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miércoles, 2 de agosto de 2023

Un cuento COLUMNA DE ANTONIO PIPPO CERCANÍAS

 

Me he hecho la idea de que usted escribió este poema porque amó lugares como el Sur, Adrogué, o las quintas del Palermo de su adolescencia, ya del todo, carne y espíritu, en el Buenos Aires donde nació.

Y quiso, aun sin saberlo, hablar de algo que añoraba:

Los patios y sus antiguas certidumbres,/ los patios cimentados en la tierra y el cielo…

Yo supongo –porque sencillamente soy audaz, o porque aunque haya sido un encuentro de brevedad que tuve con usted, una conversación que no olvidaré y que, quién sabe, hubiéramos querido extender- que más allá de tantas cosas que se proponía en 1923, tan joven, cuando escribió este poema, y todavía lejos de la literatura intelectual pero sensible, abarcadora y creativa que nos legó con el tiempo, entonces sin la ceguera que le cayó después como un cruel e injusto castigo, hubo un sitio del que nunca se fue.

Las ventanas con rejas/ desde las cuales la calle/ se vuelve familiar como una lámpara…

De otro modo –vea qué presuntuosidad la mía- ese corto y bello poema no existiría, aunque lo hubiese rodeado todo eso, ventanas, rejas y la calle familiar, ¿quizás han sobrevivido?, pero usted, Borges, no hubiese reparado en ellas sino sólo en laberintos, en la simetría de las rayas del tigre, en elegías, en el otro y el mismo o en muertes heroicas, duelos y memoriosos.

Repare, mi querido Borges, que no he dicho ni espejos ni sombras, que más tarde le fueron tan caros. Es que a usted, en aquel poema de su primer libro que vuelvo a disfrutar, ya le acechaban con calidez aquellas alcobas.

Las alcobas profundas,/ donde arde en quieta llama la caoba,/ y el espejo de tantos resplandores/ es como un remanso en la sombra…

Cuando nos vimos en su departamento de la calle Maipú, enfrentados en dos sillones de pana verde, usted ya ciego, qué enorme pena, Borges, apoyadas sus manos en un bastón de madera labrada, yo recordé que ese poema lejano hasta empequeñecía al lector.

Las encrucijadas oscuras/ que lancean cuatro infinitas distancias/ en arrabales de silencio…

Y yo ahí, tímido, torpe, hablándole de ferias de libros, del Nobel que tantas veces le negaron y también –esto lo habrá olvidado cuando abrí la puerta para irme- insistí con cierto empecinamiento, al modo de quien desespera porque quiere huir de su propia pequeñez, del Francisco Espínola de Sombras sobre la tierra, ese amado Paco quien al terminar mi niñez me había regalado tanta sabiduría porque se le escapaba hasta en los gestos.

¿Por qué recuerdo esto, Borges? Porque usted ya estaba cansado, y en todo caso, no quería hablar de Paco sino de Enrique Amorim, su primo salteño, o de su abuelo heroico muerto en batalla, o de Virgilio, o de Islandia, y yo no lo advertía. Entonces, de pronto, con voz queda, me interrogó:

-¿Usted juega al truco?

-Sí, maestro, al menos al truco uruguayo…

Sonrió levemente, o yo creí que lo hizo, cuando me dijo:

-¿Y cómo hace la seña del cuatro…?

Podría sentir vergüenza todavía, cuando a mi memoria vuelve la imagen del periodista joven, inexperto, frunciendo los labios y estirándolos hacia adelante, estúpidamente orgulloso de mi pequeño saber, hasta que el rubor, empujado por el entendimiento, estalló en mis mejillas: le estaba haciendo una seña de cartas a un ciego, un ciego del que sabía sólo veía un fondo amarillento y sombras indefinidas, sólo sombras.

Pero, maestro, fue tan fina, casi acariciadora su ironía, y cambiando el rumbo de la charla lo dejó pasar con tal frescura que ni entonces ni hoy, donde ni el mínimo detalle de la torpeza he olvidado, me sentí ofendido.

Al contrario, me sentí enseñado.

Porque usted, Borges, años y años antes, había cerrado el poema que ahora acompaña mi otoño, como una mano amiga que se posa sobre un hombro querido que no ha de incomodarse, con estas líneas:

He nombrado los sitios/ donde se desparrama la ternura, y estoy solo y conmigo…

 

“Cercanías” es un poema de Jorge Luis Borges –nacido en Buenos Aires en 1899 y muerto en Ginebra en 1986- que integra su primer libro de cuentos, “Fervor de Buenos Aires”. Borges fue escritor, ensayista, periodista, traductor y poeta. Está considerado un erudito y entre los más destacados e influyentes literatos hasta hoy. La filosofía siempre estuvo presente en su obra como una perplejidad y concibió la poesía en la forma suprema de la racionalidad. La perfección del uso del lenguaje y el universalismo de sus ideas lo hicieron resaltar con nitidez. Ganó el Premio Cervantes, y fue honrado con otras distinciones y títulos en diversos países. Entre su vasta poesía resaltan Luna de enfrente, El otro, el mismo, La cifra, Para las seis cuerdas y La rosa profunda.





Antonio Pippo nació en Argentina y su familia se mudó a San José siendo aún un niño. Viene ejerciendo el periodismo desde hace sesenta y tres años: prensa , radio, televisión. Fu director de informativos de todos los canales de televisión, públicos y privados. Ha escrito y publicado varios libros. Estudioso del tango, es también artista y participa y ha dirigido espectáculos como empresario durante años.

Son clásicas las columnas que publicó durante años en el semanario Búsqueda y aún en la Agencia Mundial de ensa.

Ha sido docente de periodismo de opinión en la Universidad ORT.


A 50 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO DE 1973 (II) / COLUMNA DE HUGO MACHÍN

 

La verdad histórica es un concepto complejo y difícil de alcanzar, ya que está influenciada por muchos factores, incluyendo las perspectivas individuales, la memoria colectiva, la política y las ideologías. La verdad histórica es más bien una búsqueda constante que se acerca a la realidad a través del uso de fuentes confiables y un enfoque crítico.


En este sentido, el esfuerzo por acercarse a la verdad y evitar la manipulación de los hechos es fundamental para una narrativa histórica lo más objetiva posible. Al no ocultar los hechos, permite a quienes reciban los conceptos, formarse su propia opinión y comprender la complejidad de la historia.


Además, es importante destacar la diferencia entre la leyenda y la verdad histórica, ya que la leyenda es una versión ficticia y exagerada de los hechos, mientras que la verdad histórica se basa en hechos verificables. La utilización de la leyenda como instrumento partidario, es perjudicial para la comprensión objetiva de la historia y puede tener consecuencias negativas en la sociedad. En resumen, la objetividad histórica es un ideal al que se debe aspirar, y el esfuerzo por acercarse a la verdad a través del uso de fuentes confiables y un enfoque crítico es fundamental para una narrativa histórica precisa y justa.


En los capítulos de A 50 AÑOS DEL GOLPE DE ESTADO DE 1973 hacemos historia desde nuestra ubicación actual. Con la mentalidad de hoy, con las herramientas y los documentos de hoy, con el objetivo de evitar el anacronismo que sería retroproyector nuestro presente en aquel pasado. Por el contario, tomamos distancia, evitamos ingresar al pasado con un puñal en la mano, lo hacemos sin ira, por más que ese pasado sea doloroso, contenga hechos y extrema crueldad y haya significado el sufrimiento para miles de uruguayos y uruguayas.


Efectivamente, es importante recordar el pasado desde una perspectiva objetiva y sin prejuicios. Esto permite entender mejor lo sucedido y aprender de los errores del pasado para, en lo posible, no repetirlos en el futuro. La revisión histórica de una dictadura, o de cualquier otro período histórico, debe ser rigurosa y basada en la evidencia. La ira y los sentimientos personales pueden distorsionar la visión de los hechos y dificultar una comprensión completa y precisa de lo que sucedió. Por lo tanto, es importante mantener un enfoque equilibrado y basado en la información confiable para poder crear una narrativa precisa y veraz de los hechos históricos.


Algunos datos que pueden darnos un contexto:


Si bien el Partido Colorado había gobernado la mayor parte del siglo XX, existía la rotación de los partidos en el gobierno.


La oposición tenía sus representantes en el Parlamento —Diputados y Senadores— y los sindicatos se unificaban en la Convención Nacional de Trabajadores (CNT), creada en 1966.


Los blancos llegan al gobierno por primera vez en el siglo XX (1959-1962 y 1962-1966). Es el sistema colegiado con colorados en la minoría del gobierno.


El Partido Nacional intentó un cambio de política económica: del proteccionismo con altos aranceles a la importación y subsidios a la producción industrial, se pasa a una orientación liberal y de apertura económica con la ley de la Reforma Cambiaria y Monetaria.


Se inauguraba la represa del Rincón de Baygorria [1960]


Ernesto Che Guevara advirtió en Uruguay que cuando se dispara la primera bala no se sabe cuándo será la última (1961).


El asalto por un grupo clandestino al Club de Tiro Suizo, en el departamento de Colonia, y el robo de armas y municiones (junio, 1963) será el germen del MLN (Tupamaros)


La Comisión de Inversiones y Desarrollo Económico (CIDE) y su plan de desarrollo económico y nacional que comprenderá 1965-1974, constituye un intento de generar políticas públicas de desarrollo económico, proyectar financiación externa ,coordinar labores interministeriales, impulsad por Wilson Ferreira Aldunate y con Enrique Iglesias en la Secretaria Técnica.


Ruptura de relaciones con Cuba (1964) a partir de la iniciativa de Estados Unidos de no permitir que prosperaran regímenes marxistas-leninistas en Latinoamérica y la consecuente expulsión de Cuba de la OEA en 1962.


Crisis bancaria, feriado bancario y cierres de varios bancos. Ola de paros y movilizaciones sindicales. (1965)


La reforma constitucional de 1966— reforma naranja— cambia el sistema colegiado uruguayo, que había diseñado José Batlle y Ordoñez en las primeras décadas del siglo xx, por un sistema presidencialista, o sea, otorgándole mayor poder de acción al presidente de la República.


Comienzan las restricciones a las libertades y el irrespeto a los derechos humanos. Reiteradas medidas prontas de seguridad durante el gobierno de Jorge Pacheco Arco, a partir de 1967.


Crece la protesta estudiantil y obrera en las calles montevideanas, así como la conflictividad sindical en paralelo con el creciente autoritarismo del Poder Ejecutivo.


El Movimiento de Liberación Nacional (Tupamaros) organización guerrillera con poco más de 3.000 integrantes, realiza acciones cada vez más violentas a partir de mediados de los sesenta.


En 1969 el MLN intenta copar la ciudad de Pando. En 1970 asesina al ciudadano estadounidense Dan Mitrione, integrante de la CIA y asesor policial uruguayo.


En 1971, el MLN secuestra a diplomáticos extranjeros y a políticos uruguayos. Dos meses antes de las elecciones nacionales de 1971, se produce la fuga de 111 preso tupamaros del penal de Punta Carretas, lo que permite endurecer el discurso de la derecha uruguaya.


Una fuga de la que estaba enterado hasta el presidente Pacheco Areco, según Esteban Pereira Mena, alias “el Negro Alejandro”, dirigente tupamaro. En ese escape de 111 tupamaros desde el penal de Punta Carretas, bautizado “el abuso” en la mitología tupamara, en realidad fue fruto del soborno a guardias carcelarios y el asesinato de un oficial de policía que no aceptó corromperse, para lo cual el MLN dispuso de unos 20 .000 dólares de la época, según reveló en 2006, José Pepe Mujica. [Tercera nota de la serie A 50 años del golpe de estado de 1973]



Hugo Machín Fajardo. Redactor Especial del Portal Análisis Latino y del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (CADAL), de Buenos Aires. Periodista desde 1969, una forzada interrupción entre 1973 -1985, no le impidió ejercer el periodismo clandestino. Secuestrado en 1981 por la dictadura uruguaya, permaneció desaparecido y torturado hasta 1982, en que fue recluido en el Penal de Libertad hasta 1985. Ex -docente de periodismo en Universidad ORT, de Montevideo. Ex vicepresidente de la Asociación de la Prensa Uruguaya (APU). Jurado del Premio Periodismo para la Tolerancia, 2004, de la Federación Internacional de Periodistas (FIP) /Unión Europea. Coordinó «Periodismo e Infancia-2005». Integró diversas redacciones periodísticas de medios y agencias de noticias en Montevideo, Uruguay. Autor y coautor de distintos libros: El Uruguay impactado. (1993) ¿Izquierda? (1994). Una Democracia única -2 Tomos (2017). TANGO. Patrimonio cultural del Uruguay (2017). Breve historia de la mujer para jóvenes (2019). Reside en Colombia desde 2009.




jueves, 27 de julio de 2023

LA EDUCACIÓN PÚBLICA. COLUMNA DE JULIO MANUEL PEREYRA.

 


El maestro rochense recibió un premio de Naciones Unidas en Derechos Humanos por su trabajo con niños vulnerables en la selva de Misiones.

Premio que antes recibieron Marthin Luther King y Mandela, entre otros.

Es un honor para Uruguay y Rocha y para el Blog de Juanjo Pereyra de tenerlo entre sus columnistas.

Nuestras felicitaciones y arriba y adelante!!

Un gran abrazo Julio (Huevo).



Esta es su columna


En estos días gané el Premio1 (Mundial) de las Naciones Unidas (ONU) en/de Derechos Humanos, reconocimiento global que recibieran Mandela, Malala, Luther King... lo recibo por Educar, por enseñar, por llevar la instrucción a lugares remotos del interior profundo de nuestra América.

Lo hace un rochense (palomense) que recorrió siempre las aulas de la Educacion Pública, laica y gratuita (y en algún tramo Obligatoria, como Derecho Humano y del Niño).

Mi Jardinera y Primaria en mi queria Escuela N°52 de La Paloma, mi Secundaria dividida entre el liceo del balnerario (hoy denominado 'Cabo Santa María'), el imponente N°1 de Rocha (Cora Vigliola de Renaud', y algunos exámenes en el de Lascano, dieron paso entre otro a mi primero contacto con la Docencia estudiando profesorado de Cs. Sociales en el Centro Regonal de Profesores (CeRP) del Este (Maldonado).

Esto no, sin albergar mis pasos primero, mi segunda casa, el Hogar Estudiantil 'Rosalio A. Pereyra', y luego ya sí becado, en las residencias dependientes de ANEP.

Seguí mi trayecto formativo en los salones de mi entrañable Facultad de Humanidades (FHuCE) de la Universidad de la República (UdelaR).

Desde aquella escuela Vareliana, la beca desde el Fondo de Solidaridad, los comedores del INDA y Universitario, alimentaron los sueños de Educador (Comunitario) que me llevaron por mis Caminos de Tiza, a transitar la Patria Grande, a ser un Charrúa adoptado por la comunidad Guaraní, y de la 'pureza del hablar' rochense, al dulce encanto de la lengua originaria.

Mi vieja túnica y moña, se transformaron en un 'guardapolvo' , y el viejo pantalón gris, con camisa celeste y corbata bordó de las aulas del Liceo, se volvieron algún pantalón roto manchado de la tierra colorada de la tierra misionera que hoy me adopta.

Ya no suenan las campanas en el recreo, sino el canto del Urú (pajaro); ya no tengo los bancos de madera, sino algún tronco donde como antes yo atendía a mi maestra Daguel (Morales), un mitaí (niño) escucha mis clases bajo el mismos cielo que imitan las banderas que me han acobijado.

La tiza sigue escribiendo, antes las letras de mis maestras, ahora mis palabras como 'maestro'; escriben ya no en un pizarrón verde sobre el que reposa una imagen de Artigas, sino sobre las tablas de un rancho que se hace aula, pero con los mísmos sueños de ser un 'Sembrador de Abecedarios'.

Este 'Oriental', que aprendió a escribir en una torpe cursiva en un cuaderno de doble raya, gris, con la cara de Varela, hoy alfabetiza con un palito escribiendo en el suelo, pero con la mismas ganas y las mismas esperanzas, que cualquier estudiante de Magisterio.

Gracias…



Julio Manuel Pereyra

'Huevo'

Educador Comunitario/Fundador de la única propuesta itinerante Educativa de América

Palomense

Activista por los Derechos del Niño y de los Pueblos Indígenas

Radicado en Misiones (Argentina)


miércoles, 26 de julio de 2023

¡Y NO LO ENTIENDEN! COLUMNA DE ANTONIO PIPPO

El lenguaje es lo que nos hace humanos y nos diferencia del resto de las especies. Sólo que, como han dicho muchos prestigiosos filósofos, es la madre de la ciencia y todos los conocimientos pero también construye toda clase de supersticiones, prejuicios, locuras.

De esa verdad central viene el valor de la palabra, asunto acerca del cual ya me he referido antes. Destacar el valor de la palabra, significa darle a ésta una precisión simbólica y descriptiva que sea comprendida por los demás –más allá de acuerdos o desacuerdos previos- y que contribuya a definir con claridad lo que uno quiere explicar o proponer, en un contexto de respeto y tolerancia. Y qué decir de ese valor cuando la palabra pasa a ser parte esencial de una frase, generalmente necesaria en la comunicación humana, aunque haya palabras que por sí solas definan conceptos, para describir un sentido, una dirección, intenciones o la transmisión de diversos conocimientos.

Para entendernos mejor, y con cierta sencillez, veamos la contracara: multitud de palabras y frases, casi siempre dichas con tono épico, supuestamente seductor, que no apuntan a verdad alguna sino, más bien, alimentan una confusión generalizada o, con espurios objetivos, procuran convencer a interlocutores no suficientemente preparados para desentrañar el mensaje que están recibiendo y que a veces los convence por meros tonos de expresión y gestualidad apropiada para desatar entusiasmo. Una precisión: hay quienes manejan mal la palabra y es por propio desconocimiento de su esencia –algo de ignorancia hay en estos casos- simbólica.

Un prólogo quizás demasiado extenso, lo admito.

Me pareció imprescindible al enfrentarme, por enésima vez, a la realidad de discursos repletos de enunciados y palabras y frases que no tiene correcta relación con la realidad y sólo contribuyen a que el ciudadano común pero inteligente sea ganado por el desconcierto.

Pocos días atrás, la señora Laura Raffo –de quien tengo una elevada opinión- fue capturada por una suerte de “viento de locura” y en un discurso público, ya lanzada a la campaña prelectoral inopinadamente- analizó lo hecho por este gobierno y proyectó ciertas ideas para el futuro. A ver: ¿qué novedad hay aquí? Ninguna, si lo comparamos con los miles de mensajes políticos que han surgido en tales circunstancias a lo largo de décadas. Pero me preocupó una serie de planes, supongo que suyos o de su agrupación partidaria, desarrollados con un lenguaje de barricada, sorpresivo en ella, que calificó de “esenciales para la educación futura”.

Confieso, pese a que yo sigo entre aquellos que todavía no saben con certeza la idea central y las formas a encarar la reforma de la educación, que no había escuchado hasta entonces unas denominaciones de programas y unas formas de orientación educativas como las que describió. Es más: en este punto, nada de lo que le escuché lo había oído en expresiones recientes de las autoridades de la enseñanza, intentando, hasta ahora sin éxito, que nadie en la sociedad nacional se mantenga en la duda o en la simples y descarnadas ignorancia e incomprensión.

Dejando a un lado el ejemplo concreto, es un hecho que seguimos padeciendo la fiebre del enunciado estentóreo, gesticulado enérgicamente y, mala suerte en esta mano, con resultados absolutamente inversos a los esperados.

Escribió Aldous Huxley, y soy recurrente, sí, que “por medio del lenguaje imponemos un orden y un sentido simbólicos a una profusión de hechos y circunstancias que, como es aprehendida directamente, nos resulta muy confusa; pero muy a menudo descubrimos, en nuestro entusiasmo mediante símbolos por imponer orden y sentido a las experiencias inmediatas o proyectadas, que hemos producido una espantosa confusión que nos conduce a interminables perturbaciones”.

Sinteticemos, lector: viene un tiempo político que nos llevará a asumir la responsabilidad de elegir a nuestros representantes. Mi propuesta se tiñe de mi carácter de periodista (ya por demasiado tiempo). Hay que limpiar de ansiedades y fanatismos el camino; aferrarse al libre pensamiento crítico aceptando de buen talante, si alguien lo prueba, el estar equivocado, y no decidir por dogmas sino por lo que surja no de discriminar fuentes de información sino contrastarlas, admitiendo el hecho de que lo sabido al final puede ser lo mejor aún sin alcanzar la perfección.




Antonio Pippo nació en Argentina y su familia se mudó a San José siendo aún un niño. Viene ejerciendo el periodismo desde hace sesenta y tres años: prensa , radio, televisión. Fu director de informativos de todos los canales de televisión, públicos y privados. Ha escrito y publicado varios libros. Estudioso del tango, es también artista y participa y ha dirigido espectáculos como empresario durante años.

Son clásicas las columnas que publicó durante años en el semanario Búsqueda y aún en la Agencia Mundial de ensa.

Ha sido docente de periodismo de opinión en la Universidad ORT.


 

miércoles, 19 de julio de 2023

EL COMUNISMO NO EXISTE / *COLUMNA DE CARLOS CASTILLOS

 

Esta historia puede remontarse al año 1848, mediados del Siglo XIX, cuando el alemán Carlos Marx publicó “El Manifiesto Comunista” y poco después “El Capital”, algunas de sus obras emblemáticas. El “Manifiesto” empieza con una famosa frase: "Un fantasma recorre Europa: el fantasma del comunismo". Han pasado 175 años desde aquel momento y aquel “fantasma” sigue sobrevolando los países y afectando la vida cotidiana de muchísima gente. A pesar que no ha pasado de ser un “fantasma”, quienes tienen el poder, a nivel planetario y a nivel de cada país, lo siguen agitando como “el Gran Cuco”. Muchas voces repiten y repiten, machacan sobre la conciencia de la gente, que el comunismo es la peor plaga. Y acusar a alguien de comunista es usado como un insulto o una descalificación. Primero fueron amenazas groseras, como que “los comunistas iban a llevarse a los niños a la Siberia” o iban a sacarle todo a los ricos para dárselo a los pobres y cosas por el estilo. Poco a poco se fue afinando la puntería y ahora los ataques y descalificaciones suelen ser más sutiles, pero iguales en su esencia. Y cada tanto se les escapa alguna sentencia burda.



ORDENANDO LA COSA



Simplificando bastante los conceptos, que son mucho más profundos, el comunismo es concebido como una forma de organización de una sociedad en la que no existan clases sociales, que los bienes de producción estén en manos de la gente y que la economía este centralizada, organizada por el Estado. Pero el comunismo viene a ser una forma superior del capitalismo que tiene una etapa previa, que los teóricos han llamado “Socialismo”. Un sistema social que vendría a ser un tránsito hacia una sociedad comunista. Donde “cada uno viva según sus necesidades y según su capacidad”. O sea, después del “Capitalismo” la sociedad podría ir a un sistema llamado “Socialismo” y recién después de algún tiempo podría pasarse a un sistema comunista. Pero usted coincidirá que se está muy lejos de eso. Porque, en el mundo actual, Siglo XXI, año 2023, el capitalismo aún goza de buena salud. Algunos teóricos sostienen que está en sus etapas finales, caracterizadas por el consumismo, la acumulación insaciable de capital, de bienes materiales, la competencia despiadada, el odio entre semejantes y todo eso que usted vive y sufre cada día, aunque no sepa que es consecuencia de este sistema capitalista. Pero hay que tener claro: En ningún país del planeta existe actualmente un sistema socialista ni mucho menos comunista. Una cosa es el nombre que se den y otra cosa es la realidad. No hay socialismo ni en Cuba, ni en China, ni Vietnam, ni Nicaragua, ni Venezuela, ni Corea del Norte. Que existan Partidos Comunistas o que haya quienes gusten definirse como “socialistas” o “comunistas”, no significa que esa sociedad esté organizada sobre esas bases teóricas planteadas por Marx y después por el ruso-soviético Vladimir Lenin (1870-1924), protagonista y conductor de la “Revolución Rusa de 1917”. De la unión de ambos pensadores surgió lo que se llamó, hasta ahora, el “marxismo-leninismo”. Recuerdo que alguna vez, el líder cubano Fidel Castro (1926-2016) admitió que su país buscaba el camino hacia una sociedad socialista, en base a la teoría marxista-leninista, pero que el gran desafío era transitar ese camino. “Nadie nos enseñó nunca cómo construir esa sociedad más igualitaria”, dijo, mas o menos así, el veterano dirigente latinoamericano



¿Y ENTONCES?



Yo tampoco sé cómo se construye una sociedad diferente. Y no sé si alguien sabe. Pero lo que sí parece claro es que hay que cambiar este estado de cosas. Abandonar esa costumbre de invocar cucos, de agitar fantasmas. Hasta ahora, los intentos por construir una sociedad socialista siguen siendo eso: intentos, procesos sociales, nada sencillos, repletos de obstáculos y dificultades. Quienes siguen enarbolando el fantasma del comunismo deberían reconocer que la alternativa no ha sido la mejor para los seres humanos que habitamos este planeta. Alcanza con mirar lo que ha hecho el sistema capitalista, alabado y erigido como el sistema más “democrático” y otra lista de “virtudes”. Hambre, miseria, violencia, guerras, corrupción, desperdicios, contaminaciones, destrucción del ecosistema planetario, catástrofes de todo tipo…y la lista puede ser interminable. Sin embargo, a quienes dirigen el planeta (no siempre desde un sillón presidencial) parece no importarles nada de esto. Cada tanto hacen alguna cumbre (pero para hacer negocios), redactan una declaración de intenciones y cada uno para su casa. Mientras tanto, la humanidad sigue padeciendo las consecuencias de la mediocridad, la decadencia, la ineptitud y la ineficiencia, que reinan en estos tiempos y hacen caminar a la humanidad por el borde del abismo.





Carlos Castillos - Docente y periodista, trabajó en Radio Chuy, Difusora Rochense, El Espectador, Radio Carve, CX 30 La Radio, Emisora del Palacio FM y CX 36 Radio Centenario. Además fue corresponsal de la agencia alemana de prensa dpa en Uruguay, Argentina y Paraguay durante 22 años. Es egresado del Instituto Superior de Educación Física (ISEF) como Entrenador de Fútbol y desde el 2010 impulsa el Movimiento de Cine Con Vecinos-Uruguay que se dedica a producir documentales comunitarios y a talleres básicos en todo el país. Desde el 2011 participa del Movimiento ARAS (Artistas Rochenses Amigos) para publicar y difundir obras de creadores de la zona.