El proyecto musical
de Santiago Cossarini Nahual, de los ómnibus al Sodre y las salas de
conciertos
En base a una nota
de Mateo Braga Para LA REPÚBLICA
En un país en el
que parece estar aceptada la idea de que no se puede vivir de la
música, Santiago Cossarini lleva más de diez años demostrando lo
contrario. El músico, nacido en Buenos Aires, se instaló en Uruguay
en el año 2002. “Fue muy fortuito. Jamás se me hubiera ocurrido
venir acá, a Uruguay. Ni conocía”.
Originalmente vino a
encontrarse con unos amigos en Valizas, para seguir viaje a Brasil.
Pero el desencuentro con esos amigos y un amor de verano lo
impulsarían a instalarse en nuestro país.
“Conocí a una
piba uruguaya con la que nos enganchamos muy fuerte. Ella me decía
que me venga a vivir acá, a Montevideo. Me decía que podía tocar
la guitarra en los ómnibus y con eso alquilar un departamento o
algo. A mí no me parecía real lo que ella me planteaba pero, para
volver a Argentina, ese verano salí a tocar a los ómnibus. Y me
pagué el pasaje tocando en los ómnibus. Y, en esa probadita, me di
cuenta de que sí. Hice ciertos cálculos de cuánto salía alquilar
algo, más o menos, y me di cuenta de que alcanzaba”. Santiago
volvió a Buenos Aires pero a la semana ya estaba viviendo con esa
chica en una pensión del barrio Cordón.
Y, si bien aquel
amor de verano no duró demasiado, el gusto por el país sí perduró.
“Enseguida me enamoré de la situación de estar acá”. Empezó a
sentir que sus canciones tenían más llegada en el público
uruguayo. “Acá todos tienen un minuto para perder y para escuchar.
La canción que yo hago precisa un poco de ese oyente”.
Su público se formó
en los ómnibus. Empezó a vender un compilado de canciones y así se
fue dando a conocer. “Nunca he tenido una producción que me ponga
en un cartel y que la gente me conozca desde arriba hacia abajo o
desde los medios. Siempre fue muy intravenoso, de boca en boca y yo
mismo cantando, vendiendo los discos”.
Luego de años de
hacerse conocer, hoy su mayor ingreso son los espectáculos y los
derechos de autor. Ya no depende del ómnibus para vivir. “Dos por
tres quedo sin un mango y voy unos días. Pero enseguida me sale otra
cosa”.
Defiende la idea de
que sí se puede vivir de la música en Uruguay. “Mi experiencia es
que sí. Habría que ver cómo queremos ‘vivir de la música’. Yo
desde que llegué ‘vivo de la música’, subiendo a los bondis”.
Considera que la idea de que no se puede vivir de la música en
Uruguay es parte de una “fantasía”.
“¿Dónde se
puede? ¿Dónde vas a ir, que no te conozca nadie, y van a pagar para
verte? En ningún lugar del mundo. Puede haber mercados con más o
menos gente, más o menos aptos. Pero igualmente hay algo que no se
puede saltar: un trabajo de hormiga, de perseverancia y de aguantar
que la cosa no salga de una. Darle tiempo y nunca aflojar. Siempre
seguir”.
Santiago Cossarini
presentó en diciembre de 2015 su proyecto musical, que hace años
tituló Nahual. El término refiere al espíritu, la esencia del ser
humano. “De alguna manera, las canciones apuntan a eso: a ser pie o
a anclarse en el espíritu”.
El proyecto ha
tenido distintas formaciones a lo largo de los años. “Nahual es el
nombre del proyecto. Puede ser una banda o no. Si me presento solo,
es Nahual. Si me presento de a cinco, también es Nahual”
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