada.

Pero de todos modos, el espíritu progresista y moderno de Luciano, estuvo presente una vez más, y ello es motivo suficiente para que hoy pretendamos sacar del anonimato a este inquieto carolino, tan rochense como nosotros.


Néstor Sabattino es un investigador de la historia cotidiana de los rochenses,


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