La mayoría de los niños ha soñado siempre con ser jugadores de fútbol y
brillar en algún equipo importante o en alguna selección. Nadie duda de
los sacrificios que realizan los padres para que el futuro crack se
vaya transformando en un profesional que logre una sólida posición y que
algún día pueda salvar a la familia. Sin embargo en la gran mayoría
estos sueños se ven frustrados y solamente un bajo porcentaje logra
alcanzar la meta y la fortuna que un día soñó toda la familia. Como todo
deporte asociado el fútbol de los niños tiene la virtud de contribuir a
la formación de su personalidad y mejorar su desarrollo físico. Sin
embargo este deporte debe ser practicado dentro de las posibilidades de
cada niño y teniendo en cuenta siempre el espíritu de la competencia y
el compañerismo que debe reinar entre los participantes. De esta manera
se estaría otorgando fundamental importancia a la formación deportiva,
sin tener en cuenta la formación del atleta profesional que llegará con
los años. La práctica del baby fútbol con orientación de profesores
especializados contribuye a la formación de la personalidad de los niños
y jóvenes promoviendo valores a través del juego. También en el baby
los niños van aprendiendo a respetar a sus compañeros, a sus profesores y
al público en general. Lamentablemente no todo es así. Algunos padres
piensan que el niño tiene que dejar de estudiar a los 10 años para
convertirse en el crack que salve a la familia.
“Adultos Pequeños”
El concepto se refiere a la especialización temprana de los niños en el deporte y a como padres y entrenadores con el fin de satisfacer necesidades propias, no las que el niño, lo lanzan a un camino incierto dentro del deporte.
Con estas decisiones muchos quedan en el camino, ya sea porque no conservan el talento que tenían durante la infancia o porque “jugar con una pelota” no es lo mismo que comprometerse con una carrera deportiva, donde se debe “renunciar” a muchas cosas. Como punto de comienzo y análisis a este problema, padres y profesionales del deporte deberán conocer y respetar los derechos que poseen los niños con respecto a la práctica deportiva. Solo así se podrá lograr que el niño deportista-aprendiz sea más propenso al éxito que al fracaso. Respetando su mundo, que es diferente del mundo del adulto, ofreciéndole información para que pueda expresarse, tener opiniones y participar en las decisiones que lo afectan, estaremos en el buen comienzo de esa relación de deberes y derechos para entonces hacer la mejor elección. Los niños tienen derecho a divertirse en su participación deportiva y tienen una forma especial y diferente de percibir el juego y la diversión, en comparación a los adultos.
El niño debe jugar como un niño y no como un adulto.
El espíritu de competición está presente en su desarrollo desde temprana edad y esta bien que compita, pero dentro de una competición organizada adecuadamente sin imitar las competencias de los adultos. El deporte para ellos verdaderamente significa diversión. Sin embargo con la influencia del adulto podemos apreciar como ese concepto de diversión se transforma en alegría o amargura como sinónimos de victoria o derrota. Para el niño las victorias y marcas no son la cosa esencial del deporte, sino la ampliación de conocimientos, la satisfacción y el mejoramiento de si misma. A todos nos corresponde valorar y hacer respetar los derechos de los niños y jóvenes deportistas: Salud, Familia, Igualdad, Identidad, Educación, Participación, Protección, Juego. Autoridades políticas, dirigentes deportivos, entrenadores, padres de familia, periodistas y profesionales del deporte, debemos valorar y darle el carácter de importancia que el tema tiene, de lo contrario estaremos justificando la improvisación, desorganización y todas las acciones que se traducen en la manipulación del niño con el único fin de que el adulto obtenga ventajas personales.
(Corresponde señalar que la segunda parte de este comentario: Adultos Pequeños, no es de nuestra autoría.)
“Adultos Pequeños”
El concepto se refiere a la especialización temprana de los niños en el deporte y a como padres y entrenadores con el fin de satisfacer necesidades propias, no las que el niño, lo lanzan a un camino incierto dentro del deporte.
Con estas decisiones muchos quedan en el camino, ya sea porque no conservan el talento que tenían durante la infancia o porque “jugar con una pelota” no es lo mismo que comprometerse con una carrera deportiva, donde se debe “renunciar” a muchas cosas. Como punto de comienzo y análisis a este problema, padres y profesionales del deporte deberán conocer y respetar los derechos que poseen los niños con respecto a la práctica deportiva. Solo así se podrá lograr que el niño deportista-aprendiz sea más propenso al éxito que al fracaso. Respetando su mundo, que es diferente del mundo del adulto, ofreciéndole información para que pueda expresarse, tener opiniones y participar en las decisiones que lo afectan, estaremos en el buen comienzo de esa relación de deberes y derechos para entonces hacer la mejor elección. Los niños tienen derecho a divertirse en su participación deportiva y tienen una forma especial y diferente de percibir el juego y la diversión, en comparación a los adultos.
El niño debe jugar como un niño y no como un adulto.
El espíritu de competición está presente en su desarrollo desde temprana edad y esta bien que compita, pero dentro de una competición organizada adecuadamente sin imitar las competencias de los adultos. El deporte para ellos verdaderamente significa diversión. Sin embargo con la influencia del adulto podemos apreciar como ese concepto de diversión se transforma en alegría o amargura como sinónimos de victoria o derrota. Para el niño las victorias y marcas no son la cosa esencial del deporte, sino la ampliación de conocimientos, la satisfacción y el mejoramiento de si misma. A todos nos corresponde valorar y hacer respetar los derechos de los niños y jóvenes deportistas: Salud, Familia, Igualdad, Identidad, Educación, Participación, Protección, Juego. Autoridades políticas, dirigentes deportivos, entrenadores, padres de familia, periodistas y profesionales del deporte, debemos valorar y darle el carácter de importancia que el tema tiene, de lo contrario estaremos justificando la improvisación, desorganización y todas las acciones que se traducen en la manipulación del niño con el único fin de que el adulto obtenga ventajas personales.
(Corresponde señalar que la segunda parte de este comentario: Adultos Pequeños, no es de nuestra autoría.)
Gracias a ustedes dos (Don Dornel y Pereyra) por el trabajo y dedicacion que le ha brindado a la historia del Chuy, Rocha! Se le agradece de todo Corazon! Facinante leer historias, memorias del tiempo de los abuelos y bis-abuelos. Les tengo un favorcito que pedirles y una curiosidad en ver si ustedes tendran la identidad de cada uno de los alumnos que esta en la foto de la primera clase de la Escuela No28 de Sep 11, 1905 (que publicaron hace tiempo en el internet). En unas de las paginas del internet vi que otra persona tiene anotado a Silvio y Danton Fossati atras y a cada lado del Maestro Elias Lizardo pero yo tenia idea que eran otros alumnos (Gilberto, Felisberto, Roberto y Manuela-ella tiene botas y esta al lado de Lizardo). Me podria confirmer en dodnde estan cada uno de ellos (si no son los que el senor Lizardo tiene atras)? Seria fantastico si pudierna extenderme la ayudita. Mil gracias a los dos! Un descendente de ellos interesado tambien en la historia del Chuy, Rocha
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